BIOGRAPHY OF FIDEL CASTRO

• Document Type: CREST
• Collection: General CIA Records
• Document Number (FOIA) /ESDN (CREST): CIA-RDP81-01043R003100200006-5
• Release Decision: RIPPUB
• Original Classification: U
• Document Page Count: 135
• Document Creation Date: December 23, 2016
• Document Release Date: March 25, 2014
• Sequence Number: 6
• Publication Date: February 10, 1959
• Content Type: REPORT

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Esta no es la primera biogra-
fia que escribe el senor Ge-
rardo Rodriguez Morejcin. Con
anterioridad, ha publicado con
exito varias biografias de pa-
triotas cubanos, de las cuales,
la del General Antonio Ma-
ceo y la de "GuillermOn"
Moncada fueron laureadas y
muy bien acogidas por el
blico y la critica.
Su colecciOn de seis biogra-
fias sobre los mos destaca-
dos prOceres cub anos tuvo
gran difusiOn entre los ninos
de edad escolar y varias de
sus monograf i as histOricas
han sido premiadas.
El senor BodrCguez Morin
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FIDEL CASTRO
BlOGRAFIA
Gerardo Rodriguez Morejan
'1959
P. FERNANDEZ Y CIA. S. EN C.
HOSPITAL 619 HABANA
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Las excepcionales circunstancias en que se
elabor6 este libro, singulariza el agradeci-
miento de su autor a las personas que le
prestaron su cooperaciOn. Por ello satisface
su deseo de dejar constancia palica del
clue en alto grado debe a las senoras LINA
R'UZ VIUDA DE CASTRO, ANGELA CASTRO
Ruz DE FRAGA, TERESA GONZALEZ DE
TREMOLS Y MERCEDES BUSTELO DOMIN-
GUEZ; y a los amigos MIGUEL A. BRETON
PICHARDO, CARLOS MIRANDA VARGAS, JOA-
QUIN TREMOLS FUENTES., JORGE L. MARTI
GONZALEZ, ERNESTO ARDURA PARDAL Y
OCTAVIO DE LA TORRE MORA.
ariifiri I - Sanitized Coov Arproved for Release
La Habana, 14 de Enero de 1959.
Sr. Gerardo Rodriguez More j6n
Goicuria #115,
Habana.
Estirnado amigo:-
Lirnitarnos el inters de esta.s lineas a cornunicar-
le titre la lectura de los or iginales de la biografra de nuestro hija y
hermano Fidel Castro Ruz, que desde hace tiempo viene usted es-
c ribienclo, nos ha perrnitido constatar que ha interpreta.do fielrnen-
te las informaciones que con ese fin le surninistranios.
Tarnbign nos es grato significarle que hernos apre-
ciado la buena reproducci6n que ha hecho de las fotografras que le
dirnos,asr coma que hist6ricarnente la. misma se ajusta a la verdad.
Reiter.indole una vez mg's ci testimonio de nuestra
amistad, quedarnos, afectuosarnente de usted.
01 Lina Ruz Ruz Viuda de Castro
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v.,
CAP1TULO PRIMERO
DICTADURA Y DEFRAUDKCION
rj RANSCURRIAN los primeros dias de agosto
de 1927. El Gobierno de Machado confirmaba
sus propOsitos dictatoriales anunciando la ref orma
constitucional que viabilizaba la prOrroga de pode-
res. Por otra parte, nadie dudaba que la impopulari-
dad del propOsito lo llevaria a emplear las mayores
violencias para lograr su realizacion, y naturalmen-
te, la influencia de esta preocupaciein hizo posible
que casi pasara inadvertido el anuncio de la VI
Conferencia Internacional Americana que, por pri-
mera vez, reuniria en La Habana a todas las nacio-
nes del Continente Occidental.
En los mismos mes y ario, precisamente el dia
13, la 'Sra. Lina Ruz Gonzalez y su esposo Angel
Castro Argiz, tuvieron su tercer hijo. En su misma
residencia de la finca "Manacas" en el barrio de Bi-
ran, Mayan, habian tenido tambien, a los dos ma-
yores; a Angela, la primogenita; y a Ramon que fue
el primer varem. Asimismo vivian alli Lidia y Pedro
Emilio Castro Argota, hijos del primer matrimonio
de Don 'Angel. De conformidad con sus principios
cristianos no tardaron en efectuar la ceremonia bau-
tismal del nuevo mortal que habi a venido al mundo
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G. RODRIGUEZ MOREJON
pesando 10 libras, y que apadrinado por Luis Hil-
bert y Belen Feli?, qued6 convertido en cristiano e
inscripto en el Registro Civil con el nombre de Fidel
Castro Ruz.
El General Machado y sus secuaces persistian
en sus afanes continuistas. Los hombres de la oposi-
ciOn se aprestaban a combatirlo; y asi, al proclamar
con fingido entusiasmo los jefes de los partidos adic-
tos al Gobierno su adhesion al desdichado proyecto,
los integrantes de la agrupacion politica Union Na-
cionalista, celebraron en Miramar Garden un main
en el que sus oradores lo atacaron ardorosamente.
Mas, al igual que todos los regimenes de mano fuer-
te, el de Machado no tomaria en cuenta ningun es-
tado de opinion que se opusiera a sus designios. En
consecuencia, respondiO a la manifiesta repulsa po-
pular, haciendo que su incondicional Congreso apro-
bara conjuntamente la Ley de Emergencia Electoral
que impedia la formaciOn de nuevos partidos y la
reorganizaciOn de los existentes, y el Proyecto de Re-
forma de la ConstituciOn con su consecuente prO-
rroga de poderes.
A la sazOn, los progenitores del rollizo varOn
que acaba de iniciarse en la vida pasaban sus dias en-
tregados a las atenciones del hogar y del trabajo. El
amor a los hijos les pedia constantemente m?y m?
para ellos, lo que determinaba que siempre estuvieran
pensando en brindarles algo nuevo. COmo podrian
faltar los retratos destinados a conservar sus expre-
stones mfantiles? No siendo esto posible, al poco
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FIDEL CASTRO RUZ 3
tiempo aparecieron las primeras fotografias: un
grupo de los tres hermanos, y otra en la que apare-
ce solo el tercero de sus descendientes.
En aquel ambiente convulsivo y gravid? de ame-
nazas iban creciendo los hijos del colono Castro y su
esposa Lina. Su familia seguia aumentando. Dos nue-
vos vastagos, Raul y Juanita, figuraban en la lista
de los herederos de t honesto y laborioso matrimonio.
Poco despues, cuando en virtud de la acciOn revolu-
cionaria del pueblo, y de la actuaciOn del Embajador
Benjamin Summer Welles, cay6 al fin, el Presidente
Machado, precisamente la vispera del dia en que Fi-
del cumplia los seis anos de edad. Habian nacido
tambien Emma y Agustina, las dos nifias que corn-
pletaron el numero de sus hijos.
Fidel es un nifio inquieto y travieso que gusta
de andar descalzo, montar a caballo y cazar animales
con tiraflechas. Aunque alegre y afectuoso, es tenaz
y reservado hasta el extremo de que cuando se las-
timaba en alguna forma, no decia nada a nadie y se
curaba el solo. Con maternal complacencia cuenta
su mama que si lo regaliaba, aceptaba cabizbajo el
regario, y que, lejos de huir cuando le iba a dar algu-
na nalgada, se ponia en posiciOn para que pudiera
pegarle, con lo cual, desde luego, le cortaba la ac-
ciOn. AprendiO las primeras letras en la escuela
pii-
blica de la localidad. Por su gran apego al padre em-
pleaba la mayor parte de su tiempo libre en andar
junto a el, acosandolo a preguntas sobre los pueblos y
accidentes geograficos cercanos, y sobre todo, en re-
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En Birin se torrA esta foto, en la que Fidel aparece -sentado entre
herrnanos Angelita y Ram6n.
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l'ue al cumplir los tres afios de edad, ? cuando probablemente se
retrat6 por primera vez.
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G. RODRIGUEZ MORE,ToN
laciOn con los episodios de la Guerra de Independen-
cia de que en ocasiones le habia oido hablar.
Su despierta inteligencia y su gran deseo de sa-
ber eran faciles de advertir, por lo que la natural
preocupaciOn paterna por la superaciOn de los hijos,
cobraba fuerza en el caso suyo. Al cumplir los siete
arios, era claro que hi escuela de Biran ya no resulta-
ba la mas apropiada para que continuara sus prime-
ros estudios. Ahora, para matricularlo en una mejor
se hacia necesario mandarlo a Santiago de Cuba, lo
que por obvias razones llevaba aparejada la necesi-
dad de matricularlo como alumno intern?.
Nuevos horizontes se abrieron entonces para
el. Muy nino aun, se encontrO solo en el colegio De
La Salle, en un ambiente distinto, alejado de sus pa-
dres, y sujeto a las disposiciones disciplinarias del
plantel. Sin denotar nostalgia por ello, continuo poi-
un tiempo sus estudios en dicho centro. Luego paso
al Colegio Dolores que en el propio Santiago tenian
los padres jesuitas, en el que concluy6 la Primera En-
serianza y comenzO el Bachillerato. D esta epoca da-
ta su anecdota en el examen de ingreso en el Institu-
to. Se le pidio que senalara un reptil, y dijo: un maja.
Pero al pedirsele que mencionara uno m? respondiO
sin pensar mucho en las consecuencias: otro maja.
No habia cumplido los 14 arios cuando se ini-
ciaron en el Capitolio las sesiones de la Asamblea que
proclamO la ConstituciOn de 1940, cuerpo legal des-
tmado a poner fin al agitado proceso politico que
padeciO Cuba a partir del fullest? 4 de septiembre de
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FIDEL CASTRO R U Z
1933. No era posible que el imberbe estudiante pu-
diera interpretar cabalmente los hechos acaecidos con
ocasiOn del derrocamiento del Presidente Machado;
pero es de suponer que dada su, intensidad conmocio-
nal, los mismos no pasaron sin dejar alguna huella en
su mente sana. Por lo menos, la del efecto de los im-
precisos recuerdos de aquellos cruentos hechos que
por mil motivos tenian que serle inexplicables.
Al siguiente ario sus padres determinan enviar-
lo a La Habana con su hermana Angela para que si-
guiera sus estudios en la Capital. Su pupilaje en los
colegios de Santiago lo habian habituado un poco a
vivir separado del ambiente hogarerio, y a privarse
de sus juegos con los tractores del negocio de made-
ras que su padre tenia en los Pinares de Mayari; y
naturalmente, esta circunstancia le aminor6 el efecto
que por el mayor alejamiento pudiera significarle su
ingreso en Belen. Adernis, su aficiOn por la carrera
de Derecho contribuia en el mismo sentido crean-
dole un vivo interes en terminar el Bachillerato para
poder ingresar en la Universidad.
A esto podia agregarse que la vida en el colegio
habanero le ofrecia dos grandes atractivos m? la
atenciOn que se le prestaba a la practica del basket
ball, que era su deporte favorito, y las excursiones
campestres que con frecuencia se ofrecian a los estu-
diantes. Como gozo en la que hicieron a la Cordi-
llera de los Organos, pasando horas de feliz expan-
sion junto a las agrestes montanas!
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G. RODRIGUEZ MOREJON
Como es lOgico que con el avance del proceso
de formaciOn de una person.alidad se vayan precisan-
do sus peculiaridades, correspondiO al periodo de su
pupilaje en Belen la acentuaciOn de sus caracteristi-
cas prevalentes. Con claridad las destaca el pie de
grabado que se inserta bajo su foto en Ecos de Belen
correspon.diente a junio de 1945, que reza asi: "1942-
1945. Fidel se distingui6 siempre en todas las asigna-
turas relacionadas con las letras. Excelencia y congre-
gante fue un verdadero atleta, defendiendo siempre
con valor y orgullo la bandera del Colegio. Ha sabi-
do ganarse la admiraciOn y el caririo de todos. Cur-
sari la carrera de Derecho y no dudamos que llenara
con paginas brillantes el libro de su vida . . tiene ma-
dera y no faltara el artista".
Forzoso es reconocer el acierto de la nota de re-
ferencia, particularmente, en lo que respecta a que
supo ganarse "la admiracion y el carilio de todos".
Un testigo presencial de los actos de la graduaciOn
de los nuevos bachilleres nos manifesto admirado, c?-
mo el, que aunque magnifico estudiante y atleta no-
table no podia decirse que fuera el mejor de su pro-
mociOn en ninguno de los dos aspectos, recibiO sin
embargo, la m?nutrida y calurosa ovaciOn de sus
condiscipulos cuando se le Ramo para entregarle sus
diplomas.
Al graduarse de Bachiller en 1945, es decir, a
la normal edad de 18 arios, termino su condiciOn de
alumno interno de Belen. Enseguida comenzaria hi
Ultima etapa de su vida de estudiante: la universi-
FIDEL CASTRO RUZ
Muy niflo aun lo vemos en un grupo de alumnos del colegio De
La Salle, sentado en el segundo puesto por la izquierda.
taria. Imposibilitado como todos los mortales de en-
trever en los arcanos del futuro, el robusto mocetOn
solo soriaba con verse con su toga en los estrados ju-
diciales ejerciendo su profesion de Abogado. Entre-
tanto alla, en el rincOn oriental, los hacendosos pa-
dres disfrutaban con sencillez, de la satisfacciOn de
comprobar el inicio del progreso intelectual de sus
hos mayores.
Hacia m?de un ario de la terminaciOn de la
primera dictadura de Batista, la que sigui6 a la de
Machado. Dejando tras si una estela de sangre y un
mo.ntOn de cadaveres, el personero del 4 de septiem-
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10 G. RODRIGUEZ MORE,JoN
bre babia abandonado el pais al tomar posesion de la
Presidencia el Dr. Ramon Grau San Martin.
Poco antes, el pueblo }labia evidenciado sus an-
sias de libertad y de honradez administrativa en las
elecciones que Chibas denominara la "Jornada Glo-
riosa", pero. . desventuradamente, ya observaba con
preocupacion, los primeros sintomas de una pr6xi-
ma defraudaci6n.
El joven Castro, agotadas las cortas tacaciones
que pas6 en Oriente con sus padres y hermanos, co-
menz6 a figurar en las numerosas filas de estudian-
tes de nuestra bicentenaria Universidad. La franque-
za de su trato cordial y su condicion de deportista,
facilitaron la buena acogida que desde los primeros
momentos le dispensaron sus nuevos companeros.
M?adelante, con el decursar del tiempo, las circuns-
tancias y sus condiciones personales lo irian destacan-
do poco a poco del comun de sus congeneres.
La progresiva superacion intelectual de la mujer
-cubana, tenia un buen exponente en hi gran cantidad
de muchachas que asistian a las clases de las distin-
tas Facultades del Alma Mater. La camaraderia estu-
diantil no acepta formulismos tontos ni prejuicios ab-
surdos, por lo que es corriente que en las aulas jove-
nes y senoritas se traten de igual a igual, sin otras dis-
tinciones que las propias de los principios morales y
de la buena educacion. De todos modos, es innegable
que por obvias razones, la Universidad brinda una
propicia oportunidad para el surgimiento del amor.
FIDEL CASTRO RUZ
11
Las lides estudiantiles ofrecian a Fidel Castro un
medio de prueba de sus cualidades para las luchas po-
liticas, pero por descontado queda, que el no par6
mientes en esto. Su impetuosa juventud se lo impe-
dia. Con todo, no se ma.nifestaba plenamente como
un joven de su edad y de su epoca. Entre otros as-
pectos d su poco comun personalidad, se aprecia que
a?n siendo de temperamento alegre, no es muy afi-
cionado al baile. De ahi que fuera raro verb o en al-
guna que otra fiestecita, cuando se lo permitian sus
vacaciones.
Una alumna de la Escuela de Filosofia, la seno-
rita Mirtha Diaz Balart, comenz6 a despertar el in-
teres amoroso del corpulent? estudiante oriental; y
como a la joven no le eran indiferentes sus requiebros,
el enamoramiento mutuo desplaz6 en poco tiempo la
habitual camaraderia universitaria. Ahora, es de se-
fialar, que como si obedeciera a un poderoso impulso
interno, esta circunstancia ni determin6 variantes
apreciables en el, ni lo hizo desatender sus estudios y
sus luchas. Lo que sI se apreciaba era que la notoria
corrupcion administrativa del Gobierno de Grau lo
hacIa pensar. Asimismo,-la conducta de los regime-
nes de opresion que padecian algunos paises america-
nos, heria fuertemente su sensibilidad bastante in-
fluenciada por los principios martianos.
La, noche del miercoles 16 de julio de 1947 que-
d6 inaugurada hi Asamblea Constituyente Estudian-
til. Con ese motivo, y como miembro de la tendencia
de Humberto Ruiz Leiro, pronunci6 un discurso de
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12 G. RODRIGUEZ MOREJON
tonica agresiva en el que con energico enfasis desta-
cO la necesidad de "oxigenar el ambiente y desenmas-
carar a los falsos lideres". Su elocuencia no march6
pareja con su exit? electoral, ya que en unas
elecciones que fueron formalmente impugnadas, re-
sultO vencido por Alfredo Guevara en su aspiracion
a la Secretaria del novel organism?.
