YO FUI ESCLAVA DEL SOVIET

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Document Number (FOIA) /ESDN (CREST): 
CIA-RDP83-00423R001100320005-9
Release Decision: 
RIPPUB
Original Classification: 
K
Document Page Count: 
67
Document Creation Date: 
December 23, 2016
Document Release Date: 
July 16, 2013
Sequence Number: 
5
Case Number: 
Content Type: 
REPORT
File: 
AttachmentSize
PDF icon CIA-RDP83-00423R001100320005-9.pdf2.98 MB
Body: 
Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 ese del Sovid POR ANA BAUER TORRANO. 50X1 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 4It Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 YO FUI ESCLAVA DEL SOVIET Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Yo Fui Esclava del Soviet VICISITUDES DE UNA CIUDADANA MEXICANA EN LOS CAMPOS DE SIBERIA MEXICO, D. F. 1953 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 PALABRAS PRELIMINARES La senora Ana Bauer Torrano, soda de la Liga Pemenina Mexicana, ha escrito esta emocionante narracion de lo que ella llama con todo acierto "mi vida de esclava". Estuvo cautiva, en efecto, en. un campo de trabajos forzados de los muchos que hay en Rusia y en los cuales justos y pecadores purgan penas por fal- tas que no han cometido y padecen tort-liras sumamente crueles que les infligen despiadados verdugos. La senora Torrano es una dama que ostenta ahora con orgullo la ciudadania mexicana. Proclama que al establecerse en Mexico encontro una verdadera patria, digna de substituir a la que per- dio en Europa cuando la Rusia sovietica se apodera de Checoes- lovaquia, su pais nativo, y de PoIonia, donde tenia establecido su hogar, acornpaiiada de su esposo, en 1939. Que significa el Gobierno de los sovieticos para Ia poblacion civil de los paises sojuzgados? El relato veraz y candoroso de la senora Ana Bauer Torrano lo define con toda exactitud. El suyo es solo uno entre miles o flu- hones de casos identicos. La autora de este relato hubo de resis- lir las afrentas de los despotas rojos. Fue condenada sin motivo al cautiverio y al hambre y a presenciar el martirio de varios hombres, entre los cuales acaso figuraba su propio esposo, cuya ? 5 ? Yo fui ? 2 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 lenta agonia pudo ella misma ver despues, a distancia, en los campos de esclavitud de la Siberia septentrional. Irrita y pasma la lectura de relatos como el que contiene este folleto, pero la senora Torrano no podia eludir su deber irnperioso de escribirlo. Por gratitud honda y sincera para Mexico que le dio su nueva y definitiva libertad, le parecio obligatorio relatar sus ex- periencias en la URSS, pais en el que se han eclipsado todos los derechos de la especie humana. Este patetico relato fue escrito originalmente por su autora bastindose en apuntes hechos en el curso del tiempo, y se le tradujo al castellano con la bondadosa ayuda de la senorita Gua- dalupe Vertiz, a quien agradecemos profundamente su valiosa colaboracion. -- 6 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Yo Fui Esclava del Soviet VICISITUDES DE UNA CIUDADANA MEXICANA EN LOS 'CAIVIP'OS DE SIBERIA Relato de Ana Bauer Torrano, socla de la Liga Fernenina Mexicana. CAPITULO PRIMER? N el verano de 1939 vivia yo feliz y dichosa con mi es- 'Aposo Carlos en una ciudad de la PoIonia oriental. Era- mos el y yo checoeslovacos pero llegamos a PoIonia unos cuantos alms antes, pues obtuvo mi marido el empleo de gerente de una refineria de petreleo, que era la industria principal en el lugar donde nos establecimos. Fue en 1939, como lo recordare, el lector, cuando Stalin y Hitler se dividieron entre ellos a la libre nacion polaca, y con ese motivo tuve la penosa experiencia de ser condenada a pasar cinco anos de esclavitud en los campos de Siberia. Pero en el ario 1939 no abrigaba la menor sospecha de lo que el destino me deparaba. Eramos mi esposo y yo una pareja sana y contenta en la edad que teniamos, apenas pa- sados los cuarenta, y nuestra vida comim era sencilla pero a la vez infinitamente placentera. ? 7 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 1 Carlos vivia entregado a sus tareas, no solo como ge- rente sino tambion coma director tecnico de la refineria, y dedicaba buena parte de su tiempo a la experimentacion cientifica propia de su empleo. Por mi parte los ratos que no tenia que dedicar a mis labores domesticas, los pasaba en actividades de servicio social en favor de la pequeila comunidad en que viviamos. Exactamente lo mismo que millones y millones de per- sonas en todo el mundo, observabamos nosotros la rapida y desconcertante sucesion de acontecimientos que than con- duciendo a Europa hacia la Guerra Mundial numero dos. Primer? cay6 Austria en poder de los nazis. Luego nuestro propio pais, Checoeslovaquia, corrio igual suerte. Por fin un dia llegaron noticias de que se habia concertado un arre- glo entre la Rusia Sovietica y la Alemania nazi para repar- tirse entre ellas el territorio de PoIonia, y pronto supimos que la PoIonia oriental, donde habiamos establecido nues- tro hogar, quedaria dentro de la zona adjudicada a Rusia. Muchas veces en el curso de los arlos que han pasado desde entonces han vuelto a mi memoria las conversaciones que sosteniamos en nuestro hogar en aquellas tibias noches de verano. Llegaban a casa amigos y personas vecinas, y to- mando el te hablabamos hasta muy tarde por la noche espe- culando sobre lo que pudiera ser nuestra vida gobernados por los rusos. Mi esposo figuraba entre quienes pensaban que no teniamos nada que temer y que la vida seguiria ade- lante como simpre. Por que temer?? argiiia Carlos.?Nuestras rela- ciones con los trabaj adores de la refineria no podrian ser m?amistosas. Nuestros tratos con ellos se han basado siernpre en la justicia y la igualdad. No podra acusarsenos de explotar al obrero, y esto debera, influir en favor nuestro cuando los rusos vengan a gobernarnos. Era yo, en cambio, de las muy contadas personas en ?8? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 aquellas tertulias que no compartian el optimismo y la acti- tud confiada de mi marido: pero en realidad no tenia yo ar- gumentos en que basar mis aprensiones. Ninguno de nos- otros habia tenido jamas contacto efectivo con la Rusia so- vietica, si bien muchos de los presentes habiamos leido su propanganda en favor de los trabajadores. Algunos de nues- tros amigos la tomaban en serio y procuraron inducirme a desechar mis temores. iQue increiblemente torpes Oramos todos en aquellos dias y cuan pronto hubimos de aprender por amarga experiencia lo que significa la vida bajo la ocu- paciOn rusa! No olvidare jamas el dia en que el ejercito sovietico Re- go a ocupar nuestra poblaciOn. Estaba yo trabajando en el jardin cuando escuche un ruido distante y confaso de tropa que marchaba y al momento me supuse que era el ejereito ruso que se acercaba. Corri hacia la puerta para verb o pasar. Tenia curiosidad de ver a esos soldados que se deeia eran bravos y aguerridos, y ademas me pareci6 conveniente de- mostrarles que no teniamos sentimientos hostiles para ellos en lo absoluto. Pronto la columna aparecio calle arriba; un escuadron de vigorosos soldados eslavos, a cuyo frente iba un hombre a caballo. Tan pronto como este oficial me vio, dio una voz de mando y la columna se detuvo frente a mi puerta. Habia yo estado sonriendo, pero se me congelo la sonrisa en la cara cuando vi que el oficial se apeaba de su cabalgadura, empu- ilaba el revolver y, apuntandomelo al pecho, se dirigio con pasos graves y firmes hacia mi. ?Demo su reloj? ordeno el oficial. Sin decir nada me quite el reloj pulsera y se lo di. Lo miro y despues se lo calzo en la muneca como si fuera suyo; month de nuevo su caballo y se alejo. Miraba y volvia a mi- rar de cuando en cuando su nuevo reloj, en tanto que yo per- - 9 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 manecia perpleja en la puerta de casa observando coin? daba otra voz de mando y la columna proseguia su marcha. Todo ese dia pasaron por nuestra casa batallones y ba- tallones del ejercito rojo, y por la noche la poblacion hervia de soldados y estaba completamente asegurada en el sen- tido militar de esta palabra. Ya entrada la noche comenz6 el saqueo. Del m?alto oficial al tiltimo soldado, todos ague- lbs hombres de armas se dedicaron a embonacharse, a ul- trajar a las mujeres de la pobla,cion y a despojar a todos los habitantes de lo suyo, Ilevandose cuanto pudieron robar a punta de pistola. Siguiendo los pasos del Ejercito Rojo lleg6 la policfa secreta, que en aquellos dias se llamaba NKVD, e inmediata- mente despues entraron en el pueblo los comisarios para hacerse cargo de los negocios y las industrias de la ciudad. Lo primero que les interes6, como era natural, fue la refi- nena del petroleo, y en las oficinas de la empresa establecie- ron su cuartel general. En cosa de unas cuantas horas, tu- vieron que comparecer ante esos funcionarios todos los ha- bitantes del lugar, para ser interrogados por la policia se- creta. Los interrogatorios eran minuciosisimos y muy di- latados, pero las preguntas que haclan eran il6gicas y ridicu- las. En una de las primeras diligencias de Carlos mi esposo con la NKVD, los policias iniciaron una serie de interroga- torios que durarian meses y meses. Si mi marido era checo ?querian saber esos hombres? por que tenia nombre aleman? Al parecer desconocian el hecho de que en muchos paises europeos hay personas cu- yos nombres son de origen aleman, pero que viven en luga- res donde se hablan diferentes idiomas. Ademas ?interrogaron los policias?, Si mi esposo era checo, que estaba haciendo en Polonia? De seguro esos funcionarios menores ignoraban la historia y no sabfan que durante cientos o quizas miles de aiios la gente habia cru- -- 10 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 zado libremente las fronteras de todos los paises de Europa. Para esos polizontes, los alemanes solo habian de vivir en Alemania, los polacos en PoIonia, los checos en Checoeslo- vaquia, y ninguna otra situacien era admisible. Tenla mi esposo por naturaleza inclinacien a ver siem- pre el lado agradable de las cosas, con sano optimismo, y aunque yo empece a sentirme intranquila cuando note que ordenaban repetidamente que se presentase para interro- garlo, el por su parte se empeilaba en conservar su serenidad. No vela ninguna amenaza en las persistentes diligencias in- quisitoriales a que lo sometian, y me asegure que solo se tra- taba de una pequelia-molestia resultante de proeedimientos oficiales torpes. Estaba seguro de que aquellos hombres ignorantes no serlan los que tuvieran a su cargo los asuntos publicos cuando todo se fuera organizando mejor y se esta- blecieran sistemas normales. Ademas, Carlos conservaba su puesto de director tecni- co y gerente de la refineria, si bien poco despues de la lie- gada de los rusos un oficial sovietico le advirtio que pronto seria enviado a la farica un nuevo director general. Por fin una noche, no mucho tiempo despues, llego el hombre anunciado. Un automOvil oficial de la NKVD se detuvo ante nues- tra casa, donde Carlos y yo, con algunos de los jefes de la fabrica, aguardabamos al nuevo director para dare la bien- venida. El chofer bag) apresuradamente del automevil y abrio la portezuela, por la cual asomo la figura de un hom- bre envuelto en largo gaban gris. El individuo permanecio en su asiento sin moverse, como si estuviese observando- nos, mientras Carlos y sus acompaliantes lo saludaban uno tras otro y le daban la bienvenida. Cuando terminaron los saludos, sobrevino un largo si- lencio. El nuevo director general permanecia sentado en el Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 automovil, mirandonos con mirada vigilante, en tanto que el chofer seguia de pie, muy erguido, en espera de ordenes. Finalmente, junte dentro de mi todo el valor posible y me adelante hacia el automovil para invitar a nuestro nuevo jefe a que tomara con nosotros la cena que le habiamos preparado. Esta actitud mia no influy6 en aquel hombre ni lo sac(' de su mutismo. Ansiosos de romper el embarazoso silencio, cada uno de los jefes de la fabrica se adelante hacia el coche y repiti6 la invitacion. Cuando hubo terminado el Ultimo de ellos, el director general descendio del auto, se cilia; el gaban y sin decir todavia una sola palabra, entro en la casa, y entonces pudimos ver la razon efectiva de su actitud. Bajo su capota gris llevaba nada m?un traje de tela de lino muy delgada, que m?bien parecia un par de pijamas. Su jacket estaba indescriptiblemente deteriorado, y para quitarle todo motivo de mortificacion, recurrimos al facil expediente de proporcionarle alguna ropa de mi marido, procediendo con toda discrecion en este punto, lo cual se hizo gracias a la afortunada coincidencia de que 61 y Carlos tenian casi la misma estatura. Asi la cena de bienvenida pudo efectuarse sin otros inci- dentes desagradables, aunque no podamos decir que fue una convivialidad alegre. La reticencia del nuevo director general no dur6 m? que aquella noche en que le ofrecimos l?ena. Su primer acto despues de hacerse cargo de la refineria, consist() en someter a todos los empleados a una prueba de lealtad co- lectiva. Con 6rdenes perentorias, convoco? a una junta a to- dos los trabajadores y los jefes, y cuando los empleados Ile- naron el lugar de la audiencia, lo encontraron a 61 instalado ya tras de un escritorio, teniendo a su lado a varios agentes de la policia secreta. Se pas6 lista de todo el personal, nom- bre por nombre, y cada uno de los trabajadores fue some- tido a un interrogatorio, no en relacion con su experiencia ? 