(SANITIZED)UNCLASSIFIED SPANISH-LANGUAGE PUBLICATION ENTITLED, EL EXISTENCIALISMO, BY DR. JULIO FAUSTO FERNANDEZ(SANITIZED)

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• Release Decision: RIPPUB
• Original Classification: S
• Document Page Count: 277
• Document Creation Date: December 22, 2016
• Document Release Date: February 17, 2012
• Sequence Number: 3
• Publication Date: July 27, 1950
• Content Type: REPORT

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EL EXISTENCIALISMO
IDEOLOGIA DE UN MUNDO EN CRISIS
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JULIO FAUSTO FERNANDEZ
EL EXISTENCIALISMO
IDEOLOGIA DE UN MUNDO EN CRISIS
P R O L O G O
D E
JESUALDO
UNA CARICATURA DEL AUTOR
POR
T O N G S A L A Z A R
Ediciones Pueblos Unido.r
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Colonia y Tacuaremb6
C. Correo 5S9
MONTEVIDEO - URUGUAY
PRINTED IN URUGUAY
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A MARIA LTIISA, sin cuya valiosa y
leal colaboracion esta obra no hubiera silo
posible.
Montevideo, primavera. de 1949.
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"Todas las epocas decadentes y
amenazadas de disolucion exa-
geran to subjetivo, mientras
que las epocas de progreso
muestran una tendencia obje-
tiva".
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PROLOGO
Estaba lejos de sospechar quo do una simple conversa-
tion, si biers ap'asionada, durante la cual incite 'a Julio Fausto
Fernandez para- que estudiara a fondo, desde un punto de
vista materialista diale'ctico, at existencialismo -del cual to-
dos hablan y del que los mas ignoran la peste que va de-
jando-, iba a resultar .este libro denso, jugoso, invalorable
quo hoy prologo y de cnyai presentacion me respons~abilizara
el propio Dr. Fernandez. Puedo decir, asi, antes quo nada,
que le he visto pacer, crecer y culminar; y agregar en segui-
da, que os este de los libros quo no neeesitan presentacion y
eso a fuer de caer en un lugar comitn.
Much;as veces hablamos largam;ente con Fernandez de la
necesidad do examinar con ?detenimiento esta pretendida "fi-
losofia" que de un tiempo a esta parte florecc -a menudo
despseocupada, on otras apasionadamente- on la conversa-
cion de cualquier persona mas o memos enterada do lo que
viene sucediendo on el mundo de las tetras y nos pregunta-
bamos: j que otra forma do interpretation moral diet destino
del hombre quo no fuera esta, podria surgir en la evolu?cion
de la aterrada mentalidad burguesa-capitialista, a razz de las
dos hecato,mbes de este siglo, provenienfe de la tremenda in-
segu?ridiad del individuo on esta cada dia mas in?hospita goo-
grafia capitalista? Esta "psicosis de inseguridad" que'inva,
de a una generation que ha quedado desnuda blajo la intent,-
perie, y que obliga a apelar at czar o a la fatalidad antiguos
para explicar to que no entiende -tal Como dice Lafargue
sucedio despues de la Revolution. Francesa, que genero el ro-
manticismo supersticioso y religioso-, en nuestra epoca ha
abonado el florecimiento del existencialismoy pare las menta-
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lidades desprovistas de f e, an la revolution socialista, como
una desesperflda salida ante semejantes hecatombes padecidas.
Sabia que la obra que resultara -de las indagaeiones de
este desconocido para los rioplatenses, habria de ser coma yes:
un espejo de su claridad polemica, de su sentido y versacion
an filosofia y de su progresista situacionpolitica. Unido desde
muchos anos a la actividad agitativa deeste universitario' ca-
ribeno, cuya palabra 'y action an El Salvador marca tiempo
nuevo pvra las oulas, ?~eciin a su llegada a nuestro pais pudi-
mos convivir at juego de la frente y at pulso de los sentidos.
Y ahi, on esa dimension diolectica, Julio Fausto Fernandez
se nos aparecio mds avaluado atin; todo lleno de sugereneias
e interpretaciones hondas y cab ales a trcaves de un raciontalis-
ono agudo, comp un filtrador de primera ngua con viejo oficio
de alquitarador. Y de tat oficio as que da cuenta, precisa-
mente, an estie' libro suyo sobre at existencialismo, "ideologic
de un mundo en crisis", coma le subtitula, para que no haya
equivoco an cuanto a la direction del examen precise (yo diria
funcional), qua realiza de esta formulacion neo-medieval.
En su introduceion y tres capitulos Fernandez estudia y
plantela !et problema an. general; senala la caracteriologia lite-
raria con sus antecedentes, premisas, conceptos, temdtica, tec-
nica, elementos materiales y parentesco romuntico; desentrana
la totalidad de sus raices desde at principio de la f iloso f ia,
las corrientes f rances;as, espailolas, alemnanas y de otras nacio-
nalidades, radicando su diseccion mks incisiva an Husserl y
su ntietodo fenomenologico o de la reduction eidetica, base do,
la, filosofia de Heidegger, y an este, quien, por primera vez,
reune las dos corrientes pre-existencialistas burguesas: la do
la angustia y la de la metafisica racionalista quo Heidegger
irracionaliza -"ironias de la diarlectica objetiva!", nos dira
Fernandez un poco mairenescamente...-; y la culmination
de esta pretendida filosofia con Sartre an sit primera eta pa,
y con Marcel "qua lleva h,a4a sus icltimas consecuencia s las
premisas expresas y tacitas del existencialismo", ya que as
Marcel "el icnico que saca las conclusiones teologicas invivitas
an la fa7osofia existential". En esa su idtimna parte, Fernandez
revisa y sitria atentamente los problemas qua entrana esta
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ideologia, que no alcanza a ser filosofia: las tres regiones del
ser '(ser en-si, scr para-si, ser pares otro); Dios, la nada y to
absoluto; contingencies y libre albedrio; el conocimiento y la
etapo de Marcel con sit existencialismo eseolastico; el proble-
ma de la intuicion; determinismo y libre arbitrio y un resu-
m'en final con conclusiones, a Craves del cual contrasta este
existencialismo, "ideologia do la burguesk im?perialista", con
el materialismo dia.lectico, "conception filosofica del proletia-
riado revolucionario", como asi las resume en sit clasificacidn.
El proposito do Fernandez es, pues, demostrar quo la de
Sartre no es una filosofia nueva y menos an una ideologia
progresista, "comp creep machos jovenes irncautos", yes que
este mundo en crisis, agonizante len la acepcion do morir, in-
capaz de producir nada auevo ni original, se sirve 'de formas
caducas, agotaidas en sit contenido y pretendidamente nuevas;
que es, on consecuencia, ideologia de un. mundo on crisis, pero
no de una de eras tantas crisis ciclicas del regimen capita-
lista, en un caso, o pasajera y superable en filosofia, en abs-
tracto, en otro, sino "de la crisis total. del regimen capitalista;
de la crisis que conduce inevitablemente at hundimiento de:-
finitivo de eso regimen para de jar sitio at regimen socialista",
y todavia, no de una crisis de la filosofia on general, sino
"do is 'chimes etapa de descomposicion de la filosofia bur-
guesa, cuya, crisis se inici6 a m.ecliados del sigio' pasado". Todo
esto como para que no se interprete mat, ni se crew que sit
planteo adolece de ambigiiedades de algunai especie.
La intention do estas mis palabras liminares, mess que sir
tuar los problemas del existencialismo, cosa que Fernandez
realiza brillxantemente, revisando el fundamental material cri-
tico y hurgando de primera en la vacua densidad dde Sartre
y en el oscuro y fatigoso laberinto de sus antecesores, es mks
que nada denunciar la presencia de este intelectual Sentre nos-
otros. Es Julio Fans to Fernandez, valioso hombre de causa
legitima y probada justicia, para quien la vida es algo mts
que una peripecia aventurera o una ligera anecdotes literarus,
y sit filosofia, nun ca una novela policial de la existencia, como
para Ruggiero es, en cierto modo, el existencialis?no. Fernan-
dez pertenecle a los hombres nuevos de un tiempo nuevo, sin
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mts ;acd ni mks alla; en el Centro des l tiempo y del ser, es
decir, de la vida. Es uno de los n.60-humanistas proletarios
quo trabaja para arran.car a la sabidur?a todos sus secretos
y ponerlos at servicio de la Humanida,d entera; dominar el
tiempo y el espacio con su inteligencia j descubrir Nara el
porvenir el equilibrio de todas las fuerzas del hombre, "el
capital mas precioso", coma afirmo Stalin de este, el que, en
cualquier ideologia progresista -no ya para el comunismo-
ha de ser, es, el que pueda devolver el fuego a Prometeo d'es-
pues de haber fundido sus cadenas y liberado at gigante de-
f initivamente.
JESUALDO.
Montevideo, noviembre de 1949.
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INTR0DUCCI0N
"Cuando el m.undo estd at derecho, toda reflexidn
critica y verdadera le sirve y to refuerza; cuando el
mundo estd at reves, la ciencia y el pensamiento son
enemigos porque descubren el caos, hacen resaltar las
contradicciones y profetizan la ruina".
ROGER GARAUDY.
1. Equivoco: filosofia de la crisis o
crisis de la filosofia.
La palabra existencialismo sirve actualmente para de-
signar tanto una moda literaria, como una corriente filosofica.
Observando mejor las eosas, so ve que cl existencialismo es
algo mas clue una doctrina filosofica y, desde luego, mucho
mks que un "movimiento" literario. El existencialismo apare-
ce entonces Como un complejo fenomeno ideologico cuyas ma-
nifestaciones se hacen sentir no solo on los Campos de la fi-
losofia y del arte, sino tambien en los do la ciencia, la religion
y la politica.
En el piano filosofico, el existencialismo es actualmente
tema obligado. De el se ocuparon ya. tres Congresos de Filo-
sofia: el Congreso Internacional de Roma (1947), el Congreso
Tomista, que tambien se reuni6 en Roma y el Congreso de
Mendoza, Republica Argentina (abril de 1949). De el se ocu-
paran los proximos Congresos do Filosofia quo tendran lugar
en Mexico y Amsterdam.
En el piano artistico, el existencialismo ha pretendido tras-
cender los limites de la literatura y llevar sus conclusiones a la
produecion cinematografica, a la pintura, a la musica y a las
Otras antes. Se habla ya de una estetica existeneialista.
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En el piano cientifico, el metodo fenomenologico, metodo
intuicionista y anti-eientificode que se vale el existencialismo,
es aplicado con tenaz perseverancia en las ciencias sociales, con
el propbsito de destruir los fundamentos mismos de dichas
cieneias, cuyos postulados ma.s rigurosos implican serios peli-
gros para el regimen burgues.
Las consecuencias religiosas del existencialismo constituyen
el tema central de la polemics entablada entre tomistas y exis-
iencialistas catolicos. Asi como las derivaciones politicas cons-
tituyen el punto principal del debate entre marxistas y exis-
tencialistas.
La simple enumeracion de estos heehos nos demuestra que
el existencialismo es una ideologia que tiende a dar la pauta
en todas las manifestaciones espirituales de nuestra epoca. Es-
ta circunstancia no ha sido vista con entera claridad, a nues-
tro juicio, ni siquiera por los marxistas franceses que en las
filas de izquierda fueron los primeros en abrir el fuego contra,
el existencialismo. Desde un punto de vista mss general, ban.
contribuido a la restringida apreciacion del existencialismo al-
gunas expresiones demasiado abstractas, y hasta cierto punto
ambiguas, de los historicistas italianos. Unos de el.los afirman
que el existencialismo es una filosofia de la crisis; otros, que
es la crisis de la filosofia. I De que crisis se trata o de cual
filosofia q Ile ahi el equivoco. Por la forma tan general en que
esos senores hablan, se puede entender que se trata de una de
tantas crisis clelicas del regimen capitalista, on un caso ; y de
una crisis pasajera y superable de ]a filosofia en abstracto, en
el otro. Nosotros nos proponemos demostrar que el existencia-
lismo es la expresion ideologica, no de una crisis cualquiera,
sino de la crisis general del capitalismo, de la crisis total del
regimen capitalista, de la crisis que conduce inevitablemente al
hundimiento definitivo de ese regimen para dejar sitio al regi-
men socialista. Nos proponemos demostrar tambien que no se
trata de una crisis de la filosofia en general, sino de la ultima
etapa de descomposicibn de la filosofia burguesa, cuya crisis
se iniciu a mediados del siglo pasa.do. En estos terminos, el pro-
blema queda planteado sin ambiguedades de ninguna especie.
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EI, EXISTENCIALISMO
El mismo Jean-Paul Sartre, maximo exponente actual del
existencialismo, nos da la razon en este planteamiento. En su
articulo.Que es la literatura, escribe : "No tengo dificultad en
admitir la description marxista de la angustia existencialista
comp fenomeno de epoca y de clase. El existencialismo, bajo
su forma contemporanea, aparece sobre la descomposicion de la
burguesia y su origen es burgues ". (Revista "Realidad". N9 6.
Bs. Aires). De paso notemos que al usar maliciosamente la pa-
labra "description", Sartre atribu1e a los marxistas el use
del llamado metodo de la "deseripc on feliomenologica" del que
tanto abusa el existencialismo; como si alguna vez un verdadero
marxista hubiera renunciado al use del unico metodo realmente
eientifico, el metodo dialectico.
El existencialismo, de profunda raiz irraeionalista, es la
superestructura ideologica del mundo capitalista en su etapa
agonica. Roger Garaudy, Profesor Agregado de la Universidad
de Paris, dice con entera claridad : "El Capitalismo on des-
composicion no puede tolerar ya iquo la inteligencia se ocupe
de sus asuntos : un espejo fiel es urr testigo fastidioso. Por lo
demas el edificio esta tan agrietado y tambaleante que un
experto imparcial no podria apuntalarlo sino reconstruirlo".
(El comunism.o, la cultura J la moral. Ed. Pueblos Unidos.
Montevideo. 1949. Prig. 11).
II. No es una moda, es la ideologla
de una epoca.
La mayoria de los intelectuales de izquierda se sienten
inclinados a considerar el existencialismo como una moda pa-
sajera y desdeflan presentarlc combate seriamente. A nuestro
juicio, esta actitud confiada, aunque un tanto ironica, revela
una profunda falta de vigilancia on el frente ideologico, de
la que se aprovecha. la reaction para atraer hacia sus filar,
agitando Jos mitos existencialistas, a gran numero de jovenes
intelectuales, sugestionados por el talento literario de Sartre o
per el misticismo de Marcel. Una oportuna y seria critica del
existencialismo y su parangon con el materialismo dialectico,
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puede evitar clue esos jovenes intelectuales, on su mayoria de
estraccion pequefioburguesa, vayan a engrosar las filas de la
reaeeion: no hay razon alguna, a noser la apatia de los inte-
lectuales marxistas en ejercer su funcion orientadora, para que
ellos dejen de ser aliados del p-roletaria. is deber nuestro
no olvidar que, como dice Henri Lefebvre, "los j6venes clue
se proponen pensar el mundo c*orren aun boy el peligro de
encontrar frente a ellos al existencialismo, adornado con el
doble prestigio de la filosofia y del arte". (Henri Lefebvre. El
existencialismo. Ed. Lautaro. Bs. Aires. 1948. Pag. 110).
Puede ser que algunos aspectos adjetivos del existencialis-
mo esten llamados a constituir una moda pasajera, pero su meo-
llo filosofieo, como expresion clue es de la ideologia do una
epoca, de la epoca culminante del. capitalisino monopolista, de
]a epoca del imperialismo, no desaparecera sino despues de que
hayan desaparecido las causes economicas y sociales que la en-
gendraron. Es por ello que conviene distinguir con claridad
lo clue hay do nuevo y de peligrosamente atrayente en el exis-
tencialismo, de lo quo hay on e1 de podrido y eaduco, a fin de no
malgastar polvora en lo segundo y coneretar el fuego en lo pri-
mero. El libro de G. de Torre, Valoracion literaria del existen-
cialismo- (Ed. Ollantay. B. Aires, 1948), ha contribuido a acla-
rar en parte este problema. Para G. do Torre la importancia del
existencialismo radica en la incorporacibn, por.vez primera, de
ciertos conceptos filosoficos a la novela y el. teatro. Estas son
sus palabras: "Lo nuevo on Jean-Paul Sartre no es su crudeza
tematica, ni su atmSsfera amoral, ni su expresion impudica, lo
nuevo no es esa tendeneia. cinica, tremenda, malhablada, lo
realmente nuevo es quo la crudeza do los relatos do Sartre
tiene un catheter sutil y especioso porque responde a un pre-
eoncepto intelectual: las situaciones y los personajes sartrea-
nos nos son ofrecidos Como ejemplos de una cosmovisi6n pecu-
liar muy elaborada y meditada. La obra do Sartre impresiona
e interesa mIs por su intention filosofiea subyacente que por
su descarada salaeidad ".
El existencialismo, bajo su aspecto filosofieo habia ya con-
quistado a gran parte de ]a intelectualidad del mundo capita-
lista antes do la guerra : IIusserl, con su metodo de reduction
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fcnomenologica, le abrio las puertas de las universidados bur-
guesas y Heidegger lo llevo a la m.etafisica. En la posguerra,
Marcel lo ha Ilevado ha.sta la teologia y Sartre lo ha conver-
tido on literatura. En 1946 el existencialismo esta en su apogee :
Sartre es el sumo sacerdote parisicnse quo interprets a Heide-
gger, orlieulo de Friburgo. En ese ano otro existencialista,
Albert Canius, on una entrevista concedida a John L. Brown
para el New York Times, pudo decir quo Francia tenia entonces
tres grandes profetas : Carlos Marx, Jean-Paul Sartre y Jesu-
cristo. Y agrego : "on ese orden ".
Entre los intelectuales espafiolos y latinoamericanos, torpe
seria negarlo, el existencialismo se propaga cada dia mss. Una-
muno fuc un precursor de inmenso prestigio. Ortega y Gasset
le preparo el camino desde la Revista de Occidente. Jose Ber-
gamin desde la revista Cruz y Raade' gang adeptos para Hei-
degger. Hubo tun tiempo, on los anos inmediatos anteriores a la
segunda guerra mondial, on que Iasi no habIa en las univer-
sidades latinoam.ericanas profesor de filosofia o do sociologic
que no se declarase fenomenologo. Era la vanguardia existen-
cialista quo hacia su aparicion.
Las multiples ineertidumbres de esta postguerra, con sus
inquictantes interrogaciones sobre la suerte de la paz y sobre
el porvenir ininediato del regimen capitalista, constituyen pro-
picio caldo do cultivo para el desarrollo del virus existencialis-
ta, cuya esencia es la angustia y la desesperanza. Pese a su
auge actual, el existencialismo no es, como algunos han creido,
un producto de la ultima guerra, Henri Lefebvre, on la, obra
quo hemos citado, demuestra que entre 1920, y 1925 un grupo
de jovenes de diversas nacionaliddes elaboro en Francia. una
doctrina cuyas conclusiones eran las micmas que hoy proclaman
como novedades Sartre y sus corifeos. Puy ntra parte, el ver-
dadero creador del existencialismo no es Sartre, lino Heidegger.
En una conferencia dictada en el Salon Kraft de Buenos Aires,
el Dr. Carlos Alberto Erro, refiriendose a osos filosofos, decia
bace poco: "El filosofo aleman publico su obra capital quince
aflos antes quo el frances. La originalidad pertenece, Iasi toda,
al primero. Sartre ha requisado con gran talento los mismos
temas a los que Heidegger ha dado vigencia filosofica. Este es
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22 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
el creador ; el otro el continuador heterodoxo. Y no es justo ni
cxaeto eolocarlos en el mismo piano como si los dos fueran los
padres del existencialismo". (La Prensa. Bs. Aires, 30 agosto
1949).
Para apreciar en sus justos terminos un fenomeno ideolo-
gico taxi complejo Como es el existencialismo, have falta situarlo
en una perspectiva historica adecuada..-A. este respecto, en
obligada antieipacion de conceptos, debemos esbozar aqui el pro-
ceso de descomposicion de la filosofia buxguesa que culmina
con el existencialismo. Del si ;lo XVII hasta mediados del siglo
XIX, la filosofia refleja los intereses entonces progresistas de
la. burguesia on ascenso. En esa epoca la burguesia es una
clase joven, fuerte y optimista, llamada a transformar revolu-
ciona.riamente el regimen feudal: todo razonamiento verdade-
ro, toda verdad cientifica, toda idea generosa la favorece en su
lucha contra los senores feudales. Asi nave una concepcion ra-
tional del mundo imperfecta, pero grandiosa, a base de con-
ceptos universales y objetivos.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX comienza el
proceso de declinacion do la burguesia como clase Y. conse-
cuentemente, su vision del mundo se estrecha y entorpece. Ahora
ya no es una clase joven que lucha contra un regimen caduco;
es una clase madura que so defiende contra la pujante clase
del proletariado, cuya mision historica es enterrar al regimen
burgues. Desde 1848, mas o menos, hasta finales del siglo XIX,
la filosofia burguesa renuncia a la pretension de desentranar los
enigmas ultimos del universo y se refugia en el agnosticismo,
decla.rando que nada podremos saber sobre la esencia de las
cosas : la verd.ad comienza a constituir un peligro para el ca-
pitalismo. La filosofia burguesa oscila entre un vacuo solipsismo
y un materialismo vergonzante. En Francia. el agnosticismo se
nmanifiesta principalmente bajo la forma del positivismo y en
Alemania preponderantemente bajo la forma del neokantismo.