Sus inquietudes ideolOgicas le impedian perma-
necer al margen del movimiento expedicionario que
para liberar a la Republica Dominicana de la dicta-
dura de Trujillo, se estaba organizando precisamente
en esos di as. Por eso no tard6 en comprometerse a
participar en la invasion del pais hermano que se pre-
paraba, y marchO a someterse al entrenamiento mi-
litar que en el arenoso Cayo Confites se daba a los
expedicionarios.
Pero este empeno liberador estaba predestin.ado
al fracaso. El Enabajador dominicano denunci6 pUbli-
camente que se preparaba una invasion de su pais,
que partiria de la ciudad oriental de Antilla. Inme-
diatamente despues, Trujillo, personalmente, hizo un
llamamiento a distintos gobiernos americanos "para
que persuadieran a Cuba de aceptar una investigaciOn
internacional respecto a la acusaciOn dominicana dc
que este pais patrocina un complot contra su regi-
men". Y como si esto hubiera sido suficiente para
decidir a las autoridades, al mes y medio cl Gobierno
del Dr. Grau dispuso que se liquidara el movimiento
de Cayo Confites, y que los expedicionarios fueran
conducidos a La Habana.
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FIDEL CASTRO RITZ 13
El final de este episodio brind6 la oportunidad
de comprobar dos caracteristicas relevantes de la per-
sonalidad del joven universitario: su innata rebeldia
y su valor personal. Su nombre no aparece en las lis-
tas de los expedicionarios conducidos a La Habana
por la fuerza pUblica. No podia aparecer, porque el
y tres companeros m? prefirieron marcharse por su
cuenta aunque para ello tuvieran que cruzar a nado,
como cruzaron, lit inmensa y siempre llena de tibu-
rones, babia de Nipe.
El epilog? de Cayo Confites lo deyolvi6 a las
actividades universitarias. Por entonces todo el mun-
do reconocia la defraudacion de que Grau habia he-
cho objeto al pueblo cubano, por lo que no vacil6 en
participar en la velada que se efectu6 en nuestro pri-
mer centro docente para conmemorar la caida en
lucha con hi policia, del estudiante Trejo, en la que
los oradores enjuiciaron y censuraron duramente la
forma en que Sc venia produciendo el primer gobier-
no autentico.
Con el asentimiento de ambas familias clue&
formalizado su compromiso amoroso con la senorita
Diaz Balart, y por tanto, se le hace necesario ir pen-
sand? en el matrimonio. En este sentido lo que m?
le urge es avanzar en sus estudios. Para lograrlo tienc
que confiar fundamentalmente en su inteligencia,
pues tinicamente ella podria compensarlo de las difi-
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Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release ej-Yr 2014/03/25 CIA-RDP81-01043R003100200006-5
cultades que su dedicacion a las luchas estudiantiles
le proporcionaba.
Como todos los ',Trios, terminado el curso mar-
ch6 a Oriente, a pasar sus vacaciones en compafila
de su familia. La vida del campo, particularmente en
su aspect() de lucha con la naturaleza, lo atrae sobre-
manera. La caza le es algo connatural que practica
gustosamente, aunque el evento este despojado de los
atractivos complementarios con que socialmente es
usual rodearlo. Por eso es frecuente verb o con un pe-
rro y una escopeta andando de arriba para abajo por
los montes en busca de la codiciada pieza.
En la Universidad quedo pendiente un proyec-
to: la organizaciOn de un Congreso Estudiantil La-
tinoamericano. En su fuero interno laten aspiracio-
nes reformistas que, imprecisas atin, solo se traducen
en sus afanes de lucha. Claro esta que, por el mo-
mento al menos, y a pesar de que los escandalos ad-
ministrativos del Gobierno de La Cubanidad han
despertado un clamor de protesta en todo el pais,
las mismas tenian que circunscribirse a las esferas
estudiantiles.
De nuevo en la Universidad, ultimados los de-
talles de las gestiones preparatorias del referido' Con-
greso Estudiantil, y provisto de una carta de presen-
taciOn para ROmulo Betancourt, del luchador domi-
nicano Juan Bosch, parte con sus cornparieros -Al-
fredo Guevara y Enrique Ovares, a visitar distintos
paises hispanoamericanos. Hace pensar que la foto-
grafia que en esa oportunidad se le hizo, lo muestre
Sonriente mira para la CAmara desde su asientu en el cumedur del
Coles-410 Dolores.
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Para el fuc siernpre motivo de orgull3 el gallardete de su colegio. Asi muestra con satisfaceiOn
el que ar odillado sostiene por su extremo.
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Aqui lo vemos en una parada de los alumnos del colegio Doltres.
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G. RODRIGUEZ MORE joN
cum? un muchacho ensimismado en reconditos pen-
samientos, como Si la circunstancia de que comcidie-
ra con su viaje la celebraciOn en Bogota de la IX Con-
ferencia Internacional Americana, le hiciera forjarse
mayores concepciones.
Tras un breve recorrido por Panama y Venezue-
la, llegan los comisionados estudiantiles a Bogota y
se instalan en el Hotel Claridge. Acababa Fidel de es-
cribirle a su padre comunicandole sus impresiones de
los paises que ha visitado, cuando un hecho subito, el
asesinato del lider Jorge Eliecer Gaitan, cambia de
pronto, tornandolo en tragic?, el ambiente de Santa
Fe d.(i Bogota. Indignado, el pueblo se echo a la calle.,
y la desbordada furia popular arraso con cuanto en-
contr6 a su paso. El Bogotazo, como se dio en Hamar
a la revancha de un pueblo ahito de opresiones y des-
manes, imposibilito la realizaciOn de todas las gestio-
nes, y forth a los estudiantes cubanos a regresar sin
haber obtenido efectivos progresos en sus propOsitos.
Mas, no cabe la menor duda de que el dramatic? es-
pecticulo tiene que haber impresionado fuertemente
sus temperamentos en formaciOn.
No podia ser m?desalentador el panorama que
a su regreso ofrecia su patria ante la proximidad de
las selialadas elecciones presidenciales. Grau y sus ser-
vidores que ya se habian convencido de que no po-
dian continuar en el poder, se habian dado por
elite-
FIDEL CASTRO RUZ 19
ro al albur de arranque y a asegurar, por lo menos, el
triunfo de sus candidatos. Sus contrarios se afanaban
en hacer acoplamientos ventajosos, y entre tanto, la
etapa final del proceso electoral se desenvolvia entre
escandalos administrativos, enjuagues politiqueros,
las reiteradas y encendidas protestas de Eduardo Chi-
bas y los ortodoxos.
Casi al expirar el plazo fijado para ello por el
COdigo Electoral, quedaron confeccionada.s las can-
didaturas presidenciales. Los candidatos gubernamen-
tales eran los doctores Carlos Prio Socarras y Guiller-
mo Alonso Pujol; y por los oposicionistas figuraban,
de una parte, los doctores Ricardo NUriez Portuondo
y Gustavo Cuervo Rubio; y de otra, Eduardo Chibas
y el profesor Roberto Agramonte. El dia primero de
junio tuvieron efecto los comicios en los que result6
triunfante la candidatura gubernamental. Ademas,
desde Daytona Beach, donde se fue a vivir al tomar
posesiOn de la Presidencia de la RepUblica el doctor
Grau San Martin, y gracias a sus grandes recursos
econOmicos, por supuesto, habia resultado elect? Se-
nador por Las Villas, el ex-presidente Batista.
Fidel Castro se encontraba ahora en Oriente
aprovechando sus Ultimas vacaciones de soltero para
concluir los preparativos de su prOxima boda. Opor-
tunamente los novios y sus respectivas familias se
reunieron en Banes, donde una vez cumplidos los re-
quisitos legales y religiosos, y en el natural ambiente
de felicidad y contentura general, se efectu6 la ce-
remonia nupcial, el 12 de octubre de 1948. Nuevas
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20 G. RODRIGUEZ MOREJON
perspectivas sentimentales se habian abierto para es-
te joven que, a despecho de la impetuosidad y firmc-
za de su caracter, es un muchachon noble y senti-
mental.
Pocos dias antes de que hubieran transcurrido 11
meses de su boda, el dia primero de septiembre de
1949, el nacimiento de un varOn lo convierte en pa-
dre. La paternidad le brindaba el motivo mas pode-
roso de su afectividad familiar, y los angelicales en-
cantos de la criatura lo enternecian ostensiblemente.
Con su nombre bautiz6 al vastago en el que se em-
penaba en adivinar caracteristicas propias, y prime-
ro, a los 7 meses, y despues a los 13, lo retrata escri-
biendo el mismo al dorso de la segunda foto: "Para
mis queridos abuelos y tios con besitos de Fidelito
Castro a los 13 meses de nacido. ?Octubre de 1950.
La graduacion de abogado no implic6 cambios
sustanciales en la vida del idealista e inquieto Fidel
Castro que, a pesar de que ya era un profesional
del Derecho, continuaba siendo el mismo joven fran-
co y cordial que unia a su tenacidad y decision, una
marcada mdiferencia por el buen vestir y demis apa-
riencias futiles.
El recuerdo de la elocuencia de que siempre hizo
gala en las asambleas estudiantiles autorizaba el pro-
nOstico de que seria un buen letrado; no obstante, la
defraudacion autentica que habia seguido a la dic-
tadura batistiana, tenia al pais en una situaciOn real-
mente dificil para cualquier joven que quisiera abrir-
se paso honradamente.
FIDEL CASTRO RUZ 21
El asombro que en Estados Unidos provocaron
las fabulosas inversiones hechas alli por conocidos
funcionarios del Gobierno del Dr. Grau, y del cual
se hizo eco la prensa americana, patentizaba la mag-
nitud de los desfalcos realizados; y como por
a?adi-
dura, el de Prio, aunque contaba con funcionarios
tan prestigiosos y respetables como el idOneo doctor
Felipe Pazos, persistia en las mismas lacras, la juven-
tud honesta se vela forzada a desenvolverse en un cli-
ma carente de todo estimulo oficial.
A pesar de lo poco propicio de las circunstan-
cias, el novel abogado no cejaria en sus empetios no
solo de superaciOn personal, sino tambien en el m?
elevado de contribuir al mejoramiento de su patria.
Lo primero trataria de lograrlo a traves del ejercicio
de su profesi6n, para lo cual abri6 con. dos compalie-
ros de curso un bufete en La Habana. Y lo segu.ndo,
como lo que urgia era adecentar la administraciOn
ya, que era justo reconocer que se disfrutaba
de libertad y se respetaban los derechos ciudadanos,
contribuyendo al triunfo del Partido del Pueblo Cu-
ban() (0) que, por distintas razones, era la organi-
iaciOn politica que mayores garantias ofrecia en ese
sentido.
De igual modo pensaron los Senadores Pelayo
Cuervo, Agustin Cruz, Federico Fernandez Casas y
,Tose Manuel Gutierrez, que tambien ingresaron en la
Ortodoxia. Las isperas censuras que Chibas y sus se-
,2-,uidores hacian a los hombres del Gobierno, provoca-
ron .acaloradas polemicas entre Prio v sus amigos y
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G. RODRIGUEZ MOREJON
los ortodoxos y su combativo jefe. El caldeado am-
biente politico Rego al rojo vivo con la tramitaciOn
de la causa originada por denuncia del doctor Pelayo
Cuervo contra Grau y determinados funcionarios de
su Gobierno, y con el ejemplarizante auto de proce-
samiento del Dr. Grau que dictara el probo juez Fe-
derico Justiniani.
Fidel Castro no es un joven indiferente solo a de-
terminadas peculiaridades de la juventud; tambien
lo es al dinero que no parece interesarle mucho. Poco
o nada podia esperar de el, en lo que a utilidades se
referia, el flamante bufete Azpiazu, Castro y Resen-
de. Los honorarios profesionales no existian para este
abogadoi que jamas se preocupO por ellos. Por el con-
trario, no fueron pocos los casos en los que sufraga-
ba con su dinero los gastos iniciales de los asuntos que
se le( confiaban.
En algunos aspectos continuaba pensando y sin-
tiendo corno estudiante, y naturalmente, casi siempre
se entusiasmaba con las luchas de los muchachos de
la.colina. El anunciado aumento del precio de los pa-
saies en Omnibus, provocO la protesta de las clases
:afectadas a cuya vanguardia figuraban los estudian-
tes. Con ese motivo organizaron un mitin que colm6
de publico la monumental escalinata y en el que los
distintos oradores censuraron acremente el impopu-
lar proyecto.
Terminado el acto, la concurrencia abandon6 el
local; y las cosas no hubieran ido mas alla, de no ha-
ber sucedido lo que sucedi6: el obrero de 2 5 alms Car-
En los dias de so ingreso en el Instituto de Santiago de Cuba se
le tomo esta fotc.4_,Yrafia, cn la que se lc vc saboreando un caramelo.
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comandante. Raiael Casa's, v ci primer teniente
Canizares.
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L:onsiguiente agizacion. Los acoplamintos de las can-
didaturas senatoriales, sobre todo, en los partidos adic
il C:;obierno, constituian los mavores motivas de
v ',:la.chas entre sus dirigentes; v los fuertes
.1 1OtqUC los oposicionistas hacian a los adminis-
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FIDEL CASTRO RIJZ 27
Cubano (0). Empero, de las tres, solo fue la prime-
ra, la que en cierta forma pareciO interesarle.
La desorbitaciOn del gansterismo que venia pa-
deciendo el pais, llegO a su climax con el asesinato del
Representante Alejo Cossio del Pino. La reacci6.n po-
pular se hizo oir y el Gobierno anunci6 que adoptaria
energicas medidas para acabar con la plaga de asesina-
tos que alarmaban a la poblaciOn. Con ese fin empez6
sustituyendo con el teniente coronel Consuegra Val-
des, al Jefe de la Policia Nacional, y practicando al-
gunas detenciones de presuntos complicados en el
crimen.
De todos modos, las actividades politicas se des-
envolvian con normalidad; las libertades publicas
eran absolutas; en las carceles no habia presos politi-
cos; las fuerzas armadas estaban circun.scritas a sus
funciones propias, y el pueblo estaba completamente
seguro de que en los cercanos comicios podria elegir
libremente a sus mandatarios.
En los comienzos del mes de marzo de 1952, se
iniciO en La Habana la III Reunion de Tecnicos de
Bancos Centrales de America. Los delegados extran-
jeros fueron llevados a Palacio por el Presidente del
Banco Nacional de Cuba, Dr. Felipe Pazos, y cordial-
mente atendidos por el Jefe del Estado, Dr. Carlos
Prio Socarris. Despues continuaron los bancarios sus
reuniones hasta el dia 8, en que su asamblea fue so-
lemnemente clausurada, y sus asistentes se dispusie-
roil a regresar a sus respectivos paises.
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fA,
28 G. RODRIGUEZ MORE,' aN
Al marcharse lo hicieron convcncidos de quc
gracias a la practica de los principios democthicos,
el pueblo cubano podia criticar sin limitaciones la
conducta de sus gobernantes; efectuar con entera li-
bertad sus asambleas politicas, y disfrutar en paz de
los entusiasmos que el proceso electoral lc brindaba.
CAP1TULO SEGUNDO
CRISIS
UN INEXPLICABLE rumor corria persistente-
mente entre los trasnochadores, la madrugada
dcl 10 de marzo del 52. "Batista dio un cuartelazo"!
se decian, asombrados, unos a otros. Al mismo tiem-
po en muchos hogares capitalinos el tintinear del tim-
bre del telefono despertaba a sus moradores que, me-
dio aturdidos, oian las informaciones que parientes o
amigos les daban al respecto. Asi, a pesar de lo inade-
cuado de la hora, fue propalandose la alarmante no-
ticia que al poco rat? confirmaran la presencia en las
calles de tanques y carros militares, y las sucintas in-
forma ciones que trasmitieron los noticieros radiales.
"No hice mas que adelantarme al Gobierno ?di-
io Batista a los periodistas? ya que por tres conduc-
tos distintos, que me merecieron entero credit?, reci-
bi amplios informes en el Sentido de que el Dr. Car-
los Prio Socarras, estaba preparando un golpe de es-
tado, para el dia 15 de abril, si para esa fecha no lucia
ganador el candidato de los partidos de la Alianza,
Ing. Carlos Hevia".
Inadmisible desde todo punto resultaba este aser-
to. Las rcalidades poll ticas lo negaban de piano. El
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30 G. RODRIGUEZ MOREJoN
proceso electoral se estaba desenvolviendo normalmen-
te, y sin la menor reserva todos los partidos habian
nominado sus candidatos presidenciales. Es m? has-
ta internacionalmente se acababa de reconocer la nor-
malidad del pais, con la firma del Acuerdo Bilateral
de Ayuda Mutua en la defensa del Continente Occi-
dental, que con el representante diplomatic? de Esta-
dos Unidos suscribiera horas antes el Ministro de Es-
tado de Cuba, Dr. Aurelian? Sanchez Arango.