12 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 y su habilidad en el trabajo, sino respecto a su lealtad hacia Stalin. Aguellos que vacilaban al contestar, eran separados rapidamente de los demas y se les anotaba como "obreros indeseables". Cuando llego el turno a mi esposo Carlos, quienes ha- bian sido sus subordinados en la refineria ronapieron en aplausos, ansiosos de demostrar a los rusos que tenian en el a un jefe de la empresa que merecia toda su aprobacion. Esta ovaciOn cordial llen6 de orgullo a Carlos, pero cuando avanzo hacia el director general y vio en su cara Un gesto de desagrado, comprendio que hecho de que tuvie- se el apoyo de su personal resultaria en fin de euentas ad- verso a sus intereses. Por lo pronto, sin embargo, no pas6 nada. Nada ma's las preguntas de siempre: Es usted aleman? ?No. ?Entonces, por que tiene usted nombre aleman? Se trataba de una tediosa repetici6n m?de la misma frase, como cuando se pone un disco roto en un fonografo. Mi marido y los otros jefes de la empresa pronto se die- ron cuenta de que, a pesar de su actividad intensisima, el nuevo director general no sabia nada respecto a la industria petrolera. Se hizo patente que su tarea no consistiria en di- rigir la produccion de combustible de alta calidad, sino en averiguar las opiniones politicas del personal de la farica y buscar ocasion para deshacerse de los antiguos jefes de ella. Algo como la sombra de males proximos parecia aba- tirse sobre nosotros al ir desarrollandose nuestras diarias tareas. Aparentemente la vida seguia adelante con tran- quilidad. Los hombres que trabajaban en la refineria por la noche volvian a sus hogares como siempre; la fabrica seguia funcionando como antes, pero era patente que ahora faltaba todo incentivo. No se habian efectuado aun apre- hensiones de gente nuestra, pero los interrogatorios ince- -13-- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 santes tenlan inquietos a todos. Lo que labia ocurrido es que el terror habia entrado en la ciudad con el ejercito ruse. En diciembre de ese afio, poco despues de que Rusia habla declarado la guerra a Finlandia, una comision del Ejercito Rojo lleg6 a la refineria. Buscaban una fuente de aba,stecimiento de petroleo refinado que resistiese sin con- gelarse una temperatura de 55 grados bajo cero. Finlandia es un pais excesivamente frio en el invierno. Los jefes militares rusos convocaron a una junta espe- cial al personal tecnico de la refineria y preguntaron a mi esposo si podria producir un combustible de alta calidad que no se congelara. Carlos era un perito tecnico educado en todas las disciplinas relacionadas con su profesiOn, y pens6 naturalmente que aquellos jefes militares querian realmente conocer la capacidad de nuestra planta de refinacion. ?No? contest() Carlos.?Con el equipo de que dispo- nemos ahora, el mejor combustible que podemos producir solo permanecera fluid? a 30 grades bajo cero. Decir la verdad fue un grave error de Carlos. TJno de sus subordinados sabia ya que es mucho m?conveniente men- tir cuando un funcionario sovietico hace preguntas. Lo que tiene uno que hacer, si su conciencia se lo permite, es pro- meter que hara lo que le piden, puedase o no llevarlo a cabo. Tartamudeando el hombre aquel, que no tenia la menor idea de las dificultades tecnicas relacionadas con la demanda ru- sa, asegur6 a los jefes militares rojos que el combustible que buscaban si podria producirse. Entonces los sovieticos se volvieron hacia mi marido con gran enojo. Saboteador! Usted tiene que producir el combustible de acuerdo estrictamente con nuestras especificaciones, y deber?enerlo listo dentro de un mes a lo sumo. Nuestras dificultades mayores se iniciaron en el mo- mento mismo en que mi esposo fue expulsado de la reunion con las palabras anteriores. ? 14 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Uno o dos dias despues estallo un pequerio incendio en la refineria. Era algo que ocurria con alguna frecuencia; no era un accidente extraordinario, ya que en la fabrica no se trabajaba m?que con substancias inflamables, pero en los ultimos afios mi esposo habia implantado el use inmedia- to de medidas de seguridad que habian logrado impedir da- ilos mayores. El nuevo director general decidio aprovechar aquel incendio para cumplir sus propios designios, y para nosotros resulto ser un a magna conflagraciOn que consu- rniria nuestras vidas y nuestras esperanzas. En vez de recurrir a los sistemas usuales de seguridad para dominar el fuego, el director general envio una Ha- mada urgente a la policia secreta. Al dirigirse a la refineria los agentes de la NKVD, el chofer que los conducia los oyo comentar con regocijo el incidente porque les daba oportu- nidad de deshacerse de mi esposo. Al valor y la lealtad de este chofer debimos en aquel momento nuestra escapada. Tan pronto como dejo a los agentes de la NKVD en la plan- ta, se apresuro a buscarrne para decirme lo que habia oido, y yo por mi parte corri a la refineria en busca de mi esposo. Todo era confusion en la fabrica cuando Ilegue. No se habia hecho ningim esfuerzo eficaz para contener el fuego. La gente corria de un lado para otro en desorden, en tanto que el director general y los agentes de la NKVD estaban conferenciando para determinar a quien harian responsable del incendio, para capturarlo. En aquella batahola 'ogre lo- calizar a Carlos y le dije lo que el chofer habia alcanzado a oir de labios de los agentes. Los dos juntos abandonamos de prisa la farica y Carlos se dirigiO al moment() a Lwow, donde tenia amigos que le darian refugio. Unas cuantas ho- ra's despues tenia yo lista mi equipaje para partir hacia esa ciudad y reunirme con mi marido. Nuestra permanencia en Lwow fue breve. Nos ente- -15 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R00110032non5-q Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 ramos de que Sc habia lanzado la voz de alarma por nuestra fuga y se ordenaba nuestra persecucion. Nos pusimos a proyectar la escapatoria abandonando el territorio ocupada por los rusos. Por mera casualidad, un dia nos encontramos con otra pareja de checoeslovacos que tambien iban huyendo, y nuestros destinos se unieron a traves de todas las vicisitu- des que nos sobrevendrian. Como escapar? Este era el iinico pensamiento que te- niamos en la mente aquellos dos esposos y nosotros. No po- diamos ni pensar siquiera en los medios naturales para via- jar: el tren o el aeroplano. Una vez que la NKVD decidia apoderarse de una persona, toda posible ruta de escape que- daba estrictamente vigilada de noche y de dia. Por fin, coma medida desesperada, se nos informo que habia un hombre en el pueblo que conocia una ruta no vigilada hacia la fron- tera rumana. Por cierta cantidad de dinero ese individua podria conducirnos por la noche hacia un sitio en que pu- dieramos cruzar is. linea divisoria sin peligro. Nada sabia- mos de este hombre, pero instintivamente nos sentimos in- clinados a confiar en cualquiera persona que desafiara a la NKVD con tal de ayudarnos. Los cuatro reunimos los fon- dos que teniamos, pedimos prestado y finalmente juntamos la sums. necesaria, 8,000 rublos, que se nos podia por los servicios de aquel guia. Emprendimos la marcha una noche clara y llena de es- trellas, hacia la libertad, por un campo abierto. Nunca nos hubieramos imaginado las tremendas penalidades que nos amenazaban. Eramos un hombre y una mujer ya cercanos N edad madura y se nos obligaba a empezax de nuevo la vida. Pero esto era lo de menos. Nos hacia reir el simple pen.samiento de que ibamos por fin a dejar atras nuestros temores y a sentirnos libres de nuevo. 'Carlos y yo nos co- gimos de la mano como una joven pareja a punto de juntar sus vidas. Al avanzar apresuradamente, mirando hacia ? 16 ? npriaccifien in Part - Sanitized COPY Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 estrellas de cuando en cuando, mi corazen rebosaba de fe- licidad. Apenas si oia yo, vaga y distante, la voz del guia que se nos reunia a ratos y luego se nos adelantaba, urgien- donos a proseguir el viaje con la promesa de que pronto lle- gariamos. Por mi parte no necesitaba sus palabras de aliento. Sen- ti que bien podria seguir caminando y caminando asi indefi- nidamente. Miraba y miraba la gloria de aquel cielo estrella- do. En realidad nunca fui muy afecta al estudio de la astro- nomia, pero esa noche vela las estrellas con un interes inu- sitado, con una gran esperanza. De pronto me invadio una ola de verdadero pavor. Aunque mi conocimiento de las cons- telaciones era muy escaso, crei percatarme por ellas de que no ,ibamos siguiendo la ruta que se nos habia serialado. Era que nos apartabamos del camino para tomar otro m?corto ? Pero aun asi, sent que llevabamos ahora una direccion de- masiado inclinada hacia el sur. Domine mis temores y mis dudas a pesar de todo. Quizas estaba yo equivocada ?me decia a mi misma?, y que derecho tenia yo de provocar en mis acompariantes una alarma tonta? Caminamos y caminamos, pero como ya no tenia idea de la ruta que seguiamos, solo vela hacia los cielos. Cada minuto que pasaba reducia un tanto el jubilo que antes hacia vibrar mi espiritu. Dia claramente la voz del guia. ,For que hablaba tanto y en voz alta, .cuando por todos motivos debiamos avanzar tan sigilosamente como fuese posible ? Por que se emperiaba en tranquilizarnos repitiendo las mis- mas palabras, asegurandonos que pronto llegariarnos ? j, Que sabiamos, despues de todo, acerca de ese hombre? No pude contenerme ya y le susurre a mi esposo al oido las dudas que sentia. Fue hultil. Solo me saque un reproche de mi esposo por preocuparme, pues insistio en que mis temores se debian a nuestra desdichada fuga tan reciente del amado hogar. ? 17 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Tiempo despues, volviendo la vista atras, hube de llorar amargamente las consecuencias de haberle hecho ca,so y ha- ber callado, porque mis temores y mis dudas resultaron ser, ay!, muy bien fundados. En efecto, unos minutos despues aparecieron de pronto en torno nuestro las figuras ennegre- cidas por la obscuridad de varios hombres que interceptaban nuestro camino, y yo aleance a ver una perfida sonrisa en la cara de nuestro guia. Ciertamente estabamos ya "alli", co- mo nos lo habia prometido. For 8,000 rublos nos habia conducido como unas ovejas a un aprisco arreglado previa- rnente por la NKVD. A los cuatro profugos frustrados nos rodeaban los agentes de la policia sovietica. ? 18 7- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 , "...Con la carne adolorida ,por los culatazos, encadenados unos a otros, fuimos conducidos de regreso por la ruta ,que con tantas esperanzas halaiamos recorrido poco antes. Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 C.APITULO II EDIA hora despu es de nuestra captura, con la carne adolorida por los culatazos y los puntapies que nos daban con sus pesadas botas los agentes de la NKVD, encadenados unos a otros, fuimos conducidos de regreso por la ruta que con tantas esperanzas habiamos recorrido poco tiernpo antes. El choque nervioso de nuestra subita aprehen- siOn y el fracaso dolorosisimo de nuestro intento de escapa- toria, nos dejaron atonitos. Casi ni nos dabamos cuenta de las burlas de nuestros captores ni del rumbo por el que nos conducian. Nos llevaban, seem vimos despues, a la prision sovietica de Stanislawow, una de las instituciones carcela- rias m?temidas del territorio ruso. Alli se me separo de mi esposo, a quien no volveria yo a ver sino hasta casi un afro m?tarde, en circunstancias las m?diferentes y te- rribles. Ya la gente esta ahora acostumbrada a las narraciones del genero de la mia, pero esto me ocurrie a principios de 1940, cuando el mundo todavia no estaba informado de lo que pasaba a los hombres y a las mujeres que eran captu- rados por los comunistas. A los ojos de estos, mi esposo, mis amigos y yo eramos unos criminales y en mi torpeza de ?20? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 aquellos dias me preguntaba repetidamente: cual es nues- tro crimen? Nosotros habiamos cooperado con los rusos cuando ocuparon nuestra ciudad, en todas las formas ima- ginables. Los habiamos recibido cordialmente, sin rencor alguno. Nos habiamos esforzado por realizar todos los tra- bajos que nos asignaron. Los habiamos agasajado en nues- tros hogares; nos habiamos sometido a sus intermina,bles interrogatorios y habiamos dado respuesta con toda veraci- dad a sus preguntas. Nuestro crime; seem hube de saberlo poco despues, era algo que la Rusia sovietica nunca ha perdonado ni per- donar?amas: demostramos que no nos hacia feliz su re- gimen al tratar de huir de el. Este es un delito Inuy grave a los ojos de los comunistas, un crimen m?negro que el acto m?obsceno o el asesinato m?alevoso; un crimen que me- rece la pena de muerte, y una muerte m?lenta, m?angus- tiosa que cualquiera ejecucion rapida que ponga fin a la vida y al martirio de los reos. Cuando llegamos a Stanislawow nosotras dos, separadas de nuestros esposos, se nos Ilev6 ante las autoridades de la prision, las cuales nos despojaron de nuestros bienes per- sonales. Luego se nos arroj6 en un calabozo de seis metros de largo por seis metros de ancho, que tenia ya adentro a unas 40 mujeres prisioneras, las cuales resultaron ser como una manada de lobos, que ni daban ni pedian cuartel a quien se les pusiera cerca. Apenas habiamos entrado mi amiga y yo en la mazmorra, cuando se nos echaron encima las otras presas y en un instante nos arrebataron por la fuerza las prendas de ropa que llevabamos puestas y cuanto de algin valor o atractivo nos habian dejado los jefes del penal. Des- pues de este acto que nos puso tan sorprendidas como inca- pacitadas para defendernos, permanecimos las dos todas confundidas, mientras cuarenta pares de ojos nos asaetea- ban. Unas de esas mujeres nos veian con hostilidad, otras ? 