De la anterior concepcion optimista del universo no queda sino
una pobre caricatura. A fines del siglo XIX haven su aparicion
en el escenario mundial los grandes monopolios internaciona-
les, con epos el capitalismo entra on la etapa imperialista. La
filosofia "oficial" burguesa abandona definitivamente el idea-
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EL EXISTENu'IALISMO 23
lismo objetivo que afirmaba in realidad del mundo exterior y
se refugia en un subjetivismo cada vez mas sombrio y cargado
de pesimismo. Comienza in lucha a fondo contra los conceptos
rationales on nombre de in "intuicion".. Despues de la primera
?sierra mundial, cuando la crisis general del regimen capita-
lista se hace evidente, los filosofos burgueses, so pretexto de
buscar una sintesis quo supere tanto al idealismo como al
niaterialismo, se dan a in tarea do elaborar un metodo en el quo
pueda hasarse el pensar subjetivista y una metafisica que her-
mane los delirios misticos de un Kierkegaard con in seudo-ob-
jetividad escolastica de la filosofia universitaria. Husserl lle-
vard a cabo in primera tarea y Heidegger la segunda. En
la actual posguerra, Sartre completara in obra reuniendo en
confusa mezela las tres corrientes do pensamiento mas reaccio-
narias que Cabe emparentar : el idealismo subjetivo, la angustia
de los pensadores mas radicalmente individualistas y la sutil
metafisica de la nada, elaborada por la "filosofia" oriental.
Por su paste, Marcel ensayara unir mas estrecha.mente la nue-
va tendencia ideologica con el misticismo occidental. Esperamos
poder demostrar estas afirmaciones.
El existencialismo, reflejo on el piano intelectual de las con-
tradicciones del capitalismo en el periodo imperialista, es la
arianza de esas distintas corrientes de pensamiento, no siempre
bien avenidas. La nueva ideologia tiene tres caracteristicas muy
acentuadas : a) nic-ga el caracter objetivo y rational del cono-
cimiento y, por consiguiente, in universalidad de los conceptos ;
b) ataca el doterminismo y exalta el libre arbitrio, ignorando
deliboradamente in sintesis dialectica de ambos extremos; y, c)
niega la existencia de leyes que determinen in evolution his-
torica de la sociedad. Con el existencialismo in filosofia bur-
guesa se niega a si misma, renuncia a in pretension de validez
universal, abandona la objetividad y deja de ser filosofia en
el. sentido estricto do la palabra, es decir, se convierte en su
contrario. La base del filosofar deja de ser el razonamiento
discursivo, el lugar del cual es ocupado por in "intuicion esen-
cial" del fenomenologo, la "tonalidad afectiva" de Heidegger,
la "experiencia interna" y los estados de conciencia "vividos"
de los existencialistas. Pero, como dice un discipulo do Marcel,
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el. jesuita Juan Luis Segundo : "la vivencia, en todo su calor
vital, es plenamente subjetiva y aim intrasmisible". El mismo
autor anade: "La objetividad de un juicio es la razon ultima
de an universalidad en toda filosofia realista de sentido co-
mnun... Ahora bien, en razon do an misma esencia, Ia filosofia
existeneialista no puedc aspirar a una tal universalidad, puesto
que no llega a la plena objetividad". (Existencidlismo, filo-
sofia y poesia. Espasa-Calpe Argentina, S. A. Bs Aires. 1948.
Pags. 46 y 48).
La filosofia burguesa ha' dejado de ser, cuando menos, lo
que tradicionalmente se ha convenido en Ilamar filosofia den-
tro de la tan Ilevada. y traida cultura occidental. La. ideologia
burguesa no refleja ya, como -durante la juventud del capita-
lismo, la realidad social; ahora hay una ruptura entre el pen-
samiento filosbfico burgues y in evolucfbn historica de la so-
ciedad. Si ci pensamiento burguos fuera actualmente un reflejo
exacto de la realidad historica, tendria que vaticinar, forzosa-
mente, el fin proximo de las relaciones capitalistas de produc-
eion, peso entonces dejaria de ser filosofia burguesa para con-
vertirse on ideologia proletaria La filosofia del proletariado, el
materialismo dialectico, es sintesis superadora, entre otros mo-
tivos, porque es- Ia negacion del existeneialismo, dicho de otra
manera : porqiie es Ia negacion de is negacion de la filosofia
burguesa.
III. Di'versos matices del existencialismo.
Sartre dice que hay dos especies de existencialistas : los
eatolicos, entre los que coloca` a Karl Jaspers y a Gabriel
Marcel, y los ateos entre los que coloca a Heidegger y se
incluye elmismo. (El existenclismo es un humanismo. Ed.
Sur. Bs. Aires. 1947. Pags. 15 y 16). Tal clasifieacion, por
simplista, adolece de algunos defectos. En primer lugar, el
ateismo de Heidegger es sumamente discutido, como tendremos
oportunidad de ver. El ateismo del mismo Sartre no es tan
consceuente como e1 cree, pues,. Como lo demostraremos en
el curso de este ensayo, su ateismo consiste en sustituir una
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EL EXISTENCPALISMO 25
metafisica por otra aim niis oscurantista: en sustituir la me-
tafisica, del ser y la afirmacion, por la. metafisica de la nada y la
negacion. A tal grado es esto cierto, que Vicente Fatone ha
podido escribir: "El Dios de Descartes y el puro esfuerzo de
Sartre coincides on su realidad absoluta, en su extra-teln-
pora.lidad, en su productividad, en su responsabilidad, en su li-
bertad". (El existencialismo g la libertad creadora. Ed. Argos.
Bs. Aires. 1948. Pag. 176). En segundo lugar, estan ausentes
de la clasificacion tanto los existencialistas Barth y Buber,
como los existencialistas rusos Chestov y Berdiaeff, profetas
de una religion quo no es la del Apostol Pedro, "piedra que
permanece", sino la de Juan Evangelista, "rayo que surca
el espacio ".
En lo que, tiene razon Sartre es en emparentarse con lIei-
degger y en unir a Jaspers con Marcel. Asi como Sartre
"es Heidegger revisado y corregido; pero enya base siempre es
Ileidegger"; asi tambien el existencialismo do "Gabriel Marcel
en cierto modo esta inspirado en ci existencialismo de Jaspers,
pasta el unto quo a menudo es idontica su terminologia".
(Armando Cuvillier. Las corrientes irracionalistas en la filo-
sofia contempordnea. Ed. Claridad. S. A. Bs. Aires. 1949).
Sean cuales fueren las diversas formas y matices que el
existencialismo asuma, lo cierto es quo la base comfin do todas
sus manifestaciones hay quo buscarla en la an.gustia do los pen-
sadores burgueses, engendrada por la inestabilidad y transito-
riedad de la realidad historica actual.
IV. Lo que hay de cornitn en las diversas
tendencias existencialistas.
Para evitar equivocos conviene sefialar desde un prin-
cipio lo que tienen de comun entre si todos los pensadores exis-
tencialistas. La tarea no es facil, pero debemos intentarla.
El sacerdote Juan Luis Segundo, on la obra ya citada, dice :
"Llamamos filosofia existencialista a la que emplea, desde su
puaito de partida y a todo lo largo do su elaboracion, el contacto
existencial unido al raciocinio ". Para interpretar debidamente
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26 JULIo FAUSTO FERNANDEZ
este texto hay que toner en cuenta que el autor, en cuanto
discipulo de Marcel es existencialista, Pero en tanto que jesuita
se inclina hacia la alianza del existenciali mo con la eseolastlca.
Por otra parte, esa definicion no aclara. gran cosa, pues el
fondo de las diferencias entre los existencialistas estriba, pre-
cisamente, en el papel que se le asigna al raciocinio en cada
una de las tendencias existenciales. En la comun rebelion con-
tra la razon hay diferentes matices : desde la eondenacion fran-
ca de Chestov, hasta el irracionalismo vergonzante de los se-
guidores de Marcel.
El primer rasgo generico de los existencialistas es una co-
mun metafisica de ]a nada, de raiz orientalista, que tendremos
ocasion de exponer in extenso. Un panegirista de Sartre, Robert
Campbell, dice : "dentro del existencialisrro, ]a_ innovacion resi-
de on esa prioridad sistematica que se Ic acuerda a la nada
sobre el ser, hasta hey tan ponderado". (Jean-Paul Sartre o
una literature filosoflea. Ed. Argos. Bs. Aires, 1949, peg. 25).
Sartre, en la obra suya que hemos citado, dice : "Lo que tie-
nen en comun (los existencialistas) es sinmplemente que consi-
deran que la existencia precede a la esencia, o, si se prefiere,
que hay quo partir de la subjetividad". Sin embargo, este pre-
tendido pensamiento comun no es compartido por los existen-
cialistas cristianos, el mismo Sartre so encarga de aclararlo
unas cuantas paginas mas adelante, al decir : "t Quo significa
aqui que la existencia precede a la esencia? Significa que el
hombre empieza per existir, se encuentra, surge en el mundo,
y que despues se define. El hombre, si no es definible, es por-
que empieza por no ser nada. Solo sera despues, y sera tal
como se haya hecho. Asi, pees, no hay naturaleza humana, por-
que no hay Dios pare concebirla. El hombre es el unico que no
solo es tal como el se concibe, sino tal como e1 se quiere, y
como se concibe despues de ]a existencia, como se quiere des-
pues de este impulse hacia ]a existencia; el hombre no es otra
cosa que to que el se hace. Este es el primer principio del exis-
tencialismo ". (EI subrayado es nuestro).
Tambien Heidegger se resiste a ser incluido dentro de la
que Sartre seriala como nota comun de los existencialistas, pues-
to que sostiene que on su obra fundamental, Ser p tiempo (Sein
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u.nd Zeit), no hay ninguna afirmacion sobre la relacion entre
la esencia y la existencia. Ileidegger escribe on su Carta sobre
el humanis?no quo cuando Sartre dice "la existencia precede a
la esencia, el entiende aqui existencia y es-sencia on el sentido
de la Metafisica que desdo Platon dice : la essencia precede
a ]a existencia. Sartre le da vuelta a la frase. Pero el re-
verso de una frase metafisica sigue siendo una frase meta-
fisica. Como tal, continua ella, con ]a Metafisica, on el olvido
de la verdad del ser. La filosofia puede determinar la rela-
cion entre essencia y existencia en el sentido do las contro-
versias de la Edad Media, o on el sentido de Leibniz o de
otro mocTo, pero de today maneras habra que preguntar
primero por que destino del ser llega al pensar como esse
essentiae y esse existentiae esta diferencia del ser. Es digno de
meditarse porque ]a pregunta por el destino del ser nunca fue
planteada y ponque nunca pudo ser pensada. 10 no es un in-
dicio del olvido del ser, el que las cosas esten como estan en
lo que atafle a la diferencia entre essentia y existencia? Pode-
liios suponer que ese destino no estriba en la mera negligencia
del pensar humarm y menos aun en una incapacidad del pen-
samiento occidental. anterior al nuestro. La diferencia -oculta
en cuanto a su esencial origen- de essentia y existencia, domi-
na el destino de la historia occidental y do toda la historia de-
terminada por Europa. La frase capital existencia con respec-
to a la esencia justifica, sin embargo, el nombre de existen-
cialismo como titulo adecuado a esta filosofia. Pero la frase
capital del existencialismo no tiene nada, ni en lo mas minimo,
en comun con la frase Sein and Zeit; aparte del hecho de que
on Sin and Ze-it rio puede ser pronunciada una frase sobre
la relacion entre essencia y existencia, pues se trata alli de acla-
rar y preparar algo previo". (Revista Realidad. Bs. Aires.
1948). El metafisico Ileidegger acusa de metafisico al metafi-
sico Sartre, con lo que este resulta mas papista que el Papa.
Sin embargo, a pesar de las diferencias accidentales, es
posible encontrar en los existencialistas un concepto comun
sobre el contenido de la filosofia, concepto que se deriva, a su
vez, do una comun nocion de "existencia" proveniente de Kier-
kegaard y quo no refiere el filosofar a la especulacion intelec-
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tual, sino a la decision voluntaria. Jose Ferrarter Mora en un
ensayo Sobre la notion de existencia-, dice al respeeto : "La
existencia aparece aqui, ante todo, Como el existente. El exis-
tente es precisamente aquel cuyo ser consiste en la subjetivi-
dad, es decir, en la pura libertad de election. Y ello hasta tal
punto quo no puede hablarse can sentido de la esencia de la
existencia ; to que hay en rigor, es solo este existente, cuya
verdad es la subjetividad y cuyo existir es el salto en el cual
no so Crean objetividades para. poder luego sostenerse sobre
ellas, y menos aun so reconocen tales objetividades como supues-
tos culturales de la vida humana, sino flue se establece una
decision gVtinna, absolutamente libre, respceto a la absoluta
traseendencia divina, una decisitnn que determina el memento
en vez de dejarse llevar por la fluencia del tiempo o de quedar
suspendido en un mundo inteligible eterno. La filosofia no es
por ello una cspeculacibn, slim una decision ; no es un pensa-
miento, sine una voluntad ; no es una dcseripeion de esencias,
sino una afirmacidn de existencias. Esta conception de la exis-
tencia ha sido recogida de algun modo per todas aquellas fi-
losofias que eabe Ilamar explicitamente existencialistas. De al-
gun modo o de otro, pues, la lucha contra la concepci(In del
hombre por analogia con la estruetura de la Cosa es comun a los
diversos modos actuales del primado do la existencia o do la
precedencia de la existencia respecto a la esencia". (Revista
Sur. N4 175. Bs. Aires. 1949).
Una de las notas comunes a los existencialistas, es, pues, la
position anti-objetivista. Como complemento necesario de ella,
eneontramos, ademas, en la filosofia existencialista una misma
teoria. del conocimiento de indoleesencialmente subjetivista. El
postulado basieeo de la epistemologia existencialista es la afir-
macion hecha por Iiusserl de que toda conciencia es conciencia
de algo, de donde se deduce que la conciencia es tan solo una
relation del sujeto con el objeto. Vicente Fatone dice al res-
peeto : "La conciencia es relation- al mundo : se niega como ob-
jeto, como ser, y hate que haya un mundo, un ser". Y aiiade :
"ista es la nets que todo el existencialismo contemporaneo des-
cubre en la conciencia. La realidad humana tiene este caracter
excepeional y privilegiado : no se reduce a ser un tipo especial
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de objeto entre los objetos, ni deriva. del mundo de los obje-
tos. La conciencia esta compromctida en un mundo que no, pue-
de sino. surgir por ella. El mundo no se presenta a la con-
ciencia, sino que la conciencia. se presenta al mundo y to hace
surgir como objeto en la nada de esa. negation con que se niega
a si misma". En otro lugar el mismo autor subraya el radical
subjetivismo de los existencialistas, con estas palabras : "El exis-
tencialismo... hate del hombre cl ser por el cual hay un mun-
do ". Todavia despues agrega : "El hombre es el ser por quien
existe un mundo ". (Obra citada, pigs. 43, 90 y 67).
Del particular coneepto quo los existencialistas tienen de la
filosofia y de su comun teoria subjetivista del conocimiento,
se deriva, un metodo especial, tambien comun a todos ellos.
Este metodo, segfin el jesuita Juan Luis Segundo, "mas bien
que una tecnica logi.ca, es un modo de encarar y concebir la
pregunta fundamental de la filosofia y los medios de responder
a ella". En esencia se trata del llamado "m.etodo de reduction
fenomenologica" ideado por Husserl y cuyo proposito no es
explicar o. definir sino describir las esencias. A reserva de estu-
diar pormenorizadamente las ideas de Husserl, resumiremos aqui
lag caracteristicas principales del pretendido metodo existencia-
lista, siguiendo al mencionado sa.cerdote jesuita, discipulo de
11Marcel. (Obra citada, pags. 42 y sigs.). 1?) El acto funda-
mental del conocimiento es "el contacto existencial afectivo"
que "implica una coexistencia del sujeto con el objeto". "De
aqui proviene que los conocimientos procedentes del afecto que
nos hate coexistir con nuestros objetos, scan, por su misma
esencia, subjetivos y tanto mas cuanto mayor sea el afecto".
Los existencialistas alegan quo to quo "pierden en objetividad",
to "ganan en profundidad". 29) Los juicios del existencialista
no aspiran a la universalidad, pero "cuando ha llegado a una
vida (,spiritual profunda y ha apartado de si to superficial y
accesorio, experimenta, con respecto a los demAs seres humanos
en iguales condiciones, reacciones muy similares que haven po-
sibles las comunicaciones subjetivas". (Esta afirmacion no se
compagina bien con la inexistencia de la naturaleza humana, de
que habla Sartre). 3p) "El existencialismo no prueba, on el
sentido corrientc de la palabra, los datos en que se apoya. La
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prueba es lo que produce la universalidad y no es mks que un
recurso de la objetividad. El existencialismo prueba sus datos
elementales por la resonancia que ellos producen en las almas,
dado que las vivencias existenciales profundas son innegables".
4G) El existencialista "se evade de la razon en el acto existencial
puro", con to que abre ancha brecha para que penetre to irra-
cional en el pensar filosofico. 59) "El existencialista no tras-
mite la esencia de los Beres sino que trasmite su contacto exis-
tencial, para que, habikndolo reproducido nosotros, ileguemos
al mismo conocimiento que el". 69) Los existencialistas "nece-
sitan, no explicar su viveneia, sine comunicarla". El razona-
miento filosofico no es suficiente para ]a comunicacion exis-
tencial, de alli que, "en busca de un medio mks universal, el
cxistencialismo ha encontrado abierta la puerta de la poesia., y,
en especial, de la poesia dramktica".
Los existencialistas afirman que la. suya es una filosofia del
hombre, un nuevo humanismo, "una reaeeion contra las filo-
sofias mks o nienos racionalistas Inc han dominado hasta hoy".
Pretenden ser fieles al siguiente pensamiento de Kierkegaard :
"mientras el pensamiento abstracto so propone comprender
abstractamente lo concrete, el pensador subjetivo tiende, por el
contrario, a comprender concretamente lo abstracto. El pensa-
miento abstracto desvia su mirada del hombre eoncreto en
beneficio del hombre en si; el pensador subjetivo comprende lo
abstracto : ser un hombre on lo concreto : ser tal hombre par-
ticular existente ". Sin embargo, todos los filosofos existencia-
listas, sin excepcion, desvinculan la vida ideologica de la vida
conereta, social y prketica, del individuo. "Por eso los existen-
cialistas actuales, cuando reducen la vida real a la existencia
filosoficamente coneebida y representada, sustituyen la reali-
dad individual y social por algo impersonal". (H. Lefebvre,
obra citada, pkg. 4S).
Los existencialistas tienen de comun entre si el aparente
interes por el hombre, el metodo arbitrario, la teoria subje-
tivista del conocimiento, el irracionalismo, el anti-objetivismo y
]a metafisica de la nada; pero lo que mks los emparenta, lo que
mks los une, to que los identifica como ideblogos de una clase
social en decadencia y de un regimen podrido, es la actitud
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general frente a la vida : el odio al progreso, la fe absurda en
la repetition del pasado que los existencialistas contemporaneos
toman de Kierkegaard, de Nietzsche y de Heidegger.
V. El existencialismo frente a las
otras corrientes filosoficas.
A esta ideologia putrefacta, negadora del progreso, no
le puede cerrar el paso, ni siquiera intenta hacerlo, la filoso-
fia burguesa oficial, la escolastica universitaria (pragmatismo,
aaiologia, personalismo, tomismo, bergsonismo, fenomenologia,
etc.), que con su vacuidad e inconsistencia hizo posible el adve-
nimiento del existencialismo. No ; a la maxima expresion de
la ideologia burguesa solo so le puede oponer la ideologia del
proletariado, el materialismo dialectico. quo concibe las catego-
rias (el ser y la nada, lo absoluto y lo relativo, la esencia y el
fenomeno, el contenido y la forma, la necesidad y la casuali-
dad, el determinismo y cl libro arbitrio, la posibilidad y la
realidad, etc.) como reflejos de la realidad objetiva. Segun esta
conception, cada eategoria refleja un aspocto determinado de
la realidad, por lo cual tomada jisladamente no puede, do nin-
guna manera, ofrecer un cuadro complete del mundo ; es mas,
asi como on la propia realidad las diversas cosas y ]as di-
ferentes partes do las cosas so condicionan mutuamente, so
hallan. en movimiento y so transforman unas on otras, asi tam-
bben en el proceso del conocimiento las categorias se encuentran
intimamente vinculadas entre si, se transforman constantemen-
to y Regan a trocarse on su contrario. El pensador que preten-
da darnos una notion cabal y concreta do la existencaa, debera
tener presente estas tres afirmaciones de Lenin :
"La forma de reflejo de la naturaleza en la concien-
cia del hombre. . ., son tambien los conceptos, leyes, ca-
tegorias, etc ".
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"...las categorias son pequeflos peldanos... del co-
nocimiento del mundo, los nudos en la red que ayudan a
conocerla y a dominarla".
". . -la suma inf inita de los conceptos generates, de las
leyes generales, etc., da to concreto en Coda su plenitud".