Si a esto se agrega que en cualquier otro orden de
consideraciones los comicios senalados para el primer()
de junio de ese aiio, brindaban al pueblo la oportuni-
dad de elegir libre y democraticamente, antes de que
transcurrieran tres meses, a sus nuevos mandatarios,
se comprende que nadie aceptara sus palabras mas
que como un pretexto absurdo, con el que se preten-
dia justificar lo injustificable.
De todos modos, era absolutamente cierto que
Batista, pasando por alto toda consideracion que se
opusiera a su irresponsable propOsito, se habia intro-
ducido subrepticiamente en la Ciudad Militar a las
y 43 minutos de la madrugada de marras; conmi-
nando al General Ruperto Cabrera a que se rindiera
por "haber triunfado el golpe acordado por una Jun-
ta Militar secreta", y dispuesto la destituciOn y reten-
ciOn en sus casas de los generales de brigada Quirino
Uria Lopez, Otilio Soca Llanes y Jose Velazquez
Pereda.
Asimismo, despues de designar Jefe de Estado
Mayor del Ejercito, al general Francisco Tabernilla
r`4,1-,x, Anna-wed for Release
l:na de sus distracciones infantiles era la de iugar con los tractores
clue su padre usaha en el negocio de rnaderas que tenia en los
Pinares de Mayan.
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Dolz, y tan pronto como otros militares conjurados
tomaron sorpresivamente tambien,.la fortaleza de La
Cabana, el Cuartel Maestre, jetatura del Cuerpo
de Aviacion, el 5o. Distrito Militar y la jefatura de
la Marina de Guerra, completO la subversion de las
fuerzas en La Habana, dispcniendo que fueran los
capitanes y los tenientes Los que se hicieran cargo de
las respectivas unidades.
Todo se habia desarrollado con bastante rapidez
y sin mayores dificultades, pues aunque en los pri-
meros momentos el Jefe de la Policia Nacional hizo
oposicion, y en las afueras de Palacio se produjo tin
ligero tiroteo entre la guarniciOn palatina y los tri-
pulantes de una perseguidora, ambos incidentes gm-
daron superados con la intervericiOn persuasiva de
otros oficiales que convencieron al teniente Coronel
Consuegra Valdes para que depusiera su actitud en
evitapOn de derramamientOs de sangre, y con el he-
conel proposito de conectarse con los Dis-
tritos del interior, el Presidente Prio abandon6 Pala-
cio en un automovil particular.
Horas m?tarde el golpe quedaba plenamente
consumado con la aceptacion del mismo por los Dis-
tritos PrOVinciales. Nadie sabia a ciencia cierta a que
atribuir la facil realizacion del funesto cuartelazo.
Unos pensaban que tal vez se debiO a la excesiva con-
fianza que en virtud del estado de calma reinante en
el pais tenian las autoridades civiles y militares; otros,
que fue, precisamente, el automatism? de la organi-
zaciOn militar, lo que la hizo posible; v no faltabm
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FIDEL CASTRO RUZ 33
los que la atribuian a la influencia que en muchos de
los sorprendidos ejerciO la posibilidad de lograr los ra-
pidos ascensos y las mejoras que ci desventurado gol-
pe les ofrecia. Pero, despues de odo, en este caso la
causa era lo de menos. Lo grave estaba en que de la
noche a la manana Batista habia tornado en extremo
sombrio, ci futuro inmediato de la Rep-dblica.
Con la natural preocupaciOn Ia ciudadania se
preguntaba en que pararia todo aquello. Acataria
tambien tal estado de cosas la opinion publica? A des-
pecho de lo decepcionado que estaba el pueblo, los pri-
meros sintomas no parecian indicarlo asi. Prescindien-
do de las diferencias politicas que los separaban, el
doctor Grau ofreciO su apoyo al Presidente Prio; y los
muchachos de la Universidad fijaron su postura, de-
clarando: "En estos momentos que inesperadamente
hemos sido sorprendidos por el dictador Batista, la
F. E. U. se mantiene como siempre a la vanguardia
de los intereses de la nacion. Estamos, ?or tanto, de-
fendiendo al Poder Civil, y lo estamos haciendo en la
forma que las circunstancias exigen, a riesgo de nues-
tras propias vidas".
Sus ya manifestados principios democraticos, su
mismo temperament?, y su comunidad ideologica con
la masa estudiantil, situaban a Fidel Castro en este
mismo piano. No obstante, debia esperar la decision
de los dirigentes de su Partido. Por su parte, Batista,
que naturalmente temia la reaccion popular que era
de esperar, aprovechO la presencia en Columbia de los
periodistas, para despues de expresarles su agradeci-
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34 G. RODRIGUEZ MOREjON
miento por que no se hubieran .publicado noticias
alarmantes, anunciarle al pueblo la primera suspen-
sion por 45 dias de las garantias constitucionales.
La confusion y la incertidumbre embargaban a
todos los ciudadanos. "Que va a pasar 'aqui?", se pre-
guntaban todos; pero, .quien podia augurar nada?
En puridad de verdad, nada bueno debia esperarse,
ya que a m?de lo aciago del procedimiento emplea-
do, la oportunidad en que el mismo se llevO a cabo
invalidaba todo intent? de justificacion. Sin embar-
go, estas consideraciones no rezaban para Batista y
sus comparieros de aventura, y mientras el discursea-
ba en Columbia, ellos se aprestaban al asalto de las
posiciones oficiales.
A las 8 de la mariana del jueves 13, Prio aban-
donaba la Legacien de Mexico, en la que se babia asi-
lado, y partia en avion hacia ese pais acompariado por
Sanchez Arango y otros amigos. A la saz6n, ci osa-
do hombre del 10 de marzo y del 4 de, septiembre,
exterionzaba sutil e involuntariamente sus verdade-
ras intenciones exclamando pletetrico de regocijo des-
de los balcones de Palacio: "Llego otra vez a esta te-
rraza de la Casa de Cuba, a enfrentarme con las res-
ponsabilidades pUblicas".
Temeroso con razon de las consecuencias que
debia acarrearle su proceder. Batista trata de amino-
rar el funesto efecto clue kicron las palabras que se
le escaparon en la terraza Palacio, y vuelve a ocul-
tar sus verdaderas intenciones anunciando con plena
conciencia de su falsedad, clue celebrari an elecciones
FIDEL CASTRO RUZ
35
generales en el proximo mes de septiembre; que se
designaria un Presidente Provisional, y que el se li-
mitaria a ser el Primer Ministro del nuevo Gobierno.
Dos rumores inquietantes para los autores de la
crisis institucional que sufria el pais, comienzan a
circular. Se decia que el general Galindez habia ini-
ciado en Oriente una revoluciOn encaminada a san-
cionar lo hecho por Batista y sus amigos, y se espe-
culaba sobre las posibilidades de reconocimiento o no
por los Estados Unidos del nuevo estado de cosas. La
revuelta de Galindez, no pasO de hi. categoria de le-
yenda, y las especulaciones relativas al reconocimien-
to americano comenzaron a declinar al anunciar Me-
xico que de acuerdo con la Doctrina Estrada, reco-
noceria al nuevo Gobierno de Cuba.
Los naturales efectos de toda sorpresa; la decep-
ciOn que los gobiernos autenticos habian causado al
pueblo, y la frivola actitud que asumio el Presidente
depuesto, fueron factores que mucho influyeron en
determinar la forma pasiva que ante los gravisimos
acontecimientos que acababan de producirse, asumi6
en los primeros momentos la sociedad cubana. El do-
ming? de carnaval desfilaron las comparsas, y varios
politicos conocidos se afanaban en buscar una a la anOmala situaciOn creada,
mientras Batista destituia a propuesta de Ramon Her-
mida, y en su caracter de Primer Ministro, al Alcal-
de de La Habana, y designaba arbitrariamente a su
amigo Justo Luis del Pozo para que sustituyera al
electo Nicolas Castellanos.
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h En los dias que cursaba ci bachilleratc.) se le to116 esta foto en la
a ? que se le ye con un co mpaiiero en los rn ato miles de la Cordillera
h de los Organos.
unto a dos companeros disfruta de un feces() en su exeursiUn
colegial a la Cordillera de los Organos.
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1,a dictadura Sc ponia francamente en marcha
it
pear de que empezaban a apuntar los primeros
sIn-
()Inas de rebcldiii. La fuerza piibiica impidi6 que los
Congresistas reanudaran la legislatura. Prio exhorto
por radio des& Miami a los estudiantes, y los orto-
(lows dentmciaron ante el Tribunal Supremo la ile-
gitintidad del regimen que, dos dias despues, era re-
cotiocido pot. el Gobierno de 'Washington en aten-
ciOn a clue tenia dominio sobre todo el pais; habia
astimido el poder sin ayuda exterior, y estaba dispues-
to a cumplir las obligaciones internacionales.
l's Nen conocido el poco alcance que en e.stos
casos tienen las protestas civicas, por lo que 'ladle se
sorprendiO cuando coincidiendo con la disposicion de
Ilatista en viand de la cual se aumentaban en un
los emolumentos de los miembros de las. Fur-
pas Art his,, el Tribunal de Garantias Constaucio-
lutes y Sociales declaraba inadmisible e insustanciable
ta ?11 eta de los ortodoxos sobre la ilegitimidad del
vegimen.
:VI las cosas, iefe del cuartelazo logra su ver-
OIN V p r0?4.."1,1 t11,1 ndose Presidelite de la Re-
Snr';?wiailsnaciotiUeve apareiada la sustitu-
,-;,,,,,,t ct 40 por tmos Estatutos
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FIDEL CASTRO RUZ
39
dei-echo". Fue en esa oportunidad tambien, cuando
qued6 convertido en realidad el anuncio de suspen-
si6.n de las garan.tias constitucionales que se hiciera
dias antes; cuando se dispuso la creacion de un Con-
sejo Consultivo para despues de la Semana Santa, y
cuando por primera vez se cambi? la fecha seriala-
da para la celebracion de las elecciones generales, es-
tableciendo que las mismas tendrian lugar el tercer
doming() de noviembre de 1953.
El pais estaba de sorpresa en sorpresa. A donde
irian a parar esos hombres que a despecho de ser bien
conocidos, se mostraban como si fueran los anicos
cubanos capaces de gobernar el pais? S,u irresponsa-
bilidad resultaba inconcebible. Su carencia absoluta
de todo respaldo popular no era &ice para que si-
guieran adelante, sin reparar en nada, y sin respetar
nada, ni siquiera la propia Constitucion que ellos
mismos consideraban como el "punto de partida de
la Revolucion como f-uente de derecho" al que era
necesario retornar.
A la peculiar impetuosidad de la juventud ha
correspondido siempre la iniciacion de la rebeldia pu-
ra y resuelta, y los muchachos de la Universidad, que
desde el primer moment() dejaron constancia publica
de su postura, procedieron ahora a qvelar y enterrar>>
simbOlicamente la Constitucion que democraticamen-
te se habia dado 12 anios atras, el pueblo cubano. Con-
trastando con esta espontanea expresion de la mucha-
chada estudiantil, se produjo el criterio juridico del
Tribunal Supremo jurando los nuevos Estatutos Cons-
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40 G. RODRIGUEZ MOREJON
titucionales, a lo que respondi6 el Partido del Pueblo
Cubano (0), que por entonces podia considerarse
el mayoritario del pais, rechazando los susodichos Es-
tatutos y declarando enfiticamente, que no concu-
rriria a las anunciadas elecciones. Esta declaraci6n,
por supuesto, tuvo su corolario: la detencion del pro-
fesor Roberto Agramonte y otros ortodoxos entre los
que se encontraba su hijo.
En extremo inciertos y comprometidos eran los
momentos en que debia celebrarse el cincuentenario
de la fundacion de la Republica. Con sobrada razon,
la alegria popular brillaba por su ausencia. Los re-
cientes acontecimientos preocupaban demasiado al
pueblo para que estuviera en disposicion de celebrar
fiestas. Y Si esto no fuera suficiente para que se sin-
tiera en tal estado de animo, la constante irascibilidad
de los acomplejados esbirros del nuevo regimen bas-
taba por Si sola para producirselo. No habian disuel-
to- violentamente, unos dias antes de la hist6rica
fecha, la seccion cultural de la Universidad del aire?
Naturalmente, los actos oficiales y el desfile militar
organizados por el Gobierno, carecieron por completo
del calor popular que en cambio, se apreci6 en la
Universidad a la que respondiendo al llamamiento
"Veil aqui, cubano, a conmemorar dignamente el
cincuentenario de la RepUblica", afluyeron grandes
masas de ciudadanos a jurar la Constitucion del 40.
La falta de simpatia personal de justo Luis del
Pozo, de Morales del Castillo, de Hermida, de Rivero
FIDEL CASTRO R U Z 41
Agiiero, y demis funcionarios civiles, contribuia a
aumen tar la impopularidad del imp rovisado Gobierno.
A bora, teniendo en cuenta que a sus integrantes lo
Unico que les interesaba era permanecer en el Poder
el mayor tiempo que les fuera posible; asi como que
urgia devolverle al pais su ritmo constitucional y de-
mocratico, se comenz6 a hablar por determinados
oposicionistas de la formacion de un frente unido para
forzar alguna solucion de la crisis politica. Prio hizo
publico su deseo en ese sentido; y los dirigentes orto-
doxos celebraron m?de una docena de infructuosas
reuniones con el mismo
De todos modos, el mezquino egoism() de los que
tan subrepticiamente se habian adueriado del Gobier-
no de la Republica, hubiera dado al traste con cual-
quier emperio de solucion pacifica y democratica.
En esos mismos dias los gobernantes de facto daban
pruebas de lo que en ese sentido estaban dispuestos a
hacer: el comandante Fajardo intervino los autobuses;
cl lider Marco Hirigoyen fue detenido, y muchos
obreros cesanteados. Y a guisa de reiteraciOn de sus
propOsitos, de improviso se conocio la misteriosa des-
aparicion del profesor universitario Rafael Garcia
Barcena. La F .E U protest6. El Ministro Hermida,
afirmo que el Gobierno no lo habia detenido, pero el
S.I.M. se encargo de desmentirlo poniendolo en liber-
tad poco despues.
En el campo oposicionista se acentuaba la des-
orientacion de los politicos. Y con motivo de la pug-
na surgida entre Agramontc y Millo Ochoa por ra-
zones de tactica politica, el doctor Cosme de la To--
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rriente advirtiO a todos que si no se llegaba a un,com-
promiso formal, para celebrar elecciones, el pais en
traria en un ciclo convulsivo y se prolongaria indef t-
nidamente el regimen de facto. De todos modos, con-
tinuaban las protestas civicas de los politicos, y al duro
enjuiciamiento del Gobiemo que hiciera el doctor
Agramonte, sigui6 el anuncio de que no concurnria
a las elecciones, que hizo el P.R.C.
Al mismo tiempo se comenzO a hablar de cons-
piraciOn, tema este que relegO a un segundo piano los
comentarios politicos. En la calle se hablaba en. se-
cret? de la revoluciOn que preparaban Carlos Pro y
Aurelian? Sanchez Arango. Ernpero, dado que en la
ortodoxia prevalecia el criterio de la independencia
politica, sus lideres, por el moment?, centraban su
actuaciOn en los preparativos de la conmemoraciOn
del primer aniversario de la muerte de su fundador.
Nada de esto, ni el que los paladines de las solu-
clones civicas discutieran sobre si debia irse a elec-
clones generales o convocar a una Asamblea Consti-
tuyente, interesaba en lo m?minim? al Gobierno
que no se manifesto mets que empleando la violencia
para ver si avenguaba algo cierto en relaciOn con la
conspiracion de que se hablaba. El periodista Mario
Kuchilin fue secuestrado y brutalmente golpeado
para forzarlo a que dijera "donde estaba Aureliano",
que se decia habia llegado subrepticiamente a Cuba;
y volviendo a arrestar a Agramonte y a otros lideres
ortodoxos, en Santiago de Cuba.
De toda suerte, los politicos persistian en SUS
propuestas de solucion. En nombre del P.R.C. el Dr.
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44 G. RODRIGUEZ .MOREJoN
Antonio de Varona fijO las demandas de su partido,
en los siguientes puntos: Restablecimiento de la Cons-
tituciOn del 40; integracion de un Gobierno neutral;
y que Batista no aspirara en 1953, pues su aspiracion
invalidaria toda posibilidad de normalidad civica
electoral y del restablecimiento institucional del pais.
Al mismo tiempo, el doctor Grau abandonaba las filas
del P.R.C. e iniciaba el movimiento de Recuperacion
Autentica, que luego fue m?conocido con el nombre
de La Cubanidad.