21 ? Yo fut ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 con mofa y algunas m?con mirada estilpida e indiferente. No tardamos mucho en enterarnos de que en aquella carcel estrecha prevalecia un sistema de castas muy especial, el cual era fomentado y promovido por los guardias de la pri- sidn sus subordinados. En el peldario superior de esta escala social peculiari- sima, estaban las mujeres criminales y prostitutas, quienes gozaban de privilegios extraordinarios por parte de las au- toridades. En el peldafio inferior figuraban muchachas y viejas como mi amiga y yo, de hogares respetables, a quie- nes se consideraba "transgresoras del orden social sovie- tico". Debajo de nosotras estaban las mujeres de los fun- cionarios sovieticos caidos en desgracia, y muy en el fondo, en el suelo, estaban las mujeres que eran miembros de Ordenes religiosas. Estas filtimas recibian el trato m?in- human?. Despues de hacernos unas cuantas preguntas y dirigir- nos burlas crueles, las mujeres criminales se recrearon en humillarnos en otras muchas formas. Mi-amiga y yo ni pre- tendimos siquiera contestarles. Con esto pronto se nos abandon6 temporalmente, dandonos oportunidad de obser- var m?detenidamente lo que habia en torno nuestro. En un rincem de la celda habia un bote sin tapa que servia de le- trina. Los muros y el piso estaban hilmedos y fangosos, Ile- nos de piojos y otros insectos. No habia camas ni asientos y la mayoria de las cuarenta mujeres permanecia de pie o se sentaba en el suelo cubriendolo totalmente. Nuestras comparieras de prision eran de muy variadas edades, pues las habia todas arrugadas y canosas y no faltaban las chiqui- llas de 16 a 17 arios, pero todas tenian esto en comim : sus ropas eran astrosas y hechas guiriapos; sus cuerpos lleva- ban mucho tiempo de no lavarse y sus cabelleras estaban sucias y despeinadas. Llego la noche y sentimos hambre y sed, pero no se nos ? 22 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 dio ni aliment() ni agua. Las prisioneras ancianas se habian acomodado en sus lugares de costumbre en el piso, en tanto que mi amiga y yo permaneciamos encogidas en un rincon, abrumadas por la suerte que nos habia tocado Nunca hu- bieramos pensado que llegara una vez en nuestra vida en que tuviesemos que acostarnos en el suelo, en un piso sucio y fangoso, y que en tal postura apetecieramos el suefio para escapar de una pesadilla pavorosa. Cuando la obscuridad se hizo muy profunda y casi to- das las presas estaban durmiendo, un subito :mid? se oy6 fuera del recinto, en el corredor. Las luces de varias lam- paras arrojaron sus resplandores sobre nuestras caras, y con gritos y empujones los guardias ordenaron que todas nos pusieramos de pie. Estaban cateando el calabozo, lo cual segun supimos despues era una diaria rutina, un procedi- miento que se repetia casi todas las noches, y durante la ,biisqueda, que dur6 m?de una hora, dos mujeres jovenes, por razones que nunca supimos, recibieron ordenes de per- manecer de pie, con la cara vuelta hacia la pared, sin mo- verse, con los brazos en alto. A la hora de estar ahf los policias me llegO mi turno. Se repitieron los gritos y los golpes, y los guardianes se metieron a fuerza pisando los cuerpos de las mujeres que no les abrian paso rapidamente. Se me dijo que me, necesi- taban inmediatamente en la oficina principal de la NKVD para una diligencia. Esta fue mi primera tortura, pero pronto me enter6 de que las llamadas de ese Oiler? siem- pre llegan en mitad de la noche, cuando el prisionero, levan- tado con la torpeza propia de un suefio intranquilo que se suspende de pronto, es obligado a hacer sus cleclaraciones y sufrir la tortura. Al conducirme dos guardias por el largo y penumbroso corredor, de pronto me dijeron que me detuviera con la cara vuelta hacia la pared. Se colocaron ellos a mi espalda. Es- - 23 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 per?encogiendome, a sentir un golpe o quizas un tiro en la nuc, pero no past' nada. Luego oi pasos que se aproxima- ban en direccion opuesta. Era que llevaban a otro prisionero de regreso a su calabozo, despues de haber estado en la oficina de la NKVID, y no querian que yo viera de que preso se trataba. Los pasos se aproximaron m?a nosotros y si- guieron adelante, despues de lo cual se me permitio dar cara al frente para seguir camino de la oficina. Pronto Ilegamos a un amplio corredor, al cual daba la puerta de la oficina de la NKVD. Adosados a uno de los mu- ros habia unos gabinetes de madera, como casillas telefo- nicas. Eran los lugares donde los prisioneros esperaban su turno para ser interrogados. Se me empujo hacia dentro de uno de esos gabinetes y se me dijo que esperara. Hasta ese moment?, alguna vez yo me habia sentido m?o menos tras- tornada, pero nunca como esa ocasion, ya que siendo la no- che bastante frla, empece a sentir que por todo mi cuerpo corria copioso sudor. A lo lejos, ligeramente apagados por los muros que se interponian, alcanzaba yo a oir los la- mentos de una mujer, terribles gritos de dolor y de angustia. Cerca de mi, en el gabinete contiguo, una mujer se solto llorando. No se cuanto tiempo hube de esperar en aquel estado de terror, pero de pronto se abrio la puerta del gabinete y me sacaron de ahi casi a rastras para llevarme a una ofi- cina intensamente alumbrada, con tragica intensidad, de la NKVD. Me sorprendi6 no ver ahi m?que a un solo ofi- cial que me miraba impasiblemente y que sin el menor ti- tubeo, me ordeno que denuciara yo a mi esposo de ser espia de los enemigos del Soviet si queria evitarme mayores difi- cultades. Esto provoco en mi una reaccion de ira que hasta me hizo olvidar el miedo. Lo que dije fueron las primeras pa- labras que pronunciaba desde que se me capturo, y las dije --- 24 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 con toda entereza: "Soy mujer casada que ama a su esposo y no tratare de librarme de dificultades por ese medio". Me enorgullecia de hablar asi, con todo enfasis, profun- damente indignada, ante una situacion que podia haberme anonadado. Mis palabras solo provocaron risa en el hombre de la NKVD, y sin decirme m? fui conducida secamente otra vez al calabozo. Media hora m?habria transcurrido cuando se me le- vanto de nuevo para llevarme otra vez a presencia del mis- mo oficial. Mis temores habian aumentado enormemente. zSe me torturaria y se me golpearia, y en caso de someter- seme a semejante tratamiento podria yo resistirlo? La tor- tura a que fui sometida revistio una forma inesperada. Primero se me hizo una pregunta breve a la que conteste categor6ricamente. ?Ya cambio usted de opinion? ?No, selior. Entonces el individuo aquel cruzo el cuarto y sin decir nada, abri6 una puerta que estaba en el muro del fondo. Al- cance a ver que conducia a un cuarto mucho m?grande y alumbrado con luz m?intensa. Al fondo de ese salon, col- gado de los brazos con un aparato extrario, estaba un hom- bre que tenia medio cuerpo desnudo. Junto a eli habia dos esbirros de la NKVD cuyos brazos se alzaban y caian so'bre el acompasadamente, en tanto la figura del prisionero se re- torcia y encogia, pero no oi que gritara. De la boca de aquel preso salia solo un ruido gutural horrible. De pronto el guardia soli() la cuerda que mantenia al prisionero y este cayO al suelo arrojan do sangre por todas partes. Cerre los ojos. A mi espalda o?a voz del oficial de la NKVD. ?Ese es el marido de otra mujer presa. Su esposo de usted sera el prOximo. Luego se me condujo de vuelta al calabozo. Once veces durante la noche se me llev6 a rastras al ?25-- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 "...se me oblige, a preseneiar las estenas espantosas del martirio de un hombre..." Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 cuarto de los interrogatorios y se me oblige a ver por la puerta fatidica las escenas espantosas del martirio de un hombre. La tortura era cada vez m?horrible que la ante- rior y me atormentaba m? porque en cada ocasion al abrir- se la puerta esperaba yo ver a Carlos, mi esposo, colg-ado en aquel instrumento de tortura ante mis propios ojos. No se quien habra sido aquel pobre hombre ni podria decir si era el mismo cada vez o hubo varias victimas aquella noche. Debia yo haber sabido que no era tiempo aim de que le llegara su turno a Carlos, porque la NKVD rara vez realiza sus amenazas desde luego. Su sistema de tortura consiste en prolongar is. agonia, de la espera tanto como sea posible. Era casi el alba cuando por fin se me arroje de nuevo en el calabozo, a empuj ones y puntapies, porque lo que habia visto por Is. puerta abierta de aquella sala fatidica, me ha- bia dej ado sin fuerza -nerviosa, ni para andar siquiera. Asi pase is. primera noche en is. galera numero 73 de is. prision sovietica de Stanislawow. ? 27 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 CAPITULO III JAMAS volvi a ver al oficial de la NKVD cuyos atropellos resisti con tanto &Ito. Pero en cambio vi de nuevo el cuarto de tortura cuando fui conducida a el dos dias despues. Como es usual en esas diligencias, ya era bastante tarde por la noche, y hube de permanecer largo rato en uno de los gabinetes de made ra del corredor. Al estar esperando a que se me llamase, toda temblorosa por el miedo, oi que golpeaban la pared divisoria que me separaba del g-abinete contiguo y conteste con suma suavidad, con lo cual supe que quien llamaba era una mujer que estaba presa en otra galera de la misma prision. Desde esa noche diariamente, al estar otras mujeres y yo esperando en el mismo sitio para que se nos llamara al interrogatorio, tocabamos con los nudillos en la tabla que dividia los dos gabinetes y nos co- municabamos en voz muy baja. Asi supimos lo que ocurria en la prision fuera de nuestras galeras respectivas. Con m?prisa de la que yo hubiera querido, se abrio la puerta de la caseta en que estaba esperando y me conduje- ron a presencia de los agentes de la NKVD. Esta vez eran tres los agentes a que habia de enfrentarme, y aunque pa- rezca increible, los tres personajes me hicieron las mismas -- 28 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 preguntas con que se me habia agobiado desde hacia muchos meses, cuando todavia me hallaba en mi hogar. ?Si usted es checoeslovaca, por que tiene nombre aleman? - Como es que ha aprendido a hablar tantos idiomas? ?1,No es verdad que la han venido entrenando desde su niriez para ser espia anticomunista? Cada vez que yo negaba lo que me preguntaban, me res- pondian con un golpe e insistian en su pregunta. Otra nega- tiva y otro golpe, y despues la misma pregunta nuevamente. Repetiase una vez y otra el interrogatorio y entonces cam- biaba el tono de las voces. - Por que insistir en negar algo de lo cual tenemos prueloa segura ? - Por que no confesar la falta y evitar que la sigamos castigando ? Las presas me habian advertido que los agentes obra- rian en esa forma, porque lo Onico que deseaban era sacar una confesion, asi fuese falsa o verdadera. Entonces, si ad- mitia una su culpa, como enemigo confeso del orden social sovietico, podian esos hombres aplicarle el castigo que qui- sieran. Asi que yo estaba algo preparada, gracias a mis comparieras de prision, y saque fuerzas de flaqueza para decir siempre "no" cuantas veces repitieron sus preguntas. Luego, toda temblorosa y sangrante, me volvian a llevar al calabozo para sacarme de nuevo de ahi una hora o dos m? tarde, y conducirme a presencia de los verdugos. Una noche, despues del interrogatorio usual y de los gol- pes que me asestaban sin misericordia, cambio la actitud de los oficiales notablemente. Hablandome con voz suave y tranquila, uno de ellos me dijo que era muy tonta en seguir asumiendo la misma actitud, cuando en mi mano estaba ha- cer que las cosas cambiasen en mi favor. Todo lo que ten- dna yo que hacer era decirles cuanto supiese acerca de la ? 