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LITERATURA EXISTENCIALISTA
"El capitalisrno agonizante llena la cops de la crea-
ei6n humana con un brebaje amargo. Hemos bebido
ese licor en que se juntan todos los venenos. Los libros
de to que Ilaman la cultura occidental, en su mayor
paste, han contenido dosificadas fuertemente las drogas
de la agonia de un sistema. Y nuestra juventud de
Amdrica Latina estd bebiendo ahora [as heces de una
dpoca que quiso extirpar de rain la confianza en los
destinos humanos suplantdndola por la desesperacidn
absoluta.
"Cuando Fadeev expresaba en su discurso de Wroc-
law, que si las hienas usaran la pluma o la mdquina
de escribir escribirian como el poeta T. S. Elliot o como-
el novelista Sartre, me parece
que ofendi6 al reino
animal.
"No creo que las ~bestias ari
n dotadas de inteligen-
cia y expresiOn Ilegaran a hace
r religion obscena del
aniquilamiento y del vicio repu
gnante, como estos dos
llamados MAESTROS de la cult
ura occidental.
"Pero es compressible su tar
ea. Ellos son los apds-
toles del gran osario que se pre
para. Son los gdrmenes
activos de la destrucci6n. Antes
de que taiga la bomba
atdmica que los rnonopolistas ne
cesitan dejar caer Para
aniquilar gran parte de la vida
humana en defensa de
un sistema injusto de economia
, estos ap6stoles estdn
encargados de aniquilar -moralme
nte a los hombres. En
el caos del capitalismo moribund
o ellos deben dar sitio
a una mayor angustia y converti
r a la inteligencia en
una luz Parcial que ilumine excl
usivamente to peor, to
pestilential y to pervcrso de la co
ndicidn humana. Ellos
estdn encargados de degradar la
vida Para facilitar el
exterminio del hombre sobre la
tierra". (PABLO NE-
RUDA. Discurso pronunciado en
el Congreso Continen-
tal por la Paz. Mexico. Setiembre de 1949).
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"En esta larga agonia del capitalismo en putrefac-
ci6n, que dura hate medio siglo y se prolonga en un
sangriento apocalipsis, el drama del intelectual es mul-
tiple: Estd asaltado por la duda, la soledad y la deses-
peraci6n".
ROGER GARAUDY.
1. . Confusion de generos: literatura
filos?fica y filosofia literaria.
En terminos generales se puede decir que antes de la
filtima guerra el existencialismo se circunscribia a la orbita pu-
ramente filosofica, o que se pretendia tal. Pero durante la
guerra y mas acentuadamente en la posguerra, el existencialis-
mo se extiende a la novela, a la pocsia, al teatro y aun pre-
tende it mas ally e invadir otros planes del arte. El porta-es-
tandarte de este movimiento expansionista es, sin duda alguna,
Jean-Paul Sartre, cuyos ensayos y obras filosoficas : La imagi-
nacion., Lo imaginario, El ser yy la nada, El existencialismo es
un humanismo y Ref lexiones sobre la cuestion judIIa; se alter-
nan con las obras literarias : La nausea, El muro, Las moscas,
A puerta cerrada y Las manes sucias, etc.
Sin embargo, la anterior afirmacion debe ser tomada con
algunas reservas pues ya la filosofia de I-Ieidegger contiene un
alto porcentaje de literatura, lo mismo que la de Sartre. En El
ser y la nada, su obra filosofica fundamental, Sartre es condu-
cido a estudiar la desesperaci6n, el odio, el amor y pasta el
contacto sexual, al hacer la description de las relaciones do la
conciencia con el otro. Per a~adidura, toda la obra. filosofica
sartreana so encuentra salpimentada de anecdotas que le im-
primen un marcado sabor literario. En esto Sartre no consti-
tuye exception alguna, todos los existencialistas son iguales.
Razon tiene Juan Luis Segundo, al escribir: "Sujetos acos-
tumbrados a los antiguos libros de filosofia no saben que pen-
sar cuando el existcncialista les habla de si mismo, de su tris-
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36 JULIO FAUSTO FERNINDEZ
teza o de su angustia, y piensan a menudo que estan delante
de un poeta".
Inversamente, las obras literarias de los existencialistas
se encuentran saturadas de personajes parlanchines cuyos dia-
logos, cartas, soliloquios y meditaciones tienen evidente inten-
cion filosofica. En esta forma se ha llegado a establecer una
premeditada confusion de generos : la literatura se ha vuelto
filosofica y la filosofia ha devenido literatura.
Sin ninguna exageracion puede afirmarse que ni uno solo
de los temas de la literatura existencialista ha dejado de ser
descrito por la filosofia existential ; y viceversa: todos los temas
de la filosofia existencialista han sido ilustrados, a falta de
ejemplos tom.ados de la vida real de loshombres normales,
por in literatura existential. 'ibmaremos al acaso tres temas : el
de la libertad, el de la nausea y el de lay "prolongation de mi
ser hacia lo que seria para otro". Senalaremos la forma en
que cada uno de estos temas es tratado en la obra filosofica
fundamental de Sartre y en una de las obras literarias del
mismo autor.
El terra de "la libertad creadora, pero creadora de mi-
serias", como ha dicho en frase rotunda Vicente Fatone, es
el terra predilecto del existencialismo de Sartre. En El ser y
la nada, escribe :
"Yo emergo solo y en -la angustia frente al proyecto
unico y primero que constituye mi ser. Todas las barre-
ras, todos los pretiles se desploman, neatizados (reduci-
dos a nada) por la conciencia de ml libertad: no tengo
recurso. no puedo apelar a ningun valor contra el hecho
de ser yo quien sostiene en el ser las valores. Nada pue-
de asegurarme contra mi acto, cortado como estoy del
mundo y de mi esencia por esa nada (neant) que soy;
yo tengo que realizar el sentido del mundo y de mi esen-
cia; yo decido sobre ellos, solo, injustificable y sin ex--
cusa".
En cualesquiera de las obras literarias de Sartre pueden
encontrarse abundantes ilustraciones de la anterior tesis filo-
sofica, pero una de las mas bellas es, sin dada, el dialogo final
que Jupiter y Orestes, sostienel on Las' moscas :
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-T'u Universo no bastard. jamds a convencerme. Tu
ores el rey de los Dioses, Jupiter, el rey do las Piedras y
de las estrellas, el rey de las olas del mar, pero no eres
el rey de los hombres.
-ZNo soy yo to Dios? iQuidn, entonces, to ha creado?
-Ti; Pero no deberias haberme creado Iibre.
-;Te he dado la libertad Para que me sirvieras!
-Es posible; Pero esa libertad so ha vuelto contra
ti, y ni to ni yo podemos nada contra ella.
-iA1 fin; bonita excusa!
-No me excuso.
-Realmente, Lsabes que so asemeja domasiado a una
disculpa esa libertad de que to declaras esclavo?
-No soy ni amo ni esclavo; soy mi libertad... Toda-
vfa ayer, to eras an velo corrido sobre mis ojos, un tapdn
do cera en mis ofdos; ayer todavia, tenia yo una excusa;
tfi eras m! excusa de existir pues me habias traido al mun-
do Para obedecer tus designios, y el mundo era una vieja
alcahueta que me hablaba de ti sin cesar; despuds, me
abandonaste... Obediente a tus drdones, mi juventud se
levant6 suplicante como una novia, a la que se va a aban-
donar; vi mi juventud por ultima vez. La libertad cay6
sobre mi y me transi6; la naturaleza did un salto atras y
yo no tuve edad, y me sent! solo en medio do to benigno
mundillo; solo, como quien 'ha Perdido su sombra. Y ya
no hubo nada on el clelo; ni Bien ni Mal, ni nadie que me
these 6rdenes.
-Tu libertad no es mds que una sarna que to carco-
me, un exilio.
-Dices in verdad: un exillo.
-El mal no es tan profundo... Estas phlido y la
angustia- dilata tus ojos; mirate rofdo por un mal inhuma-
no, extrano a to naturaleza, extraflo a ti mismo. 1Vuelve
en ti! ;Yo soy el olvido, yo soy el repose!
-Sf, extrano a mi mismo, pues estoy fuera de la
naturaleza, contra la naturaleza, sin excusas, sin otro re-
curse que yo. Mas no volverd a ponerme bajo to ley: estoy
condonado a no tener otra ley que la mia. Soy hombre,
Jupiter, y cada hombre tiene quo hallar su camino. La na-
turaleza tiene horror del hombre y tu, soberano de los
Dioses, tambi6n los tienes horror.
-Cuando so parecen a ti, los odio.
-;Acabas de confesar to debilidad! ... Td ores un
Dios y yo soy libre; estamos igualmente solos y nuestra
angustia es pareja. Yo no .puedo toner ya remordimien-
tos... Los hombres de Argos son mis hombres: menester
es que les abra los ojos.
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--IPobre gente: vas a hacerles el regalo de la sole-
dad y de la vergdenza, vas a arrancarles ]as vestiduras
con que yo los habfa recubierto; les mostraras do pronto
su existencia obscena e inutil que leg fu6 dada Para nada!
-L Y por qu6 habria de 'ahorrarles yo la desesperaei6n
que alienta en mf, si tal es su patrimonio?
--lQu6 haran con 61?
--,Lo que quieran: son libres, y la vida humana co-
mienza al otro lado de la desesperacibn".
La "toma de conciencia" de Si mismo como ser-en-el-mun-
do, lo mismo qae la certeza de que todo es gratuito, producen
la nausea. En El ser y la nada, Sartre afirma:
"Esta aprehensi6n por.petua, mediante mi para-si, de
un sabor insfpido y sin distancia que me acompana hasta
en mis esfuerzos por liberarme de 61, y que es nit sabor, es
to que hemos descrito con el nombre de nausea: una nausea
invencible revela perpetuamente mi cuerpo a mi concien
cia; puede ocurrir que busquemos to agradable o el dolor
ffsico para librarnos de ella, Pero desde que el dolor o to
agradable, son existidos por la conciencia, manifiestan, a
su vez, su factidad y su contingencia, y se manifiestan tam-
bf6n sobre un Tondo de nausea.
De ningtin modo hemos de entender ese tdrmino de
nausea como una metafora extrafda de nuestras repugnan-
etas fisioldgicas, sino que, por el contrarto, es sobre six
fundamento sobre ei que as producen todas las nauseas
concretac y emplricas (ante la carne podrida, is sangre
fresca, los exerementos) que nos llevan al v6mito".
En la novela cuyo titulo es La nausea, dice :
"Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por
definlci6n, la existencia no as la necesidad. Exstir as es-
tar +ahi senciliamente losexistentes aparecen, se dejan
encontrar, Pero no se les puede janzas deducir. Hay per-
sonas, creo, que han comprendido esto; Pero trataron de
obviar esa contingencia inventando un ser necesario y can-
sa sui. Abora bien; ningun ser necesario puede explicar la
existencia: la contingencia no as una apariencia engaflosa,
una apariencia que quepa disipar; es lo absoluto y, por
consiguiente, la perfecta gratuldad. Todo es gratuito: este
jardin, esta ciudad, yo mismo. Cuando ocurre que uno so
da cuenta de ello, se nos revuelve el est6mago y todo se
pone a flotar como la otra tarde: he a,hi la nausea.
Eso es lo que los Puereos quieren ocuitarse con su
Idea del derecho; son enteramente gratuitos como los de-
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EL El XISTENCIALISMO 39
mas hombres, no Regan a sentirse de m'as. Pero, en of
mismos, secretamente, estdn de mas, es decir: amorfos y
vagos, tristes".
Las caricias que "prolongan mi cuerpo hacia lo que seria
Para Oro" son descritas 'en El ser y la nada, en la siguiente
forma :
"Es tan s6lo mi carne la que sabe encontrar el Ca-
mino de la carne ajena en la caricia; cuando de?slizo, por
ejemplo, lentamente mi mano inerte sobre el flanco del
otro, le hago palpar mi carne, y eso es to que 61 mismo no
puede hater Ono deja.ndose inerte; el estremecimiento do
placer qua le sacude entonces es precisamente elldbspertar
de su conciencia de carne. Mediante cada caricia, tengo con-
ciencia de que aquella carne del otro que siento y do la
que me apropio Per la mfa es carne sentira por el otro.
Y no se debe a un azar el hecho de quo el deseo, tendiendo
com.pletanr`ente al cuerpo entero, lo logre perfectamente a
travels de las masas de carne menos diferencladas, de las
menos nerviosas, de las mends ca-paces de movimientos es-
pontdneos: los pechos, los muslos, las nalgas, el vientre:
son estas como la imagen do in pura facticidad. Es por eso
tambi6n por lo cluela verdade-ra caricia results, del con-
tacto de dos cuerpos en sus partes mas carnales: el con-
tacto de los vientres y de los pechos; la mano que acaricia
esta demasiado suelta, se asemeja demasiado a un instru-
mento perfeccionado; 10 que constituye el verdadero objeti-
vo del deseo es la dilataci6n do las carves una contra otra".
En Intinsidad, novela corta incluida en el volumen titu-
lado El muro, encontramos la siguiente ilustracion del mismo
tema :
"Lulu retir6 su pulgar del rasg6n de la sabana y
mov16 un poco los pies por el placer de sentirse alerta
junto a aquella carne blanda y cautiva. Oy6 un chapoteo:
un vientre que canta, eso me irrita, no puedo saber si es
su vientre o el mfo. Cerr6 los ojos: son liquidos que bar-
botean en paquetes de tubos blandos, a todo el mundo le
sucede eso, a Rirette, a mf (no quiero pensar en eso, me
da dolor do vientre). Me ama, no ama mis tripas, si le
mostraran ml ap6ndice en una vasija, no lo reconocerfa;
estd siempre manosea.ndome, pero si le pusieran la vasija
en las manos no sentirfa nada adentro; no pensarfa: as
eila; deberfa poderse amar todo de una persona: el es6fago,
el hfgado y los intestinos. Acaso no los amemos por Yalta
do costumbre. St los vidramos como se ven nuestras manos
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40 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
y nuestros brazos talves los amarfamos; en ese easo, Las
estrellas de mar deben amarse mejor que nosotros; estas
se extienden sobre la playa cuando hate sol y echan fuera
su estdmago para que tome aire y todo el mundo pueda
verlo; me pregunto por dbnde sacariamos nosotros el
nuestro'".
Esta monstruosa confusion do los generos literario y filo-
sofico es la que ha hecho exelamar, sin duda, a Luc. J. Ijef6vre,
refiriendose a la obra de Sartre: "Obra de artista, lo concede ;
cbra de filosofo, lo niego". (L' existentialiste est-il un philo-
sophe'1).
Esta misma confusion do generos es la quo permitio a
Guido do Ruggiero afirmar cque ]a filosofia existencialista es
"la novela policial de la existencia" : "HHay ademas, en el exis-
tencialismo, algo que excita la fantasia eon la curiosidad mor-
bosa de una novela policial. Sustituye las posadas y somnolien-
tas categorias de la filosofia traditional por simbolos nuevos
y sugestivos : la encarnaeion, la oferta, la preocupacion, la an-
gustia, el salto, el naufragio, etc., que dan a los acontecimien-
tos del mundo y de la vida un turbio sentido novelesco, atracti-
vo y repulsivo al mismo tiempo. La analogic con la novela po-
Lcial se puede llevar an mas allh; en ambos casos so da una
ligazon do elementos que en el curso del relato se va oompli-
cando y enmaraiiando y cres, en el animo del lector una sen-
sacion de tension espasmodica en.continuo aupnento; pero luego,
do improviso, todo so relaja como una gran vejiga pinchada con
un alfiler, y In. vaciedad del epilogo hace vana la tension prece-
dente. El existencialismo es, hasta cierto punto, la novela po-
licial de la existencia". (Filosofi;as del siglo XX).
La confusion de generos que hacen los existencialistas no
es accidental; por el contrario, tal confusion obedece, en pri-
mer lugar, al contenido irracionaiista de la filosofia existencial
y, en segundo Lugar, al metodo de redueeion fenomcnologica
u--ado por los existencialistas o del "contacto existential", Co-
mo lo Haman algunos. Para explicarnos cabalmente esta confu-
sion deliberada, necesitamos recordar primero las razones en
las que basaba la filosofia burguesa anterior, la traditional se-
paration de los generos literario y filosofico. Asi tambien, para
explicarnos por que el materialismo dialectico no podra tran-
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EL ExISTENCIALISM0 41
sigir jamas con tal confusion do g6neros, necesitaremos recor-
dar las razones en ]as quo ]a filosofia del proletariado basa ]a
uistineion entre conocimiento artistico y conocimiento filoso-
fico.
Las razones aducidas por la filosofia burguesa son expues-
tas por Juan Hessen, en su Tcoria del conocimiento, asi:
"t, Qu6 relation guarda ahora la filosofia. con las dos res-
tantes esferas de la cultura, con el arte y la religion? La res-
puesta es : existe profunda afinidad entre estas tres esferas de
in cultura. Todas ellas estan entrelazadas por un vinculo comun
quo reside en su objeto. El mismo enigma del universo y de la
Vida so hallan fronte a ]a poesia, la religion y la filosofia. Todas
ellas quieren on cl fondo resolver este enigma, dar una inter-
pretacion de la realidad, forjar una conception del universo.
Lo quo las diferencia os el origen de osta concepcion. Mientras
la concepcion filosofica del universo brota del conocimiento ra-
=tional, el origen de ]a concepcion religiosa del mismo esta on
la fe religiosa. El principio do quo procede y que define su
espiritu es la vivencia de los valores religiosos; la experiencia
de Dios. Por eso, mientras la concepcion filosofica del univer-
so pretende tener una validez universal y ser susceptible do
una demostracion racional, ]a aceptacion de la concepcion re-
ligiosa del universo depende, por modo decisivo, de factores
subjetivos. El acceso a ella no esta, en el conocimiento univer-
salmente v6,lido, sino en la experiencia personal, en las vivencias
religiosas. Existe, pues una diferencia esencial entre la con-
cepcion religiosa del universo y la filosofica; y, por onde, entre
la religion y la filosofia.
"La filosofia es tambi6n esencialmente distinta del arte.
Como la concepcion del universo que tiene of hombre religioso,
la interpretation que da de 61 el artista no procede del pensa
miento puro. Tambi6n ella debe su origen mas Bien a la viven-
cia y a la intuition. El artista y el poeta no Crean su obra con
e] intelecto, sino quo la saran do la totalidad de las fuerzas es-
pirituales. A esta diversidad de funciones sub jetivas so agrega
una, diferencia en el sentido objetivo. El poeta y el artista no
estan atentos directamente a la totalidad del ser, como el fi-
16sofo.. Su espiritu se dirige, en primer t6rmino, a un ser y un
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proceso concretos. Y al representar estos, los eleva a la esfera
de la apariencia, de lo irreal. Lo peculiar de esta representation
consiste en que en este proeeso irreal se manifiesta el sentido
del proceso real; en el proceso particular se expresa el sentido
y la sinificaeian del proceso del universo. El artista y el poe-
ta, interpretando primordialmente un ser o un proceso particu-
lares, dan indireetamente una interpretacion del conjunto del
universo y de la vida".
El materialismo dialectico, que considers, la intuicion desde
el punto de vista psicologico, segun el cual la llamada intuicion
no es mss que la brusea irrupeion en el piano de la conciencia
de un proceso de reflexion hasta entonces subeonsciente, no pone
enfasis en la que Hessen llama diferencia, subjetiva, puesto
que considera que a fin de cucntas tanto la., interpretacion del
mundo dada por el filosofo Como la dada por el artista, si quie-
ren ser valederas, deben ser rationales. En cambio, el materia-
lismo dialectico destaca la que Hessen denomina "diferencia en
el sentido objetivo". En su valiosa obra E2 jn6todo dialectico
marxista, M. Rosental, escribe :
"El arte, como forma de conocimiento, se caracteriza por-
que refleja, reproduce, lo esencial en forma de lo singular, de
lo concreto, en forma de una imagen artistica. La obra artis-
tica, el cuento, la novela, el poema, describen un suceso im-
portante, esencial para el hombre, en forma de una historia
viva, concreta; una narration sobre el destino de cualquier
hombre revela la psicologia, los pensamientos, las aetitudes, las
acciones de los hombres. Obtenemos un cuadro tipico de la Vida,
pero lo tipico aqui esta presentado en forma de to singular".
"El eonocirniento cientifico (recogido y sistematizado por
el materialismo dialectico) no da esas imagenes concretas ; re-
produce la Naturaleza, la -vida social, en forma de conceptos,
de categorias. A diferencia de la imagen artistica, las cate-
gorias cientifieas son abstractas, inconcretas. Por ejemplo, en
las categorias cientifieas de materia, de movimiento, no se re-
fleja esta o aquella forma concreta de la materia, este o aquel
modo del movimiento de la materia, sino eualquier forma de
la materia, cualquier modo del movimiento'. (Ediciones Pue-
blos Unidos. Montevideo. 1946. Pigs. 146 y 147).
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EL EXISTENCIALISMO 43
La literatura existencialista, al convertirse on literature fi-
losofica, pretende darnos no solamente una vision del universo
mediante imagenes particulares y concretas, sino que pretende
edemas darnos conceptos generales sobre la totalidad del ser y
do la existencia, como en el caso do la novela La nausea que. .
antes h.emos citado.