Cada vez se alejaban m?las posibilidades d?.
formar un frente unido de oposiciOn que por su
fuerza moral, pudiera obligar a los hombres que se
habian adueiiado del pais a entrar por el aro aceptando
una formula de solucion pacifica. La actitud de
Grau diciendo que dado que al Gobierno habia que
combatirlo "con votos o con balas", el y sus amigos
concurririan a los comicios de noviembre del 53, ahon-
daba la division con los ortodoxos y con los autenticos
abstencionistas que a diario ratificaban su decision de
no participar en las susodicias elecciones.
Como era logic?, estas discrepancias de sus opo-
sicionistas alentaban los afanes de los beneficiarios del
10 de Marzo que, por tanto, continuaban avanzando
en su absorbente finalidad. Asi, aprovechando que
al cesar por extinciOn de su periodo, el lunes 15 de
septiernbre, los 52 senadores y los 70 representantes
electos en 1948, los 66 representantes restantes no
podian legislar por carecer del Senado y no integrar
quorum, dispusieron la suspension de las funciones
congresionales. A su vez no descuidaban de castigar
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FIDEL CASTRO RUG 45
severamen?.'. cualquier exceso en las criticas al re-
gimen, y Millo Ochoa fue condenado a 1,000 pesos
de multa por .incitaciOn a la rebeliOn y atentado con-
tra los poderes del Estado.
Por esos mismos dias vieron la luz unas sensa-
cionales declaraciones del doctor Alonso Pujol que
por cierto, no fueron desmentidas por Batista, gm
confirmaban las ya citadas sospechas del periodista
del "Miami Herald", y que ponian bien a las claras
los verdaderos moviles que lo impulsaron a hacer lo
que hizo: un afan loco de volver a ser Presidente
aunque fuera por un cuartelazo, que era el Unico
medio a su alcance ya que no contaba con votos para
serlo, y el fingido 0 sincero miedo a un atentado
personal.
Des& la amplia cubierta del trasatlintico que
lo conducia a Europa, el ex Vicepresidente de la Re-
publica informO a traves de la revista "Bohemia",
que desde el primer semestre de 1951 obraban en su
poder notas escritas de pun? y letra por Batista, re --
ferentes a "reales o imaginarios complots que se de-
cian pre parados por grupos revoluctonanos, y, en
especial, por el. doctor Eufemio Fernandez". Que en
virtud de las mismas hizo las investigaciones proce-
dentes y que, tanto Eufemio Fernandez como el
Presidentc Prio, negaron enfaticamente tales ver-
siones.
Tambien manifesto en esa oportunidad el doc-
tor Alonso Pujol, quer posteriormente, en su ,finca
"Kuquine" el. general Batista, posiblemente con una
finalidad en la que desde luego fracasO, le !labia
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46 G. .RODR1GUEZ MOREJoN
dicho: "En el Ejercito hay un movimiento de jOve-
nes oficiales que se encamina a la destituciOn del Pre-
sidente de la Republica. Me tienen por la figura que
debe dare tonalidad histOrica al movimiento. Si lc)
desoimos, se corre el riesgo de que lo hagan por su
cuenta, y est? es muy peligroso dada la ausencia que
tienen los militares del sentido de la orientacion
politica".
La impopularidad y la extrema vanidad del ex-
taquigrafo militar eran de sobra conocidas por el
pueblo cubano, para que nadie du.dara de la veraci:
dad de las afirmaciones de Alonso Pujol. Pero, .que
le importaba nada de eso a Batista que, por su limi-
tacion mental, ya se consideraba indefinidamente ase-
gurado en el disfrute del poder? Que, a no ser la
certeza de este extremo pudo haber dado origen a la
infortunada frase de "nosotros somos los que tenemos
los fusiles" que hiciera pUblica su inco_ndicional ami-
go Rivero Agiiero; y la no menos torpe del general
Tabernilla que afirmaba que en Cuba no habia m?
que tres partidos: azital, el amarillo y ci blanco?>>
La insOlita forma en que se habian encadenadu
los acontecimientos pUblicos de su pais, tenia que
abrumar a un joven de los principios clemocraticos
de Fidel Castro. iCOmo hemos descendido! se decia
para sus adentros cuando meditaba en el pasado he-
roico que tanto le hizo admirar el estudio de nuestra
historia. iQue contraste m?demoledor ofrecia lo
in,r4 - Qnr11+171=41 r.onv Approved for Release
V.'
FIDEL CASTRO RUZ 47
hecho por Batista, con la decision de Mace() de marchar
sin demora a "restablecer el principio de autoridad",
cuando tuvo noticias de que se pretendia destituir al
Presidente y al jefe del Ejercito de la RepUblica en
Armas! El enjuiciamiento a traves de las disquisi-
ciones histOricas del triste presente del pueblo cubano,
lo condujo a parar mientes en una frase del ApOstol:
"El Unico modo de librarse del soldado es serlo!"
Con este pensamiento fijo en su mente, el mi-
litante ortodox? contempla en silencio cOmo en yin-
tud de una exhortaciOn del Bloque de Prensa, se ini-
ciaron unas gestiones mediatorias para tratar de en-
contrarle una soluciOn pacifica a la crisis cubana que
en definitiva fracasaron, y dieron motivo para que
Agramonte inculpara a Batista por el fracas(); asi
como Hermida, Andres Domingo y otras connota-
das figuras del regimen, se quitaban la careta hacien-
do las primeras manifestaciones de tanquismo.
Luego pudo observar cOmo en el otro sector
oposicionista, en la fracciOn autentica que seguia las
orientaciones de Carlos Prio, solo Sc producia una
reunion en Miami a la cual a m?de el, asistieron
Alonso Pujol, Hevia, &sea), Varona, Lands y otros,
y acordaban no concurrir a las elecciones anunciadas,
y publicar un manifiesto que ,por un periodista fue
considerado como "una especie de justificaciOn
his-
tOrica por lo que pudiera ocurrir en Cuba como con-
secuencia m?o menos retardada, del golpe que quito
de la presidencia al doctor Prio".
La patente inefectividad de las actuaciones
po-
Ilticas le iba arraigando m?cada dia la idea conte-
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G. RODRiGUEZ, MORE j ON
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nida en el pensamiento martiano; y el discurso de
Batista en Columbia, en el que dijo que "si un dia,
? por desgracia, llegara para Cuba un moment() dificil
que nos obligara a intervenir nths. directamente para
conservar ci orden pUblico y la garantia. ciudadana,
la tolerancia y Ia generosidad de que bacemos gala,
tendran un limite que senalaran las circunstancias",
le colm6 la copa y determin6 que el concreto con-
cept? de Jose Marti cobrara para el categoria de con-
vincente apotegma.
Sus propOsitos siempre pudicron contar con su
peculiar tenacidad, y ci que acaba de formarse no
iba a carecer de ella. Ya no le concedia mayor im-
portancia a que los ortodoxos se mostraran coptra-
rios a .un movimiento insurreccional, o a que Ca-
rrera tstiz suspendiera las trasmisiones de Cadena
Oriental de Radio alegando que habia enjuiciado la
estabilidad econ6mica del pais partiendo de datos
falsos. El iba a ser soldado de la libertad que era la
manera de librarse de la opresiOn del soldado
mercenario.
Otros cubanos tlmbien pensaban de modo $e-
mejante segun inform aba el cable: En Mamaronecl:
se acaba de haCer una ocupacion de armas v mnni-
ciones destinadas a "un complot de Navidad" para
derrocar a Batista. A su vez, en Cuba, el Contral-
mirante Rodriguez Calderon daba cuen.ta de haber
descubierto un intent? de conspiracion en la Marina
de Guerra, y se supo que unos desconocidos inten-
taron quemar las oficinas del Tribunal Superior
Electoral.
fr?r RA.iease
Su rinc6n natal cue muchas veces cscenario expansiones
carapcstres.
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50 G. lkODRIGUEZ MOREJON
Aunque en forma de brotes aislados, se empe-
zaban a registrar algunas actividades subversivas que
por desacreditar los falsos proyectos politicos del Go-
bierno, provocaban !as reacciones violentas de las
autoridades. En consecuencia, at mismo tiempo quc
se acentuaba la pugna entre los dirigentes ortodoxos,
y Grau asistia al Tribunal Superior Electoral para
inscribir de acuerdo con la reglamentaciOn estable-
cida por el regimen de facto, al P.R.C. (A), ocurria
un tiroteo en Buenavista que tuvo un balance de dos
muertos; Salas Callizares practicaba un registro de
madrugada y ocasionaba otra muerte m? se orde-
naba el arresto del ex legislador Salvador Esteva Lora
pot haberse hecho una ocupaciOn de armas en la
finca de unos familiares suyos; se vigilaban estrecha-
mente las costas de Oriente en evitaciOn de un po-
sible desembarco, y en Camaguey era detenido, y pos-
teriormente libertado, el ex Senador Tony Varona.
Fidel Castro se habia apartado de las actuaciones
pUblicas, pero no por eso dejaba de trabajar afano-
samente en favor de la Unica forma que consideraba
efectiva para obtener el restablecimiento de las nor-
mas democraticas. Solo unos cuantos amigos cono-
clan sus secretas actividades. Ni las multiples difi-
cultades que a diario encontraba, ni los grandes pe-
ligros que tendria que correr lo hacian vacilar.
Obraba como un obseso, como uno de esos jOvenes
con condiciones para obtenerla en algun grado, a
quienes solo puede atraer la gloria, pues carecen de
ambiciOn de fortuna.
11
FIDEL CASTRO It liZ .51.
Entretanto se acercaba la fecha del centenario
del natalicio del ApOstol. Tristes y preliados de gra-
yes incereidumbres eran los momentos que vivian
los cubanos. Los atropellos y las violencias de los en-
cargados de la conservaciOn del orden publico ame-
nazaban con superar la era de terror de los tempos
de TacOn y de Weyler. Por un quitame all?stas
pajas, los miembros de la Policia Nacional empleaban
brutalmente la fuerza contra los ciudadanos inermes.
Un simple disturbio estudiantil fue suficiente para
que los hombres de Saks Cailizares hirieran de gra-
vedad a 14 estudiantes y se produjera la inevitable
suspension de activida des UniVersitarias.
Los pobres festejos del Centenario de Marti
fueron precedidos por la toma de posesian del ge-
neral Eisenhower de la Presidencia de Estados Uni-
dos, y por ci arresto de 20 damas cubanas pot el solo
becho de haber firmado una proclama en la que se
enjuiciaba desventajosamente, desde luego, al Go-
bierno de facto. Pero, E'qu?odia interesarle la se-
guridad pUblica a gobernantes cegados por el afin
de lucro y poder, que pot tat razon eran incapaces de
vislumbrar siquiera, las gravisimas consecuencins que
su conducta les acarrcaria?
Tan envanecidos estaban, que la Comision dc
Asuntos Politicos del Gobicrno, que integraban lust?
Luis Pozo, River() Aguero v Santiago Rev, no en-
contrO el menor inconveniente en acabar de -una VC7
con las esperanzas dc poder 'legal- a alguna solucion,
fijando altancramente la postura del Gobierno en
este asunto, en ti-es bases absolutamente inadmisibles:
T d in Part SanitizedC Approved for Release ? 50-Yr 2014/03/25 ? CIA-RDP81-01043R0031002000-06-5
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Declassified in Part - Sanitized Cop Approved for Release ? 50-Yr 2014/03/25 : CIA-RDP81-01043R003100200006-5
. tfgpertngtri.m...""
Acatamiento de hi Ley Constituctonal, del COdigo
Electoral que ellos habian promulgado, y del ame-
nazante derecho de Batista a figurar como candidato
presidencial.
Con excepcion de los pocos ciudadanos favo-
recidos con el (rolpe del 10 de Marzo, todo el mundo
vislumbraba los tragicos dias que esperaban al pueblo
cubano. Tal vez por eso se insistia inUtilmente pot-
algunos en tratar de Ilegar a una solucion pacifica.
Raul Menocal concibiO una formula, y tratO sin exito
de viabilizarla. A la sazOn, el fallecimiento a conse-
cuencia de las heridas que dias antes recibiera, del
joven Ruben Batista, engrosaba el inmenso numero
de victimas que ocasionaria la ambicion de los hom-
bres que se habian adueriado del poder.
La lOgica indicaba que en virtud de la ley de
causa y efecto, este estado de cosas persistiria hasta
que se retornara a la normalidad institucional. Ahora,
no podia esperarse que Batista y los demis benefi-
ciarios del cuartelazo aceptaran, a no ser por la fuer-
_ za, que las cosas volvieran a su lugar. Intuitivamente
el pueblo estaba persuadido de esto, pero la ausencia
de un lider lo detenia. Despreciaba a los gobernantes
de facto y aspiraba a la normalidad institucional, pero
era evidente que no queria la vuelta a la situacion
que muy probablemente pens6 liquidar en las elec-
ciones que debieron celebrarse en junio de 1952.
Nadie podia dudar que mas tarde o m?tem-
prano, el pais de.sembocaria en una revoluciOn inte-
gral, aunque de mmediato solo se produjeran hechos
aislados como el tiroteo ocurrido en el Vedado en e!
Esta foto cicl !ides universitario luc tomada con motivo de su
iac
;i Colombia y tIO5 paiscs cicl Continente para la organizaciOn (lc
on Con4rcso estudiantil.
Cnnifi7ari r.nnv Anoroved for Release
?
50-Yr 2014/03/2 . - DP81-
0006 5
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54 G. RODRIGUEZ MOREJoN
que fueron heridos el coronel Martin Perez y dos
agentes, y murieron El Italianito, dos comparieros
suyos y un n-iarinero. Pero que esto no interesaba al
Gobiern.o, lo evidencia el acuerdo del Consejo de
Ministros posponiendo las elecciones para el primero
de junio de 1954, y disponiendo que en las mismas
solo se cubran los cargos de Senadores, Representan-
tes, Gobernadores y Alcaldes para que sea el nuevo
Congreso el que fije el termino del periodo del actual
Presidente y seriale la fecha de las elecciones pre-
sidenciales.
A juzgar por lo que se sabe, Fidel Castro sigue
ausente de las actividades publicas; pero nadie se ha
fijado en ello. Despues de todo, era natural, ya que
por ese entonces el solo era superficialmente cono-
cido en algunos sectores de la Ortodoxia. En cambio,
los conocidos, si continuan dando seriales de vida.
Prio declara en Mexico que el regimen caera "mu-
ch? antes" de que se celebren las elecciones de junio
de 1954; desde Miami Alonso Pujol aboga por k.
union de las fuerzas oposicionistas; Batista y los suyos
atronan la ciudad conmemorando el 10 de Marzo,
y se producen disturbios en la Universidad que aca-
rrean detenciones y una huelga universitaria.
Ahora, los jovenes de la intimidad de Fidel, los
que sabian de su valor personal y de la firmeza dc-
sus convicciones, estaban seguros de que el no iba
permanecer inactivo frente a la tremenda situaciOn
de Cuba. Su indiscutible condiciOn de hombre de
-
FIDEL CA STRO R UZ 55
accion autorizaba que se esperara que hiciera algo;
pero su caracter en cierto aspect() introvertido, im-
pedia que se vislumbrara cuando y cOmo se produ-
ciria. Algo se podia inferir, sin embargo: que no
mostrO el menor interes en las distintas gestiones
conciliatorias que Sc habian promovido, y que no
participaba en las actividades conspirativas de Carlos
Pr 10.
A su vez, los batistianos se esforzaban en des-
acreditar la administraciOn que derrocaron para jus-
tificar en alguna forma lo que habian hecho. Con
ese fin el Fiscal Garcia Tuduri formalizo una que-
rella contra Antonio Prio y los miembros de las dos
Comisiones Fiscalizadoras, por la no incineraciOn de
los billetes, y otros voceros del regimen proclamaban
a los cuatro vientos las irregularidades de los gobier-
nos autenticos y el auge que le permitieron alcanzar
al gansterismo.
Pese a la enormidad de lo hecho por los hombres
que detentaban ci poder, no se advertia en el pueblo
m?reaccion que la de la manifiesta antipatia que
Batista y sus seguidores le inspiraban. Se persistia en
atribuir esto a la falta de un lider capaz de levantar
la perdida fe del pueblo que hasta el moment() no se
vela por ninguna parte. Pero fuera por lo que fuera,
la gran masa ciudadana no parecia interesarse ni
porque Federico Fernandez Casas solicitara la ins-
cripciOn del Partido del Pueblo Cuban? (0) ; ni por-
que el Consejo Director de dicha OrganizaciOn lo
expulsara de ella; ni por las diversas formulas de so-
luciOn pacifica que proponian los politicos.
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I ;
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A todas estas, y comb Si obedecieran a un de-
signio previo, los batistianos contintion empleando
la violencia para ahogar todos los mtentos de. pro-
testas. El profesor Garcia Barcena y los estuchantes
detenidos con el fueron fisicamente maltratados por
el coronel oUgalde del Carrillo y sus hombres, en el
S.I.M. La frecuencia de estos desmanes van caldeando
el ambient e y forjando el clima insurreccional, pero
no parecia probable que el pueblo se lanzara a un
movimiento revolucionario que no fuera encabezado
por hombres que le ins.piraran confianza.