29 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 pareja que fue capturada con Carlos y conmigo e informar- los ademas de todo lo que ocurriese en mi galera. Yo me imagino que creyeron que estaria dispuesta a obrar como lo indicaban, porque cuando les manifeste que me rehusaba a seguir la conducta que me proponian, se mostraron muy sorprendidos. Pero luego que se dieron cuenta exacta de la situacion, se me echaron encima uno tras otro y me gol- pearon y me dieron puntapies hasta hacerme perder el sen- tido. Volvi en mi cuando estaba tendida en el piso de mi galera. Lo que me estaba ocurriendo era algo completamente usual en la prision. Rara vez pasaba una noche en los largos diez meses que estuve en aquella camel, sin que a una mujer so le levantara con lujo de violencia por los guardias y se le hiciese salir del cuarto para devolverla un par de horas m? tarde, siempre cubierta de sangre. Muchas de estas muje- yes regresaban en estado de completa inconsciencia, aunque no estuviesen totalmente sin sentido, y nunca nos cambia- bamos con ellas explicaciones de ningfin genero. Esto se debia a las espias que hubiera en la mazmorra y que por un cigarrillo o un pedazo extra de pan denunciarian de Se- gura a sus compafieras de prision ante los agentes secretos. Muchas mujeres que regresaban despues de las dill- gencias inquisitoriales de la media noche, permanecian si- lenciosas, en un estado de desesperacion muy honda, y algu- nas hubo que hasta trataron de suicidarse. Una noche, mi amiga, que estaba durmiendo cerca de mi, fue despertada por un ruido curioso, como de alguien que respira dificilmen- te, y por los movimientos convulsivos de un cuerpo que estaba junto al suyo. Se puso rapidamente de pie y alcanze a sol- tar una tira de tela con la que se estaba ahorcando una de las presas. Era un jiron arrancado a una camisa. Aquella mujer lucho contra mi amiga para que no le impidiera qui- - 30 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 tarse la vida. Mordio y arafio a mi amiga en su lucha, no por la existencia, sino contra ella. A pesar de todo el horror de aquellas noches, me pare- ce que las marianas eran aim m?dificiles de soportar, por- que en la noche una podia escapar de la angustia. De tanta fatiga se quedaba una dormida, y en sus suerios siempre se sentia transportada al pasado, a esos dias en que una po- dia entrar y salir. por todas las puertas sin rej as, cuando una podia asomarse a las ventanas y contemplar un mundo normal. Y si el suerio no Ilegaba, bien podia una sonar con los ojos cerrados... Sonar con a,quella casita en que yo, por ejemplo, fui tan feliz al lado de mi esposo ; sonar recordando alguna palabra tierna y amorosa, o los versos de algin poema que volvia a la memoria, o alguna melodia que yo cantaba con mis amigos... Pero por la mariana el retorno a la realidad era intole- rable. Del suelo fangoso y de la letrina abierta del rincon, de los cuerpos sucios y sudorosos que se apretujaban cu- biertos de ropas astrosas y llenas de insectos, salian olores que se mezclaban con la pestilencia del pescado rancio y la sopa de col acida de la vispera. Despertando de pronto, re- adquiria una sus sentidos y percibia los ronquidos de las mu- jeres ancianas, las toses y los gargajeos, los lamentos y las maldiciones que acompariaban indefectiblemente el retorno de la mailana en la galera numero 73. Toda la noche habiamos permanecido recostadas en el piso, en gran apretura; muchachas muy jOvenes y muje- res viejas; apretujandose las que tenian refinamientos y las que eran criminales, juntando nuestros harapos para ca- lentarnos, y los piojos y otros insectos recorrian y picaban nuestros cuerpos. Si una mujer cualquiera decidia cambiar de postura, toda la hilera tenia que hacer lo mismo, porque asi estabamos de juntas y apretadas. Si se movia una mu- jer, o si tosia o lloraba, le lanzaban much.os improperios, ? 31 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 todo genero de insultos, porque las delincuentes del orden comim usaban un lenguaje procaz, y todas en general se disgustaban por cualquier ruido o movimiento que les im- pidiese escapar de la pavorosa realidad por la via del suefio, aunque fuese por unas cuantas horas. Dormidas podiamos olvidar hasta el hambre que estrujaba nuestros estomagos, los golpes que tenian tundidos nuestros euerpos y los dolores que producia el duro lecho en nuestros huesos, y aun el frio y el terror que nos martirizdban durante el dia. Pero cuando la luz del alba penetraba por el ventanillo elevado, la saludaban maldiciones e improperios. No habia nada bueno que esperar, nada que el dia pudiese traerle a una m?que cosas feas y ternibles. Quizas habria otro inte- rrogatorio en la oficina principal; acaso volveriamos a oir los alaridos de alguna desdichada persona a quien estuviesen torturando; tal vez habria un alba? tiroteo m?en el patio de las ejecuciones. Quiza el nuevo dia nos diera la rara oportunidad de darnos un bafio, lo cual hubiera sido motivo de felicidad a no ser porque los guardias aprovechaban la ocasion para atormentarnos obligandonos a permanecei4 completamente desnudas en el sOtano frio donde nos batia- bamos, mientras ellos se divertian abriendo y cerrando desde arriba las Haves del agua, con lo cual nos echaban alterna- tivamente chorros de agua helada y de agua casi hirviendo que martirizaban nuestros cuerpos temblorosos. Las mujeres que se enfrentaban con renovada congoja cada dia a tan angustiosa situacion en la galera niimero 73, eran de todos los tipos imaginables. Las habia jovenes y todavia inocentes a pesar de lo que habian pasado ; otras eran ya endurecidos despojos sociales. Habia entre estas una que dio muerte a su nifio. Otra era una criminal que ha- bia asesinado a su suegra y despues incendio la casa en que vivia, para ocultar su crimen. Muchas de ellas eran muje- res publicas. Habia algunas muchachas polacas y ucrania- - 32 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 nas, de buena crianza y muy religiosas. Las criminales se entretenian escandalizdndolas con palabras ordinarias todo el dia, y nos encolerizaba quo aquellas nirias tuviesen que escucharlas forzosamente. Pero cuando las criminales ad- vertian nuestro disgust?, se echaban a reir y gritaban sus picardias con mayor fuerza, poniendb especial empetio en que aquellas nirias las oyesen y comprendieran el significa- do de sus malas palabras. No podia haber secretos en nuestra prisi6n. No habia que hacer en todo el dia, m?que esperar la llegada temida de los carceleros. No teniamos libros ni papel para escri- bir, y aunque habiamos tratado de improvisar agujas para coser nuestras ropas, empleando huesos de pescado que a veces encontrabamos en La sopa, los guardias nos las quita- ban tan pronto como 1a descubrian en nuestro poder. La ociosidad obligaoria en que viviamos, da,ba pabulo a la curiosidad de las mujeres. Hacian una interminable serie de preguntas todo el largo dia y no respetaban nada de la vida privada de las demds. Tenia una que ,acabar ce- diendo a sus instancias y contestando a sus preguntas, aun- clue no fuese m?que para escapar a sus interrogatorios in- sistentes. De esta manera fue que hubimos de hablar acerca del pasado y de c6mo ocurrio que nos pusieran en la prision. Una mujer habia sido enviada a la camel por haber pertene- cido a cierta organizacion patriotica much? tiempo antes de la guerra; a otra la tenian alli por haber sido profesora y haber enseilado a sus alumnas un poema encantador pero que estaba prohibido por las autoridades. Las jovencitas de que antes hablaba, estaban presas nada m?porque ha- bian pertenecido a la organizacion de las nirias exploradoras, las girl scouts, que fue prohibida por los sovieticos; otras como yo, habian tratado de escapar cruzando la frontera y habian sido capturadas. Por fin ya todas sabiamos cuanto podia saberse respecto de las demas; coma habia vivido cada ? 33 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 una antes de la ocupacion rusa y por que tortuosos caminos cada una habia llegado a ese espantoso lugar del que no ha- bia escapatoria posible. Solo una entre nosotras mantuvo su secreto y permane- ci6 como un enigma insoluble. Ni la m?curiosa de nos- otras pudo desgarrar el velo misterioso que la rodeaba. Un dia de tantos, cuando menos se esperaba, la arrojaron en ntiestra celda. El estrecho lugar estaba repleto ya de cuer- pos humanos, y parecia imposible que se hiciese sitio para uno m? pero el guardia abrio la puerta, la metio a empu- jones y volvi6 a cerrar. Y ahi estaba ella, un esqueleto des- calzo medio envuelto en unas garras. Su cuerpo emaciado, su blusa hecha jirones y lo que le quedaba de enaguas tenian un solo color: terroso y ceniciento, y le habian rapado total- mente el crane?. Permanecio tirada en el suelo, cerca de la puerta, donde cay6 cuando la metieron, abrazando sus rodillas huesudas, sin dirigirnos la mirada. Cuando nos le acercamos, se en- cogio m? huyendo de nosotras, agachandose como si tu- viera un miedo insufrible. Parecia m?bien un ser salvaje escapado de las selvas que un ser humano ; un cuadro mudo del terror y la desconfianza. Tratamos de comunicarnos con clia en diversos idiomas, pero no parecia enterarse de nada, cozno si fuese sorda y muda. Y asi perrnanecio toda la noche, muy cerca de la letrina, un monton de despojos y de harapos completamente sin vida. thirante varias semanas se mantuvo aislada y silenciosa, sin preocuparse de lo que nosotras quisieramos hacer para acercarnosle. Tenia el cuerpo y las ropas llenas de piojos y no se preocupaba por ello. Le hicimos seilas para hablar- le indicandole comp debia coger los insectos y matarlos, pues todas nosotras habiamos aprendido ese arte tan ail des- pu?de varios meses de prisien. Pero al parecer a ella no le importaba que la atormentasen los piojos. Estaba siem- - 34 ? neclassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 pre sentada, viendo como aquellos asquerosos animales se paseaban por sus piernas y sus brazos. Cuando nos traian el pan y la sopa, aquella mujer no se apresuraba a recibir el alimento como lo haciamos las dolmas, sino que esperaba con toda apatia a que acabararnos nosotras y despues se ponia a corner despacio, partiendo su pan en pedacitos muy pequeflos y bebiendo su sopa a sor- bitos. Los carceleros se aparecian con suma frecuencia y le ordenaban que dijese su nombre, pero ella contestaba nada Inas: "yo soy hija de Dios". Le preguntaban entonces ?que hacia cerca de la frontera himgara, y ella respondia inva- riablemente con la misma voz hueca: "Estaba buscando hongos en el bosque y me perdi". Los carceleros jamas ob- tuvieron de ella otra respuesta, aunque mucho se esforza- ron por obtenerla, fuera de lo ya dicho. Un dia la desnudarnos por la fuerza, le echamos enci- ma una manta y llevamos sus ropas sucias al ban? para matarle los insectos. Pero no pareci6 advertir diferencia alguna cuando le devolvimos sus ropas ni le import() que estuviesen limpias o sucias. Hicimos todo lo posible por hacerle notar que nosotras no eramos sus enemigas, pero ella no cambi6 su actitud en lo absoluto. Nada nos hizo comprender lo que ella sentia, adivinar lo que ella pensaba, si es que esa mujer podia sentir y pensar. Los guardias nos ordenaron que la hicieramos hablar y que les dieramos parte de lo que dijese. Claro esta que si aquella mujer nos hubiese dicho algo, ninguna de nos- otras habria trasmitido sus palabras a los guardias; es decir todas menos una, la cual habiamos descubierto que era espia. Siempre que cualquiera decia alg-o que aquella mujer pensaba que fuese de interes para la NICVD, espe- raba a que lleg-ase el guardia con la sopa y le hacia una sefia. Minutos m?tarde la mujer espia era llamada a la oficma principal, y despues de su regreso, una u otra de las ? 35 ---- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 presas era Ilevada al &Rano y azotada o confinada en una celda solitaria sin recibir alimento ni agua. Despues de algunos meses de vivir juntas en la galera, esta mujer era la finica a quien temiamos. Todas las demas, aun las m? avezadas criminales, se ponian de parte de las presas en contra de los guardias. Asi los dias y las noches se sucedian llenos de horror y desdicha. Contabamos las semanas que iban pasando por medio de rayas que pintabamos en la pared, y de este modo pudimos calcular cuando debia de ser la Navidad. La lle- gada, de esa fecha parecia modificar algo en nuestra vida. Unas cuantas recibian de sus parientes algunos paquetes y hacian participes a las demas del aguinaldo recibido y que a menudo consistia en pan hecho en el hogar. Una mujer recibio una vez un jabon y nos permitio que nos lavaramos la cara con 41 en la Navidad. Hasta llegaron al calabozo algunos cigarrillos en esa ocasion, enviados a una de las mujeres pOblicas, y esta pas() el cigarrillo que fumaba, de mano en mano, para que todas le dieran una fumada. En la Noche Buena decidimos despejar el centro de la ga,lera y ponernos a bailar, pero era tan pequelio el espacio de que disponiamos, que no sabiamos clue baile pudiera in- tentarse en esa estrechez. Algunas propusieron cuadrillas, pero no recordabamos como se habian de disponer las figuras de ese baile. De pronto, cuando m?confiadas nos hallaba- mos, sucedio algo que nos turbo profundamente a todas: La prisionera andrajosa que estaba acurrucada en el rincon y que jamas habia hablado una sola palabra, se puso de pie y comenzo a dirigir las cuadrillas, en trances ha- blado tal como se oye en Paris, con la "r" gutural. Con voz plena de contralto, palmoteando el compas, gritaba: "A la droite, passez, tour des mains, balancez!" F'ocas mujeres sabian en que idioma hablaba la priso- nera astrosa, pero todas advirtieron la excitacion que ha- - 36 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 bia en su voz y empezaron a danzar al ritmo para ellas des- conocido que ella marcaba, unas riendo y otras llorando Era el espiritu de Navidad que se atrevia a romper las defensas, por asi decirlo, clue cercaban al espiritu de aquella cautiva antes muda? 1, Es que no pudo al fin soportar ya m?su aislamiento, o era su actitud un reto a las fuerzas hostiles que la perseguian? Nadie lo sabria jamas. Pero alli estaba ella, completamente transformada, a pesar de sus andrajos y su cabeza monda, rapada, ?un ser humano con un corazon que latia y con unos ojos muy brillantes, sonriendo por la primera vez desde que liege a nuestra carcel. "Balancez, tour des main, reverence!" Subitamente se me vino a la mente la certeza de que yo habia visto a esa mujer antes..1, Acaso en algin teatro o qui- zas su fisonomia me recordaba el rostro de alguna mujer bella, vista en cierta publicaciOn ilustrada? Al observar su cara bajo la tenue luz que radiaba de la unica lampara elec- trica que pendia del techo, me figure verla como estaba segura de haberla contemplado alguna otra ocasion, bella y dominadora, vestida toda de blanco, con los ojos oscuros centellantes y una tiara refulgente coronando la masa de su cabello negro. "A &vile, !" Bajo el hechizo de su voz, bailamos todas hasta caer exhaustas. Esa noche me fue imposible dormir. En vano hurgaba en mi memoria tratando de recordar donde habia visto aquella cara antes. z,De d6nde surgia ahora esa mujer? 