Por otra parte, la seudo-filosofia existencialista que despre
cia cl conocimiento racional del univ.erso, tiene que confun-
dirse ?neccsariamente no solo con la literatura, sino tambien
con la religion, como en el caso de Marcel quueed~ p la were-
r.dos, puesto que para aquolla, igual que para. ,
cion es el medio esencial del conocimiento. El radical subje-
tivismo idealista del existencialismo, segun el cual la concien-
cia se presenta al mundo y lo hate surgir como objeto, reduce
la filosofia a un reeuento arbitrario de los contenidos de la
conciencia, cuyo valor. est>icto es mas literario que filosofico.
El metodo de reduction fenomenologica (metodo intuitivista
o irracionalista, que no pretende explicar o definir como to
bacon los metodos rationales inductive y deductivo, sino que
se reduce a describir los datos de la conciencia), se presta,
admirablemcnte para hater literatura pero no Para llegar a con-
clusiones estrictam.ente filosoficas de valor universal y, por
tanto,, objetivas. Ya hemos anotado este hecho en la Intro-
duccion.
Si bien es cierto que el existencialismo es por excelencia
la ideologia de la burguesia imperialista, tambien lo es que esa
ideologia: aspira a influir decisivamente on el ammo de la pe-
quei a burguesia y on la conciencia del proletariado, a fin de
retardar to mas posible el cumplimiento de la mision historica
tie este. Ahora bien, a la ideologia burguesa le interesa conser-
var un tabernaculo al que solo tengan acceso los elegidos, con
ei objeto de dar idea de que alli estan depositadas las verdades
trascendentales; pero le interesa tambien tener una parte de
su recinto abierta a todo el mundo para que a esta parto pu-
blica pueda acudir el pueblo a oir lag sabias ensenanzas de los
iniciados. La camara de los misterios profundos es la filosofia
existencialista propiamente dicha; y la walla que la defienda
de la curiosidad popular es la complicada terminologia que le
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44 . JULIO FAUSTO FERNA.NDEZ
es peculiar, eeizada de palabras dificiles y de neologismos pun-
zantes ; la parte del templo burgues enque of ieian Sartre y
sus acolitos es la literatura oxistencialista, alli el pueblo puede
oir ]as palabras de los oraculos.
? . Una literatura comprometida, pero eomprometida a favor
de la burguesia, como es la literature existencialista, debe ne-
ccsariamente buscar los caminos que masts la acerquen al gran
publico. He aqui por que esta literature ha mostrado preferen-
cia per la 'novela y el teatro. Una de las mks destacadas dis-
cipulas do Sartre ha dicho que el pensamiento existencialista
"se expresa mejor que en lag obras doctrinales, en las novelas
y on -el teatro ", "ya que si la description de la esencia per-
tenece a la filosofia propiamente dicha, unicamente la novela
permitira evoear, reflejar, en su realidad completa, singular,
temporal, el flujo original de la existencia". (Simone de Beau-
II. Precursores literarios.
Lo mismo en el piano de la filosofia que en el del
rte, el existencialismo se earacteriza por su profundo irracio-
nalismo. En el campo artistico, el terreno fue preparado ma-
ravillosamente por el surrealismo : los poetas y pintores surrea-
listas, con sus asociaciones absurdas y monstruosas, habian ya
intentado de.moler todas las significaciones esteticas racionales
y borrar todas las catalogaciones, aproximativas y eambiantes,
que la inteligencia ha introducido en el arte a fin de guiarlo
hacia un conocimiento cada vez mas perfecto de la belleza. Es
esa total dislocation de los valorem rationales esteticos, la que
facilito al existencialismo su aparicion en el eseenario del arte.
Se pretend(, que el arte subjetivista e irracionalista creado
por los artistas del surreal y continuado per los existencialistas,
ha Ilegado a profundidades que la inteligencia es incapaz do
comprender; en realidad, lo que las nuevas esteticas han he-
cho es llevar la confusion incluso al propio terreno de la razon.
No tiene, por tanto, nada de raro que los panegiristas de este
arte podrido traten de llevar tambien la confusion al piano po-
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litico, hablando de un "imperialismo sovietico" y de un "tota-
litarismo rojo", que es tanto como hablar de auroras boreales
en el ecuador. Hace poco el senor Ernesto Sabato diserto sobre
temas litcrarios en el Colegio Libre de Estudios Superiores
de Buenos Aires. He aqui un resumen de su conferencia: II Afir-
mo el orador que el arte contemporaneo, lejos de ser un arte
dcshumanizado, como afirmo Ortega y Gass.et, se caracteriza
por haber descendido a profundidas humanas que nunca fue-
ron antes exploradas por el hombre. El arte moderno -dijo-
opuso el hombre concreto contra los mitos coneretos, la exis-
tencia contra la esencia y su aeento se desplazo hacia lo etico
y lo metafisico. Este desplazamiento de Tondo -agrego- ha
implicado transformaciones de forma en la literatura y en la
pintura, que han abandonado los caracteres del objetivismo
del siglo XIX per cl subjetivismo que prevalece on la actuali-
dad. La reivindicacion de lo irracional y la indagacion de los
mas hondos repliegues del alma -expreso finalmente el ora-
dor- dieron origen a. un arte que los totalitarios de todos los
colores calificaron do decadente y malsano, cuando en realidad
es un arte ascetico y duro, que enfrenta a los grandes y auten-
ticos problemas del hombre: el sentido de la. vida y de la muer-
te". (La Prensa. Bs. Aires. Octubre 20 de 1949).
Cuando vemos, con mayor frecuencia eada dia, que el
manto de Apolo sirve para cubrir la mks inmunda propagan-
da reaccionaria, comprendemos cuanta razon tuvo Pablo Ne-
ruda para denunciar on el Congreso Continental de Partida-
rios do la Paz, a esos traficantes. del arte :
"La burguesia ha apoyado con intensidad a estos prota-
gonistas del derrumbamiento. En los ultimos anos hemos visto
como nuestros snob so han apoderado de Kaffka, de Rilke, de
todos los laberintos quo no tienen salida, de todas las meta-
fisicas que han ido cayendo como cajones vacios desde el tren
de la historia, se han convertido en defensores del espiritu,
en bramines americanistas, on profesionales enturbiadores de
la charca on que chapotcan. Han decretado el olvido para los
grandes humanistas do nuestra epoca. En nuestra America
Latina estos pigmeos se sonrojan cuando se menciona a Gorki,
a Romain Rolland, a Barbusse, a Ehremburg, a Dreiser. Estos
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sefioritos no pueden nombrar a Baizac. Estos sobrevivientes
quieren hacernos Greer en un surrealismo fallecido y ente-
rrado y que solo sirvio para que desde las ruinas de ese mo-
vimiento se levantaran como dos estatuas deslumbrantes de
la razon y de la fe en el hombre, los dos grandes poetas de
Francia, militantes del Partido Comunista, Luis Aragon y
Paul Eluard ".
Ademas de los surrealistas, otros eseritores contribuyeron
y contribuyen a facilitar la expansion artistica del existencia-
lismo. A este respecto, merece citarse en primer lugar a Dos-
toiewski. Asi como en el piano filosofico Kierkegaard es consi-
derado como el precursor por excelencia., asi tambien en el
piano artistico Dostoiewski es citado, con rara unanimidad,
incluso por el propio Sartre, como el precursor literario mas
caracterizado. Los hermanos Karamazov, Los poseidos y Memo-
rias del subsuclo son obras que cualquiera de los existencia-
listas aetuales se enorgulleceria de haber escrito.
Entre otros eseritores que han contribuldo a hacer el
juego al existencialismo se menciona a Mauriac, Malraux, Gi-
de, Kaffka, Rilke, Elliot y Faulkner. Nosotros anadiremos a
Unamuno. Erroneo serfa afirmar de cualquiera de los escri-
tores citados que es existencialista, pero todos ellos tiepen un
denominador comun : el derrotismo. Todos ellos estan compren-
didos en las siguientes palabras de Roger de Garaudy : "Escep-
ticismo, desesperacion, evasion, actitudes de un mundo que
muere. El rasgo comun es el panico ante lo real y, al mismo
tiempo, el proposito profundo de no cambiar nada".
De Faulkner los existencialistas han tornado el profundo
pesimismo, la tecnica novelistiea y su particular concepto de
"temporalidad". En 1939 y en un ensayo que lleva por titulo
La temporalidad en la obra de Faulkner, Sartre escribia :
"El hombre es, pues, una totalidad sin porvenir, la
suma de sus exigencias climaticas, de sus desgracias, de
to que tiene: en cada instante se tira una raya, ya que el
presente no es otra coca que un rumor sin leyes, un future
pasado. Se dirfa que Cabe comparar is. visi6n del mundo
de Faulkner con la de un hombre sentado en un auto-
m6vil y que va mirando hacia atras. A cada paso, surgen
sombra,:i informes a su derecha y a su izquierda, pesta-
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EL EXISTENCIALISMO 47
fieos, temblores tamizados, confeti luminoso, que solo lle-
gan a ser Arboles, hombres, carruajes, un poco mAs tarde,
con el retroceso. El pasado cobra aquf una especie de su-
rrealidad: sus contornos son duros y netos, inmutables;
el presente, inefable y fugitivo, se defiende contra si mis-
mo; estfi lleno de agujeros por los clue las cosas pasadas
lo invaden, fijas, inm6viles, silenciosas como jueces o Como
miradas. Los mon6logos de Faulkner hacen pensar en via-
Jos en avi6n, llenos de vacios de acre; en cada vacfo la
'k conciencia del protagonista cae -en el pasado y vuelve a
levantarse para caer. El presente no es; so hace: todo era".
Malraux ha especulado antes que los existencialistas con
algunos temas gratos a estos, tal como por ejemplo el de la
muerte como suprema definidora del hombre. Este tema que,
ccmo despues veremos, se encuentra en la metafisica de Hei-
degger y on la de Sartre, ha sido enunciado por Malraux asi :
"la muerte transforma la vida en destino".
La "total disponibilidad" y los momentaneos "compro-
misos" de los personajes de Gide son precursores del desafo-
redo libre arbitrismo de Sartre. Gide va, incluso, mas lejos
que los existencialistas en la afirmacion de la libertad abs-
tracts y metafisica. En los Monederos falsos, eser.ibe : "senti-
miento querido o sentimiento experimentado es una y la mis-
ira Cosa".
Los existencialistas han tornado muy on serio el concepto
shakespeariano de que la vida es un cuento absurdo contado
por un idiota; segun ellos, todos somos personajes de una far-
sa sin sentido. Un existencialista, Camus, Si no recordamos mal,
ha dicho que no somos personas,' sino personajes. En esta vida
absurda en la quo nada es lo que es y nadie es quien es, cada
uno juega a ser lo que tree ser (suena el rey que es rey...
el nino juega a ser nifio, el mono de cafe a ser mozo de cafe,
e1 profesor de filosofia juega a ser profesor de filosofia. El
tema se encuentra reiteradamente tanto en las obras litera-
rias como on las filosoficas de los existencialistas; de ello da-
remos algunos ejemplos, pero antes recordemos que don Miguel
de Unamuno on la novela Don Manuel Bueno Martir, hoy
casi olvidada, lo desarrolla magistralmente. El buen cura de
aldea que dudaba do la existencia do Dios, aconsejaba a los
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48 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
.feligreses quo dejaran a los obreros jugar al sindicato, puesto
que eso los entretiene mientras 'ilega la muerte, y agregaba :
juegue cada uno a to que le entretenga mas. La vida no es
sumo, como creia el clasico espanol, la vida es juego, y juego
sin sentido; al menos as! to afirman los existencialistas. En la
abra filosGfica El ser y la Nada, Sartre dice:
"El mozo de cafe tiene un gesto vivo y seguro, fxce-
sivamente preciso, excesivamente rapido; va 'hacia los clien--
tes con paso excesivamente animado, se inclina con excesiva
dillgencia; su voz, sus ojos expresan un inter6s excesiva-
mente lleno de solicitud hacia el pedido del cliente; final-
mente, vedle que vuelve tratando de imitar en sus andares
el rigor inflexible de cualquier aut6mata, lievando su ban-
deja con una especie de temeridad de funAmbulo, poni6n-
dola en an equilibrio continuamente inestable y constan-
temente roto, equilibrio quo restablece continuamente con
un ligero movimiento del brazo o de la mano. Poda su con-
ducta nos parece an juego; se aplica a encadenar sus mo-
vimientos como si fuesen mecanismos; ' se imprime la agi-
lidad y rapidez inexorable de las cosas. Juega, se divierte
Mas La que juega? No es preciso obeervarle mucho para
darse cuenta de ello: juega a ser mozo de cafe. No hay
en esto nada que pueda sorprendernos; el juego es una
especie de punto de partida y de investigaci6n. El nilo
juega con su cuerpo para explorarlo, el mozo de cafe con
su condici6n de tal Para realizarla. Esta obligaci6n no di-
fiere de la que se impone a todos los comerciantes: su con-
dici6n es toda ceremonia, el pdblico les exige que la rea-
licen coxno una ceremonia: hay la danza del tendero, la del
sastre, in del perito tasador, mediante la cual se esfuerzan
en persuadir a su clientela que no son otra cosa que ten-
dero, perito tasador, sastre. Un tendero soflador resultarfa
ofensivo para el comprador, porque dejarfa de ser comple-
tamente tendero. La urbanidad exige quo se atenga a su
condiciOn de tendero, del mismo modo cue el soldado, en
posicidn de firme, se hate cosa-soldado mediante una mi-
reda director que nada ve, que no es para ver, puesto que
es el reglamento y no el inter6s del instante el que deter-
mina el punto que debe mirar: la mirada fija a diez pasos
do distancia".
En El micro, el mismo autor ilustra el tema con varios
ejemplos. En uno de ellos el niflo Louis juega a ser lauer-
fano, sin saber si juega a ser to que no es' o juega a ser to
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EL EXISTENCIALISMO
que es : "Sere hu6rfano, Me llamar6 Louis. Mara seis dias
que no Como". En Carinos de la libertad el protagonista
Mathieu, exclama : "Tal vez no se pueda proceder do otra
manera; tal vez haya que elegir : no ser nada o jugar a to que
se es ". I Quien pods saber si Unamuno aceptaria esta nueva
version do su don Manuel Bueno'
III. Principales representantes de la
literatura existencialista.
El Centro del existencialismo literario sigue siendo Sar-
tre, de quien H. Lefebvre, dice : "A pesar de su facilidad
y de sit virtuosismo -precisamente por eso- no es filosofo
m as que para los literatos y literato solo para los filosofos... ".
Vienen inmediatamente despues los grandes acolitos : Si-
mone de Beuvoir y Maurice Mcrlau-Ponty.
Un 'poco aparte hay que poner a Albert Camus, por dos
motives : porque reiteradamente ha afirmado su independen-
cia respecto al. existencialismo, al que ha ilegado a calificar
de "suicidio ? filosofico" ; y, porque en sus ultimas producelo-
nes parece andar buscando tin Camino que To aproxime efec-
tivamente a ]as inquietudes y aspiraciones del hombre real,
del hombre en sociedad, no del hombre aislado. Pero, a pesar
de estas salvedades, la tematica general do ]a obra hasty hoy
publicada por Camps y el modo de abordar los problemas
filosoficos y literarios, es, en terminos generales, netamente
existencialista. El tema de que on este universo absurdo la
equivocaci6n es la regla y nadie es reconocido, ha sido llevado
por Camus hasta sus consecuencias extremas. En su obra fun-
damental, El mnito do Sisifo, afirma categ6ricamcnte el dere-
cho quo todo hombre tiene a. ser "tin hombre absurdo", sin
que tal derecho pueda ser jamas limitado por ]a ].ogica, por
la moral o por las normas juridicas. La tesis fundamental do
esa obra es enunciada asi per el autor: "Se trataba antes do
saber si la vida debia toner un sentido para ser vivida. Aqui
aparece, al contrario, quo sera tanto mejor vivida mientras
no tenga sentido". "Vivir es hacer vivir el absurdo". El
..
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50 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
aforismo preliminar de esta metafisica del absurdo es el si-
guiente : "No hay mas que un problema filosofico verdade-
ramente serio : el suicidio". Camus no se ha suicidado porque
la filosofia del. absurdo to justifica todo, incluso ser existen-
cialista y seguir viviendo, pero sin duda alguna era discipulo
suyo aquel joven italiano que se suicido en diciembre de 1947,
dejando estas lineas: "No culpen a nadie de mi muerte. Me
mato porque soy existencialista.". Dice el Evangelio : por sus
frutos los conocereis.. .
Para ser justos debemos suspender por algun tiempo el
juicio definitivo sobre Camus, pues a juzgar por las paginas
de introduceion a un ensayo suyo proximo a publicarse, dicho
autos ha reconocido ya que la filosofia del absurdo no sola-
mente conduce a un callejon sin salida, sing, que es sumamen-
te peligrosa : "es la filosofia, la que puede servir para todo,
hasta para trocar los criminales en jueces". En esas paginas
Cie introduceion, publicadas por la revista Nicmero (Montevi-
deo. NQ 3. Julio-Agosto 1949), Camus despues de lanzar algu-
ros dardos contra el existencialismo, pero sin dejar de hablar
de la culpabilidad y sin llegar a adjurar del irracionalismo,
pretende superar su anterior meditacion sobre tb absurdo y
anuncia una nueva tesis : el primero y el unico valor es la
rebelion. He aqui sus palabras :
"El absurdo, considerado como regla de vida, as pues
contradictorio. Qu6 tiene de asombroso el que no nos su-
ministre los valores qua decidirfan per nosotros la legiti-
midad del crimen. Pero es que al fin no as posible fundar
una actitud sobre una emoci6n privilegiada. (Saeta contra
el existenclalismo que funda toda su filosofia, sobre la an-
gustia). El sentimiento del absurdo as un sentimiento entre
otros. Que haya dado su color a tantos pensamientos y
acciones entre ambas guerras prueba solarnente su poder
Y su legitimidad. Pero de la intensidad de on sentimiento
no se desprende que sea universal. Y el error de toda una
6poca ha sido el de enunciar, o el de suponer enunciadas,
reglas generales de acci6n a partir de una emociOn deses-
perada, cuyo movimiento propio, an tanto qua emoci6n, era
el de sobrepasarse y negarse a sf misma. (Sigue la ofen-
siva). Los grandes sufrimientos, como las grarides dichas,
pueden estar an el comienzo de un razonamiento. Son in-
tercesoras. Pero no se podrfan reencontrarlos y mantener-
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los a lo largo de eso?s razonamientos. Si fuera legftimo
tener on cuenta la sensibilidad absurda, hater el diagn6s-
tico do un mal tal como se encuentra en si mismo y en los
demas, bastante comdn para excitar la reflexi6n general,
serfa imposible ver, en esta sensibilidad y on el nihilismo
que ha arrastrado, nada mds que un punto de partida, una
critica vivida, el equivalente en el Plano de la existencia,
de la duda sistematica. Despu6s de lo cual hay que romper
los juegos fijos del espejo y entrar en el movimiento irresis-
tible per el que el absurdo se sobrepasa a sf mismo.
"IRoto el espejo, no queda nada que pueda servirnos
para responder a las preguntas del siglo. El absurdo, como
In duda met6dica, ha hecho tabla rasa. Nos deja en an
callej6n sin salida. Pero, como la duda, puede, al volver
sobre sf, orientar una nueva bdsqueda. El razonamiento
se prosigue entonces do la misma manera. Yo grito que
no creo en nada y que el cielo es enemigo, Pero no puedo
dudar de mi grito y debo creer al menos en mi protesta.
El primero y el un.ico valor que asf me es dado es la rebe-
li6n. Privado de toda ciencia, obligado a matar o a con-
sentir que se mate, no dispongo mas que de esta evidencia
que se refuerza aun con el desgarramiento en que me en-
cuentro. Pues la rebeli6n pace del espectaculo de la sinra-
z6n, ante una condici6n injusta e incomprensibie. Pero su
impulse ciego reivindica el orden en medio del caos y la
unidad on el coraz6n mismo de to que huge y desaparece.
.Ella grita, exige, quiere que cese el escdndalo y que se
fije al fin, to que hasta aquf se escribfa sin tregua sobre
el mar. Su preocupaci6n as transformar. Pero transformar,
as actuar, y actuar, maflana, serf, matar, aunque ella no
sabe si el crimen es legftimo. Ella engendra precisamente
las acciones quo se le pide que legitime. Es muy necesa-
rio pues que la rebeli6n extraiga sus razones de si misma,
ya que no puede extraerlas de nada m6s. Y es necesario
quo consienta en exa.minarse Para aprender a conducirse.
Es asf, como, en todo caso, se puede esperar de ella la
?regla de acci6n que el absurdo no ha podido darnos, y
una indicael6n al menos sobre el derecho o el deber de
matar.
"El hombre as la dnica criatura que rehusa ser lo que
es. La cuesti6n es saber si este rechazo s6lo puede llevar-
lo a la destruction de los dem'as y de sf mismo, si toda
rebeli6n debe acabarse on justificaci6n del crimen univer-
sal, o si, al contrario, sin pretender una imposible inocen-
cia, puede descubrir el camino do una culpabilidad razo-
nable". (El crimen y el absna^do).