En forma burlesca y despectiva sancionaron los
orientales la afrenta que a la devocion patriOtica hi-
cieran aduladores de los nuevos mandones. Las saLs
del . Museo Bacardi habian sido profanadas junto a
las sagradas reliquias de nuestros libertadores, se habIa -
colocado el jacket que segun el decir de sus par-
ciales, se .ponia Batista para realizar sus qgrandes ha-
zanas>>. Mas, la repugnancia que tal insolencia pro-
voco fue tan general, que a despecho de la vigilancia
que se dispuso, Ia > desaparecio
mistenosamente del museo.
Coincidiendo con la aplaudida sustraccion del
jacket, y contrastando con las giras politicos del doc-
tor Grau S,an Martin, se avanzaba aparentemente en
un nuevo empelio de soluciOn pacifica de la crisis
cubana. En esta ocasiOn se trataba de un procedi-
miento legal: De un- recurs? de inconstitucionalidad
.interpuesto contra la Ley Constitucional de 4 de Aril
de 1952, que habia sido admitido por la Sala de Ga-
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Declassified in Part - Sanitized Copy A .roved for Release
58 RODRIGUEZ INIOREjo N
rantias Constitucionales y Sociales del Tribunal Su-
premo.
Las demostraciones cada vez m?cJocuentes de
cuales eran las verdaderas intenciones de Batista y
sus amigos, reforzaban el criterio de Fidel Castro re-
lativo a que habia que hacer algo efectivo que a cual-
quier .precio pusiera coto a sus tenebrosos planes.
Ahora, tambien habia que tener en cuenta, que las
discordias de los micleos oposicionistas obligaban
desechar las posibilidades de Ilevar a cabo una accion
conjunta. Por tanto, actuaria por su cuenta, en la
forma que pudiera. Despues de todo, no habia di-
cho Cespedes que 12 hombres bastaban para hacer la
independencia de un pueblo?
En hombres de sus cualidades, estas d.ecisiones
pueden tener tin alcance imprevisible. Una nueva
interrogaciOn se abria en el porvenir inmediato del
pais, al tiempo que el .Presidente Eisenhower selec-
? cionaba al banquero Arthur Gardner para que sus-
tituyera como Em.bajador en Cuba a Willard I.
Beulac; Garcia Barcena era condenado a dos alios de
prision; por orden. del. Ministro Hermida, se detenia
al doctor Pelayo Cuervo terminar su presentacion
Ante la Prensa, y se reunian en Montreal cinco or-
? todoxos presididos. por 'Mill? Ochoa, y cinco auten-
ticos presididos por el .ex Presidente Prio, para con-
vemr la union de ambas ramas oposicionistas.
En sintesis, la grave anomalia politica imperante
en Cuba, mostraba caracteristicas singulares. No Sc
trataba de una mera lucha de partidos. El problema
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Anni-nved for Release
FIDEL CASTRO RUZ
59
era mucho m?grave y requeria, por tanto, solucio-
nes m?radicales. Desde luego que todo el mun.do
estaba de acuerdo en que habia que barrer de las po-
sicionesoficiales, a los hombres que en connivencia con
una veintena de militares de inferior categoria las
ocuparon subrepticiamente. Ahora, como era claro
que esto babla que hacerlo por la fuerza, lo que lie-
vaba aparejado riesgos y sacrificios, la gran masa
ciudadana miraba con escepticismo las formulas de
solucion politica, y no se decidia a calorizar acciones
violentas que no le ofrecieran razonadas esperanzas
de fundamentales rectificaciones.
Resultaba necesario, pues, para que el pueblo se
movilizara insurreccionalmente, que surgiera el jefe
que con su ejemplo por bandera, lo moviera a hacer
Jo necesario para que el pais pudiera encaminarse en
firme hacia el logro de los ideales de los forjadores de
la nacionalidad. Hasta tanto, todo seguiria poco m?
o menos igual; y ni los manifiestos, ni las bombas es-
poradicas, ni los recorridos politicos del doctor Grau,
ni la instructiva de cargos del Ministro Hermida,nt
el comienzo de la vista del Recurso de Inconstitucio-
nalidad de los Estatutos, causarian mayor efecto en
Cl pueblo.
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Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release ? 50-Yr 2014/03/25: CIA-RDP81-01043R003100200006-5
/I
CAPTT ULO TERCERO
26 DE JULIO
LEGRES y cansados por el ajetreo del domingo
de carnaval, los santiagueros se entregaron al des-
canso. Alan parecia que en plazas y calles resonaba
el eco de los ritmos de las comparsas. Horas antes
los concurrentes a los desfiles se entusiasmaban con
los cantos y los bailes de la de Los Hoyos, El Tivoli,
San Agustin y Punta Blanca, que fueron las que m?
se destacaron. Por Ultimo las fiestas concluyeron, y
nada turbaba el placid? silencio de la ciudad dor-
rnida. Mos, sithitamente, el fragor de numerosos dis-
paros que fueron seguidos de repetidas rafagas de
ametralladora, sobresalto a la poblaciOn. En los pri-
meros momentos nadie sabia de que se trataba. No
obstante no tardaria en saberse, y al poco rato, los
rumores de la calle aclararon el enigma: jEl Cuartel
Moncada habia sido asaltado!
La sorpresa fue general. Quien pudo ima-
ginarse nada semejante? iNadie! Todo se prepar6
tan en secreto, que hasta poco despues de iniciada la
accion no se supo que los asaltantes estaban manda-
dos por el joven Fidel Castro. Al mismo tiempo,
Batista se mostraba, enfatuado, a la distinguida mul-
titud congregada en Varadero para presenciar las
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62 G. RODRIGUEZ MOREJON
anunciadas regatas. Un ayudante se le acerco y
inform6 en secret() de lo que estaba pasando en San-
tiago. El m?superficial observador hubiera podido
apreciar,la gran preocupaciOn que se reflej6 su
rostro. Esa fue la primera de las muchas que le pro-
porcionaria el valiente joven oriental.
Hacia algun tiempo que el ex lider estudiantil
venia preparando la -Unica accion que el consideraba
adecuada para desplazar a los usurpadores del Poder,
y proporcionarle a Cuba la oportunidad de hacer
las rectificaciones necesarias para su mejoramiento.
Seleccionando con admirable acierto a los que debian
acompariarlo en la riesgosa empresa, organizo un
grupo de muchachos idealistas en el que a m?de su
hermano RaW., figuraban Abel Santamaria, .jose Luis
Tasende, Renato Guitart, Pedro Miret, .jestis Mon-
tane, Elpidio Sosa, Fernando Chenard, Pedro Marre-
ro, Oscar Alcalde y otros convencidos
Es realmente admirable y digna del mayor res-
peto, la forma en que estos valientes patriotas se
proporcionaron lo imprescindible para la realizacion
de su elevado emperio. ;Como contrastan con ciertas
realidades cubanas el que Elpidio Sosa vendiera su
empleo para entregar 300 pesos "a la causa"; que Fer-
nando Chenard se deshiciera de los aparatos de su
estudio fotografico; que Pedro Marrero emperiara
su sueldo de muchos meses; que Oscar Alcalde ce-
diera su laboratorio de productos farmaceuticos; que
Jesus Montane entregara sus ahorros de miis de cinco
anos, y que, sin excepciOn alguna, cada uno de los
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Atloroved for Release
.Y."
FIDEL CASTRO RUZ 63
conjurados diera espont5neamente cuanto tenia para
facilitar el medio de jugarse la vida por la patria!
Aunque parezca cosa de leyenda, fue asi como
estos jovenes se proporcionaron apenas unos 16,000
y pico de pesos con los que armaron, muy irregu-
larmente, por supuesto, a 165 hombres para atacar
nada menos, que al regimiento acantonado en el
Cuartel Moncada. Con las naturates dificultac-les se
procedi6 al entrenamiento de la escasa hueste, y por
Ultimo, se puso fin al proyecto fijando el plan de
ataque: La acciOn se llevaria a cabo simultineamente
en Bay amo y en Santiago, a las 5 y 15 miuutos de la
mariana del 26 de julio de ese ario 1953. Abel San-
tamaria con 21 hombres, un medico y dos enfer-
meras, ocuparia el Hospital Civil; Raid Castro con
10 niimeros, tomaria el Palacio de Justicia; y Fidel
Castro con otros 95 se encargaria del asalto al Cuar-
tel Moncada.
Llegado el moment?, partieron todos a cumplir
sus respectivas misiones. Una vanguardia de ocho
hombres forzO la posta tres del principal objetivo,
mientras Fidel Castro se liaba con los miembros de
una patrulla de recorrido. Animosos y decididos,
todos se empeliaban en La lucha mientras la fatalidad
se encargaba de encadenar los hechos de manera que
determinaran el fracaso del heroico emperio: el grupo
de reserva, que era el que tenia casi todas las armas
largas y que estaba integrado por jovenes que no co-
nocian la ciudad, tom6 errOneamente por una calle
que no debia, y se extravi6 impidiendo asi que los
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G. RODRIGUEZ MOREJoN
_._..._
asaltantes pudieran contar con su irnportante coo-
peraciOn en el.mornento decisivo.
A despecho del grave contratiempo, la lucha se
?inici6 con exito: Abel Santamaria y sus hombres
ocuparon el Hospital Civil; Raul Castro y los suyos
tomaron el Palacio de justicia y, al tiernpo que eri
el Cuartel resonaba la sirena de alarma, Ramiro Val-
des, Jose Suarez y Jesus Montane penetraban en una
barraca y arrestaban por algun tiempo a unos 50 sol-
dados. En rnedio de la confusion imperante, los mi-
litares tuvieron conocimiento de sus primeras bajas:
el teniente Ferraud, que quiso impedir la toma dl
hospital, habia muerto; y tambien el sargento Oliva.
Asimismo, un grupo de rebeldes fue barrido por las
ametralladoras. Con todo, se continuaba peleando al
igual que en Bayamo, donde los 27 patriotas a los que
se les con ho esa mision se afanaban en vencer.
La gran diferen.cia en m'imero, asi como su mu'
superior armarnento, inclinaron pronto las posibili-
dades de triunfo a favor de los defensores. Luego, lizz
movilizacion gen.eral de los .militares corno conse-
cuencia del fracaso de la sorpresa, confirmaba su
victOria. Con absoluta ,serenidad, Fidel Castro se
habia enfrentado muchas veces al peligro. A.hora en
prese.ncia de la derrota tampoco se in t? Proce-
diendo como un militar experirnentado, comenz6 a
retirar a sus hombres en pequeiios grupos bajo la
protecciOn que les brindaban los compaiieros coman-
dados por Pedro Miret y Fidel Labrador; 37 .al fin,
logra .reunir en Siboney a una tercera parte de sus
fuerzas para seguir la lucha en las montarias, conio
La segunda foto de su primog6nito Sc le tonic') cuando comenzaha
a dar sus prim eros pasos en la vida.
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G. RODRIGUEZ MOREjoN
tenian previsto hacer caso ,de que ocurriera lo que
ocurriO.
En la acciOn ambas partes hicieron gala de su
valor, aunque desde luego, resalta el de los asaltantes
por su manifiesta inferioridad en numero y en ar-
mamento. SOlo el poder incontrastable de un sano
ideal, es capaz de producir ejemplos tan admirables
como los que en general, ofrecieron estos muchachos.
Y solo la realizaciOn de algo meritorio, genera senct-
Ilez. Como hombre de accion, Fidel Castro es hom-
bre de realizaciones y, por ello, natural y sencillo.
De ahi que en. sus versiones sobre este episodio abun-
den los comentarios elogiosos de la forma en que pro-
cedieron sus compa.fieros.
Como ciudad sitiada estaba Santiago de Cuba
a raiz del combate. Las actividades cornerciales Sc
.paralizaron totairrente y un dens? ambiente de pe-
sadumbre embargaba a sus habitantes. En esa situa-
cion y prevaleciendose de la suspension por 90 diaR
de las garantias conqit:ucionales decretada por Ba-
tista, el coronel Chavianc), cuya participaciOn en el
combate nadie advirtio, (..1(-.satO con inconcebible
crueldad, una verdadf.:!1-;..,. 1 de terror. Una rnatanza
horrible de prisioneros y se llevO a cabo
con espanto de la pobl'. c?ias 26, 27, 28 y 29;
en los hoteles,
particulares; los
? eran cada vez
mayores y mientras tantt, el paladin del grupo de
jovenes patriotas que asaltaron. Cuartel Moncada,
I-
se realizaron infinidad
casas de huespedes, y ref:
alardes y los desmanes de
FIDEL CASTRO RLTZ
67
marchaba con 18 comparieros y unas cuantas armas,
hacia las montarias de la cordillera de la Gran Piedra.
Los verdaderos idealistas viven convenciclos de
que en definitiva su ideal se abrira paso y se impon-
dra. Cuanto suceda en oposicion al avance del mismo
no es para ellos, mas que meros contratiempos, fra-
casos parciales, que podran retardar, pero no impedir
su triunfo final. Fidel Castro es, a no dudarlo, un
idealista puro, y por ende, tenia que reaccionar como
tal aceptando el fracas? del asalto al Cuartel Mon-
cada como un contratiempo m?que no impediria
por cierto, el logro del ideal perseguido. Asi, resig-
nado con la Dara el intrascendente derrota, qued6 en
las montarias orientales contemplando las numerosas
fuerzas que parecian decididas solo, a esperar que
bajara.
Aunque es posibie que esto no fuera apreciado
por el pueblo, el frustado asalto al Cuartel Moncada
,puso una fecha mas en la historia de Cuba. El 26 de
julio de 1953, marcaba el dia del nacimiento del mo-
vimiento que bajo la direcciOn de Fidel Castro, aca-
baba de echar a andar la juventud cubana para li-
berar al pais de lacras y tiranias. A partir de ese mo-
mento, nada detendria la acciOn de las masas juve-
niles ahitas de corrupciones y abusos de poder. El lo
sabia y la sola perspectiva de continuar la lucha bas-
taba para confortarlo.
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RODRiGUEZ .MOREJON
Al mismo t.iempo los hombres que para la rea-
Iiiackin de sirs crimenes tenia Chaviano desataban
en Santiago de Cuba una oh de asesmatos, y Batista,
&Tomo siempre, prommciaba en Columbia uno mas de
sus habituales discursos. iQue aieno.estaba a que des-.
de un bohio lojano, In oian el jete y un reductdo
nUmero de los heroicos j6venes que horas antes habian
puesto en peligro su pertrianencia en el Poder!
LI ofecto quo en ellos biz() su desdichada perorata lo
procis6a ltn tiompo despues el propio Fidel Castro
con estas palabras: "El chorro de mentiras y calum-
nias que vortiO en su lenguaie torpe, odioso y repug-
nante?s6lo, puede compararse con el chorro enorme
de saiv,re )oven que desde la noche antes
est.aba d(Tramando, con su conocimiento, consenti-
rffiento, complicidad y aplauso, la mas desalmada
turba deasesmos que pueda concebirse jamas".
Iados por las circunstancias los escasos com-
hat-iontos quo se oncontraban en las montanas resol-
iovon distribuirsc en -pequenos grupos. Algunos lo-
gravon filtrarse cntr las filas de los soldados, V otros
fuovon presemaclos a las autortdades por el Arzobispo
7\4onsc'fiorI nriq e IeSerantes?1 quien el coro-
net Dd Rio Cilavlano te ratificado su acep
nn un nian de t-cuaofrc.-cido zcda ciase 43:2
para 'tos ci&?s t .1 ran por su
iyuMia-k- ton
Sost-c tcio su d k-spintu v su gran
-
L-c,;:stort?:?ta ida asalto p.1?2T-
,
.e,n los altos vIN 44; n0.0a tain t eraPe
'C .t?C 3 Ck? ?t:', t-12 SO :,111kNdal.13.
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70 G. RODRIGUEZ MOREJoN
junto a el dos companeros: Jose Suarez y Oscar Al-
calde. Pese a la deplorable situacion en que se en-
contraban, ninguno pens6 ni por un momento en
presentarse. Los tres estaban decididos a seguir como
estaban basta que pudieran escapar para reanudar la
lucha contra la tirania de Batista. A ratos la fatiga
los rendia, y apelaban al suerio que era el anico me-
dio con que contaban para reponerse un poco.
Fue en uno de esos momentos, cuando los sor-
prendi6 la partida del teniente Pedro Sarria, Rebo-
sante de alegria el coronel Chaviano comunic6 mme-
diatamente la noticia al general Tabernilla quien a su
vez, corri6 a leerle a Batista el telegrama en que se
le daba cuenta de esta y otras detenciones y que
textualmente dece: "Arrestado el doctor Fidel Cas-
tro de 26 atios de edad, y sus compafieros Jose Suarez
Blanco, de Artemisa, de 23 atios; Oscar Alcalde Valls,
de 31 albs, residente en El Cotorro; Armando Mestre
Martinez, de 24 afios, vecino del Reparto Poey;
Eduardo Montano Benitez, residente en el barrio La
Ceiba, Marianao; Juan Almeida Pozo, de 27 alios,
del Reparto Poey; Francisco Gonzalez Hernandez,
de 22 arios, de La Ceiba, Marianao, y Mario Chacon
Armas, de 26 a?os, y del mismo lugar".