1, Donde habia estado antes de que se convirtiera en aquel despojo humano sin nombre, mal cubierto de andrajos? Al dia siguiente, tan pronto como el carcelero trajo la sopa, nuestra espia le hizo una sefia y poco m?tarde fue Hamada a la oficina de la NKVD. Unos instantes despues llegaron los guardias y se llevaron a nuestra alegre danzan- - 37 ? Yo fui ? 4 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 te de la vispera. La francesa se levanto del suelo en que yacia, poco a poco, y nos mire a todas. Luego, con un mo- vimiento suave de su mano se despidi6 de nosotras, salio del calabozo y la puerta se cerro tras ella... Dias y sema- nas esperamos su regreso, pero jamas volvio a la galera numero 73. Aguella misma noche de su despedida, cuando la mu- jer que nos espiaba regreso al poco rato, sonriente y con un cigarrillo entre los labios, hicimos entre todas algo que jamas nos habiamos atrevido a hacer antes. Sin decirnos nada para ponernos de acuerdo, nos echamos sobre la espia. Alguna de las presas, no recuerdo cual, le tape la boca para que no se oyesen sus gritos, y las demas la golpeamos y azo- tamos sin pensar por un moment? en las consecuencias que tendria nuestra conducta. La espia se quejo de seguro ante los jefes del penal y les mostr6 las huellas de la golpiza que le propinamos, pero quien sabe por que no se dio paso alguno para castigarnos. La espia habia dado a los policias los informes que necesi- taban, y por lo demas a ellos no les importaba un apice la suerte que ella corriese. Hay por lo menos una espia como aquella en cada galera de las prisiones sovieticas, pero a pesar de los seryicios que prestan a la NKVD, las abandona a su suerte si por su espionaje se yen a yeces en aprietos. Jama,s he podido olvidar a esa rnujer an6nima y miste- riosa que dirigio nuestro baile de Navidad en aquella noche ahora tan lejana. Que habra pasado con ella despues de que se despidio de nosotras agitando levemente su mano y la puerta del calabozo se cerr6 tras ella? ? 38 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 CAPITULO IV URANTE todo el resto de la temporada que pase en Stanislawow, continuo la rutina anterior: las noches en el suelo sucio, apretujada entre los cuerpos de las demas presas ; los dias con hambre y angustia constante: todo ello durante diez largos meses. Lleg6 por fin en 1941 el dia del llamado JITICIO, una escena que se reproducia en serie, como una interminable farsa, sin paralelo en la historia del Derecho. Esta vez no se me hicieron preguntas ni se me dio oportunidad de defenderme. Una por una compareciamos las presas ante los jueces, se nos informaba del crimen que habiamos cometido y por el cual nos hallabamos en aquel predicamento, y se nos sentenciaba, todo de un golpe. . . Mi "delito" era el inten- to de escapar del pais cruzando la; frontera sin la autoriza- cion necesaria. Se me sentencio a cinco afios de trabajos forzados en un campo de concentracion de Siberia. He dicho antes que comenz6 mi castigo precisamente el dia en que Rusia y Alemania se dividieron entre ellas el territorio de Polonia. Aunque no se dict6 sentencia en mi caso hasta dos arios despues, mi encarcelamiento era una consecuencia inevitable de haber caido bajo el regimen de ? 39 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 los rusos. No importa cual hubiese sido nuestra conducta, aunque hubieramos tratado siempre de obedecer las dispo- siciones de los sovieticos, no habriamos podido evitar el que ellos nos "castigaran". En visperas de la invasion de Rusia por Hitler, nuestro pequelio grupo de checos, polacos y otros ciudadanos de paises europeos orientales, era enviado muy lejos hacia el interior de la URSS, para que no constituye- semos un peligro para el pais, y ademas para utilizarnos como trabajadores forzados en favor de la Union Sovietica. M?tarde, cuando los ejercitos nazis avanzaron amenazan- do a Rusia con su definitivo aniquilamiento, se nos cortejo por los rusos para ganarse nuestra voluntad e inducirnos a, pelear con ellos, como hermanos eslavos suyos, hombro con hombro, al lado del Ejercito Rojo. Pero por lo pronto se nos enviaba a campos de esclavitud. Era a fines de la primavera de 1941 cuando mis corn- parieras de prision y yo tuvimos que emprender la marcha interminable a traves de la URSS hacia Siberia. No habia vuelto a ver a mi esposo desde la noche de nuestra captura por la NKVD, y ahora que se me enviaba tan lejos, tuve por cierto que iba a separarme de el para siempre. Habia una estacien en la primera parte de nuestro via- je : Starobielsk, en la Ucrania. En medio a su esplendor bi- zantino los sovieticos habian organizado un lugar en que distribuian a los prisioneros destinados para su red de cam- pamentos. La poblacion, situada al Sur de Kiev, rodea un viejo monasterio ortodoxo, pero su magnifica apariencia de antailo ha perdido todo su antiguo esplendor. La ma- yoria de estos monasterios de siglos, con sus espesos muros de piedra, se consideran por los rojos como excelentes prisio- nes, y en el de Starobielsk el templo principal habia sido despojado de sus ornamentos para instalar en el hilera tras hilera de camastros. AllI dormimos durante el periodo en que se nos retuvo ? 40 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 en ese lugar, y en sus muros vimos angustiosos mensajes que escribieron otros presos que pasaron antes que nos- otros. Unas veces solo pusieron sus nombres o sus firmas; otras escribieron breves poemas o exclamaciones muy sig- nificativas, como "IDios nos salve ahora!" En esa misma iglesia, como lo supo el mundo entero posteriormente, fue donde miles de oficiales del ejercito polaco estuvieron pri- sioneros antes de que se les asesinara cobardemente por los rusos en el bosque de Katyn. Junto con cientos de prisioneros de ese lugar, hube de someterme a un examen fisico superficial. AgueDas de nos- otras que habiamos sobrevivido a la larga sentencia de reclusion, a la tortura del hambre, fuimos declaradas vigo- rosas por naturaleza y por lo tanto nos serialaron para pur- gar nuestras penas en los terribles campamentos del norte, los cuales esten ubicados en la isla artica de Novaya Semlja, Provincia de Komi, en la Siberia septentrional. Sin embargo, por bondadosa intervencion de un medico polaco que me examine y juzgle indispensable operarme un ojo sin anestesia, me salve de que me enviaran a los cam- pamentos del norte, que son los m?terribles de todos. Cuando el medico supo lo que nos habia pasado a Carlos y a mi, se conmovio profundamente por nuestra desdicha y propuso que se me pusiera en la categoria "B", porque declare que no estaria yo capacitada para resistir los rigo- res del invierno en la region artica. Departiendo con el doctor, me entere por la primera vez de que Carlos se hallaba tambien en aquella prision, esperando a que se le seleccionase para su envio a determi- nado campamento, como a mi. A este medico le habia to- cado examinar tambien a mi esposo, y con sumo tacto me informe que los terrib les golpes que le habian dado a Car- los en la prision de Stanislawow habian acabado con su buena salud en tal manera, que no volveria ya jamas a ser ?41? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 el mismo que habia sido antes. Me asegur6 que mi marido no seria enviado a campos de trabajos forzados que estu- viesen muy al norte, porque lo habia colocado como a mi en la categoria "B". No comprendi sino muy vagamente que el medico trataba de explicarme algo acerca de un pro- fundo cambio fisiologico que habia sufrido mi esposo por la golpiza que le propinaron. Por lo pronto me bastaba con saber que vivia a?n y que estaba en la misma prisi6n que yo. Diez dias m?tarde nuestro grupo de varios cientos de mujeres fue enviado a su destino, el cual no conociamos nosotras. Cuando nos dirigiamos a la estacion del ferroca- rril, alcance a ver a mi esposo por la primera vez en casi un a?o. Caminaba yo toda abatida hacia el tren, cuando la mujer que iba a mi lado me di6 un codazo y me advirtio la presencia de un grupo de prisioneros varones que esta- ban m?alla de la via, uno de los cuales trataba desespera- darnente de llamar mi atencion. No le reconoci de pronto, pero de subito se puso a silbar una melodia que Carlos y yo siempre usabamos para saludarnos cuando regresaba a casa despues del trabajo. Ya no me cupo la menor duda. Ese hombre encorvado, envejecido, canoso, agotado, era mi ma- rido. La ultima vez que lo vi era un hombre robusto, de cerca de cuarenta arios de edad, y de esto hacia menos de un a?o. Ahora tenia ante mi un esqueleto, un ser enjuto y desprovisto de fuerzas hasta para permanecer erguido. Me desmaye al verb o en ese estado y tuve que ser llevada en brazos hasta el tren. Durante varios dias solo pude perma- necer tendida en el suelo del vagon, casi enloquecida de dolor y de angustia. Era nuestro convoy una larga hilera de vagones para ganado, con una sola locomotora. Sesenta mujeres se apre- tuja,ban en cada vagon, y un guardia se encargo de dar a cada una su mezquina radon alimenticia. Lo que nos daban ? 42 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 era unas cuantas piezas de pan duro y varios arenques. Una vez recibido este rancho, se sello el vagon. Un agujero abierto en uno de los rincones servia de excusado. No ha- bia bancas ni ropa para abrigarse, ni agua, y per todo all- mento contaamos con lo que habiamos recibido y que apretabamos en nuestras manos. Cada dos o tres dias se detenia el convoy y bajabamos a buscar agua. Luego se nos hacia volver al vagen y se nos encerraba de nuevo. No se cuanto duro en total aquella travesia, porque poco despues de la salida dejamos de contar los dias. Solo nos servia para calcular la extension recorrida, el aumento notorio del frio, que se hacia cada vez ma's insutfrible. Me imagino que atravesabamos los Montes Urales cuando va- rias mujeres de nuestro vagen se pusieron de pronto muy enfermas. Mi amiga checoslovaca, que todavia estaba con- migo, sufri6 un ataque de pulmonia casi desde nuestra par- tida. Yacia, m?muerta que viva, en un rincon del carro, ardiendo de fiebre y delirando dia y noche. No habia absolutamente ninguna medicina ni atencion profesional en el tren. Ni siquiera agua habia para hume- decer los labios secos de la mujer agonizante. Los guardias jamas venian a vernos fuera de los dias en que nos permi- tian desembarcar. Quienes morian quedaban encerradas con las que conservaban la vida, hasta el moment() en que se tenian que abrir las puertas de los vagones. Dia tras dia arrastrabanse aquellos trenes para ganado en cuyo vien- tre conducian mujeres indefensas e inofensivas, una carga humana de angustia y de dolor en ai4uel viaje espantoso. Por fin un dia el tren se detuvo bruscamente y hubo una larga espera, mayor que de costumbre, antes de qiie se abriesen las puertas. Cuando vino el guardian nos orde- no recoger nuestras cosas y bajar del vagon. Se nos form6 en el anden, ?detras de los vagones, para que no pudieramos ser vistas por los habitantes del lugar adonde habiamos ? 43 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 1 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 llegado. Al bajar de los vagones y mirar en torno, lleg6 a nuestro conocimiento que nos hallabamos en Akhmolinsk, en la Kazakhstan siberiana. Estabamos en el centro de una docena o m?de campos de trabajos forzados que salpica- ban el territorio en un radio de cientos de kilometros. Cuan- do esperabamos detras de los vagones, lleg? un buen nfi- mero de camiones de carga cubiertos de lona en los que subimos todas para recorrer el ultimo tramo de nuestro Ca- mino. Varios dias tardamos en hacer el recorrido para llegar al campamento que se nos tenia sefialado, aunque la distan- cia era relativamente corta. Por todas partes en torno nuestro veiamos una arena fina, amarilla, propia de una rean semidesertica. Pronto empezo a soplar viento muy fuerte cargado de arena, al grado de que nuestra caravana tuvo que detener su marcha. Las mujeres, agachadas en el fondo del cami6n, estaban poseidas de verdadera histeria al sentir que la tierra les llenaba la boca y las narices, im- pidiendoles respirar. Truenos y rayos y un copioso agua- cero siguieron a ese fenomeno, con lo cual nos empapamos y se enfriaron nuestros enerpos hasta los huesos. Pero la lluvia limpio la atmosfera y pudo nuestro camion reempren- der la marcha. Saliamos de la arida region para entrar en un territorio fertil, un mar infinito de trigales por un lado y de ricos sembrados de hortalizas por el otro. Alla en el horizonte alcanzamos a ver el campo de trabajos forzados nfimero 889, en el que penaban miles y miles de mujeres esclavizadas. Pronto seria yo una de ellas. ? 