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JULIO FAUSTO FERNANDEZ
Sin embargo, no podemos ni debemos hacernos muchas
ilusiones sobre una futura actitud progresista de Camus. Mien-
tras no abandone definitivamente el subjetivismo idealista,
mientras no rompa totalmente con el irracionalismo, mientras
no deje a un lado el falso metodo de la description de con-
eicncia, Camus seguir;i siendo, pese a sus afirmaciones on
contrario, un existencialista y co' no tal seguira siendo un
escritor reaccionario. Camus podra salvarse solamente si la
investigation de la rebelion que ha iniciado lo conduce no a
1c,. rebelion per la rebelion misma, no al nihilismo sin salida,
ne a la rebelion en abstracto "contra esto y aquello", como
la de Unamuno, no a la rebelion instintiva que pretende jus-
tificarse por si misma, sino a- la rebelion en concreto, a la re-
belion contra el capitalismo, a la rebelion que se justifica per
que se alza contra lo podrido y caduco de la sociedad con-
temporanea on favor do lo que nace y fructifies en cl seno
de la comunidad humana, a la rebelion, en fin, racional y
consciente contra la explotaeion del hombre per el hombre.
No parece ser ese el rumbo que seguira Camus, mss Bien
creemos que pretende seguir "eligiendose" ideologo burgues.
Hay una aparente paradoja en el hecho de que un ideologo
de la burguesia haga el elogio de la "rebelion ". La parado-
ja es solo aparente, puesto que la intention de esta nueva
metafisica de la rebelion no logra ser disimulada tras las su-
tiles gasas de el nihilismo abstraeto : impedir a los jovones
intelectuales sacar de la crisis general del capitalismo la con-
clusiSn socialista, tal es el verdadero proposito. Esta position
aparenta aceptar el hecho de que el sistema capitalista es teo-
ricamente indefendible, pero al mismo tiempo afirma quo el
socialistno tampoco corresponde a las mis legitimas aspiracio-
nes humanas; en esta forma Camus y compaiiia bacon, do
mode indirecto, la apologia del. capitalismo. Si el capitalism.o
y el socialismo son igualmente "despr.eciables", no queda otro
camino que resignarse ante la fat.alidad objetiva. La rebeldia
de Camus se transforma asi en su eontrario : la resignation.
En este memento en que de Oriente a Oecidente, desde la
Republica Popular China hasta la Republica Demoeratica Ale-
mana, hay ya cerca de mil millones de hombres organizados es-
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EL EXISTENCIALISMO 53
tatalmente fuera do los marcos del capitalismo, hablar de una
crisis en abstracto sin decir quo se trata de la crisis general
del capitalismo es hacer el juego a la reaction. En ese cami-
no estan situados Camus y todos los escritores que critican
aspectos parciales del regimen capitalista o bien que critican
absti"actamente todo el sistema, pero sin senalar en ningun
caso la solution socialista. El propesito verdadero de tales
criticas es dejar escapar a medias el descontento que en los
intelectuales ha ongendrado el sistema imperialists e impedir
que ese descontento so dirija contra las bases mismas del re-
gimen capitalista. La literature filosofica de esta tendencia
desempefla la misma funcion de una valvula de seguridad en
la caldera. quo esta a punto de estallar. Hablando de los pro-
positos que lo guiaron a escribir su obra teatral titulada Es-
tado de sitio, Camus dice en un articulo que lleva por titulo :
lFor que en Espana?, lo siguiente :
"He querido, simplemente, atacar de frente un tipo de
sociedad politica clue so ha organizado, o so organiza, a
derecha y a izquierda, segfin el modo totalitario. Y ningun
espectador de buena fe puede dudar de que esta pieza
toma partido por el individuo, per la carne on lo que ella
tiene de noble, per el amor terrestre en fin, frente a las
abstracclones y terrores del estado totalitario, sea dste ru-
so, alemdn o espafiol. Graves doctores reflexionan todos los
dfas sobre la decadencia de nuestra sociedad buseando las
profundas razones de este fen6meno. Estas razones sin duda
existen. Pero para los mds sencillos de nosotros, el mal
de nuestra dpoca se define per sus efectos, no per sus
causas. Y se llama E'stado, policial o burocratico. Su pro-
liferacibn en todos los pafses y bajo los pretextos 1dool6gi-
cos mds dispares, la insultante seguridad que le propor-
elonan los medios meednicos y psicol6gicos de la repres16n,
hacen de dl un peligro mortal para lo quo hay de mejor
en cada uno de nosotros. Desdo ese punto de vista, la so-
ciedad politica contempora.nea, sea el que sea su conte-
nido, es despreciable". (Martha. Montevideo, 21 de octubre
1949).
Benjamin Fondane, glorioso martir de. la Resistencia
francesa, quo tantos y tan Buenos amigos dejara a uno y otro
lado del Rio de la Plata, es el antecesor inmediato de Camus:
la desorientaciorl politica es pareja en ambos, pero la de Fon-
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64 JULIO FAUSTO FER11TANDEZ
dane parecia mas sincera (e1 fue quien afirmo que Marx es
el mas coiisecuente de los existencialistas) ; parejos son tam-
bien en ambos escritores el odio a la razon y el elogio del
absurdo. En su obra, Con.ciencia desgraciada, Fondane exalta
el "pensainiento magico" en detrimento de la "mentalidad
logica"; "las sociedades atrasadas" (no solo de los hombres
primitivos,,sino tambien de las abejas y de las hormigas) que
han resucito los problemas "mas importantes de su existen-
cia" en demerito de la sociedad contemporanea. He aqui cuatro
de sus afirmaciones generates y dos do sus mas importantes
conclusiones :
"'La logica es absolutamente descuidada por el pen-
samiento de la existencia ... Un estado vital, organico,
procede por cambios, por maduraci6n; y sean cuales fue-
ren sus aparentes contradicciones para un espectador si-
tuado fuera de el, dicho estado no se halla presente en
sf mismo sino como sentimiento de ser lo que es. . . ".
"Por un extraiio capricho, en lugar de ceder a la expe-
riencia de que la ley de las leyes en el mundo natural es
la de un automatismo apropiado a las necesidades de to
existente que cumple maravillosamente su deber, el saber
menosprecia la experiencia y se apodera totalmente del
hombre, por medio de la trujamania y la mentalidad 16gi.ca
cuya primera ley establece la primacia del saber sobre la
existencia y ordena el reemplazo de los reflejos oscuros
por nociones conscientes".
"La relacien primaria, fundamental, que liga de nue-
vo al hombre con to real, es el miedo. Lo que el hombre
percibe en la naturaleza, es la posibilidad inminente de
la desgraciia. No trateis de conjurar vuestros movimientos,
de tocar madera; esperad, conjurad la suerte; las esencias
ideales no reemplazaran jama.s ese acto fundamental ... ".
"Alli donde florece el concepto, sabed ?que hay un
concreto enterrado; donde se extiende lu verdad, sabed
que nuestros drganos funcionan al reves; donde hay una
religion, que no se cree mas en nada; y alli: donde hay
una moral, que reins, una moralidad equfvoca".
"No hay sino una manera de renunciar a la abstrac-
ci6n: es el salto cualitativo a lo absurdo...".
"Si la humanidad desdefiara la inteligencia y se afe-
rrara deliberadamente al error y al absurdo, no habria
malestar, crisis ni caos en el mundo... .
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EL EXISTENCIALISMO 55
IV. Premisas filosoficas.
La literatura existencialista se encuentra tan intima-
mente vinculada a la particular filosofia existencial, que si
no se tienen presentes sus premisas filosoficas generales se
eorre el riesgo de no entender cabalmente los razonamientos
ni los actos de los personajes do fiction creados por los exis-
tencialistas. Se impone, por consiguiente, hacer aqui un resu-
men, lo mas sintetico posible, de las premisas filosoficas del
existencialismo, tal como lo ha expuesto, con propositos de
d..ivulgaeion, Sartre on El existencialismo es un humanismo,
dejando para mas tarde el analisis detallado de la obra pu-
ramente filosofica de dicho autor. He aqui tales premisas :
a) Metafisica de la nada, comp reaction contra la. me-
tafisica de la esencia: "la existencia precede a la esencia";
el hombre "empieza por no ser nada"; "no hay naturaleza
humana ".
b) Subjetivismo radical: "hay que partir de la subje-
tividad" ; subjetivismo, para el existencialista, quicre decir
"imposibilidad del hombre de sobrepasar la subjetividad hu-
mana". El hombre inventa los valores morales : "si conside-
ro que tal o cual acto es bueno, soy yo el que elegire decir
que este acto es bueno y no malo". Pero "decir que nosotros
inventamos los valores no significan mas que esto : la vida, a
priori, no tiene sentido".
c) El hombre es todo contingencia: "no hay determi-
nismo, el hombre es libre, el hombre es libertad"; "el hombre
esta condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado
a si mismo, y sin embargo, por otro lido,, Libre, porque una
vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hate".
... todo hombre que inventa un determinismo, es un hombre,
de mala fe". "Queremos la libertad por la libertad y a traves
de cada circunstancia particular". "A los que se oculten su
libertad total, por espiritu de seriedad o por excusas determi-
riistas, los llamare cobardes; a los que traten de mostrar que
su existencia era necesaria, cuando que es la contingencia mis-
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ma de la aparicion del hombre sobre la tierra, los llamare
inmundos ".
d) El hombre escoge librernente su esencia; ese es su
comprom:iso : "el hombre no es otra cosa que lo que e1 se
pace"; "es el unico que no solo es tal comp el se concibe, sino
tal como el se quiere"; "el hombre no es nada mas que su
proyeeto, no existe mas que on la medida on que se realiza,
no es por lo tanto mas que el conjunto de sus actos, nada
iuas que su villa"; "el hombre esta continuamente fuera de
si mismo; es proyeetandose y perdiendose fuera de si mismo
como hace existir al hombre y, por otra parte, es persiguien-
do fines traseendentales como puede existir" ; "es necesario
quo el hombre se encuentrc a si mismo y se convenza de que
nada puede salvarlo do si mismo, asi sea una prueba valedera
do la existencia de Dios"; "el hombre, sin ningun apoyo ni
socorro, esta condenado a eada instante a inventar at hombre";
"el existen.cialista no tomara jamas al hombre como fin, por-
que siempreesl:a por realizarse".."Un hoinbre que se compro-
mete en la vida dibuja su figura, y fuera de esta, figura no
hay nada".
e) Ell hombre puede elegiq ser cualquier cosa, to que
no puede esdejar do elegir: "Se puede elegir cualquier cosa
si es en el piano de libre compromiso ". "La eleccion es po-
sible on un sentido, pero to que no es posible es no elegir.
Puedo siempre elegir, pero tengo que saber que, si no elijo,
tambien elijo".
f) Cada hombre es responsable do todos los dernas: "si
verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre
es responsable de to que es". "Y cuando decimos que el hom-
bre es responsable de si mismo, no queremos decir que el hom-
bre es responsable de su estricta individualidad, sino que es
responsable do todos los hombres". El hombre es "un legis-
lador, que elige al mismo tiempo que a si mismo a la humani-
dad entera, no puede escapar al sentimiento de su total y
profunda responsabilidad".
g) El hombre es 'n ser abandon do en el mundo : "el
hombre esta abandonado, porque no encuentra ni en si ni fue-
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ra de si una posibilidad de aferrarse. No encuentra ante todo
'excusas ".
h) El hombre autentico esti angustiado : "El desam-
paro implica que elijamos nosotros mismos nuestro ser. El des-
amparo va junto con la angustia". "El existencialista suele
declarar quo el hombre es angustia". "La angustia es cons-
tante on el sentido de que mi eleccion original es una Cosa
constante. De hecho, la angustia es, para m!, la auseneia
total de justification al mismo tiempo que la responsabilidad
con respecto a todos". "Aun cuando la angustia se enmas-
eara, aparece".
i) El hombre inazttentico es de mala f e : "Ciertamente
hay muchos que no estan angustiados; pero nosotros preten-
demos que se enmascaran su propia angustia, que la huyen" ;
"por una especie de mala fe ". "La mala fe es evidentemente
:una mentira, porque disimula la total libertad del compro=
miso ".
j) Funcion definidora del otro: "Para obtener una ver-
dad cualquiera sobre m!, es necesario que pase por otro. El
otro es indispensable a mi existeneia tanto como el conoci-
mien to que tengo de mi mismo ".. ".Todo ocurre come si, para
todo hombre, toda la humanidad tuviera los ojos fijos en lo
que pace y se ajustara a lo que hate".
k) La condition humane : Por condition del hombre en-
tienden los existencialistas el "eonjunto do limites a priori
clue bosquejan su situation fundamental en el universe". Esos
limites son "la necesidad para (el hombre) do estar en el
mundo, de estar alli on el trabajo, do estar alli on medio do
los otros y de ser all! mortal". Tales limites "no son nada
si el hombre no los vive, es decir, si no so determina libre-
mente on su existencia por relation a ellos ". Al comprome-
terse, o sea al escoger libremente dentro de csos limites lo
,,que quiere ser, el hombre crea su situation. La. situation es
"una eleccion libre, sin escusas y sin ayuda. . ". Y,
1) El. sub jetivismo conduce a la inaccion,?al pesimismo
y a la negaciQn del progreso: "l, Quieii me prueba quo soy
yo el realmente seiialado para imponer mi concepeion del hom-
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bre y mi eleccion a la humanidad ' ". "Pero no puedo contar
on hombres que no conozco fundandome en la bondad huma-
na, o on el interes del hombre por el bien de la sociedad,
dado que el hombre es libre y que no hay ninguna natura-
leza humana en que pueda yo fundarme". "...no creemos
en el progreso ; el progreso es un mejoramiento ; el hombre
es siempre el mismo frente a una situation que varia y la
eleccion se mantiene siempre una eleccion en una situation".
. Toda la literatura existencialista, teatro, novela o poesia,
no es otra cosa que ilustracion anecdotica de estos principios
y de algunos otros de la filosofia de Heidegger, tales como
"el-ser-Para-la-muerte" y "la angustia ante el existente
bruto o ante la nada", que los existencialistas ban heeho suyos.
Querernos subrayar todavia que la literatura existencia-
lista es francamente libre arbitrista; el mismo Sartre lo afir-
ma on la obra de la cual hemos tomados los anteriores concep-
tos: "Si la gente nos reprocha las obras novelescas en que
describimos seres flojos, debiles, cobardes y alguna vez fran-
camente malos, no es unicamente porque esos seres son flojos,
debiles, cobardes o malos; porque si, como Zola, declararamos
que son asi por herencia, por la action del medio, de la so-
ciedad, por un determinismo organico o psicologico, la gente
se sentiria segura y diria : bueno, somos asi, y nadie puede
hater nada; pero el egistencialista, cuando describe un cobarde,
dice que el. cobarde es responsable de su cobardia".
V. Concepto existencialista del arte.
El libre arbitrismo esta en la raiz misma del concepto
existencialista del arte. En efecto, el existencialista considers
que no puede haber verdadero arte alli donde no hay mis-
terio; no puede haber verdadero teatro ni verdadera novela
si los personajes de la fiction no son absolutamente libres de
hacer lo que les plazea sin otra razon que su libre albedrio,.
puesto que & emotion solo brota cuando el espectador o el
lector ve fallar una tras otra todas sus preiisiones, ante la
conducta indeterminada e indeterminable de los personajes.
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EL EXISTENCIALISMO 59
Para quo brote la emotion es necesario quo el espectador o el
lector tenga constantemente la sensaci6n do que las cosas pue-
den ocurrir on cualquier momento de otra manera, con solo
clue a uno do los aetores de la farsa so le ocurra hacer algo
imprevisto. No es necesario observar que, conformo a este con-
cepto est6tico la tragedia griega deja do sor artistica, pues en
Ella los porsonajes se hallan rigidai4ente predeterminados por
el Destino.
El subjetivismo irracionalista es otro de los ingredientes
de la notion existencialista del arte. Siguiendo la exposition
del semi- existencialista y semi-escolastico, Juan Luis Segundo,
on su obra ya citada, Existencialismo, filosofia y poesia, so
puede sintetizar el concepto que los existencialistas tienen del
ante, do la siguiente manera : "En raz6n de su esencia y de
su origen, el arto no aspira a la mks minima objetividad. Su
destination es producir una reproduction de la subjetividad
afectada. per una existencia que desborda". "Al artista no le
intoresa, en cuanto tal, su arte para cl espectador y no as-
pira, de suyo, a ninguna universalidad". "El artista tiende
en la obra de arte, a crear otro hombre identico a si mismo, y
solo se detiene ante la imposibilidad trkgica de la realization".
"El arte no prueba sus valores, en el sentido de que no puede
haber una norma objetiva que nos permita valorar una obra
artistica". "No aspira a la verdad, el arte, situado completa-
monte en la linea existential, no pretende ninguna separation
entre objeto y sujeto, sino la mks pura y mks completa co-
existencia". "En un acto de union existencial no es posible
la fal.sedad, asi Como tampoco es posible la verdad, pues am-
bas suponen una separation del Campo objetivo con respecto
al Campo subjetivo, para poder compararlos". "El sentido
16gico o rational ni es imposible ni es necesario en la expre-
sion artistica". (Esta es una concesion del escolastico). El
arte es un misterio. "Nuestra vida, nuestro amor, nuestra
poesia son on su esencia misma, un misterio". "El misterio
de su esencia misma debemQs agradecerlo mks que deplorarlo ;
es un indite de su nobleza el quo no este hecho pa.ra ser co-
nocido, sino para sor vivido ".
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JULIO FAUSTO FERNANDEZ
El arte existencialista es un arte para iniciados, pues no
puede ser juzgado ni criticado por cualquier persona, sino
unieamente por quien haya sentido "la necesidad de una edu-
cacion interior del espiritu del critico, capaz de llegar a las
mas profundas capas de la subjetividad humana, aislandose
de toda influencia accesoria, de toda superficialidad externa".
VI. Tematica literaria.
La tematica literaria del existencialismo se deduce rigu-
rosamente de las premisas filosoficas antes enunciadas, pero
a veces se encuentra oculta tras una serie de simbolos, de los
cuales los principales son : el muro, la viscosidad y la mirada.
No solo en la novela corta titulada El muro, primera del
volumen quo ileva igual titulo, sino en toda 1a obra de Sartre
y de los otros existencialistas, eneontramos el constante em-
pleo del mismo simbolo o de simbolos semejantes, tales como
el acantilado, el farall6n, la piedraopaca, el mineral, la calle
sin ventanas y sin luz. b Que se pretende significar con el
muro? En la novela de ese titulo es evidente que significa la
muerte. For ello con alguna razdn ha podido deeir Alphonse
de Waelhens en su obra, a la que despues nos referiremos,
La filosofia de Martin Heidegger: "La muerte es, segun la
palabra de Sartre, el muro". Sin embargo, en otras piezas
literarias y hasta on las obras filos6ficas, el mismo simbolo
equiparado ya a los otros que hemos indicado como equiva-
lentes, adquiere una mayor signifieacion. Vicente Fatone con-
sidera que el muro, la piedra y ei mineral simbolizan "el ser
en si". Por su parte, Robert Campbell considera que con ese
simbolo Sartre ha querido indicar que sus personajes estan
"enmurados en su situacion" ; es decir, prisioneros de la elee-
ci6n que libremente han hecho de si mismos, dentro do su
particular condici6n humana. _ Nosotros creemos que con el
simbolo del muro y sus similares, Sartre pretende ilustrar
all conocida tesis sobre la "imposibilidad del hombre de so-
brepasar la subjetividad humana". Asi se explica que todOs
los personajes sartreanos (tanto los creados por el propio
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EL 1XISTENCIALISMO 61
Sartre como los creados por sus seguidores) sean conciencia
entre muros ; personajes que se esfuerzan vanamente on so-
brepasar su propia subjetividad; personajes destinados a vi-
vir enmurados. Simone de Beuvoir, escribe : " t Para quo par-
Air si despues de dar vueltas por el mundo habremos do volver
a nuestra Casa? Luego por mks que haga uno no puede salir
de si mismo".
Ciertamente, algunas veces el muro significa la muerte,
otras el "ser on si" y otras la "situacion" on que cada. per-
sonaje so ha "escogido" o se ha "elegido", porn el valor mks
general del simbolo creemos que es el senalado por nosotros.
El ejemplo mks evidente do esta afirmacion nos lo proporcio-
na Eve, la esposa que queria ver las mismas alucinaciones,
pensar los mismos pensamientos y vivir la misma vida que su
esposo Pierre, loco do rematc, y que ve frustrados sus esfuer-
zos al sentir Como si entro an esposo y ella se interpusiera un
micro. Cuando el muro significa el ser on si (todo lo quo es
duro, macizo, pleno y completo simboliza el en-si), puede re-
ferirse tanto al universo entero, abstraccion hecha del hom-
bre, y on tal caso so encuentran tras el muro las tinieblas com-
primidas, inal.canzables e incognoscibles que son el interior de
las cosas, com.o tambien puede referirse al pasado individual
o colectivo del hombre, pees to mismo el pasado historico do
la liumanidad como el pasado individual do cada personaje so
eiicuentra como petrificado, intangible e inmodificable, al otro
lado del muro. A este lado so encuentra el hombre definitiva-
mente abandonado, absolutamente solo, sin comunicacion po-
sible, solo con sus vicios, con sus aberraciones, con sus virtu-
des, con su dolor y con su angustia. El otro no puede ayu-
.darle ni 61 puede ayudarlo : nadie puede hacer nada en favor
de los otros.