La detencion de Castro y sus acompanantes tuvo
efecto en la fmca de Francisco Sotelo Pina, denomi-
nada Cilindro, y ubicada en el barrio Sevilla, en El
Caney. El hecho de que ante la reaccion de los san-
tiagueros, se hubiera detenido la matanza de ciuda-
danos mermes, no bast6 para que algunos matones
que figuraban entre los 10 hombres que Ilevaron
FIDEL CA STRO RUZ
71
cabo su detencion hubieran tratado de asesinarlo
cuando era conducido con las manos atadas; pero
afortunadamente, el teniente Sarria hizo honor a su
uniforme impi.diendoselo.
Es posibls: que el observador 'acucioso advirtiera
en aquel fornido muchachOn de mirada inteligen.te
de marcada expresion juvenil, al lider que necesitaba
el pueblo cubano para que lo condujera a superar el
aciago momento que vivia. En efecto: No era un
caudillo politico lo que requerian las circunstancias.
precisamente. Era lo que el significaba. Esto es: Un
hombre nuevo, de valor personal, firmeza de con-
vicciones y espiritu de sacrificio, que dando elocuen-
tes ejemplos movilizara a la ciudadania sana del pais
a realizar lo que hubiere que realizar para restituit
las cosas a su lugar e imponer las rectificaciones ne-
cesarias para erradicar las desvergiienzas de la admi-
nistracion pUblica.
Quizas el pueblo intuitivamente si se quiere,
empez6 a apreciar todo esto en Fidel Castro; porque
es innegable, que a despecho del fracas? del prop&
sito, a partir de los sucesos del Moncada su nombrc
comenz6 a cobrar singular relevancia. No obstante,
en ningim moment() denot6 la rnenor indicacion de
envanecimiento por la admiracion que el pueblo co-
menzaba a dispensarle.
Coincidiendo con su envio a la prisiOn, llegaba
el dictador Batista a Santiago de Cuba. Las exceswas
precauciones que se adoptaron para protegerlo, evi-
denciaban h falsedad de sus aires de triunfador. Y las
alternativas de altanerias y promesas de celebrar elec-
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ciones limpias en el 54 que caracterizaron su inevi-
table discurso, ponian de manifiesto la dualidad de
soberbia y acobardamiento que tan pecuhares le han
sido durante toda su vida publica.
Distintos.hechos completaban el alarmante cua-
dro que ofrecia el pais. De modo mistenoso el Car-
denal Arteaga resulto lesionado en el Palacio Arzo-
bispal, Oficialmente se dijo que habia sido victima
de un accidente casual, pero las versions publicas
afirtnaban que fue objeto de una agresion. Se sus-
pendia el toque de queda en la ciudad de Santiago.
de Cuba, y el Gabinete de IdentificaciOn identificaba
a 29 de los muertos en la accion del Cuartel Mon--
cada. La Sala de Garantias Constitucionales y So-
ciales declaraba sin Jugar el Recurso de Inconstitu-
cionalidad interpuesto contra los Estatutos, y em-
barcaban ocho ciudadanos que asilados en las embaja-
das de Guatemala y Costa Rica.
Por su parte, Fidel Castro, aislado en la carcel
de Bomato, esperaba con entereza la llegada del dia
7de septiembre en que debia comenzar en la Au-
diencia, la vista de la causa radicada por los hechos
del Cuartel Moncada Clue se 'labia selialado con, el
n um ero 37. En el hogar, sus familiares sufrian con
estoicismo su pena. Naturaimente, el tambien pa-
decia; pero su obsesion ideologica, y la entereza de
su temperamento, determinaban que en su fuero in-
terno prevaleciera el anhelo de continuar la luctra.
?
Asi lucia durante su permanencia en el Colegio Dolores.

41.1.1.11M1 Dnrl? - a1iti7Pri r.npv Approved for Release @ 50-Yr 2014/03/25 CIA-RDP81-01043R003100200006-5
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74 G. RODRIGUEZ MORE,JON
El dia senalado no cornenzO la vista de la causa
incoada contra los asaltantes del cuartel en que sc
acanton.a el Regimiento Maceo. El estado de salmi
de algunos de los encartados y h fal.ta de informes
de los cuerpos de investigaciOn forzaron a la Sala a
posponer su inicio para el dia 21 del mismo mes.
En tal virtud, todo sigui6 igual, y Batista y los hom-
bres del regimen celebraron formulariamente, sin cl
menor eco popular, la conmemoraciOn del 4 de sep-
tiembre.
Por fin, Rego el dia selialado para la celebracion
del importante acto. Desde las primeras horas de la
maiiana los santiagueros se dieron cuenta de que en
efecto, la vista i.ba a comenzar, pues numerosas
fuerzas del Ejercito rodearon el Palacio de ,justicia.
A las ocho y media en punto, llegaron al misrno cua-
tro Omnibus del transporte urbano y varios jeeps con
fuerte escolta militar, conduciendo a los acusados.
Correctarnente vestido de azul y con corbata roja,
Fidel Castro ?fue conducido completamente aislado
de los demas. Enseguicla los 98 conducidos .pasaron
de dos en fond? al salon de la biblioteca, y alli que-
daron en espera dc ser llamadoS.
En otro local del edificio, en el destinado a las
sesiones del Pleno de la Audiencia, estaba constituido
el tribunal que integraban los magistrados Adolfo
? Nieto Pinero Osorio, que lo presidia, y 'Juan Fran-
cisco Mejias y Ricardo Diaz Olivera. Como Secre-
tario actuaba el doctor Rai] Mascar6; y el Minis-
terio Public? estaba representado por el letrado Fran-
cisco Mendieta Echevarria. Fran 122 los acusados.
Onr+ - QnnitI7Pri r.npv Approved for Release @ 50-Yr 2
FIDEL CASTRO Ruz 75
De ellos 22, entre los que sencontraban Carlos Prio
y Aureliano Sanchez Arango, se hallaban libres; y
como tampoco presentaron por estar enfermos en la
carcel de Boniato, ni a Angel Diaz ni a Abelard?
Crespo, solo ocuparon el banquillo correspondiente,
98 acusados.
La presencia en el salon de Fidel Castro mono-
polizaba la atenciOn de todos, y cuando en cumpli-
miento del tramite de rigor se le llamO, un income-
nible murmullO denunciO la espectaciOn general. El y
dos abogados m? Roberto Garcia Ibanez y Ramiro
Arango Alsina, solicitaron y obtuvieron que se les
permitiera defenderse ellos mismos, por lo que se les
facilitaron togas y se les hizo pasar a los estrados.
Concluidas las declaraciones de estos, y en medio
de un silencio absoluto, comenz6 el la suya.
?Si, sefior Fiscal, ?comenzo respondiendole
al representante del Ministerio PUblico? fui el or-
ganizador del ataque al Cuartel Moncada.
A continuaciOn, respondiendo a la segunda pre-
gunta, dice:
?Todos mis compalieros rnilitaban en el Par-
tido Ortodoxo y no fue necesario que yo los con-
venciera de nada. Les expuse mi plan y aceptaron.
Estos jOvenes aman la libertad de su patria tanto co-
mo yo...
Un timbrazo del Presidente cortO bruscamente
su oraciOn. ?Despues continua:
?No es cierto que el ex-Presidente Prio nos fa-
cilitara dinero alguno. Este movimiento no tuvo nin-
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7.6 .RODR.iGUEZ MOREJoN
unaITTO.Cioll con el regimen pasado. Reunimos 16.
480 pesos clue fueron suministrados a costa de in-
gentf.- slcrificios. Jesus Montane, empleado de la
-General Motors., dio 4,000 pesos de los 5...000 con que
esa empresa lo habia gratificado. Lin empleado ck
La Tropical llamado Pedro, entrego 90 pesos. Rei-
naldo Quintana 1,000 pesos; Ernesto Tirol 300;
asi, sucesivamente, todos contribuyeron en la medi-
da de sus posibilidades. Compramos 40 escopetas que
importaban S.,800 pesos; 35 fusiles calibre 22; 24 de
otros calibres; 60 pistolas; 3 Winchesters de la epo-
ea de Buttalo Bd1 una ametralladora casi inservibie
,que hubo necesidad de reparar. Uno de los company-
ros muertos, Rene Guitart, adquiriO reu-
nimos unas 10,000 balas -de distinto calibre.
Aunque muv quedamente hechas, algunas ma-
nifestaciones admirativas dci palico, agitari)n el
ambiente de 13 saln atestada dc acusados y de guar-
dianes. El element? oficial corn iCfl7 a coAsiderar pe-
ligrosa la presencia en el local del _principal acusad;J,
pero no exterioriia sus prcYoncioncs, "EA presideritc_.
advierte a todos que no deben hacer manifestacionede s
ning,una clasc, )- Fidel Castro continua respon-
diendo a las preguntas dei Fiscal v de una veintcn,-i
de abogados defensores.
Ratific6 con firnieza que ? el proposito clue per-
seguian no era oily) (Inc el derrocamiento del re-
gimen de facto que se habia apoderado de la gober-
nacion del pais; setial6 au(' no tuyieron ns autor
intelectual que 'Jose Marti, v remarco que no tenian
A su sail& del presidio de Isla de Pinos, Fidel Castro tuvo ocasiOn
abrazar paternalmente a una huerfanita de uno de los asaltantes
del Mon cada.
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intencion de combatir con los soldados, sino la de
apoderarse del control y de las armas e invitarlos lue-
ge a sumarse a la causa de la libertad.
Reanudada la sesion al dia siguiente, el Fiscal
solicit6 la libertad de 12 lideres politicos que, aun-
que no tuvieron la menor participaciOn en los he-
chos, fueron arbitrariamente detenidos por las auto-
ridades. A renglion seguido, el Dr. Castro logr6 con
habiles interrogatorios poner en claro los asesinatos
cometidos en la zona de Manzanillo, asi como preci-
sar la responsabilidad directa que en los mismos tu-
vo el capitin iefe de ese puesto militar. Su proceder
diifano y decidido se hacia cada vez mas peligroso
para los numerosos militares comprometidos, los que
al ver que a peticion suya se consignaban en acta ex-
tremes muy comprometedores para elks, resolvieron
ponerle punto final al asunto.
Sin la menor demora pusieron manos a la obra.
La noche anterior al dia sefralado para la tercera se-
sion del juicio, se presentaron en su celda dos medi-
cos del penal diciendole:
?Venimos a hacerte un reconocimiento.
iquien se preocupa tanto por mi salud?
el.
Su. iceramente, elks le explicaron que esa misma
tarde habia estado en la circel el coronel Chaviano,
V les habia dicho que era necesario que firmaran un
certificado acreditativo de que por enfermedad el
Sc.encontraba imposibilitado de asistir a las sesiones
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FIDEL CASTRO RUZ
79
del juicio, para evitar que continuara haciendole
tanto dano al Gobierno. Ademis le agregaron, que
ponian'el asunto en sus manos, pues ellos estaban deci-
didos a .renunciar sus cargos y correr los riesgos clue
tal proceder les acarreara,
El Dr. Castro se limit6 a responderles:
Ustedes sabran cual es su deber; yo se bien
cual es el mio. Tiempo despues, ert gesto que lo enal-
tece, Fidel Castro dijo en relacion - con este inciden-
te: "Elos, despues que se retiraron, firmaron el certi-
ficado; se que lo hicieron porque creian de buena fe
que era el anico medio de salvarme la vida, que
veian en sumo peligro. No me comprometi a guar-
dar silencio sobre este dialogo; solo estoy comprome-.
tido con la verdad, y si decirla en este caso p-udiera
lesionar el interes material de esos buenos profesio-
nales, dejo limpio de toda duda su honor, que vale
mucho m?
Desconocedores de todo esto, los asistentes a la
sesiOn del sabado 26, quedaron primero, sorprendi-
dos al concer que Castro no podia asistir por estar
enfermo; y despues, verdaderamente intrigados al
oir a la Dra. Melba Hermindez, dirigirse al Tribunal
manifestandole:
?Senor Presidente: Fidel Castro no esta enfer-
mo. Aqui traigo carta suya, escrita de su putio y le-
tra, y dirigida.a, este Tribunal.
La aclaracion de la Dra. Hern?ez no surtio
,e1 menor efecto y el juicio sigui6 su curso sin la asis-
$
a
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)1
)1
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80 G. RODRIGUEZ MOREJON
tencia del principal acusado. Por su parte este conti-
nuaba atento a todas sus peripecias, gracias a las in-
formaciones que amigos y admiradores le hacian Re-
gan Con su habitual estoicismo permanecia en su
prisiOn, silencioso, y al parecer inactivo; pero su cla-
ra inteligencia no cesaba de lucubrar. A el tendrian
que oirlo en algun momento; y para esa oportuni-
dad se preparaba.
En extremo duros fueron los 76 dias que ci Ii-
der del movimiento iniciado el 26 de juli9 de 1953,
naso en la apartada celda de la cArcel de Boniato. Su
incomunicaciOn era tan absoluta, que ni siquiera el
Dr. Jorge Pagliery, letrado designado por el Colegio
de Abogados de La Habana para que lo defendiera,
pudo visitarlo hasta que por intervencion de la Au-
diencia se le permitio que lo entrevistii- 10 minu-
tos y a presencia de un sargento del Servicio de In-
teligencia Militar.
Ninguna de est as crueles circunstancias Iogro.
sin embargo, debilitar ia integridad del cautivo idea-
lista que en holocaust() de su ideal sufria en silencio.
A algunas minas de distancia estaban los padres y
derns familiares su friend() tambien, con admirable
abnegaciOn. En ese sentido 10 que urgia era resolver
el problema de su defensa; por lo que pensando que
dado como estaban las cosas, lo mejor seria que el
misrno se defendiera,dcjdj hacerlo asi.
rnmi AnnreVed for Release
FIDEL CASTRO RUZ
81
Llegado el dia 16 de octubre del propio afio,
fecha senalada para la evacuacion del Ultimo trami-
te del juicio fue conducido no al Palacio de justicia
como era de esperar, sino al _Hospital Civil. En el sa-
lon de actos de la Escuela de Enfermeras se consti-
tuy6 el tribunal y, solo con la asistencia de dos le-
trados y 6 periodistas, se comenz6 la sesiOn con este
breve interrogatorio del Fiscal:
cierto que usted tom6 participacion en
los hechos?
?Efec tivamente.
d'Que proposito lc anim6? Derrocar al Go-
bierno?
?No podia ser otro.
Minutos despues, Fidel Castro comenzo el me-
morable discurso que en atencion a su "elevado valor
moral e ideologico", seria posteriormente. impreso y
difundido por "un grupo de intelectuales cubanos,
unidos por comunes simpatias y admiracion". En el
aspect() juridic? comenzo manifestando que lo ha-
bia decepcionado que el senor Fiscal se hubiera limi-
tado a "leer el Art. 148 del Codigo de Defensa So-
cial por el cual, m?circunstancias agravantes, soli-
cpirti!.sliopnar,..a mi la respetable cantidad de 26 afios de
A continuacion, seciala que el citado articulo
establece .una Sancion de "privaciOn de libertad de
ti-es a diez afios al autor de un hecho dirigido a pro-
mover un alzamiento de gentes armadas contra los
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Poderes (.....,onstitucionales del Estado. La sanciCyn
ta de privacit'm de libertad de cinco a veinte arios
!lvc i elect? la insurrecci(m", y agrega:
Je .ha dicho que nosotros hemos prornovido
un aizarniento contra los Poderes Constitucionales
del tta(1o? La .1..)ictadura que ()prime la nacion no
C.c un poder Constitucional, sino inconstitucional;
eng,endr6 contra la Constitucion? por encima de
la Constitucion, violando Li ConstituciOn legitima
de la Rcpcklica".
VI Dr, Castro se muestra screno y firrne. Con
voz, licna y rep sada prosigue: "Si en vuestras al-
tri aS (flaccidun latido de amor a la Patria, de amor a
hi busnanidad, de aims- a la justicia, escuchadme con
dtencion. S6. clue me (4)ligariin al silencio durante
onichos aliOS; Se (Ilk tratariin de ocultar la verdad
por toclos los inc..clios posibles; se (I Lie contra mi se
al./.,arii la (.1oolura dei olvido. Pero fluvoz no Sc allo-
P1J; SUI p,dri por esti: cobra f uervas en ii pecho mien tri
do mc quiero (lade en mi Corazon to--
ef (i I, (we Icnie,i.,,an las ;limas cobardes".
liace una somera relacion de
forma co (foe so ordni/drori V p repa ra roll et ataquc:
scriah (plcI proriosI res reconocieron (11.1
(I LI 1 1 I, m me r v q ti trataron correcta
I4v IC I C 6(.10N, 1' Ci)i) manifiesta evidencia d;.
elcvacion nior;11, ficciones m
fltu
bcos mit'ualmente alto d.
parte y
Descalzo. -nara estar mas comodo-, rccibc a sus amigos y a los
renodistas clue 1 entrevistaron a raiz de su salida del Presidio.