44 ? npriassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 CAPITULO V NO dispongo de datos estadisticos que ofrecer a mis lectores acerca de este campo de concentracion y de trabajo. Solo puedo decir lo que vi y lo que oi con mis propios ojos y mis oidos en ese lugar donde hube de vivir como un animal hasta el dia de mi liberacion. Afir- mabase en torno mio que eran 6.000 las mujeres que tra- bajaban como esclavas en aquel campo, y algunas prisione- ras que fueron trasladadas a ese lugar procedentes de otros campos, con las que yo hable, me aseguraron que este era el m?pequefio de toda la region. Viviamos en casas hechas de adobe, a razon de 80 cau- tivas y una vigilante en cada casa. Por la noche nos entre- gabamos al suelio amontonadas en tres filas de catres o literas alineadas junto a los muros. La alimentacion era apenas suficiente para mantenernos con vida; se nos exigia un trabajo excesivo con barbara crueldad incesante y el es- fuerzo que desarrollabamos deshacia nuestras espaldas. Se habia metido la Union Sovietica en dispendiosas in- versiones para hacer fertil aquella region arida, y el nti- mero enorme de trabajadores que morian resultaba para las autoridades un precio bastante reducido en pago del rendimiento que exigian de aquel suelo antes infecund?. ? 45 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Los vastos trigales y las enormes huertas eran el producto de innumerables pozos artesianos y de muy extensos siste- mas de riego. Las cosechas que se levantaban eran en ver- dad milagrosas. No era efecto de mi imaginazion hambrienta el ver aquellas zanahorias y patatas que pesaban una libra cada una, y las lechugas, las coliflores y otras legumbres verdes que eran gigantescas. Todo esto se obtenia por abra de las sudorosas esela- vas que labraban las tierras situadas en torno a Akhmolinsk. Los jardines eran creacion de los jornaleros esclavos, desde la excavaeion de los pozos y las cunetas de riego hasta el planteo, el cultivo y la colecta de las cosechas. Pero en tanto aquellos pobres seres humanos que producian tama- ilas riquezas estaban muriendose de hambre, maltratados y humillados en todas las formas imaginables, diariamente se mandaban a la Rusia europea cientos y cientos de auto- camiones rebosantes en sus cajas de aquellos deliciosos ali- mentos que eran el product? de nuestras amarguras. Nuestras raciones alimenticias contrastaban espanto- samente con las riquezas nutritivas de que estabamos ro- deados. Para el desayuno se nos daban 450 gramos de pan. Al mediodia nos entregaban una sopa aguada, y por la no- che una substancia acuosa en la que nadaban unas cuantas legumbres hervidas que ya estaban rancias y por lo tanto eran inferiores en calidad, de modo que no podian incluirse en !as que se embarcaban a bordo de los autocamiones. Un especialista en nutriologia podria dar a mis lectores infor- macion estadistica sobre los efeetos de una dieta semejan- te aplicada a personas que tenian que desemperiar trabajos muy arduos en un clima espantosamente frio; yo solo me limitare a decir que me toc6 ver con mis propios ojos corn? morian de hambre y de frio algunas de mis comparieras. Por lo que a mi se refiere, era bastante fuerte y pude re- sistir el castigo mej or que la mayoria de mis comparieras. -- 46 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 A pesar de ello, si al entrar en la prisien pesaba 69 kilos, el dia en que me pusieron en libertad solo pesaba 43. Cuan- do me capturaron no tenia una sola cana, y cuan do sail del campamento mi cabeza estaba toda blanca, toda blanca. La falta en que incurrian con mayor frecuencia los pri- sioneros en ese lugar era el robo de pan. A pesar del cas- tigo tan severo que se les imponia por robar alimentos, el hambre era m?fuerte que el temor y los robos de esa clase eran constantes. El afan mayor de cada recluso, hasta ser en el toda una pasion, consistia en trabajar en la cocina del campamento. Ahi, el grupo selecto, la "elite" de, los ' prisioneros y los favoritos de los vigilantes recibian pues- tos que los capacitaban para robar alimentos sin correr mu- cho peligro de que los descubriesen. Era tan intensa el ansia de conseguir alimentos, que se liege a establecer una especie de ley de la selva, por la cual cuando moria algin prisionero, se dejaba su cadaver en la litera todo el tiempo posible, para que siguieran enviandole sus raciones alimen- ticias, que se repartian sus companeras de cautiverio. Esa ley era precisa: el alimento de la muerta pasaba a pertene- cer a las dos compatieras del presidio que dormian junto a ella. Hable una vez con una prisionera que fue trasladada a nuestro campo procedente de Komi, en el norte, la cual me jure que en aquella prision se practicaba el canibalismo. Me dijo una noche: ?Si cualquiera que haya estado en Komi le dice a us- ted alguna vez que jamas comi6 came humana? digale que miente. Todos los reclusos, hombres y mujeres, del cam- pamento de Komi han comido alguna vez por fuerza came de sus semejantes. Yo lo hice. Tan pronto COMO moria preso ?hombre o mujer?, su cuerpo era material- mente destazado para comerlo. Y era preeisamente en tales condiciones en las que ? 47 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100371)1nsA Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 nosotras las cautivas tenfamos que hacer una jornada de trabajo cada dia superior a toda fuerza humana. Empeza- barnos nuestras tareas a las 7 de la mariana y no se nos pennitia darlas por terrninadas antes de las 6 de la tarde. Nada m?se nos concedia media hora para el aliment? del mediodia. Trabajabamos sin descanso 10 dias seguidos y la labor no se suspendia jamas, a menos que la temperatura bajase a 35 grados bajo cero. No habia domingos ni dias de fiesta, pero despues de una jornada de 10 dias consecu- tivos de trabajo, venia el "Sanden", o dia del aseo. Habia entonces que hacer la limpieza de todos los edificios, las oficinas, las barracas, las literas y las letrinas. Con suma frecuencia el "Sanden" resultaba ser el dia de mayor traba- jo en vez de un dia de descanso. Tres clases de tareas se desemperiaban continuamente en nuestro campamento. Ademas de la tarea pesada en los campos, habia una fabrica, en la que los cautivos hacian toda clase de equipo para el Ejercito Rojo. Luego tenth,- mos que trabajar en cuadrillas de construccion erigiendo nuevas factorias. Para cada una de estas labores habia una cuota diaria de trabajo, que los comunistas llaman "una norma". Diariamente teniamos que cubrir exactamente esa cuota de produccion, y los capataces debian exigirnosla, en la inteligencia de que con frecuencia nos la aumentaban para el dia siguiente. Cualquiera grupo o cuadrilla que no diese la medida ordenada, era objeto de un castigo uniforme: se le reducia su racion diaria de pan a 100 gramos. Asi se es- tablecia un circulo vicioso cada vez m?inevitable. Los pri- sioneros se esforzaban de continuo por satisfacer la norma de rendimiento a que se les obligaba, para que no les redu- jesen las sOrdidas raciones alimenticias; pero si lograban producir todo lo exigido, entonces se les aumentaba la nor- ma. Esta presion constante por alcanzar una tasa de pro- duccion que nunca se lograba, y sin m?objeto que evitar ? 48 ? noriaccifiari in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 "...Mi amiga y yo fuimos obligadas al aearreo de adobes, recorriendo una distaneia de 200 metros unas eineuenta veces al dia..." Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 el hambre, determinaba ineludiblemente un agotamiento fisico casi completo y ademas una reducci6n creciente de las fuerzas mentales y espirituales de los prisioneros. Fue en los aiios a que yo me refiero precisamente cuan- do Rusia invit6 a unos visitantes de paises occidentales a que fuesen a maravillarse de "los asombrosos triunfos al- canzados por los soviets". Pero los visitantes extranjeros jamas inquirieron con la debida minuciosidad respecto al modo de obtener aquellos logros. Es bien facil hacer que los desiertos rindan cosechas opimas, abrir canales y construir fabricas, si se cuenta para ello con un namero ilimitado de esclavos que se afanen diez horas o ma's cada dia para al- canzar las metas que se les impongan, con tal de no morir de hambre bajo la crueldad de sus amos. Bien podia Rusia mostrarse prodiga con sus recursos de fuerza humana, ya que era incesante la llegada a los centros de esclavitud de toda clase de prisioneros, y llegaban por millares. El trabajo que a mi se me encomend6 con la cuadrilla de alba:1111es, fue construir una fabrica. Mi amiga checoes- lovaca y yo fuimos obligadas al acarreo de adobes hechos de paja y barro con un peso como de 15 kilos cada uno, y unas cincuenta veces al dia trasladabamos de seis en seis aquellos adobes, recorriendo una distancia de 200 metros entre el lugar donde estaban hacinados los materiales y la pared que levantabarnos. Tal fue la norma que se nos im- puso como trabajo diario. Por la noche estaba yo de tal manera fatigada, que casi no podia mover las manos para llevarme el alimento a la boca, y algunas de mis compatie- ras de prisi6n, que estaban menos agotadas que yo, me ha- clan el gran favor de alimentarme. A causa de la postraciOn y la fatiga, la temperatura tan baja y la alimentacion tan insuficiente, la cifra de la mortalidad era en el campamento verdaderamente espanto- sa. Noche por noche salia por las puertas del campamento ? 50 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 un autocami6n que se Ilevaba los cadaveres de las victimas de cada dia. Una noche, por accidente, cuando regresaba yo de mis labores, hube de pasar por el sitio en que los muertos del dia esperaban el autocamion que se llevaba los cadaveres. Conte los cuerpos de los prisioneros que aca- baron su vida en ese dia. Eran varias docenas. Se apilaban los cuerpos unos sobre otros como leflos, desnudos, conge- lados y rigidos. Pese a todo, el campamento ten% un hospital para los que enfermaban seriamente. Lo atendian exclusivamente prisioneros, y casi no habia equip? ni elementos medicos, 111 aun anestesicos para las operaciones que con frecuencia tenian que hacerse a los enfermos. Estaba el hospital ver- daderamente congestionado de enfermos y moribundos, has- ta el punto de que ni a,glomer6,ndolos todavia m?quedaba espacio para otros desdichados que desesperadamente pe- dian que se le atendiese. Al enfermarse un prisionero tenia en primer lugar que avisarlo al vigilante de su galera. Esta mujer, sin prepara- chin cientifica ninguna, era quien debia hacer el primer diag- nestico, y lo que investigaba invariablemente antes de todo era si la enferma tenia fiebre alta. Si le parecia que la en- ferma estaba realmente grave, llamaba al doctor del cam- pamento ; pero si tenia algon rencor contra la prisionera, se rehusaba a atenderla y a llamar al .medico y no habia re- curso a que apelar contra su decision. Mi mayor deseo era salvarme de padecimientos que me obligasen a jr al hospital, porque con frecuencia escucha- bamos los gritos de dolor de los pacientes que eran some- tidos a operaciones o a otros tratamientos sin an estesia al- guna. Pero esa esperanza mia de escapar a todo padeci- miento fisico no Hee) a realizarse. Como ocurrio a casi to- das las demas cautivas, la falta de alimentos suficientes &cab() por producirme en las piernas y en los pies Ilagas ?51? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 y ulceras terriblemente enconadas. A pesar de esto se me oblige un dia a trabajar con un grupo de presas en la Urn- pia de tanques de agua putrefacta, metiendo los pies hasta las rodillas en un verdadero cultivo de microbios. El resul- tado fue que unos cuantos dias despues habia yo contraido una infeccien en la pierna derecha de tal manera grave, que hubo de llevarseme al hospital. El medico resolvie en un instante cortarme la pierna, y aunque estaba medio en- loquecida por la fiebre, grite y llore pidiendo misericordia cuando se me conducia al cuarto de operaciones. Hubiera prefendo morir antes que quedar convertida en una inva- lida en aquel campamento. Despues luche furiosamente con el doctor y las enfermeras hasta obligarlas a dejarme en paz por el momento, dejarme morir, que era todo lo que yo queria. Paco despues la infeccien fue cediendo gradualmen- te y pude salir del hospital, escapando a la tremenda ame- naza de sufrir el tratamiento quirargiCo mediaeval a que se me condenaba. Al recordar y escribir ahora los horrores que vivi en el campo de concentracion mimero 889, comprendo que debe de ser muy dificil que el lector crea estas cosas que real- mente sucedian, y que admita que hay personas de came y hueso que viven y sufren todos esos tormentos. Pero yo afirmo que jamas conoci a una variedad tan grande de seres humanos coma aquellos que se albergaban en mi barraca de aquella prision, ni he visto nunca quien fuese sometido a pruebas tan duras como los rigores y tormentos que cons- tituian nuestra vida diaria de cautivos en Siberia. Las mujeres de mi galera eran principalmente rusas, checas y polacas. Toda profesion imaginable estaba alli representa- da: la abogacia, la medicina, el periodismo, las artes, el gobierno y todas las actividades femeninas del mundo ente- ro: las de ama de casa, las de madre de familia, las de una seiiora de hogar. ? 