En el simbolismo existencialista, to viscoso representa el
yo existencial. Dentro del simbolo general do la viscosidad, el
propio cuerpo estk representado por lo grasoso, lo coagulado,
lo empastado, lo pringoso, lo meloso ; la conciencia estk re-
presentada por lo golatinoso. La conciencia del hombre inau-
tentico casi llega, a adquirir la dureza y opacidad del ser on
si, como la de Lucien quo a veces se sentia "duro y pesado
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62 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
como una piedra, y era casi feliz", pero la conciencia del hom-
bre autentico es traslucida, como la del mismo personaje de
El muro que en otras ocasiones tenia la, sensation de ser "una
pequena transparencia gelatinosa que tiembla". Del grado de
"autenticidad" de un personaje, de su mayor o menor "mala
fe", dependera, pues, la menor o mayor opacidad de su con-
ciencia. La oseilacion entre lo mineral y lo gelatinoso simbo-
liza, al mismo t.iempo, la oscilacion del hombre entre el ser. en
si y la nada que es su. propia eonciencia.
He aqui' un ejemplo, tornado de La nausea, en que to vis-
coso representa al cuerpo humano :
"De pronto, saco mi mano del bolsillo, la dejo colgar
sobre el respaldo de la silla. Ahora siento su peso on la
extremidad de mi brazo. La mano tira un poco, blanda-
mente apenas, blandamente, existe. No insisto. Dondequle-
ra que la meta, continuara existiendo y yo sintiendo que
existe; no puedo suprimirla ni suprimir el resto de mi
cuerpo, el hdmedo calor que ensucia mi camisa, ni toda
esta grasa caliente que da vueltas perezosas como st se
la removiera con una cuchara, ni todas las sensaciones que
se pasean ally dentro, que van y vienen, suben de mi cos-
tado a mi axila o Bien: que vegetan, desde la mahana
hasta la noche, en su rincdu habitual".
Continuando la description de la funcion definidora del
otro, a que hemos aludido, Sartre dice : "el descubrimiento de
mi intimidad me descubre al mismo tiempo el otro, como una
libertad colocada frente a mi, que no piensa y no quiere sino
por o contra mi. Asi descubrimos on seguida un mundo que
llamaremos la intersubjetividad, y- on este mundo el hombre
decide lo quo es y lo que son los otros". Ahora bien, la inter-
subjetividad esta simbolizada. en la literatura y en la filosofia
egistencialista por ]a mirada. Lo que se pretende simbolizar
con ella es la presencia real o virtual de los otros hombres.
En su "ontologia existencialista", Sartre describe tres regio-
nes del ser : el en si (las cosas y el pasado historico o indivi-
dual del hombre) ; el para si (la conciencia, definitivamente
enmurada en su propia subbjetividad insobrepasable), y el ser
para otro (la intersubjetividad) ; o sea: el muro, lo viscoso
y la mirada. En la mirada ajena cada uno toma conciencia
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EL EXISTENCIALISMO 63
de que ser para otro es casi como ser una cosa, pero tambien
toma conciencia de su soledad sin remedio y de su abandono
sin esperanza. Cuando dos personas se miran de frente, se
entabla un duelo en el que cada una trata de convertir a. la
otra en "objeto". A veces la mirada es real y verdaderamente
la mirada de otro que esta alli, frente al personaje mirado,
pero en ocasiones no es la mirada de alguien d'eterminado, de
un ser concreto, s:no "la mirada" en abstracto, y en tales
casos simboliza la presencia virtual de una clase social, de
todos los otros hombres existences en el mundo, de todos los
hombres presentes en la historia (ya muertos) o de nn Ser
Superior que nos mira desde lo alto. Como, segun Sartre, cada
hombre es totalmente responsable de todo lo que ocurra, por-
que "al elegirse el.ige a la humanidad entera", resulta que
cada uno es responsable de las guerras, de las crisis, etc. La
mirada del otro revela a cada uno su propia culpabilidad, por
eso ante la mirada ajena nos sentimos culpables. Al mismo
tiempo, la conciencia de culpabilidad es conciencia de nosotros
mismos, asi cumple el otro su funcion definidora : necesita
mos la mirada del otro para ser. El hombre inautenfico rehuye
la mirada de otro para que esta no le denuncie su culpabili-
dad ; el hombre autentico, lo mismo que el masoquista y el
exhibicionista, la buscan como medio do expiasion. Los otros
son el infierno precisamente porque al mirarnos nos revelan
nuestra culpabilidad.
"Filosoficamente" Sartre explica asi la relation de la
mirada con el sentimiento de culpabilidad, en El ser y la nada :
"La vergiienza no aparece en Ia mirada sino como el
sentimiento original de la derrota; no verguenza porque yo
haya cometido tal o cual pecado, sino vergdenza simple-
mente de haber caido en el inundo. El pudor y, on particu-
lar, el temor de ser sorprendido en estado de desnudez no
son sino una especificacibn simbdlica de la verguenza ori-
ginal: el cuerpo simboliza aqua nuestra objetividnd sin de-
fensa. Vestirse es disimularlo, es reclamar el derecho de
ver sin ser visto, es decir: do ser puro sujeto. La verguenza
es Ia aprehensiOn de ml viscosidad. For eso, el simbolo
biblico de la caida, despuds del pecado original, es que
Addn y Eva conocen quo estan desnudos".
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64 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
El simbolo de la mirada es llevado tan lejos por los exis-
tencialistas que llega a convertirse en un elemento magico de
su literatura y de su filosofia: el niiio toma conciencia de si
mismo bajo la mirada de sus padres; el proletariado adquiere
conciencia de clase gracias a la mirada de la burguesia; el
hombre autentico obra como si "toda la humanidad tuviera
los ojos fijos en lo que hate"; el hombre de Estado, el hom-
bre situado en el piano de la historia, como es el caso de Ores-
tes en Las moscas, siente que los muertos (el pasado hist6ri-
co) no tionen nada quo hacer en su eternidad mas que mi-
rarlo, para el Jos muertos son la mirada ; finalmente, el sen-
timiento religioso no as mas que la sensacion que el hombre
tiene do ser visto por el "ojo" de Dios, ante el cual sonlos
culpablcs. Esta mirada desde lo Alto, "la perspectiva a plo-
mo ", es to quo el hombre no puede resistir, del mismo modo
que la mirada del hombre es insoportable para los animales.
(Un buen dia los existencialistas nos diran que la serpiente
no puede resistir la mirada del hombre porque se siente cul-
pable do haber enganado a Eva en el Paralso). Sentirse bajo
la mirada do Dios es tener la sensacion de ser un objeto, sin
posibilidad alguna, de mirar a quien nos mira, es decir, de
convertirlo en objeto. Mirar sin ser viisto es casi como ser
Dios: son mi_lchos Jos personajes sartreanos que desean ser in-
visibles o que espian por el ojo do ]a eerradnra para inirar
sin ser vistos. En El ser y la Dada, Sartre dice : "no es im-
posible coneebir un para s totalmente libre de todo para otro
y quo existiese sin siquiera sospeehar la posibilidad do ser
un objeto ". Es decir, no es irnposible concebir un ser que
mire sin ser rnirado, pero Sartre agrega: "solo que ese para si
no seria hombre". Aqui so detiene el "ateismo" do Sartre :
al horde mismo de un eoncepto de Dios (Dios-Mirada), quo
no es sino el concepto del otro llevado a los extremes.
En la novela El sobreseimiento, el amigo de Mathieu es-
cribe a este :ril6sofo cartesiano explicandole la forma en que
la mirada abstracta se transfornia en la presencia divina :
"... Fu6 entonces cuando me fa116 la ocasiSn mas
improbable y loca. Dios me ve, Mathieu, lo siento, lo s6...
Seguramente has experimentado en el Subterraneo, en el
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Er ExISTENCIAL,ISMO 65
vestfbulo de un teatro, en un vag6n de. ferrocarril, la im-
presi6n stibita e insoportable de ser espiado por detrds.
To vuelves, pero el curioso ha hundido ya el rostro de-
tras de su libro; no puedes Ilegar a saber quien to ob-
servaba. Recobras la posici6n anterior, .pero sabes quo el
desconocido acaba de levantar los ojos, le sientes a travds
de un ligero hormigueo en las espaldas, comparable a un
cierre rapido y violento de Jos tejidos. Pues bien; he ahf
lo que yo sentf por primera vez el 26 de setiembre, a las
tres de la tarde, en el parque del hotel. No. habfa nadie,
Lentiendes? Nadie. Pero la mirada estaba allf. Entidndeme
bien: yo no la habfa ca,ptado como so captan, al pasar, un
perfil, una frente o unos ojos, pues su cardcter esencial era
ser inaprehensible. Unicamente me sentf encerrado, reco-
gido, era a la vez transparente y opaco, existfa en presen-
cia de una mirada. Desde entonces, no he dejado de estar
ante un testigo. Ante ese testigo, incluso dentro de mi ha-
bitaci6n cerrada; a veces, la conciencia de estar atravesa-
do por una espada, de dormir ante eso testigo, me des-
pertaba sobresaltado. Para decirlo de una vez: he perdido
cast por completo el sueflo. l Qud descubrimiento ! 1 Me veian!
Me habfa esforzado por conocerme, crefa deslizarme hacia
todos los objeti-~os, reclamd tu. bienechora intercesi6n y,
durante todo ese tiempo, me vefan, la mirada estaba allf,
inalterable, un acero invisible. Y a ti tambidn, burl6n in-
crddulo, to ven. Pero to no lo sabes. Facil me serfa decirte
lo ique es la mirada, .pues no es nada: es una ausellcia;
mira: imagina la noche mar escura. Es la noche la quo
to mira. Pero una noche deslumbradora; la noche en plena
luz, la noche secrets. del dfa. Yo destilo Iuz negra, esta
en today partes, on mis manor, en mis ojos, en mi coraz6n
y no la veo. Crdeme que esa violaci6n perpetua me result6
al principio odiosa: Vu sabes quo mi ma.s antiguo sueno
era el do ser Invisible; cien veces he deseado no dejar
huella alguna ni en la tierra ni en los corazones. ;Qud
angustia la de descubrir sfibitamente esa mirada como una
atm6sfera universal de la que no puedo evadirme! Pero,
tambidn, ;?qud descanso! Al fin, sd que soy, transformo
para mi uso, y para mayor indignaci6n tuya, la frase im-
bdcil y criminal de vuestro profeta, ese pielnso, luego soy,
quo tanto me ha hecho sufrir (pues cuanto mas pensaba,
menos me parecfa ser), y digo: me ven, luego soy. Ya no
tengo que soportar in responsabilidad de mi deslizamiento
viscose: a,quel que me ve me hate ser, soy como dl me ve.
Vuelvo hacia la noche mi faz nocturna Y eterna, me yergo
come un desaffo y digo a Dios: hems aquf, home aquf tal
como tfi me ves, tal como soy. LQud puedo hacer? Tu me
conoces y yo no to conozco. LQud debo hater sino sopor-
I s I
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66 JULIO FAuSTO FERNANDEZ
tarme? Y tu, cuya mirada me huye eternamente, sop6rtame.
iQuB alegria, qu6 suplicia estoy, al fin, cambiado en ml
mismo! Me odian, me desprecian, me soportan, una pre-
sencia me sostiene por siempre pare, serlo. Soy infinito e
infinitamente culpable. Pero soy, soy. Ante Dios y ante los
hombres, soy: ecce hoino".
La temitica de la literatura existencialista no es muy
variada, toda ella se puede reducir a doce temas capitales,
deducidos de las doce premisas filosoficas que antes hemos
indicado. He aqui esos temas, enunciados lo mas sintetica
mente posib] e :
a) El hombre es un eterno vacio interior. No solamen-
te el hombre comienza por ser nada, lino que su conciencia
sera siempre un "vacio interior". Aludiendo a esta circuns-
tancia, Sartre, on el epigrafe `de El ser y la nada, puso esta
oracion : "Lo que cuenta en un recipiente es el vacio inte-
rior". Lo patetico en la literatura existencialista procede, en
gran parte, del caracter doloroso de esa conciencia de ser un
vacio interior que tienen sus personajes y de los desesperados
esfuerzos que hacen por fugarse de su propia nada. Los per-
sonajes sartreanos, al igual que el protagonista de El sobre-
seimiento, solo encuentran dentro de si, el vacio, el vertigo y
la angustia :
"Se detuvo en medio del Puente Nuevo y se ech6 a
refr: he buscado esta libertad muy lejos; y estaba tan pr6-
xima que no la podia ver, que no puedo tocaria: no era
otra cosa que yo mismo. Yo soy mi libertad. Habfa espe-
rado que un dfa se verfa _colmado de alegria, traspasado de
parte a parte por el rayo. Pero no habia rayo ni alegrfa:
ddnicamente esa desaiiudadura, ese vaclo posefdo de vertigo
ante sf mismo, esa angustia cuya propia trasparencia im-
pedia por siempre verse".
b) Concepto subjetivista del tiempo. El hombre es "su
proyecto" y este proyecto es el que da sentido al tiempo :
presente, pasado y futuro solo existen con relacion a alguien ;
son las dimensiones de una existencia. La objetividad del
tiempo, el curso del tiempo egun el cual suponemos que el
pasado fue antes que el presente y este es antes que el future,
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es solo una ilusion : el tiempo subjetivo sigue un orden exac-
tamente contrario al cronologico. Reconstruir la historia co-
menzando por el pasado, significa comenzar por el fin, es co-
mo querer atrapar el tiempo por la cola. El pasado ya es, for-
ma pa.rte del en si, pero ese pasado solo cobrara pleno sen-
tido cuando sepamos el desenlace, es decir, cuando haya lle-
gado el futuro. Si se trata del pasado de un hombre, el desen-
lace es la muerte, mientras esta no llegue no podemos juzgar
a ese hombre puesto quo en cualquier momento, y dado su
libre arbitrio, dicho hombre puede negar con una conducta
contraria todo su pasado : el que fue cobarde, como el prota-
gonista de A puerta cerrada, puede hacer un supremo acto
de heroismo y quien fue valiente puede realizar un acto co-
barde, asi la heroina de Muertos sin sepultura, despues de
haber soportado valientemente los tormentor, desea morir a
fin de quedar definitivamente consagrada como heroe de la
Resistencia, exenta para siempre de toda posibilidad de co-
bardia. Esta idea es la que ha expresado Malraux on La es-
peranza, al decir : "solo una hora despues de la muerte co-
mienza a emerger do la mascarilla de los hombres su verda-
dero rostro ". Si se trata del pasado do la humanidad, el des-
enlace sera cuando la propia humanidad haya terminado, lo
cual significa que mientras haya hombres sobre la tierra no
podra formularse ningun juicio historico valedero; solo des-
pues del Juicio Final la historia cobrara sentido definitivo
y validez universal, pero entonces, como observa uno de los
condenados de, El ninro, la historia ya no tendra valor alguno
porque habra terminado.
El tema mar frecuente de la literatura existencialista es
este del proyecto (reali.zacion futura de uno mismo) que nie-
-ga o "neatiza" el pasado. El presente, con mayor razon que
el pasado, solo tiene sentido porque el futuro muestra la po-
sibilidad que tenemos de realizarnos on el sentido que hemos
proyectado; si un acontecimionto cualquiera nos pone ante la
evidencia de que nuestro proyecto es irrealizable, pasado y
presente pierden todo sentido : todo lo que hasta entonces he-
mos hecho aparecera como inutil. El "truco" novelistico y
eseenico mas socorrido de los existencialistas es el brusco cam-
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68 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
bio de perspectiva que hate imposible la realization de los
proyectos largamente acariciados y torna inutiles las vidas
enfocadas hacia tales proyectos. En EZ sobreseimiento, la se-
mana que precedio en 1938 a la firma del ominioso Pacto de
Munich, la certidumbre de la guerra, que entonces se suponia
proxima a estallar, cambia los proyeeos de todas las gentes
que contaban con la paz pars realizarlos. Despues del Pacto,
la desmovilizacion vuelve a poner a todo el mundo ante la
necesidad ineludible de elegirse libremente en un nuevo pro-
yecto. En Los caminos de la _libertad los afiches que anuncian
la movilizacion producen identieo efecto, pero en esta obra
la tesis subjetivista del tiempo es ilustrada ademas por el caso
de Mathieu : el profesor de filosofia se_ liabia proyectado como
si en realidad amase a Ivich, ese amor habria dado sentido a
sus actos, pero comp no la amaba, sus actos carecen de sen-
tido y se tornan incomprensibles aun para el mismo protago-
nista. En La ndusea, Sartre ha expuesto el concepto subjeti-
vista del tiempo, en la siguiente forma :
"Los acontecimientos se producen en un sentido y nos-
otros los contamos en sentido inverso. Aparentemente co-
menzamos por el principio: era tuna itermosa noche del oto-
no do 1922. Yo era pasante do notario on Marommos, y
en realidad, se ha conienzado per el fin. Este esta allf
invisible y presente, es -d1 quien da a esas pocas palabras
la pompa y el valor de un principio. Me pascaba, habia
salido del pueblo sin advertirlo, pensaba ion mis dificul-
tades pecuniarlas. Tomada simplemente per to que es, esta
frase quiere decir que el sujeto estaba absorto, taciturno,
a cien leguas de una aventura, precisamente en ese estado
de animo' en que se deja pasar los acontecimientos sin
verbs. Pero allf estd el final que to transforms todo y,
para nosotros, el sujeto es ya el protagonista de la his-
toria. Su taciturnidad, eus preocupaciones monetarias re-
sultan mucho ma.s importantes que las nuestras, estdn com-
pletamente doradas por la luz de las pasiones futuras. Y
el relato prosigue a la inversa: Ios Instantes han dejado
de amontonarse al azar unos sobre otros, estan atrapados
por el final de la h`storia que los atrae, y cads uno de
ellos, a su turn, atrae al instante precedente: era de no-
che, la calle estaba desierta: la frase se lama negligentemen-
te, tiene una apariencia `superflua,pero no nos dejamos en-
redar en ells y le damos de lado; es un informe cuyo
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EL EXISTENCIALISMO 69
valor comprendemos per la continuaci6n. Tenemos el sen-
timiento de que el protagonista ha vivido todos los detalles
do esa noche como anunclaciones, como promesas o que,
Incluso, solamente vivia aquellos que Bran promesas, sor-
do y ciego para todo cuanto no anunclase la aventura. 01-
vidamos quo el porvenir no estaba allf; el sujeto se paseaba
en una noche sin presagios que le ofrecia en desorden sus
mon6tonas riquezas, y 61 no escogia. Yo he querido que los
momentos de mi vida se sucedan y ordenen como los de una
vida que se recuerda. Tanto valdria pretender asir al tiem-
po por la cola".
c) Todo es contingen.te; la viola carece de sentido. Para
[os existencialistas el mundo es esencialmente contingents, es
decir, carece de necesidad logica. La primera contingencia es
"la contingencia misma do la aparicion del hombre sobre la
tierra". Aparentemente on el universo reina el orden, pero
ese orden es el hombre quien lo ha introducido : cada uno de
nosotros es un punto de vista ordenador do las cosas. En El
ser y la nada, Sartre dice "Yo soy una mirada, un punto de
vista que hace surgir el mundo ". Pero la vida humana tam-
bicn carece do necesidad logica, por tanto, si el hombre es
Pura. contingencia, el orden que el introduce necesariamente
er. el universo para poder orientar sus actos, es un orden in-
justificable y arbitrario : "El orden es absolutamente nece-
sario y absolutamente injustificable ". En el mundo todo ester
de mas. Eoquentin, el parlanchin protagonista de La nausea,
expresa. este pensamiento on el parrafo que transcribimos al
hablar de la confusion do los generos literario y filosofico.
(Vease el numero 1 de este capitulo).
d) La muerte revela que la vida es juego y quo careco
de sentido.. Lo que da un aparente sentido a la vida es el
"proyecto", por eso la muerte al eliminar definitivamente la
posibilidad de realizacion de todo proyecto, deja sin sentido
a la vida. El sentido que cl "proyecto" da a la vida es, puss,
solamente provisorio, tal sentido dura lo quo dura la vida, es
decir, durara mientras el proyecto siga siendo una posibilidad
de realizacion del sujeto, pero todo sentido terming cuando
llega la muerte. La muerte no da sentido a las vidas que no
lo tienen, por el contrario, quita todo sentido a las vidas que
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apareutaban tenerlo : la muerte priva a la vida de todo sen-
tido. El condenado a muerte de El muro, dice :
"En aquel momento tuve la impresibn de que tenfa toda
mi vida ante mf y pensaba: a fe que es una inaldita men-
tira. Esa vida, no valfa nada, puesto que estaba terminada.