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84 G. RODRIGUEZ MOREJoN
Su elocuencia se hace sentir. En los rostros de
los magistrados se advierte el respeto y la admira-
cion que inspira. Con enfasis de sincertdad les dice
que no necesita desmentir "las estUpidas sandeco
que para mancillar mi nombre, inventaron los Ugal-
de Carrillo v su comparsa, creyendo encubrir su co-
bardia, su incapacidad y sus crimenes"; y recalca
que pudieron haber facilitado la toma del regimie.n-
to "deteniendo simplemente a todos los altos oficia-
les en sus residencias", pero que no lo hicieron aten-
diendo a que quisieron "evitar escenas de tragedia
y de lucha en las casas de la familia".
La juvenil figura del atletico letrado que se de-
fendia a si mismo, monopolizaba Ia atencion de
escasos civiles y de los numerosos guardianes que es-
taban en la improvisada sala de iusticia. Nada ni na-
die interrumpia el silencio absoluto que en ella rei-
naba. Sus palabras resonaban, por tanto, con meiot-
sonoridad. "La primera ley revolucionaria ?dijo con
solemnidad? devolvia al pueblo la soberania v pro-
clamaba la c onstitucion de 1940 como la verdadera
Ley suprema del Estado
Con plena sinceridad sigue exponiendo los pro-
positos rectificadores que animaban el movimiento,
entre los cuales no .faltaba, por supuesto, el referen-
te a la (confiscacion de todos los bienes a todos los
malversadores de todos los gobiernos y a sus causa-
habientes y herederos en cuanto a bienes percibidos
por testamento o abintestato de procedencia mal ha-
bida, mediante tribunales especiales con facultades
- . nekr,? nr,mvAci for Release
FIDEL CASTRO RUZ 85
plenas de acceso a todas las fuentes de investigaciOn,
de intervenir a tales efectos las companias anOnimas
inscriptas en el pais o que operen en el donde pue-
dan ocultarse bienes malversados y de solicitar de los
gobiernos extranjeros extradicion de personas y em-
bargo de bienes. La mitad de los bienes recobrados
pasarian a engrosar las cajas de los retiros obreros y
la otra mitad a los hospitales, asilos y casas de be-
neficencia".
Su oraciOn forense era, fundamentalmente, la
propia de un idealista. No podia ser de otro modo
dado lo que esta condicion prevalece en su persona-
lidad. Fidel Castro tenia que producirse en forma se-
mejante cuando emputiaba el fusil para combatir la
dictadura, que cuando vestia la toga para defender-
se de las acusaciones derivadas de su amor a la justi-
cia y a la libertad. En el movil de sus alegatos y en
la veracidad de sus acusaciones, era donde radicaba
Ia impresionante elocuencia que todos apreciaban. Sc
habia ganado la admiracion de cuantos lo escucha-
ban. Con la misma calma y con el mismo tono de
NW con que comenzo, continua su peroracion.
Al referirse al discurso pronunciado por Batis-
ta en el poligono de Columbia al dia siguiente de los
sucesos, comienza diciendo que sus manifestaciones
"serian dignas de risa si no estuvieran tan empapa-
das de sangre"; y tras desmenuzarlas una a una, se
enfrasco en la narracian de los crimenes y atrope-
llos cometidos por algunos militares con personas
completamente ajenas a los bechos. Despues explico
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a
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86 G. RODRIGUEZ MORE ION
cOmo el medico Mario Munoz fue el primer ,prisio-
nero asesinado;. como a otros, en megio de 17.4tortu-
ras le ofrecian la vida si "se prestaban a declarar fal-
samente que Prio les habia dado diner?, y Como
ellos rechazaban indignados la proposiciOn". Asimis-
mo senalO sin vacilaciones, el hecho de que un sar-
gento se present6 en el calabozo de las Srtas. .Melba
Hern?ez y Haydee Santamaria mostrandole a ?
ta un ojo human? y diciendole: "este es de tu her-
mano, si ti no dices lo que el no quiso decir?
arrancaremos el otro"; a lo que con abnegaciOn de
heroin-a, respondio ella: "Si ustedes le arrancaron Lin
ojo y el no lo dijo, mucho thenos lo dire yo".
Sus gravisimas y severas acusaciones no podian
estar carentes del gesto hidalgo que confirmara su
justicia. El lo tuvo, reconociendo sin ambages el dig-
no y valiente proceder del capi6n Tamayo, medico
del Ejercito, y del Dr. Posada, de la Colonia Espa-
nola, que aun a riesgo de sus vidas se les impusieron
a los asesinos y salvaron las de los jOvenes Gustavo
Arcos, 'Jose Ponce, Pedro Miret, Abelardo Crespo y
Fidel Labrador. Asi tambien, realzo el contraste que
ofrecieron la vii conducta de los asesinos uniforma-
dos y la valentia de los militares que "como aquellos
de la patrulla pelearon cuerpo a cuerpo con el y sus
acompanantes", o aquel sargento que desafiando la
muerte se apoder6 de la ilarma para movilizar Cl
campamento".
Luego entra en la parte final de su brillante dis-
curso, diciendole a los magistrados: "Os voy a refe-
II
? 50-Yr 2014/03/25.
RDP81-01043R003100200006-5
FIDEL CASTRO RUZ 87
rir uia historia. Habia una vez una Republica. Te-
nia su ConstituciOn, sus leyes, s libertades; Presi-
dente, Congreso, Tribunales; todo el mundo podia
reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera liber-
tad. El gobierno no satisfacia al pueblo pero el pue-
blo podia cambiarlo y ya solo faltaban unos dias pa-
ra hacerlo. Existia una opinion pablica respetada y
acatada y todos los problemas de interes colectivo
et-an discutidos libremente. Habia partidos politicos,
horas doctrinales de radio, programas polemicos de
television, actos pUblicos, y en el pueblo palpitaba
el entusiasmo. Este pueblo habia sufrido mucho y si
no era feliz, deseaba serlo y tenia derecho a ebb. Lo
habian engatiado muchas veces y miraba el pasado
con verdadero terror. Creia ciegamente que este no
podria volver; estaba orgullosos de su amor a la liber-
tad y vivia engreido de que ella seria respetada como
cosa sagrada; sentia una noble confianza en la segu-
ridad de que nadie se atreveria a cometer el crimen
de atentar contra sus instituciones democraticas. De-
seaba un. cambio, una mejora, un avance, y lo vela.
cerca. Toda su esperanza estaba en el futuro",
t
iPobre pueblo! Una manana la ciudadania des-
pertO estremecida; a las sombras de la noche los es-
pectros del pasado se habian conjurado, mientras ella
dormia, y ahora la tenian agarrada por las manos, por
los pies y por el cuello. Aquellas garras eran conoci-
das, aquellas fauces, aquellas guadanas de muerte,
aquellas botas. . . No; no era una pesadilla; se tra-
taba de la triste y terrible realidad: un hombre Ha-
?,_- -I ro-IrrwAti for Release
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,
88 G. RODRIGUEZ MORE ON
mado Fulgencio Batista acababa de cometer el horn-
ble crimen que nadie esperaba".
Luego continua diciendoles: "Ocurrio entonces
que un humilde ciudadano de aquel pueblo clue que-
ria creer en las leyes de la Republica y en la mtegn-
dad de sus magistrados a quienes habia visto ensanat:-
se muchas veces contra los infelices, busco un Cod:-
go de Defensa, Social para ver que castigos prescribia
la sociedad para ci autor de semejante hecho v ene.op-
tro ..." Recalcando bien sus palabras, lee los distill-
tos articulos del citado cuerpo legal en los que se san-
ciona duramente lo hecho por Batista. Luego, agre-
ga: "Sin decir palabra a nadie, con el Coe-lig? en una
mano y los papeles en otra, el mencionado ciudada-
no se presento en el viejo caseron de la Capital don-
de funcionaba el tribunal competente, que estaba en
la obligacion de promover causa y castigar a los res-
ponsables de aquel hecho, y presento un escrito de-
nunciando los delitos y pidiendo para Fulgencio Ba-
tista y sus 17 complices la sancion de 1 a 8 anos de
carcel como ordenaba el Cadigo de Defensa Social
con todas las agravantes de reincidencia, alevosia v
nocturnidad".
Al concluir el parrafo precedente, el valiente le-
trado hace una breve pausa y despues continua con
su imperturbable calma: "Pasaron otra vez los dias
y los meses. El pueblo se canso de abusos y de burlas.
iLos pueblos se cansan! Vino la lucha, y entonces
aquel hombre que estaba fuera de la ley, que habia
ocupado el poder por la violencia, contra la volun-
ArInt-rWACI for Release
FIDEL CASTRO RUZ 89
tad del pueblo y agrediendo ci orden legal, torturo,
asesin6, encarcelo y acus6 ante los tribunales a los
que habian ido a luchar por la ley y devolverle al
pueblo su libertad".
Los magistrados se muestran inquietos. Induda-
blemente ellos hubieran preferido que esas verdades
no Sc hubieran dicho y, mucho menos, tan cruda-
mente. Pero, que podian hacer? Peor hubiera sido
quitarle la palabra al acusado que ejercia el derecho
de defensa. El continuo asi: "Senores Magistrados:
Yo soy aquel ciudadano humilde que un dia se pre-
sento inutilmente ante los tribunales para pedirle
que castigaran a los ambiciosos que violaron las le-
yes e hicieron trizas nuestras instituciones, y ahora,
cuando es a mi a quien se acusa de querer derrocar
este regimen ilegal y restablecer la Constitucion le-
gitima de la Republica, se me tiene 76 dias incomu-
nicado en una celda, sin hablar con nadie ni ver si-
quiera a mi hijo; se me conduce por la ciudad entre
dos ametralladoras de tripode, se me trastada a este
hospital para juzgarme secretamente con toda seve-
ridad y un fiscal con un cOdigo en la mano, muy so-
lemnemente, pide para mi 26 anos de ciircel".
Por ?imo, y tras de hacer numerosas citas que
acreditaban el derecho a rebelarse contra las dicta-
duras, Fidel Castro termino su memorable defensa
manifestando: "A los Senores Magistrados, mi since-
ra gratitud por haberme permitido expresarme li-
bremente, sin mezquinas coacciones; no os guardo
rencor, reconozco que en ciertos aspectos habeis si-
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G. RODRfGUEZ MOREJoN
do humanos y 'se que .el Presidente -de este Tribunal,
hombre de limpia .vida, no puedet.disimular su repug-
nancia por el estado de cosas reinantes que 1.o obliga
a dictar .un fallo injusto. Queda todavia a la Audien-
cia Lin problema rrOs grave: ahi estan las causas ini-
ciadas por los setenta asesinatos, es decir, la mayor
masacre que hemos conocido;los culpables siguen li-
bres con un arma en la mano que- es amenaza peren-
ne para la vida de los ciudadanos; Si no cae sobre
ellod todo el peso de la ley, por cobardia o por que se
to impidan y no renuntian en Oen() todos, los magis-
trados, me. apiado .de vuestras honras y compadezco
la mancha sin precedentes que caera sabre el Poder
Judicial".
"En cuanto a mi, se que Ia carcel sera dura co-
mo no lo ha sido nunca para nadie, preriada de ame-
nazas, de ruin y cobarde ensariamiento, pero no le
tem? a la furia del tirano miserable que arranc6 Ia
vida a setenta bermanos ?mioS. Condenadme, no im-
porta, la Historia me absolvera.
CAPITULO CUARTO
PRISION Y EXILIO
ON igual dramatismo continuo hasta su termi-
nacion, el ario 1953. La familia de Mario For-
tuny padecio primero, la alarma de su naisteriosa de-
saparicion; y al dia siguiente, el dolor de ser infor-
rnada por la policia de "que habia sufrido un acci-
dente y que su cadaver se encontraba .en la cam de
socorros del Hospital Militar". La sociedad cubana
conoci6 las graves penas a que habian sido se.ntencia-
dos Fidel Castro y numerosos jOvenes m?por el
asalto al Cuartel Moncada; Carlos Prio y Segundo
Curti fueron detenidos en Miami y mas tarde liber-
tados provisionalmente rnediante sendas fianzas de
50,000 y 25,000 pesos; y se vieron obligados a exi-
larse los doctores RaUl Roa e Ignacio Fiterre.
En los albores del 54, ?pudieramos decirio
asi? apareci6 el primer recOnocimiento publico de
la creciente personalidad del lider de los sucesos del
Moncada. caricatura fue incluida entre las de
las figuras mas destacadas del alio 53", que el talen-
tOso caricaturista David, public6 en la ediciOn de la
revista Bohemia correspondiente al 3 de eneroi A la
vez el Presidente de facto afirmaba con soberbia.
91
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92 G. RODRIGUEZ MOREJON
que "habria eleccio.nes, llueve, truene o relampaguee ;
el Dr. 'Grail iniCialia en..Artemisa Su cam.paiia elec-
toral; se daba cOmie.nzb 'al proceso afiliatorio?, y Sc
conmemoraba por los hombres del 10 de Marzo el
segundo aniversario del infausto golpe militar.
Dias despues, las gestiones -encaminadas? a bus-
car una soluciOn .politica a la crisis del pais que rea-
lizan los politicos de la Ortodoxia inscripta, brin-
dan otra oportUnidad de 'apreciar la importancia que
el Gobierno concede a las posibles actividades del ii-
der cautivo, pues con motivo de elks, Santiago Rey
declare,: "estamos dispuestos a darks la libertad in-
clusive a los sancionados por la conspiracion de Gar-
cia Barcena, pero no podemos incluir a los del ? Mon-
cada, ni tampoco a los terroristas".
A todas estas, en el Presidio Modelo de Isla de
Pinos habian ocurrido cosas que no llegaron a ser
bien conocidas por el pnblico. Pretextando un exce-
so de .poblacion penal, el Ministro Hermida dispuso
que los sancionados por los sucesos del Moncada fue-.
ran trasladados para ese reclusorio. En el Sc encon-
traban por tanto, cuando Batista lo visit& La pre-
sen.cia del Dictador provoc6 su indomable rebeldia
y, en I?gica consecuencia, extcriorizaron ostentosa
mente su repuisa al regimen. Como siempre, el ma-
yor castigo fue para ci lider, al que se le conden6 al
aislamiento enPrra apartada celda.
Una vez as se Iponia a prueba la entereza de
8u carkter. Mas, :a&,t de flaque7as, se limitaria a
aceptar sin debili(1.1(.1 lo clue viniera. -Asi, en -carta
_
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2
ow,
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G. RODRIGUEZ MOREJ6
a su esposa, le expresa: "Sigo sin luz, con ho y ya 17
dias. Las velas no las dejan pasar. Pero anodic no fue
solamente la oscuridad y la soledad, sino tambien la
lluvia. Apenas oscureci6 comenz6 a tronar con in-
sistencia; despues un relampaguear incesante corta-
ba cada segundo la negrura de ,la noche, iluminanclo
la celda por los altos ventanales y dibujando sabre
los rincones la sombra de los barrotes. Al poco rato
se inioio un furioso aguacero. El, agua, arrastrada pol-
e] viento penetraba por los ventanales sin mas pr,-
teccion quo las rejas, mojindolo todo impunemen-
te. Hiee cuanto pude por proteger los libros dentro
de las maletas y colocandole una frazada arriba. La
cama, entre tanto, se empap6, el piso se llen6 de
agua y un, aire frio cargado de una lluvia fina lo in-
vidia ,te,do, 1:n un i i)1:61-1, calados los huesos de hu-
medad y rr 0, (.'spere con infinita paciencia el fin
del vendaval. IY era un
tick)
domingo por la noche!".
abordi I- -
Allende los mu-0 s del penal continuaba el fic-
proce0 1' or! , pasacla ? emana Santa, Sc
ara
I 4
nil los exilaclos cs: ?
tin de ratificzzelon
desolados Ilogares
Por la penosa ausenf:ia
friar) prision por !
miento del order:
La inseguridad
ticas tienen en constacc
templa COn la natural
de los partidos; en
Mia-
teatro Flager tin mi-
! de Montreal, y en los
padecia en silencio
queridos que su-
favor del restableci-
, (k la Republica.
inquietudes
poll-
)ra al pais que .con-
cam? mientras
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5?
4
,
FIDEL CASTRO RUZ
95
Batista viaja por la Isla en infecundas gestiones de
propaganda, contimlan las detenciones de ciudada-
nos acusados de conspirar; salen de su patria ampa-
rados por el asilo diplomatico m?de 100 cubanos
entre los que se encuentra el ex-canciller Aureliano
Sanchez Arango, y abandona la prision el profesor
Garcia Barcena.