52 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Una de mis amigas era Anna Petrovna, la bella esposa de un ingeniero civil ruso. Habia sido empleada en la ofi- cina de la misma fabrica en que su marido desempeilaba un puesto importante propio de su profesi6n. Cierto dia, como resultado de una purga inesperada, su esposo simple- mente desaparecio del mundo de los vivos y jamas volvio ella a saber de el. Poco ma's tarde ella tambien co,y6 en p0- der de las autoridades y fue sentenciada a ocho alms de tra- bajos forzados en Siberia. A menudo, cuando charlabamos por la noche ella y yo, me dijo que tenia la esperanza de que se le conmutara la pena, porque sus dos hijos, sus imicos hijos, estaban sirviendo en el Ejercito Rojo. Pero en todo el tiempo que pase yo en aquel campo no vi que recibiera ni una sola carta de sus muchachos, ni fue objeto de conside- raci6n alguna por parte de los jefes del penal, a pesar de que los hijos de ella estaban exponiendo sus vidas por la patria. Me parece que la figura m?extrana en todo aquel cam- po correccional, era una viejecita muy endeble, vestida de harapos, que manejaba una rueca en la fabrica, de telas de la seccian del campaanento reservada a los ancianos y los invalidos. Era la antigua duquesa Ivanovna, y a pesar de verse en un medio de degradacion y .envilecimiento, irradiaba dignidad y gracia. Le era a una facil imaginarla como una gran duquesa sin reparar en el medio incongruente en que se hallaba: tal era la alta calidad de su apariencia y de sus maneras tan gentiles. Vera, otra mujer de las que vivian en mi barraca, era una vieja bolchevique, arquitecta que en los afios primeros de la revolucion se habia ganado muchos premios por sus multiples proyectos de construccion. Jamas habia llegado a saber por que se le tenia encarcelada, por que se le habia enviado a ese campo de esclavitud. Dormia en la misma se- n ie de literas en que estaba el catre de Ludmilla Arkichenko, que durante algin tiernpo fue la admiracion del mundo mu- - 53 ? Yo fui ? 5 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 sical sovietico y pase a ser una esclava m?solamente por- que se rehuse a prostituir su talento creador ajustandose a los dictados de la ideologia del partido. Fue ella quien trate de mantener en alto nuestro espiritu en las noches desola- das, cantandonos trozos de grandes composiciones musicales. Caracter privilegiado en nuestras barracas era Ljuba, el tipo de mujer m?endurecido que yo vi jamas: era una mujer bandolera a la que le faltaba un ,brazo, cuya mu- tilacion era por si misma un resumen de su fantastica ca- rrera. Tenia de amante a Imo de los guardias y formaba con el una pareja que era el foco del activo mercado negro que florecia en el campamento. Sin embargo de ello, Ljuba, sin abandonar su actitud grosera y cinica, procuraba ayudar a muchas de sus compaiieras de presidio que eran m?de- biles y desdichadas. Viendo sus facciones duras y profun- darnente acentuadas, me era fedi creer lo que de ella se contaba: que ella misma se habia cortado el brazo derecho porque lo aposto a un juego de cartas y lo perdio. Hubo una epoca en que aumento considerablemente el robo de pan, en forma alarmante, y con ese motivo nuestra custodia o "Starostka" se puso a investigar el caso y todo selialaba decididamente a Ljuba como la responsable. En un altercado que se suscito entre ellas, la bandolera corone sus insultos con esta declaracien hecha a gritos: ---1 Imbecil! i,Crees tu que yo tuviera que roloarme el pan cuando tengo esto? Extrajo un rollo de billetes de entre sus ropas intimas, en tanto que la "Starostka" permanecia muda de asombro. La bandolera grit() envalentonada : --; Ljuba, a cuyo solo nombre temblaban los habitan- tes de tres "Gubernie" enteras, no tiene para que robar el pan en esta piara de cerdos! Tiempo despues aquella mujer fue elevada a la catego- ria de "Starostka". Con sus metodos sadicos de costumbre, ? 54-- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 los funcionarios del campamento la designaron para vigilar a las monjas, a quienes sistematicamente se trataba como a la casta m?despreciable en toda la escala de los esclavos sovieticos. El problema m?grave que tenian ante si las mujeres decentes de aquella prision, consistia en conservar en alto su moral. Por todas partes veiamos un envilecimiento cada dia mayor. La dignidacl, el respeto de sI mismas, la espe- ranza de un futuro mejor y atin los haitos de la limpieza personal ?todas las aspiraciones normales que se relacio- nan con la vida en la libertad?, iban rebajandose de modo lento pero seguro entre la gran mayoria de nuestras corn- parieras de esclavitud. Como nuestro contacto con el mundo exterior era nub, poco a poco, para muchas de nosotras, aquel campamento empezaba a ser como la (mica realidad que hubiese existido jamas en nuestra vida. No se nos permitia escriloir cartas. Cada tres nneses se nos daban unas tarjetas postales en las que estaba impreso un recatio que afirmaba exclusivamente que todavia vivia- mos. Habiamos de firmar estos mensajes y dirigirlos al pa- riente que quisieramos informar sobre nuestro estado de salud, y luego entregabamos esas tarjetas a las autoridades del campamento para que las mandaran por correo. Gene- ralmente no se recibian respuestas a estos mensajes. Mu- chas de nosotras no nos atreviamos ni siquiera a conservar este dal" contacto con el mundo .situado m?alla del alam- brad? de plias que circundaba el campo. Porque todas sa- biamos que los jefes del penal con frecuencia se servian de las direcciones puestas en aquellas tarjetas postales para lo- calizar y aprehender a los parientes de los prisioneros, de modo que preferiamos sufrir la perdida de todo contacto con los seres amados, para no ponerlos en peligro. Muy de cuando en cuando alguna de nosotras era favo- recida con la entrega de bultos con alimentos que le envia- - 55 --- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 ban amigos o familiares en posibilidad de hacer tales obse- quios. No estaba yo exenta de la codicia espantosa que se apoderaba de todas cuando alguna de las prisioneras recibia un paquete con cosas de corner. llecuerdo claramente una noche en que una de las mujeres que vivian en mi galera re- cible un bulto. Entre otras cosas le mandaron unos cuan- tos terrones de aziicar, y mientras la observabamos mi amiga y yo, de pronto dejo caer al suelo un trozo del dulce que estaba devorando. No apartabamos la vista de aquel pedacito de aziicar y callabamos con la esperanza de que la mu6hacha lo dejase tirado. Despues de un rato que nos pa- recio muchas horas, por fin la chica se quedo dormida, y poniendome yo a gatas entonces, me lance per el piso a co- ger aquel terron. Luego me trepe a la litera en que mi ami- ga estaba esperandome con mucha hambre, y cubriondonos con la manta para que nadie nos viera y nos arrebatase el azticar, la devoramos entre las dos prolongando todo lo po- sible aquel misero deleite para lo cual nos alternabamos en dare una rapida lamida. A pesar de algunos momentos tan duros como ese, unas euantas de nosotras tratabamos de conservar la frente en- cima del mar de desesperacion en que flotabamos. Cierta vez por ejemplo, otra mujer y yo nos pusimos a cambiarnos leceiones de idiomas per la noche, para concentrar nuestra mente en algo distinto de la espantosa realidad de nuestras vidas. Poco tardo en llegar la noticia de esta actividad a los jefes del campamento y se nos name para que respondie- rarnos del cargo de desarrollar "actividades burguesas". El jefe nos habit') con positiva brutalidad y nos amenazo con castigos muy severos Si no suspendiamos tamano desacato. Mi compaiiera se deshizo en lagrimas, y al ver yo que se es- taba humillando ante aquel valenton, le reproche en italiano su actitud y le dije que pusiera un talante firme y resuelto frente a sus amenazas. El comanda,nte, aunque estoy segu- --- 56 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 ra de que no comprendio una palabra de lo que dije, me co- gi6 por el cuello y encarandose conmigo me gritei: ?Eres muy orgullosa, Anna Igniateva, pero no te ol- vides que aqui te quitaremos la soberbia. Y luego hizo con las manos ademan como de torcer algo, como si estuviese retorciendome el cuello. Tuve muchos encuentros como ese con otros funcio- narios, pero yo me habia impuesto a mi misma la obligacion de portarme ante ellos con toda firmeza, sin mostrar miedo, aunque en el fondo estuviese aterrorizada. Esto dio muy buen efecto, y al aproximarseme esos oficiales nunca preten- dieron amedrentarme como lo hicieron con otras mujeres, pero eso si, se vengaban asignandome un trabajo m?y m? duro cada dia. Se me aumentaba la cuota de producciOn muy seguido. Temerosa de que se me reduj era la racion de alimentos que me daban, me esforzaba ye ppr cumplir con la norma asignada. Pero finalmente se me fue imponiendo una serie tal de aurnentos positivamente brutales en el monto del rendimiento que de mi se exigia, que llego un mo- mento en que me fue imposible satisfacer esa demanda. To- da la brigada mia estaba acongojadisima, pues los esfuer- zos que haciamos no nos capacitaban para llegar a la meta. En teoria nos era dado quejarnos de un trato injusto, pero de hecho tal cosa era imposible. El procedimiento a seguir consistia en ir primero a ver al jefe de la galera, y si daba permiso para ello, entonces se presentaba la queja a la MVD. La policia secreta que anteriormente se llamaba NKVD, llevaba ahora la designacion de esa sigla o grupo de iniciales. Pocas presas se atrevian a proceder en tal forma, porque la primera queja o solicitud que se presenta- ba a la vigilanta de la seccion obtenia por respuesta inva- riablemente la palabra "Nieza", que quiere decir: "No pue- do permitirlo". Supe de varias mujeres que no creyeron que tal negativa invariable fuese inapelable y pretendieron Ile- - 57 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 var sus quejas m?adelante, pero las pobres presas desapa- recieron de las barracas despues de haber tratado de recu- rrir a otras autoridades en solicitud de justica, y jamas vol- vimos a verlas. Esto ocurria, por supuesto, en el caso de quejas individuales. Cualquier accion tomada por grupos estaba expresamente prohibida y no solo, sino que se nos advertia que toda protesta colectiva seria severamente cas- tigada. A pesar de todo, los aumentos espantosos de las normas de produccion acabaron por inducir a mi brigada a correr cualquier peligro con tal de exponer su inconformidad. Cua- tro de nosotras nos dirigimos al "nachelnik" o comandante del campo para rogarle que nos reduj era la norma. Sin dar- nos siquiera oportunidad de presentar la solicitud, abri6 pla- za con una serie de maldiciones e insultos, llamandonos "saboteadoras", "cerdas burguesas" y otros epitetos usuales en el lenguaje de los jefes comunistas. Despues se nos corrio de la oficina con la advertencia de que si nos atreviamos a comparecer de nuevo ante 61 en grupo, nos castigaria muy severamente por ese acto de desobediencia. No necesitabamos que nos explicaran el sig- nificado de esta amenaza: bien sabiamos que el castigo era la ejecucion. La pena de muerte se aplicaba por cualquier desobediencia de los reglamentos, si bien tal medida nunca era presenciada por los reclusos. Se ejecutaba fuera de los limites del campo y lo Onico que nosotras sabiamos era que tales o cuales compaiieras de presidio habian? desaparecido. Dentro del campo el eastigo m?frecuente era la "Kar- cer", nombre que se da en ruso a la incomunicacion absolu- ta, la cual podia durar uno o varios dias. Encerrabase al prisionero en un cuarto de adobe de metro y medio por dos metros, sin m?muebles que una banca de madera. Du- rante el periodo de este aislamiento en tan estrecho cala- bozo, se dan al prisionero nada m?200 gramos de pan al ?58 ? IThna-Inecifiari in Part - Sanitized Com Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 dia y algo de agua. La incomunicacion se aplica a las presas por infracciones menores de las reglas del penal, como por ejemplo, tener una en SU poder papel para escribir, ya que esta estrictamente prohibido comunicarse con cualquiera persona que se halle fuera del campo. No era precis() que la encontrasen a una escribiendo una carta, pues bastaba que tuviese en su poder papel para escribir, para que se le considerara culpable. S no lograba, una producir todo lo que se le habia selialado y fallaba varias veces consecutivas en este punto, entonces se le condenaba a un largo period() de "Karcer". Las inspecciones nocturnas, las llamadas intempestivas y la busqueda minuciosa eran en este campo cosa ordinaria, tal como en la prisiOn de Stanislawow. Realizar esas dili- gencias en el curso del dia hubiera privado a la Union So- viatica de varias horas de nuestro trabajo. Para evitar esto se hacian de noche, lo cual quiere decir que se nos restaban varias horas de suefio y de reposo que mucho necesitaba- mos. Ademas, el prisionero a quien se despierta de pronto, se halla en un estado de confusion mental, y estii incapaci- tado para defenderse y para ocultar las cosas que los guar- dianes anden buscando. La inspeccion y el pasar lista por la noche inesperada- mente, eran diligencias que realizaba muchas veces perso- nalmente el "Nachelnik". Cuando se gritaba nuestro nom- bre no nos permitian que nos limitaramos a contestar I pre- sente !, sino que debiamos recitar el parrafo de la ley en que se basaba nuestra sentencia. Las esposas de los funcio- narios sovieticos que habian sido objeto de una purga, de- bian contestar de modo especial, en forma que mucho las humillaba. Cuando al pasar lista de las presas sonaba su nombre, tenian la obligacion de decir nada m?"zhena", que es la palabra rusa que significa esposa, con lo cual se supone que esas mujeres reconocian la parte de culpabili- - 59 ? Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 dad que les tocaba por la conducta de sus maridos. Nada m?deprimente que aquella monotona repeticion de la pa- labra "zhena" en tales diligencias nocturnas, porque las desdichadas senoras, que por lo connin no tenian ni la me- nor idea de la acusacion que se hubiese presentado contra sus esposos, formaban una enorme mayoria.de las reclusas de mi galera. En las inspecciones nocturnas se nos obligaba a desnu- darnos, y en nuestras personas y en cuanto nos pertenecia buscaban los guardias alimentos robados o articulos cuya posesion estuviese prohibida, tales como agujas, papel para escribir y dinero. Teniamos prohibido poseer m?de treinta rublos. Nos esculcaban asimismo todas las noches al regre- sar del trabajo que desempenabamos en la fabrica o en el campo, para convencerse de que no llevabamos con nos- otras ningfin aliment? ni objeto que pudieramos vender o cambiar por cosas de comer. Por mks que casi todas nosotras soilamos alguna noche que nos escapabamos y este sueilo se repetia quiza con al- guna frecuencia, una cosa que nunca hubieramos pensado seriamente realizar era la fug-a. Sabiamos muy bien que era imposible. En primer lugar, el campo estaba ubicado en el corazon de un territorio desolado, muy lejos de cual- quier ciudad grande en la que pudiera una esperar que mez- clandose y ocultandose entre el resto de la poblacion, fuese imposible el descubrirla a una. En segundo lugar, el campo esta rodeado de una alambrada de 'Dims y tiene torres de vigilancia que se elevan alrededor, con unos cuantos cientos de metros entre una y otra. En esas torres o atalayas cus- todian hombres armados dia y noche, con ordenes de dispa- rara sobre quienquiera que se acerce mas de la cuenta al alambrado o que permanezca demasiado tiempo cerca de esa valla. Por otra parte, el campamento dispone de una jau- ria de perros bravos amaestrados para seguir la pista de ? 60 ? nna-Inecifiari in Part - Sanitized Com Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part- Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 cualquier prisionero que pretenda escaparse y atacarlo con furia. Encerradas en nuestra galera por la noche, con fre- cuencia oiamos aullar a esos animales feroces, y sus conti- nuos gruilidos y su ladrar incesante no nos dejaban dormir a menos que estuviesemos tan agotadas por la fatiga, que ni los ruidos m?desagradables pudieran conservarnos des- piertas. Asi que todas nosotras sabiamos muy bien que no habia modo de escapar con exito, y el castigo que se nos impondria si trataramos de hacerlo seria tan duro, que na- die en el campo pretendio jamas huir del cautiverio mien- tras yo estuve alli prisionera. --61-- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 CAPITULO VI AUNQUE llevaba yo varios meses ya en el campamento, jamas habia visto a mi esposo ni tenia noticias de el. Sin embargo, el doctor que nos examine a los dos en Starobielsk, Ucrania, me habia dicho que se nos destinaba a la misma region, y yo sabla que no lejos del lugar en que estaba cautiva habia un campamento para hombres. Las mujeres que trabajaban en los campos me habian dicho que habian visto a unos hombres labrando unos predios cerca- nos a los que ellas cultivaban. Por este motivo le rogue mucho a una de nuestras capataces, y hasta me compre su voluntad con dadivas, para que me destinara a una tarea agricola. Trabajando en el campo dia tras dia, observaba yo a los hombres que estaban no lejos de mi, con la esperanza de vislumbrar alguna vez a Carlos, y una mallana, en efecto, llegamos a reconocernos el y yo desde lejos. Procuramos acercarnos todo lo posible al ir labrando nuestros surcos res- pectivos, hasta que por fin pudimos ponernos al habla. IQue cambiada estaba su figura, cuan temblorosa, que yo habia conocido llena de firmeza, esbeltez y jovial elegancia! Pidiendo a Dios que nadie nos viera y confiando en ello, hablabamos los dos tanto como podiamos, atreviendonos a ? 62 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 mucho. Desde nuestro primer encuentro una mafiana corn- prendi que mi marido jamas saldria con vida de aquel cam- p0. Claro esta que por mi parte procure que no advirtiese en mis ojos la honda tristeza que me inspiraba, ni guise que notara en mis palabras el temor que oprimia mi corazon. Ya tenia yo algo =able que esperar cada dia. Despues de estar en la prision por tanto tiempo, pierde una el senti- do de las horas que pasan, esa nocion que tiene una cuando est?n un mundo en que puede hacer planes pa ra desarro- llarlos libremente luego. En mi situacion de cautiva el tiem- po significaba para mi unos cuantos momentos fug-acisimos que se presentaban imicamente ciertos dias venturosos en los que podia ver a mi esposo y acercarme a el lo suficiente para hablarle. Pero cada vez que lo vela notaba con un ho- rror ma's grande y con desesperada impotencia que el pobre empeoraba mental y f isicamente sin remedio. La imposibi- lidad en que me encontraba de hacer algo en su favor, me hacia a veces desear que mejor hubiese muerto el all?n la prision de Stanislawow, cuando le dieron la terrible golpi- za que le cause su estado actual. Asi se hubiera salvado de esta muerte lenta tan .angustiosa. Porque a pesar del heeho de que estaba demasiado debil hasta para caminar sin apo- yo, se le obligaba a trabajar como los demas, una semana de diez dias de esfuerzo torturante, que aun a los hombres m?sanos los agotaba Muy pronto. Un dia Carlos no aparecio en el campo. Por m?que busque y busque en la distancia su encorvada figura entre los demas siervos, no llegue a distinguirlo. Haciendo a un lado la prohibicion muy estricta que habia de que las presas conversaramos con los hombres, un cautivo de los que vivian en la barraca de Carlos advirtio que estaba yo muy des- esperada y procure acercarseme lo suficiente para decirme en voz muy baja: ? 63 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 ?Carlos esta enfermo de pulmonia. Se lo llevaron al hospital anoche. Nada quedo en pie de todo mi orgullo. Me lo habian doblegado por fin, tal como el comandante del campo me lo habia asegurado en son de amenaza. No pude pensar ya mas que en ver a Carlos de cualquier manera para auxiliarlo. Quiza me permtirian ir a trabajar al hospital. Habia mu- chas presas que prestaban ahi sus servicios. Me dirigi al jefe del camp), al "Nachelnik". De modo que usted quiere ir a trabajar al hospital? Acaso espera que nos pongamos a reorganizar todo el pro- grama de trabajo, nada m?porque su marido esta en- fermo ? Vuelvase a su tarea. No se le concede lo que pide. Y tuve que volver a mi trabajo en el campo. Lo Unico que habia hecho para mi tolerable la vida en los Ultimos meses era que a veces podia ver a mi esposo. Ahora regre- saba al trabajo cada mat-Jana con la esperanza de tener no- ticias de el. Pero los hombres de su barraca no podian de- cirme nada porque nada ,sabian ellos. Hasta que por fin una maliana, dos de sus camaradas me trajeron la dolorosa noti- cia : Carlos habia muerto. Todavia fui a ver una vez m?al "nachelnik". De se- guro me permitirian ver a mi esposo por la Ultima vez. Ahora que estaba muerto no habria peligro alguno en de- jarme verb. No se me dej aria ir a dare mi Ultimo adios? darian permiso de ir a su entierro? ?No estA. permitido. Eso se prohibe estrictamente. Pero el jefe agrego, sonriente, que mi marido recibiria un entierro adecua,do. Uno o dos dias despues, los amigos de Carlos me dijeron cuanclo trabajaba yo en el campo, que su cuerpo desnudo habia sido echado en una tumba sin nin- guna sefial, junto con los caiaveres de otros tres prisione- ros que habian muerto el mismo dia. ? 64 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 No me quedaba ya a mi ning?n aliciente para seguir adelante. Nada, nada habia ya para mi en la vida. Por la noche ya no soriaba con el pasado. Ya no pensaba m?en el futuro ni me importaba que me pusiesen en libertad o no. Mi fink() pensamiento de dia y de noche era la tragedia espantosa que habia ocurrido a dos personas camp Carlos y yo, y el hecho de que en breve espacio de dos arios, nos- otros y el mundo en que viviamos antes habiamos quedado destrozados sin ninguna raz6n, sin motivo alguno que pu- dieramos comprender. Y los dias se sucedian unos tras otros como en una siniestra pesadilla, sin sentido ni termini:). Pero la guerra sigui6 adelante como mi tragedia. Ya los ejercitos de Hitler habian invadido hasta muy adentro el territorio de Rusia y continuaban ganando terreno. Los so- vieticos necesitaban desesperadamente tropas que pudie- ran sostenerse a toda costa frente al avance arrollador de los nazis. Asi que se lanzo un llamamiento a todos los pueblos eslavos convocandalos para que salvaran a la "Madre Pa- tria". Los checos y los polacos que habian sido condenados a trabajos forzados recibian ahora de los rusos el nombre de "hermanos". Se anuncio que se les pondria en libertad sacandolos de las carceles y de los campos de esclavitud, pa- ra formar con ellos unidades de combate y lanzarlos unidos a las tropas rojas contra el invasor, para la salvacion de Rusia. Aguella frigida mariana de enero de 1942 en que fui puesta en libertad con otras compatriotas mias, senti que ya no podria aspirar a la felicidad y no me daba cuenta de nada. Que significaba para mi el salir de la prisiOn? Ago- tada por m?de dos arios de cautiverio y de traba,jo forzado, anonadada por la pena de la terrible muerte que sufrie mi esposo, nada me importaba ya lo que me ocurriese. Cuando me preguntaron ad6nde queria ir, lo imico que pude con- testar fue: ?A cualquier lugar en que haya calor. ? 65 -- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16 : CIA-RDP83-00423R001100320005-9 * * * Durante tres arios estuve al servicio del Ejercito Che- coeslovaco de Oriente, hasta que termino en Europa la Gue- rra Mundial Niunero II, y todo ese tiempo tuve la convic- cion de que a pesar de lo que habia pasado cuando estaba en poder de los rusos, mis esfuerzos en la lucha tenian por ob- jeto restaurar la libertad de mi propio pais, Checoeslovaquia. Pero poco despues de terminada la guerra comence a ver cla- ramente, como lo advirtieron hasta los ma's optimistas, que el territorio que Rusia habia reconquistado exclusivamente por la ayuda de otras naciones, el Soviet estaba resuelto a anexarselo para extender sus dominios. Despues de todo, nuestros servicios en el Ejercito Oriental solo habian con- tribuido a ?que el Imperio Sovietico subyugara a otros pueblos. Segura de que asi habia sido, decidi abandonar a Eu- ropa. Ahora he encontrado ya un puerto seguro entre los pueblos libres del Hemisferio Occidental, y me enorgullezco de decir que despues de tanta angustia, de tanta tragedia, de tantas dolorosas vicisitudes, soy por fin ciudadana mexi- cana. Querria yo que fuese posible recordar solamente los dias buenos y felices del pasado y olvidar las horribles aven- turas que ineludiblemente hube de vivir. Pero el pasado no es cosa que pueda borrarse facilmente, y menos aim cuando cada dia hay hechos que me recuerdan por fuerza que la tirania todavia florece ; cuando leo por todas partes los relatos que hacen unos cuantos afortunados que logran escapar del infierno sovietico, en tanto que millones y millo- nes de personas permanecen todavia cautivas en los campos de esclavitud que estan mas alla de los Montes Urales. Yo que he visto esos campos de esclavos en operacion, que he padecido y presenciado el sufrimiento de mis compa- rieros de cautiverio, puedo y debo confirmar los horrores que describen las personas que han huido de aquel martirio. ? 66 ? Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Por esta razon domino mi repugnancia y me pongo a escarbar en mi memoria los recuerdos de mi esclavitud en la Union Sovietica. Pecaria yo de ingrata si ahora que he recuperado la libertad, no hiciera publica esta narracion para que mis nuevos compatriotas puedan juzgar por si mismos del caracter del regimen que este, gobernando en esta epoca a incontables millones de ciudadanos contra su voluntad, tanto en mi pais nativo como en los o tros paises situados detras de la Cortina de Hierro. ? 67 --- Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9 I. Este veridico relato fete publicado originalmente por capitulos, en ediciones sucesivas, del gran dia- rio Mexicano "El Universal", a solicitud de la L. F. M. Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release @ 50-Yr 2013/07/16: CIA-RDP83-00423R001100320005-9