Me preguntaba como habfa podido pasearme, chicolear con
las muehachas; no habria movido ni el dedo meiiique de
haber imaginado que morirfa de este modo. Mi vida estaba
delante de mf, cerrada, amarrada como un saco y, sin
embargo, todo to que habfa adentro estaba inconcluso. In-
tente por un momento juzgarla. habrfa querido decirme:
es una vida hermosa. Pero no se podia dar un fallo sobre
ella, era un bosquejo; habfa pasado mf tiempo girando Te-
tras para la eternidad, no habfa comprendido nada. Nada
me pesaba tampoco. Habfa montones de - cosas que habrfa
podido echar de menos: el sabor de la manzanflla o los
bafios que tomaba durante el verano en an diminuto ancbn
de Cadiz. Pero la muerte lo habfa desencantado todo".
i Que diferencia entre el viril lenguaje de los autenticos
heroes de la Resistencia francesa y el lenguaje pesimista de
estos "heroes" inventados para justificar una filosoffa po-
drida! Pierre Rigault, dirigente de las Juventudes Comunis-
tas, fusilado por los alemanes, en una carta escrita poco antes
de morir, decia : "No soy mks que un poco de sangre que fer-
tilizark la tierra de Francia". Otro fusilado, Jacques Decour,
tambien on su ultima carta, escribi6: "Me considero un poco
como una hoja que cae del arbol para formar terra abona-
da". Lejos de sentir la inutilidad de la vida, esos heroes pen-
saron que aun despues de muertos serian utiles al pueblo
franees.
e) Apologia del labsurdo. G. de Torre, dice : "El exis-
tencialismo ha puesto en el candelero cierta estetica y filoso-
fia del absurdo" y por eso lo define como una "apologia del
absurdo hecha no con knimo paradogico, sino con meditado
rigor". Para el existencialista, todo, incluso la vida humana,
es absurdo porque todo carece de necesidad logica; la formula
mks breve que emplea para. enunciar ese pensamiento es : "la
vida es absurda". Pero tambien la muerte es absurda; asi lo
dice Sartre en El ser y la nada: "La muerte no es sino la
revelacion del absurdo de toda espera, afin el de su espera".
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EL EXISTENCIALISMO 71
En Lo imaginario, dice : "el deseo es una gran zambullida en
el corazon de la existencia en lo que esta tiene de mas con-
tingente y mas absurdo". En La nausea, se afirma : "Lo ab-
surdo es lo que no puede ser inferido", lo absurdo es "lo
absoluto" y es la causa de la nausea. En la misma novela se
pueden leer los siguientes conceptos sobre la absurdidez:
"La palabra absurdidez nace ahora de ml pluma: ha-
ce un instante, en el jardfn, no is habia encontrado, pero
tampoco la buscaba, no tenia necesidad de ella, pensaba sin
palabras, acerca de las cosas, con las cosas; y sin formu-
lar con nitidez, comprendia que habia encontrado la slave
de is :existencia, la slave de mis nauseas, de mi propia vida.
De hecho, todo lo que he podido captar despu6s se refiere
a esta absurdidez fundamental. Absurdidez; una palabra
tambi6n; me. debato entre palabras; allt yo tocaba las cosas.
Pero quislera fijar aqua el caracter absoluto de esa ab-
surdidez. Un gesto, un acontecimiento en el mundillo abi-
garrado de los hombres jams es absurdo lino relativamen.
to: en relaci6n con las circunstancias que lo acompaflan.
Los discursos de un loco, por ejemplo, son absurdos en
relaci6n con la situac16n en que se encuentra, m6s no en
relacibn con su delirio. Pero pace un instante hice la ex-
p?eriencia de lo absoluto: to absoluto o to absurdo. Nada
habia en relaci6n con lo cual no fuese aquella raft absurda.
t(C6mo podrfa fijar esto con palabras? Absurdo: en rela-
c16n con los guijarros, con is cabellera de la hierba ama-
rilla, con el barro seco, con el 6rbol, con el cielo, con los
bancos verdes. Absurdo, irreductible: nada, flu siquiera un
delirio profundo y secreto de la naturaleza podrfa expli-
carlo... ".
f) A.bandono, libertad y evasion. El hombre es un ser
condenado a no poder sobrepasar su propia subjetividad, arro-
jado en un mundo en el que todo es contingencia y condenado
a elegir libremente su ser a cada instante. El acto libre es is
".election del ser" que el hombre hace necesariamente, aim en
el caso en que no quiera elegir. Ese acto fundamental de la
existencia, como todos los demas, es absurdo porque esta mas
ally de todas las razones. En i ltima instancia, la verdadera
situation del hombre es la de "disponibilidad total" o sea la
capacidad de ser literalmente lo que le de la gana. El aisla-
miento del hombre dentro de su libertad se ha acentuado, por
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asi decir, despues de la guerre: "la guerra, al morir, deja al
hombre desnudo, sin ilusiones abandonado a sus propias fuer-
zas yhabiendo comprendido al Tin que 961o puede contar consi-
go mismo". (Les temps m,odernes, t. I).. El hombre esta, pues,
solo y Iibre. "Pero esa libertad se asemeja un poco a la
muerte". (ha. nausea). Abanaonado en un mundo caotico y
dueno de una libertad letal, el hombre;=tiene ante si constan-
temente este dilema : o bien acepta pletamente su total aban-
dono, to clue equivale a vivir en perpetua angustia; o bien
vive en constante fuga de si mismo, recurriendo a los medios
de evasion que le proporciona "la mala fe". Angustia o eva-
sion : that is the cuestion. En Retrato de Baudelaire, Sartre
escribe :
"Ell drama comienza cuando el nifio medra, cuando
Neva a los padres la cabeza y los mira por encima del hom-
bro. En este momento, no queda nada detrds do ellos; so-
brepasando a sus padres, juzgandolos quizds, el hijo hate
la experiencia de su propla traseendencia. Su padre y on
madre se han achicado; thelos aqua, insignificantes y me-
diocres, injustificables, injustificados: aquellos sus majes-
tuosos pensamientos que reflejaban el universo descienden
al rango de opiniones y de caprichos. S lbitamente compren-
de que hay que rehacer el mundo; Codas las cosas y nun
el ordenamiento mismo de las cosas tienen que ser discu-
tidos; y puesto quo ya no le pievsa una Raz6n divina,
puesto que la mirada que le fijaba ha pasado a ser una lu-
cesita enmedio de otras, el hijo pierde su esencia Y su ver-
dad; los vagos antojos, los pensamientos confusos quo otro-
ra le parecian los reflejos quebrados de su realidad me-
tafislea se convierten ahora, de un golpe, en su imnica ma-
nera de existir. Los deberes, los ritos, las obligactones pre-
cisas y limitadas han desaparecido tainbi6n de un golpe. In-
justificado, Injustificable, el hijo :haCe bruscamente la ex-
periencia de su terrible libertad. Todo hay que comenzar-
lo de nuevo; y repentinamente emerge en la soledad y en
la nada".
g) Fracaso de todos los medios de evasion. Los perso-
najes ereados por in literatura existeneialista ensayan todos
los medios posibles de evasion la inautnticidad o mala fe,
el amor, el odio, el deseo sexual, la indiferencia, el sadismo
y el masoquismo. Todo en vano, no hay evasion posible; solo
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EL EXISTENCIALISMO 73
hay un medio capaz do liberarnos de ]a detestable libertad :
el suicidio. He aqul una escena de El sobreseimiento ;
"Partir, permanecer, huir; no eran estos actos los que
ponfan en juego su libertad. Y sin embargo, habia que aven-
turarla. Se asi6 con ambas manos a la piedra, so inclin6
sobre el agua. Bastaria una zambullida, el agua le de-
vorarfa, su libertad se trocarfa en agna. El reposo. r,Por
qu6'no? Este oscuro suicidio Lserfa tarnbi6n un absoluto?
Toda una ley, todo un precio, toda una moral. Un acto
finico, incomparable que iluminarfa durante un segundo el
puente y el Sena. Bastaria inclinarse un poco m6s y ague-
Ilo serfa. escogido por toda la eternidad. Se inclin6; se
inclin6, pero sus manos no soltaban la piedra, soportaban
todo el peso do su cuerpo. LPor qu6 no? Ninguna raz6n
particular habfa para no dejarse caer, pero tampoco la ha-
bfa Para impedirlo. Y el acto estaba alli, ante 61, sobre el
agua negra; le dibujaba su porvenir. Todas las amarras
estaban cortadas, nada on el mundo podia retenerlo: era
lo horrible, is horrible libertad. Sentfa su coraz6n enloque-
cido en lo mds profundo de si mismo; un solo gesto, las
manos que se abren, y 'yo habrfa sido Mathieu. El vertigo
se clove dulcemente sobre el rio; el cielo y el puente so
desvanecieron: no ~quedaron mac que 61 y el agua; subfa 6sta
,hasta 61, le lamia las piernas colgantes. El agua, su per-
venir. Ahora es verdad; voy a matarme. De pronto, deci-
di6 no hacerlo. Decidi6: esto no ser6, lino una prueba.
Volv16 a encontrarse de pie, caminando, desliz6,ndoso por
la costra de un astro muerto ... serd la pr6xima yez".
h) El hombre es, a la vez, sit pro pie fundamento y el
fundaments de todo. Ya hemos visto quo el hombre introduce
el orden on ese caos de contingencias que es el mundo : el hom-
bre "funda" el universo. Tal es el principio mis general de
in ontologia existencialista. Tambien hemos visto (en la Intro-
duccibn) que el punto de partida de la teoria existencialista
del conoeimiento es cl siguiente: "La conciencia esta compro-
metida on un mundo que no puede surgir sino por ella". Al
enunciar las premisas filosoficas de la literatura, existencialis-
ta hemos indicado, de pasada, el postulado basico de la moral
existenciali,sta: "El hombre inventa los valores morales". Los
sistemas morales se han basado tradicionalmente en una su-
puesta naturaleza humana de caracter dual:*una de sus partes,
in material, se encuentra sometida al ciego determinismo de
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74 JULIO FAUSTO FERNANpEZ
las leyes naturales; la otra paste, la espiritual, no tiene mhs
ley que el libre arbitrio. Sartre pretende suprimir esa dualidad,
no como lo hace el materialismo dialectico mediante la sin-
tesis superadora de los contraries (necesidad y libertad), sino
negando pura y simplemente todo determinismo y convirtien-
do la contingencia en ley suprema del universo. Sartre opta,
pues, por la solucion idealists; mejor dicho, lleva ]a vieja
tesis idealista hasty sus ultimas consecuencias: el libre arbi-
trio es el fundamento de los valores morales, de los valores
teoricos del conocimiento y del ser en general.
En resumen : el universo fisico, el conocimiento y el uni-
verso moral existen solo por y pars el hombre. Pero, Ion don-
de encuentra el ser humano su propio fundamento 7 El existen-
cialista, consecuente en esto con`su posici6n irracionalista, des-
echa el "cogito" cartesiano y responde mss o menos en esta
forma: el hombre es libertad y la libertad se define como la
"facultad que tiene el ser humano de ser su propio funda-
mento". (Los personajes sartreanos nos quieren convencer a
cada paso de que el pensar es una amenaza, pues a causa del
pensamiento el hombre termina por dudar de su propia exis-
tencia. Por su parte, Marcel ha dicho : "El pienso no es una
fuente; es an obturador"). La filosofia existencial es subje-
tivista por una parte t irracionalista por otra. Toda la litera-
tura existencialista se reduce a un continuo girar en torno de
esta noria vacia : el hombre es el fundamento de todo, el funda-
mento del hombre es la libertad o sea la facultad del hombre
de ser su propio fundamento. He aqui un ejemplo de este
radical subjetivismo :
"El hombre es el unicc ser por el cual puede realizar-
se una destrucciOn. Un hundimiento geolOgico, una tempes-
tad' no destruyen o, al merros, no destruye.n directamelnte:
modifican la reparticibn de las masas de seres; no hay
nada de menos, despuds de la tempestad, que antes: hay
otra Cosa. E incluso esta expresibn es impropia, porque,
para establecer la cualidad de to distinto, se necesita un
testigo que pueda retener el pasado y compararlo con el
presente bajo in forma del yarn. En ausencia de ese tes-
tigo, queda el ser -despuds comp antes de la tempestad-
sencillamente. Y atrn cuando el cicl6n pueda representar
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EL EXISTENCIALISMO 75,
la muerte de ciertos seres vivientes, esa muerte solo serd
destrucci6n si es-vivida como tal". (El ser y la nada).
i) El deseo de eternidad o la nostalgia del en-si. Pierre
Brison ha escrito : "La idea do to inorganico y de la materia
bruta, informe, permanents, espesa y monstruosa, devora a
Sartre. Sc advierte quo quisiera abrazarla, fundirse, perder-
se en ell.a y transformarse en piedra el mismo -como buen
existencialista- para rodar sin fin, fragmento ciego de esta
masa, on las profundidas y la noehe de in inmensidad". El
deseo de confundirse con la materia inanimada no es mas que
una de las manifestaciones del "hambre do eternidad" de
que hablaba Unamun.o, y es uno de los sentimientos que con
mas frecuencia "describen" los existencialistas. He aqui un
ejemplo tornado de El sobreseimiento :
"Ser piedra inm6vil, insensible, sin un gesto, sin un
ruido, ciego y sordo; las moscas, los cortapicos, las cochi-
nillas subirdn y bajarAn por mi cuerpo, estatua con los ojos
blancos, sin un proyecto, sin una preocupaci6n: tal vez lle-
gard a coincidir conmigo mismo.
"Ser. En lo negro, a degas. Ser pederasta como el
roble es roble. Apagarse. Apagar la mirada inferior. Pens6:
Apagar... Desterrar a las palabras; formaban dstas bor-
botones de pequenas pr6rrogas, cada una. le daba cita al
tdrmino de si misma. S1nt16 un nuevo desgarramiento; Da-
niel volvi6 en si, sofloliento y fastidiado. Ser como los otros
me Von... ".
j) La angustia. "Somos angustia", dice Sartre en El
ser y la nada, y agrega : "la angustia es el verdadero dato
inmediato de nuestra libertad". Toda la filosofia existencia-
lista descansa en la "description" de in angustia y la lite-
ratura existential se encuentra sobresaturada de ella. La an-
gustia es in "toma de conciencia" de la "disponibilidad to-
tal" o sea do la libertad abstracta y metafisica. He aqui como
in describe el protagonista de La edad de, la razors:
",Hubo un brusco frenazo y el Omnibus se detuvo. Ma-
thieu se irgui6 y mirb angustiosamente la espalda del con-
ductor; toda su libertad acababa de refluir sobre 61. Pens6:
no, no; esto no es casualidad. Cualquier cosa que suceda,
tiene que suceder poi' mi. Aunque se dejara arrebatar por
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76 JULIO FAUSTO FERNANDEZ
la Ira; desamparado, desesperado, aunque so dejara arras-
trar comp un saco de carb6n 61 mismo` habrfa escogido su
perdici6n; era libre para todo: libre para hater la bestia
o la ma,quina, libre para aceptar, libre :para rechazar, libre
para tergiversar; engrilletarse, arrastrar por afios una ca-
dena a an tobillo; podia pacer to que quisiera, nadie tenfa
el derecho de aconsejarlo, no habrfa para 61 ni Bien ni
Mal a menos que 61 los inventara. Las cosas estaban agru-
padas en torno suyo, esperaban alli sin dar una serial, sin
hacer la menor indicaci6n. El hombre esta solo enmedio
de un ellencio monstruoso, Iibre y sole, sin ayuda y sin
excusa, condenado sin apelaci6n posible, condenado por siem-
pre a ser libre".
k) El otro o la intersubjetividad. De este tema nos he-
mos oeupado ya al hablar de to que simboliza la inirada on
in literatura, existential. Solo nos resta anadir que para Sartre
los otros son el infierno (tesis exnuesta superabundantemente
on A puerta cerrada), pero para Marcel los otros son el
cielo. Y,
1) La nausea. No hemoshecho un inventario de ]as veces
quo la literatura existencialista alude a este terra, pero Vicente
Fatone ha realizado en parte esa ingrata tarea :
"La nausea no es en Sartre terra exclusivo de la no-
vela a que da nombre. Aparece insistentemente en toda su
obra. En Le surcis, el v6mito de los personajes queda jus-
tificado porque muchos de ellos estdn realizando Un viaje
por mar: vomita gimiendo, despuds de quitarse el veld, una
mujer drabe ... ; Pierre siente la lengua como un gran
fruto jugoso y luego unit gran suavidiRl abandonada, un
deseo deg... voinitar suavemente, larganmente... ; volute
pfiginas mss adelante... el mismo persanaje vomita; Gros,
Louis, Maud, Charles y otros pasan por situaciones semejan-
tes... En otros casos el v6mito sirve de imagen: Irene
abre su boquita para voinitarlas palabras... Pero en las
dem6s obras, sin viaje por mar, Sartre insiste en su tema.
Le mur: Lulfi besa a Henry y slenta olor a v6mito en
su boca... ; el unico efecto que el haxix produce al joven
Bergiac es el v6mito... ; Lucien dens miedo de vomitar
sobre los cabellos plateados de Bergere ... L'age de Rai-
son: El profesor de filosoffa tiene ganas de vomitar cuando
se enters del estado de Marcelle...; el nifio Paul, conser-
ve un aterciopelado malsano de cosa voniitada... ; Marce-
lle, por au estado, tiene v6mitos ... ; la cantante Lola Mon-
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EL ExISTENCIALISMO 77
tero esta acostumbrada a. vomitar horror... ; el profesor
piensa quo la joven I'vich va a vomitar... y Boris tiene
un suavo y tenaz deseo do voniitar... Y el profesor de fi-
losoffa vuelve a sentir descos do vomltar cuando abre la
maleta para cometer el robo... Adviertase que en el caso
de Roquentin, protagonista de La Naus6e el tema del v6-
mito esta ligado al de la piedra, pues la nausea comienza
per la impresion que al perso.naje le produce ver caer en
el agua la piedra que ha arrojado. Es un caso do lo que
en otra parte Sartre llama complejo de Jonas. Podemos
decir que in piedra en el agua (Jonas en el vientre de la
ballena) es el en-sf quo el pars-sf niega en su seno y del
-que qulere librarse negandolo. Es como si Sartre hubiese
arrojado en el rfo do Heraclito la esfera de Parmdnides,
asf como el profesor de filosoffa Mathieu quiere arrojar
en el Sena la esfera de piedra acariciada en el puente por
sus manos.
"La referencia al vbmito, comp se ve, es abusiva. (Y
no me he propuesto registrar todos los casos en que apa-
rece) ". (Obra citada, pags. 94 y 95).
Ilya Ehrenburg, en un articulo titulado : Sartre habla
de "Las mans sucias" : pero , como estdn las del actor P ",
ha dicho con razon : "este escritor gusta de describir la nau-
sea; sus hcroinas son regularmente y con perseverancia pre-
sas de la nausea. Y bien, con la lectura de las obras de Sartre
he experimentado una sensacion parecida, en cierta medida,
a la do un hombre ordinario (no un heroe de Sartre) cuando
alguien esta vomitando a su lado". (Nueva Gaceta. N9 1. Bs.
Aires. 6 de octubre de 1949).
En Francia, donde hace ya. algun tiempo que se estable-
cio la sinonimia : existentialisme-exerementalisme, Andre
Wurmser ha escrito pace poco, con entera justicia, que la "li-
teratura exeremento-existencialista" ignora "el amor a in vi-
da y a la alegria". (Los lettres francaises. N? 263 del 9 de
junio do 1949).
VII. El existencialismo literario es un
neo-romanticismo.
Armando Cuvillier, escribe : "Lo que caracteriza al exis-
tencialismo, es una actitud romdntica respecto do la existen-
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78 JuLio FAUSTO FERNANDEZ
cia; es la pretension de atenerse a la existencia en su puro
surgimiento o salida (jaillissement) existencial, sin esforzar-
se en superarla per una comprensibn rational. El existencia-
lismo admite que la existencia se revela a nosotros, no en
un acto intelectual, como el cogito cartesiano, sino en un es-
tado emotivo, en el temor, en el temblor, en el estado de an-
gustia,resultando de ello que en ese domino la inteligencia
es ineompetente ". (Las corrientes irracionalistas en la filoso-
fia contempordnea. Ed. Claridad. Buenos Aires, 1949).
En efecto, aparte de que Kierkegaard, el mas destacado
precursor del existencialismo, era. un romdutico de tomo y lo-
mo, hay en la literature existencial caracteristicas formales y
materiales que la emparentan eon el romanticismo.
De Kierkegaard ha dicho un compatriota suyo, el escritor
danes Jorge Brandes, que fue un "reflejo dinamarques de los
sentimientos, formas literarias y pensamiento filosofico de los
romanticos alemanes".
La caracteristica formal mas acentuada, comun al roman-
ticismo y al existencialismo, es cierto earacter ambiguo que
les viene de la contradiction que existe en ambos entre el
reconocimiento de la realidad social por una parte, y por!
otra, la constants evasion de ese realidad. Las caracteristicas
esenciales comunes son : la primaca de la emotion sobre la
razon y el afan de hacer del individuo un absoluto.
Tanto los r oxnanticos como los -existencialistas observan lo
Clue pasa en la sociedad en que viven y presumen de ser hom-
bres de action; unos y otros hablan de la mision social del
eseritor. Sartre en la presentation de la revista existencia-
lista Les temps inodernes, escribia:
"Aun cuando estuvieramos mudos y quietos como gui-
jarros, nuestra misma pasividad seria una acci6n. Adn cuan-
do alguien consagrara su vida a escribir novelas sabre los
Heteos, su misma abstenci6n seria una toma de posici6n.
El escritor esta en situaci6n dentro de su dpoca; cada pala-
bra tiene resonancias. Cada silencio tambidn. Tengo a Flau-
bert y a Goncourt por responsables de la represiOn que sigui6
a la Commune por no haber escrito una sola Linea para im-
pedirla. Ese no era asunto suyo, se dir6. Pero L era el pro-
ceso de Calas asunto de Voltaire? ,Lo era de Zola la con-
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I - I
EL EXISTENCIALISMO 79
dena de Dreyfus? LEra el de Gide la administraci6n del
Congo? Sin embargo, en una circunstancia particular de su
vida, cada uno de esos autores midi6 su responsabilidad de
escritor.
"De una manera mds general, nosotros estimamos que
un sentimiento es siempre la expresi6n de cierto modo de
vida y de cierta concepci6n del mundo, que son comunes a
toda una clasp o a toda una dpoca y cuya evolution no es
el efecto de cuaiquier ignorado mecanismo interior, sine de
esos factores histbricos y sociales".
Pero one reconocimiento de la realidad va acompafiado
en los romanticos y en los existencialistas por el panto ante
los problemas sociales y por un anhelo profundo de 'eva.-
dirlos. Para la filosoffa existencialista el acto de imagination
es, esencialmente un acto magico ; consecuentemente, para la
estetica existencialista el arte es un medio de evasion que
permite a la conciencia huir de la realidad o, para decirlo
en la jerga de la escuela, que permite a la libertad evitar la
caida en la facticidad. Recuerdese quo Roquentin solo con-
siguio liberarse de sus nauseas metaffsicas cuando decidio ha-
cerse artista. La conducta de los existencialistas ante'la rea-
lidad social es exactamente la misma quo la de un hombre
inerme ante una bestia feroz; conducta que ha side descrita
por Sartre en su Teori'a de las emoctioi es, asf :
". . . veo venir hacia mi una bestia feroz; mis piernas
flaquean, mi coraz6n late con mayor celeridad, empalidezco,
caigo y me desmayo. Nada parece menos apropiado quo es-
ta conducta, que me entrega sin defensa al peligro. Sin em-
bargo, es una conducta de evasion. El desmayo es aquf un
refugio: Mas no hay que creer que esto sea un refuglo parse
mi, que yo trate de salvarme, de no ver ya la bestia? feroz.
No he salido del piano reflexivo pero ante la imposibilidad
de evitar el peligro por las vias normales y los encadena-
mientos determinables, to he negado. Ile querido neatizarlo.
La inminencia del peligro ha servido do motivo para la in-
tenc16n aniquiladora, quo orden6 una conducta magica. Y,
de hecho, to he aniquilado on la me Lida de mis fuerzas. Es-
tos son los limites de mi acci6n magica sobre el inundo: puedo
suprimirlo come objeto de conciencia, pera solo puedo (ha-
cerlo), suprimiendo la conciencia misma".
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80 JuLio FAUSmo FERNANDEZ
El inenosprecio a la razon y la exaltation de to afectivo
corren parejas en el romanticismo y en el existencialismo. Un
contemporaneo de Kierkegaard, el escritor romantico frances,
Vigny, escribia a mediados del siglo pasado : "! Pensad on
esto ! La Razon es una potencia frig y lenta que nos ata poco
a poco por medio de las ideas que suministra una a una, como
los hilos sutiles, finos e innumerables de ' Gulliver : persuade,
se impone cuando el curso ordinario de los dias no esta alte-
redo del todo; pero la verdadera desesperacion es una potencia
devoradora, irresistible, fuera de todo razonamiento que co-
mienza por matar el pensamiento-de un solo golpe. La d.esespe-
racion no es una idea; es una coca, una epsa que tortura, que
oprime y muerde el corazon del hombre como una tenaza,
hasta volverlo loco y arrojarlo en los brazos de la muerte, como
en los brazos de una madre. . . ". Y el poeta romantico aleman
Novalis, decia : "La filosofia no procede del puro entendimien-
t,o, no viene de la simple razon, y a fin de cuentas lo incom-
patible del punto de vista filosbfico se reline en las fuentes
misteriosas de la poesia".
Otra de las notas comunes al existencialismo y al romanti-
cismo es la hipertrofica valoracion de lo individual. El mismo
Novalis escribio : "La esencia propia del romanticismo es vol-
ver absolutos el momento individual y la situaeion individual ".
Sartre, en la Presentation citada, dice: "De esta suerte, al
tomar partido en la singularidad de nuestra epoca, enlazamos
finalmente con to eterno, y nuestra tarea de escritores con-
siste on hacer entrever los valores de eternidad que se hallan
implicados en los debates sociales o politicos. Pro no nos
cuidamos de it a buscarlos en un cielo inteligible; solo tienen
interes bajo su envoltura actual. Lejos de ser relativistas afir-
mamos solemnemente que el hombre es Un absoluta. Pero to
es a su hora, en su medio y on su tierra".
Sin embargo, no es licito llevar muy lejos la semejanza
entre el romanticismo y el existencialismo; hay entre ambos
una profunda diferencia : el romanticismo, nacido en ]a epoca
en que se consolidaba la sociedad burguesa, supo plantear los
problemas sociales con perspectiva historica; en cambio, el
existencialismo, nacido en la epoca en que el regimen capi-
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EL EXISTENCIALISMO 81
talista se desploma, ha perdido toda noeion y today perspective
historica: niega tanto el pasado (la validez de la Historia)
como el porvenir (afirma la imposibilidad del progreso). (Vea-
se arriba, el toma: "Concepto subjetivista del tiempo" y la
itltima de las premisas filosbficas). Ciertamente, la del exis-
toncialista es una conciencia entre muros : el pasado y el por-
venir que existen, a pesar do que 61 se empeiia en negarlos.
Pero al m.enos al existencialista le queda el pobre consuelo do
pensar que so hard eterno muriendo junto con la epoca bur-
guesa que se hunde:
"No es corriendo tras la inmortalidad como nos ha-
remos eternos; no seremos absolutos por haber reflejado
en nuestras obras ciertos principios descarnados, lo sufi-
cientemente vacios y nulos Para pasar de un siglo a otro,
sino porque hayamos combatido apasionadamente en nues-
tra dpoca, porque la hayamos amado con pasion y porque
hayamos aceptado plenamente perecer con ella".
Asi escribe Sartre on la. Presenta.cion ya citada., poro es
Iasi seguro quo su profecia. solo so cumplird en parte: la
epoca del imperialismo perecera, pero de los ideologos exis-
tencialistas del capitalismo agonizante nadie so volverd a acor-
dar, puesto que ]as inmundicias no estardn representadas on
el musoo do la prehistoria del Arte que construird la nueva
htu manidad.
VIII. Caracteristicas formales de la
literatura existencialista.
Las caracteristicas formales mds salientes do la lite-
ratura existencialista, son : a) Situaciones atipicas de los per-
sonajes; b) crudeza en la exposition, la cual obedece a un
deliberado proposito do esedndaio y responde al fondo cinico
de la filosofia existencial; c) use excesivo do la paradoja; y,
d) abuso de los juegos de palabras.
Estas caracteristicas formales tienen su origen on el con-
tenido filosofico do la literatura existencialista y, en terminos
generales, se las puede explicar por dos causas : una es la no-
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cesidad que tienen los personajes de las obras existencialistas
(pues para ello han sido creados), de expresar en hechos y
palabras los sutiles conceptos metafisicos de la libertad, la
nada y lo absurdo; otra es la dialectica mutilada que yace on
el fondo de la filosoffa existencial. Veamos brevemente estas
eausas:
El concepto metaffsico de la libertad asume dos distintas
inodalidades en ]a literatura existencialista : on una de sus
formas sirve para explicar (mejor dicho, para dejar sin ex-
plicacion) por que determinado personaje "escoge" tal o cual
manera do ser (por que se "elige" cobarde en vez de valiente,
pongamos por caso) ; on la otra forma, la libertad se mani-
fiesta en bruscos e inmotivados cambios de "proyecto" de los
personajes. Con entera justicia ha podido decir Guillermo de
Torre que los personajes sartreanos "son seres libres, que se
definen -nor sus actos -siendo la gratuidad eje de los mismos-
mas que al Cabo no haven gran cosa con su libertad y seme-
jan munecos de trapo o paquetes de instintos antes que sores
humanos".
Este concepto de una libertad que no tiene otros limites
que los que ella se impone "libremente" a sf misma, se halla
fntimamente vinculado a los conceptos de lo absurdo y de la
rada. En efecto, una tal libertad solo puede darse ' en un
universo en el que todo es contingente, on el que todo carece
de necesidad logica, en donde todo es absurdo. Por otra parte,
If, libertad de que se supone dotados a los personajes es tan
completa, que sus actos carecen de toda logica; sus bruscos
virajes solo se explican por "el vacfo interior" de sus concien-
cias, a tal grado que parecen segregar su propia nada.
Hay otro aspeeto de la filosoffa existencialista del que no
ros hemos ocupado hasta ahora, pero del que se hace neeesaric
decir aqui unas cuantas palabras, puesto que contribuye a
aclarar las causas de las caracteristicas formales senaladas.
Else otro aspecto es la dialectica mutilada de la filosofia exis-
tencialista. Se trata de una dialectica que en vez de los tres
tcrminos : tesis, antitesis y sintesis que le asignara Hegel, so-
]amente tiene dos : la tesis y la antitesis. Esta dialectica sui
generis ignora la sintesis superadora de los contrarios y redu.-
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II I
ce' todo el proceso dialectico a una oposicion insa.lvable entre
la tesis y la antitesis, la cual oposicion no tiene mas Salida que
To supresion lisa y liana de uno de los contrarios. Como el
Brand de Ibsen, "todo o nada" parece ser la slave de la con-
ducta de los personajes existencialistas. Esta dialectica que
no es tal, sino una serie sucesiva de dilemas, en ultima instan-
cia insolubles, la heredan los. existencialistas, al igual que los
temas centrales de su filosofia, de Kierkegaard. En Francia,
como veremos en la parte histories de este ensayo, el modo do
pensar dilematico llega al existencialismo a traves de los dis-
cipulos de Hamelin, con ]as modificaciones que este To impuso.
Kierkegaard on todos los problemas pide una election
entre dos opuestos polares : esto o to otro, parece decir cons-
tantemente ; y hay algo de enfermizo en el enfasis que pone
en la decision crucial, hay algo de morboso on su afan de hacer
aparecer las crisis del espiritu y ]as decisiones drasticas como
to unico real, como to unico quo tiene importancia.
Esta. dialectica castrada interpreta la realidad no a la luz
de la experiencia racional o de los hechos sociales, ni siquiera
de aeuerdo con los terminos de la mecanica, de la biologia o
de la psicologia, como to hacen otras tendencias filosoficas
burguesas, lino partiendo de experiencias anormales o ficti-
cias, de crisis espirituales y de decisiones extremas tomadas
frente a la muerte, al tormento, a la "caida", a is angustia
y al. anonadamiento. Henri Mougin en un ensayo postumo
titulado : Breve histori r del existencialismo, escribio : "Sin Bu-
da, Hamelin ignoraba a Kierkegaard. Pero se plantea el mismo
problema y dcscubre la misma solution : emplea el mismo pro-
cedimiento para hater surgir, por la negacion de is dialectica,
el eampo existencial. Kierkegaard obtenia el existencialismo
por supresion de la sintesis dialectica, exasperando la oposi-
cion dialectica, impidiendo is negacion dialectica y revolucio-
naria que superaria. esta oposicion, haciendo imposible la sin-
tesis : la contradiction exasperada e insoluble, eternizada, se
vuelve viva, existencial, el. yo existencial ha triunfado del
proceso dialectico. Hamelin (que en el trascurso de su deduc-
cion ha neutralizado sin cesar la dialectica reemplazando is
negacion por la reconciliation) al fin axregla cuentas con
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la dialectica; llegando a la personalidad se encuentra la ac-
tualidad plena.: la personalidad se basta a si misma; el ser es
alcan,zado. Ya no puede oponerse y negarse a si mismo por
antI:tesis ; y ya no puede sobrepujarse por sintesis ; todo lo
que podria oponerse a si mismo es la nada. Hamelin pretende
vincular este descubrimiento do la existencia con la muerte
de la dialectica: La oposicion Va no es relativa; es absoluta;,
desafia toda conciliacion, puesto que es propio de las contra-
dieeiones suprimirse de una man.era com.pleta".
Las situaciones atipicas en que se hallan siempre coloca-
dos los personajes creados por la literattzra existencialista, sus
continuas paradojas y sus planteamientos dilematicos, no son
sino el reflejo de esa dialcctica mutilada que, no pudiendo en-
contrar confirmacion en los hechos reales, inventa personajes
"bien adecuados" y situaciones anormales para justificarse.
Lo quo, hemos ilamado situaciones atipicas se manifiesta
en los siguientes rasgos de la literature existencialista : a)
Personajes parlanchines e inactivos; b) personajes "bien ade-
cuados" para expresar una filosofia absurda; c) personajes
cuyos actos carecen de motivaciones logicas; d) personajes
que cambian do parecer snbitamente; y, e) personajes abso-
lutamente indeterminados.
Los personajes noveleseos existencialistas son, como lo ha
senalado H. Lefebvre, "tan poeo novelescos, tan poco drama-
ticos, tan habladores, instantaneos y anecd6ticos, que el lector
llega a eansarse de un Roquentin quo se auto-analiza sin ce-
sar con el prop6sito de elaborar una metafisica de la. angus-
tia (La nausea), del profesor do filosofia Mathieu Delaure,
instalado edmodamente en la indetermipaci6n de sus mon6-
logos interiores (Caminos de Ia libertaci), de la implacable
lucidez con que razonan ante las torturas y la muerte los per-
sonajes de Muertos sin sepultura y las largas disertaciones de
Orestes sobre su propia libortad (Las moxeas) ".
Ademas, como esos personajes necesitau demostrar con sus
obras o eon sus palabras determinadas tesis filos6ficas, ban de
ser "adecuados" a tal fin. El ejemplo mss ilustrativo de la
adecuacion do personajes, dentro de situaciones atipicas, nos
to proporciona Sartre en A puerta cerrada, obra on la que
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pretende demostrar su afirmacion de que el infierno es la
mirada de los otros. La "demostracion" no puede ser inks ca-
teristica : tres personajes so hallan juntos, despues de muertos,
on una habitacion sin salida, condenados a mirarse mutuamen-
te por toda la eternidad. Los protagonistas son: Ines, una
lesbiana suicida, dotada do una lucida mentalidad diabolica;
Estela, una insignificante prostitutilla infanticide y Garcin,
un hombre debil, desertor por anadidura. La muerte de uno
de ellos, la de Ines, por ejemplo, podria ser una liberacion
para los otros dos. Estela so siente inclinada a intentarla, pero
comprende quo esta soluci.on es imposible, puesto que Ines
es inmortal porque ya estk muerta. El amor podria ser otra
solution (y esta es la primera quo los desolados personajes
ensayan al verse en el infierno), pero justamente la presen-
cia del tcrcero la vuelva imposible. Ines, aprovechando la con-
fusion que padece Estela durante los primeros momentos de
su nueva vida, logra convencerla do quo deben establecer en-
tre ellas intimidad sexual, pero la presencia de Garcin echa
a perder este plan. Mks tarde, cuando Estela y Garvin inten-
tan hacerse el amor, Ines so interpone entre ellos con de-
liberado proposito diabolico; la obra llega. entonces a su cul-
mination., con el siguiente diklogo :
"Infs. - Os veo, os ve?o, y soy, yo sola, una multi-
tud, la multitud, Garvin; boyes?: la multitud. ;Cobarde!
; Cobarde! ;Cobarde! ; Cobarde! Es inittil que quieras huir.
No to soltard. ZQud vas a, buscar en sus labios? LEI olvi-
do? Pero yo no to olvidard, no. Es a mf a quien tienes quo
convencer. A mf. Ven. Te espero... Ya to ves, Estela:
Garcin afloja sus brazos, es obediente como un perro. No
serf, tuyo!
Garcia. -- r,Es que la noche no llegarfi nunca?
Ines. - Nunca.
Garcin. - i,Me vera.s slempre?
Ines. -- Siempre".
Lo caracteristico on los personajes existencialistas son los
aetos ineoherentes, sin logica alguna, los actor realizados por-
que si, on virtud do lo absurdo, en virtud de la libertad. En
Muertos sin sepultura, cuando ya los carceleros fascistas han
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prometido respetarles la vida y 4lonerlos en libertad, los "ma-
quis" son inuertos a tiros por uno de los guardianes, quien
descarga contra ellos su fusil sin razon alguna... por diver-
tirse, per gastar una broma a sus compinelies o poi cualquier
otro "motivo" solo conocido por el. Benjamin Fondane en
La coneiencia desgraciada, di6 la pauta de estos liberrimos ac-
tos inmotivados, al escribir :
"Bruscamente, este senor que almorzaba tranquilamen-
te rodeado de los suyos, con la servilleta al cuello y el
diario desplegado ante sf, olvida las conveniencias, el hora-
rio del ministerio, y sotocado, con el cuello desabrochado,
se precipita a la ventana gritando: !Una posibilidad! iMe
ahogo!".
El brusco cambio de opinion es otro de los rasgos tipicos
de los personajes existencialistas. Garcin en A puerta cerrada
implora a las potencies infernales que le abran la puerta y
cuando esta se abre de par en par ante el, bruscamente re-
trocede y renuncia a salir del infierno. Ya hemos visto en
que forma Mathieu, el protagonista de El sobreseimiento, que
estaba a panto de suicidarse, decide de pronto no hacerlo. En
otra ocasion, el mismo personaje contempla eon indiferencia
tin. incidente eallejero y repentinamente "decide" intervenir.
En El muro, Erostrato, que ha descargado su revolver sobre
uii hombre y es perseguido por la policia, cuando esta a punto
de ser capturado tiene el prop&ssito de suicidarse, pero brus-
camente, por ffitiles motivos, cambia de parecer. He aqui la
escena relatada por el propio protagonists :
"Habrfa ?querido saber at aquel tipo gordo habfa muer-
to. Quizas solo le herf y las otras dos balas acaso no
alcanzaron a nadie... jPreparaban algo, iban a tirar un
objeto pesado contra la pared? Me apresur6 a meter el
canon de mi arms en mi boca y to mordf fuertemente.
,Pero no podia disparar, ni siquiera poner el dedo an el
gatillo. Todo habfa vuelto it caer en ell silencfo. Entonces,
tiro el rev6lver y lea abrf in puerta".
En realidad, todos los rasgos que hemos apuntado en
los personajes existencialistas de ficeion, se pueden resumir
en uno solo : indeterminismo. Esos personajes son la ilustra-
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EL EXISTENCIALISMO 87
cion de una tesis segun la cual no existe una naturaleza del
hombre vivo : no Sc es debil ni fuerte, cobarde ni valiente, ton-
to ni inteligente. 1 Alli esta la divina libertad para ponerlo
todo en tela de juicio mientras vivamos ! G. de Torre ha dicho
de estos personajes : "Su gesto, on ultimo extremo, puede
interpretarse Como una protesta pura, sin fisonomia causal,
como una manifestation mas de esa angustia, de ese vacio
metafisico que on su desamparo existencial, pero usando al
mismo tiempo de su libertad de election, el personaje es in-
capaz de llenar".
Rosta anadir que las situaciones atipicas constituyen la
demostracion mas evidente de que nos encontramos ante un
arte de evasion: una literatura que siente panto ante los
hechos sociales, tiene forzosamente que inventar situaciones ab-
surdas.
Otra caracteristica formal de la literatura existeneialista,
es una muy especial crudeza de lenguaje, el cual expresa en
I P, forma mas directa posible la descarada lascivia de los per-
sonajes. Esta literatura anti-realista solo es "realista" para
reflejar la podredumbre moral que eugendra el regimen bur-
gues. La increible salacidad de la literatura existencialista no
debe ser tomada exclsuivamente como un medio de publici-
dad que los existencialistas emplean; sin negar que hay algo
de eso, nosotros creemos que la obscenidad de esta literatura
es la expresion del. Trio cinismo que yace en el fondo de una
ideologia cuyo proposito es retardar la muerte de un regimen
podrido. La burguesia imperialista ofrece al pueblo espectaeu-
Los obscenos por ]a misma .ra.z6n, e inspirada en los mismos
motivos, que los emperadores romanos ofrecian a la plebe las
sangrientas diversiones del circo. Un ejemplo, de los menos
repugnantes, de esa calculada obseenidad, es el siguiente pa-
saje de El mmuro:
. "Cada vez que Rirette vefa a Lulfi de espaldas o de
perfil, se sentia sacudida por la obscenidad de sus formas,
sin explicarse el per qu6; era una lmpresi6n. Es finnn y
delgada, pero tiene algo do indecente, no salgo -do all.
Race todo cuanto puede por amoldarse, eso debe ser. Dice
que tier vergiienza de su trasero y se pone faldas ique
so le pegan a las nalgas. Su trasero es pequeflo, 1o veo
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perfoctamente, rnucho mas pequefio que el mio, pero so
ve niAs. Es eompletamelite redondo por debajo de sus ana-
gros riiianes, Ilona in falda, so dirla quo se, lea metido
dentro".
Las afirmaciones paradogicas y las situaeiones parado-
jales constituyen, en el existencialismo, otra de las manifes-
taciones de la dialectica mutilada a que hemos hecho ligera
referencia provisional. La paradoja. intenta expresar ese pro-
ceso dialectico que se detiene a medio Camino, ese razonamien-
to incapaz de ller ar a la sintesis superadora. No es extrano,
por tanto, el abuso que do ella bacon los existencialistas, con
roenos talento, desde luego, que aquel Gran Maestro de la pa-
radoja y supremo artifice de pajaritas de papel que fue don
Miguel de Unamuno. He aqui unos cuantos ejemplos : Sartre
dice del hombre "que es lo que no es y que no es lo que es";
dicho en otros terminos : el hombre "no es jamas sino un pa-
sa