Aunque era natural que se pretendiera que el
pueblo olvidara los recientes sucesos de Santiago de
Cuba, el pensamiento de los autores del frustrado
ernpeno revolucionario continuaba siendo algo de
verdadero interes periodistico. Por eso la revista Bo-
hemia envi6 a uno de sus redactores a entrevistar a
los 27 supervivientes de la accion encaminada a ex-
pugnar el Cuartel Moncada, que guardaban prision
en Isla de Pinos. Sobre todo al lider que llevaba tan-
tos dias incomunicado.
En la sala del hospital de la prision, los 27, sin
excepcion alguna, ratificaron valerosamente sus
ideales y su disposicion a seguir luchando. Tambien
qued6 informado de que los exp-combatientes de San-.
tiago de Cuba habian organizado una academia pa-
ra darles clases a los reclusos. En ella explicaban dis-
tintas asignaturas, y por acuerdo tornado en prenda
de recuerdo a los caidos en la accion, la denomina-
ron Abel Santarnaria.
Acto continuo el periodista se encamin6 a en-
trevistar al temido Fidel Castro. Ya no estaba solo.
Con ?staban en la misma celda dos clases de la
Marina de Guerra. A la obligada primera pregunta,
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96 G. RODRIGUEZ MOREJoN
respondi6: A pesar de encontrarme separado de miS
companeros, reconozco que estoy? siendo tratado con
ia mayor consideracion dentro -de las naturales limi-
taciones que impone la disciplina del penal. Siempre
he recibido el qatio>> reglamentario, asi cOmo las vi-
? sitas de mi esposa, hijo y otros familiares. La direc-
cion del 'penal es correcta; nunca hemos sido maltra-
tados, y la comida es de buena calidad.
Seguidamente, antes de que el periodista le for
una nueva pregunta, el fornido moceton que
viste camisa blanca y pantalOn de dril, le agrega:
Oiala que este reportaje de Bohemia constituya el
nte que nos ?permita arribar a una solucion cu-
ana y patriatica y erradicar para siempre de Cuba
los odios entre hermanos.
Concluidos los preambulos de rigor, el perio-
dista inquiere sobre algo sustancial. Con su habitual
firmeza responde:?La Ortodoxia debe.unirse; pero
unirse para luchar contra la farsa electoral y seguir
deMandando una solucion patriOtica, dernocratica y
decorosa del- problema.cubano. Bien mezquina, opor-
tunista y carente de heroicidad seria la uni6n.que se
efectuara con el prop6SitO de concurrir alas elccio-
nes. El pueblo tendria derecho a pensar que quienes
no se unieron para realizar el sacrificio que el deber
imponia, traicionan a la Nacion si unicamente se
'unen .para la facil conquista de los cargos electivos?
transigiendo con las condiciones que impone el re-
gimen de facto.
*Atrr-z-t,
Annroved for Release
?
FIDEL CASTRO RUZ
97
La respuesta del Dr. Castro comenzaba a darle
colorido a la, entrevista. Luego poStu-
ra de Grau San Martin fue considerada oportunista
por haberse dispuesto a concurrir a elecciones sin im-
portarle, las condiciones del Gobiemo; si la inscrip-
ciOn del Partido del Pueblo Cubano por el terrate-
niente Fico Fernandez Casas fue considerada corao
acto de vii pirateria politica, coomo justificar ahora
la participacion en los comicios de noviembre pre-
valeciendo las mismas condiciones bochornosas ad-
mitidas pot- Grau y utilizando los despojos del Par-
tido filibusteramente inscribiera Fernandez Ca-
?
Poco a poco se iba poniendo de manifiesto hi
firmeza de convicciones dei lider de aquella mucha-
chada heroica. Ahora, confinado a una celda del
Presidio Modelo, se producia con la mistna calma y
con la misma entereza que lo hizo entre ametralla-
doras ante ei tribunal de justicia que lo juzg6 pot
el asalto al Cuartel Moncada..Con el mismo tono de
voz y con los mismos apacibles ademanes, prosigui6
diciendole al periodista: ?Si el pacto de Montreal
fue un funesto error politico de un grupo ortodoxo,
porque entranaba la union con .los irreconciliables
adversarios de ayer, la concurrencia a elecciones, aus-
piciada, segim, se dice, por ese mism?, implicaria -una
nueva contradicciOn aim m?absurda: hacer lo que
tanto se censur6 a Grau y extract provecho de la in-
noble maniobra que tanto se le critic6 a Fernandez
Casas, valiendose para ello de un esqueleto de parti-
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G. RODRIGUEZ MOREJ6N
do que solo tiene vigencia en virtud de un decreto
de Batista; pues si el pacto de Montreal tuvo como
pretext() la union de la oposicion 31 como meta el de-
rrocamiento de la dictadura, la concurrencia a los
comicios no podria disimular el grosero propOsito de
buscar actas de senadores, representantes y alcaldes,
al par que el deseo de dividir la oposiciOn en el cam-
po electoral.
La rnadurez que se advertia en el pensamiento
del entrevistado contrastaba con su rebosante juven-
tud; de esa juventud cuya peculiar energia hizo
pronto acto de presencia a traves de estas palabras
suyas: ?Aceptar las elecciones amanadas del prime-
ro de noviembre como camino adecuado para derro-
car al regimen, e dare la razOn a la politica oportu-
nista de Grau San Martin y este podria decir enton-
ces, con sobrada razOn, que quienes abran un nuevo
frente electoral le prestan a Batista el mayor servi-
cio que podria este pretender. La responsabilidad por
la perpetuaciOn del 10 de Marzo caeria entonces por
igual sobre unos y otros, y el Partido del Pueblo Cu-
ban() se habra liquidado definitivamente como
tima reserva moral del pais.
Utilizar el nornbre del fundador de la Orto-
doxia para buscar ventajas personales asistiendo a
unas elecciones que habrin de ser fraudulentas, sin
voto directo, y haciendole el juego al dictador, es una
infamia imperdonable. No me importa que esos com-
paneros de mi partido se olviden de nosotros en la
prisiOn donde purgamos la lealtad a nuestros ideales;
? ???
FIDEL CASTRO RUZ
99
mucho m?me dude que pasen por encima de la
sangre y de los cadaveres de los ochenta jOvenes mi-
litantes de la Ortodoxia quc cayeron en Santiago de
Cuba y que supieron llevar sus convicciones hasta la
tumba . .
?Unirse para luchar dignamente contra la dic-
tadura sI, esa es la palabra de orden; pero unirse pa-
ra conseguir actas de legisladores, no. Eso seria trai-
cionar al pueblo, menospreciar a Chibas y olvidar a
los caidos. Esta es mi opinion, y la expreso, aunque
con ella me suscite mil enernigos 37 tenga que pasar-
me quince anos en la prisiOn.
?
En las conclusiones de su obra La Gran Menti-
ra, el ex oficial Ricardo Adam Silva nos afirma que
"la sediciOn militar del 4 de septiembre fue una aso-
nada vulgar, ausente de ideales y de patriotismo, pro-
piciada por la injustificada tolerancia de un mando
incompetente y la torpe cooperaciOn de algunos je-
fes y oficiales". El 10 de Marzo tuvo las mismas ca-
racteristicas y algunas variantes circunstanciales Co-
mo la de encubrir una mayor ambic,i6n, y acarrear-
le al pais consecuencias m?funestas aiin. Ademas,
ahora Batista se consideraba asistido de la experien-
cia necesaria para sortear los peligros y superar las
dificultades que lc acarreara la irresponsable aven-
tura,
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100 G. RODRfGUEZ MOREJON
En ese sentido estaba claro que lo primer? qu','
tenia que hacer era efectuar un simulacro de eleccio..
nes que le permitiera aparentar ser un Presidente
elect?, y no un mandon producto de una insubordi-
nacion militar. Para ello contaba corj todos los re-
cursos que le brindaba el Poder, y hasta con la co-
operacion ingenua o convencionalista de algunos po-
liticos. Qu?odria temer por tanto, a la decidida
oposicion de Fidel Castro y sus comparieros de pri-
siOn? Adelante, pues, se habia dicho convencido de
que en el peor de los casos, el pueblo, creyendo que
el abandonaria el Poder al extinguirse su mandato.,
no se lanzaria a una revolucion integral.
En tal virtud, se le postul6 candidato presiden-
cial con Guas Inclan de vice, por los pequelios par-
tidos gubernamentales, y se dio comienzo a la cam-
paiia electoral. A los pocos dias reaparecieron los
pasquin.es electorales; se volvi6 a laablar de amnistia
politica, pero excluyendo, por supuesto a los presos
por los hechos del Moncada; Ramon Hermida inici6
con su renuncia, la consiguiente crisis ministerial; el
propio Batista solicitO licencia electoral, y fue susti-
tuido en el cargo por Andres Domingo y Morales
del Castillo, a quien el Ilamara "cubano ilustre", y
el humorismo popular habia denominado "el Mari-
ne togado".
Entretanto, Fidel Castro, a quien ya por mu-
chos se consideraba el verdadero lider, el que reque-
rian las circunstancias del moment?, continuaba en
la inhospita celda sin m?apoyo efectivo que el de
,
.0
441.
FIDEL CASTRO R.UZ 101
la firmeza de sus convicciones. Abora, a la suspica-
cia popular no escapaba "lo oculto", lo que Marti
consideraba tremendo al referirse a la sinceridad,
intuitivamente com.enzaba a pensar que era preci-
samente lo que se derivara de la postura sin deliquios
del valiente joven, lo Unico que podria acabar con
los males que padecia.
La television habia hecho posible que gran nil-
mero de ciudadanos pudiera advertir directamente,
la repugnante parcialidad a favor del Gobierno de
los magistrados del Tribunal Superior Electoral, muy
particularmente, la del doctor Joaquin Ochotorena,
y, naturalmente, se robustecian las sospechas del pue-
blo. Por otra parte, algunas figuras exaltadas de la
situacion a las que la gente llamaba eanquistas>>, no
ocultaban su oposiciOn al proceso electoral alegando
que antes de celebrar elecciones, era necesario que
lo
que ellos Ilamaban la RevoluciOn del 10 de Marzo
cumpliera su cometido historic?.
Aunque con marcada ausencia del entusiasmo
popular, el proceso preelectoral seguia desenvolvien-
dose en un clima que se encontraba muy lejos de ser
el apropiado para un event? de esa naturaleza, y los
dos candidatos presidenciales, Grau y Batista, se con-
sideraban triunfadores. Contrastando con el opti-
mism? de los electoralistas, se producian hechos tan
contradictorios de hi paz pUblica corm las ocupa-
ciones por la policia de armas y explosivos; el descu-
brimiento de un plan terrorista encaminado a im-
Dedir las elecciones; la alteracion del orden pablico
Ilevada a cabo por los estudiantes en un juego de pe-
r
n T Part SanitizedC Approved for Release ? 50-Yr 2014/03/25 ? CIA-RDP81-01043R003100200006-5
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102 G. RODRIGUEZ MOREJoN
Iota y la incalificable represiOn de que los hizo ob-
jeto el coronel Carratala..
Como era de esperar, no tardaron en iniciarse
las violencias en el campo electoral. El Trilyunal Su-
perior Electoral suprimi6 la paridad en las presiden-
cias de las mesas electorales, y Grau amenaz6 con ir
al retraimiento. Al mismo tiempo, S,alas Canizare,,
continuaba haciendo ocupaciones de armas, seguian
las detenciones de presuntos conspiradores como Pe-
layo Cuervo y Felix Lands, y se ocupaba una avio-
neta en la que se dijo que habia venido Millo Ochoa
para incorporarse a un movimiento revolucionario.
Los hechos robustecian m?cada dia el criterio
de Fidel Castro sobre la soluciOn del problema de
Cuba. Mas, ni el necesitaba de esto, pues era un
convencido de antemano, ni por el momento podia
hacer otra cosa que esperar. Asi, continuaria conde-
nado a la inactividad hasta que le llegara la oportu-
nidad de persistir en su propOsito. En su fuero in-
terno algo le decia que m?tarde o alas temprano,
ese moment() llegaria.
Poco antes del dia sefialado para la celebracion
de los comicios Grau solicito su aplazamiento por
pocos dias. El Tribunal Superior Electoral declaro
sin lugar su solicitud, y el orden6 el retraimiento a
sus partidarios. A su actitud respondi6 Batista dis-
poniendo enfiticamente desde finca Kuquine:
"jElecciones de todas maneras!" La situaciOn se puso
tirAnte, y en la mafiana del mismo dia de las eleccio-
nes surgi6 un incidente entre el candidato autentico
y el comandante Casals, en el que al decirle Grau al
Qnni+17Pri r.npv Approved for Release @ 50-Yr 2014/03/25 CIA-RDP81-01043R003100200006-5
CI)
c")
C7:1
Forzado a exilarse
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G. RODRIGUEZ MOREJ6N
_...._ .
jefe policiaco que estaba dispuesto a lIevar el asunto
a una cuestiOn personal, y ripostarle este que el podia
ser su padre, el ex Presidente le respondiO: Pero us-
ted no puede ser mi hijo.
El escandaloso fraude electoral fue consumado.
Los horrores que se hicieron no tienen paralelo ,:r.' n I:i
historia electoral de Cuba. Como seria la Cosa, quc
segun los escrutinios oficiales, just? Luis Pozo puck
alardear de haber sido el candidato a la Alcaldia de
La Habana que "mayor votaciOn" habia tenido. Tod?
lo que se dijera en ese sentido sobre estas elecciones
seria muy poco. Con todo, se festej6 a bombo y pla-
till? por los gubernamentales el triunfo de la Coab-
ciOn Progresista Nacional y, al menos en la aparien-
cia, las cosas continuaron sin ms hechos salientes,
que el cocktail que el Embajador Gardner ofrecio a
los periodistas cubanos, y la condecoraciOn que dicho
diplomatic? impuso al general Tabernilla.
No podia ser _alas halagUerio para los hombres
del regimen, el cornienzo del alio 1955. Una ley de
para liquidar de Lula vez y por la via aras
expedita, el desvergonzado proceso electoral; el pro-
yecto del fabuloso negocio del Canal Via Cuba que
auspiciaba la Compaiiia del Canal del Atlantic? al
Mar Caribe de Cuba, S. A., J ?gestiones rnediatorias
que se le encargaron al clocto- Ferrara, y el acuerdo
por el Consejo de Ministros t.)na arnnistia para toda
clase de delitos electorales, di.tn.qaban las seguridades
que de la consolidacion de L,ventura tenia Batista.
tt*
-
4
FIDEL CAS IRO RUZ 105
Consurnad l.a farsa electoral parecia indicado
que se dictara una ley. que amnistiara los delitos
pero Batista no las tenia todas consigo. Par-
ticularmente los muchachos clue guardaban prisiOn
por los hechos del Moncada, lo preocupaban mucho.
Por eso fue que a los pocos dias de constituido su
nuevo equip? gubernamental declaro en relacion con
este asunto: " yo no seria remiso a sancionar una
Ley de perdon aprobada por el Congreso, pero si ella
conllevara la paz de la Nacion por largo tiempo. Por
eso esta Ley ha de ser conseCuencia de un comun pro-
posit? de conservaciOn de la tranquilidad entre Go-
bierno y Oposicion para que pueda producir los efec-
tos que alcancen al pueblo en toda su magnitud".
Con esa finalidad, a los pocos dias de la conme-
moracion del tercer aniversario del 10 de Marzo, se
presentaron en la Camara y en el Senado sendos
proyectes para una Ley .de Amnistia. Mas, Fidel
Castro tambien fij6 su postura en relacion con la
-11evada y traida -ley y lo dichb por Batista con res-
pect? a dia. En carta que desde su celda del Presi-
dio Modelo he dirigi6 al doctor Conte Agidero, y des-
pu?de significarle que Sabe bien que tiene que su-
frir las penalidades de la prisiOn "con estoicismo se-
renidad y valor, como parte del sacrificio yde la
amarguara que todo ideal exige", le dice:
"Crece el interes si, como en este caso, se trata
de los del Moncada, los excluidos de todas las am-
nistias, el objeto de todos los ensaiiamientos, el punto
de- clave de todo el problema, iNo se si los m?odia-
dos o los ms temidos . ..!" Mas adelante le agrega:
?
Declassified in Part - Sanitized Copy Approved for Release ? 50-Yr 2014/03/25: CIA-RDP81-01043R003100200006-5
et. ???
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106 G. RODRIGUEZ MOREJON
"Ahora nos corresponde a nosotros responder tarn-
bien con civismo el emplazamiento moral que el re-
gimen nos hace al declarar que habra amnistia si los
presos y exilados.cejan en su actitud, si hay un corn-
promiso ticito o expreso de acatamiento al gobierno".
Luego, a manera de respuesta definitiva, consigna:
"A cambio de nuestra libertad no daremos, pues, iii
un atom? de nuestro honor".
Su firme posicion no obedece sin embargo, a
una testarudez o a un capricho. En dicha misiva lo
aclara expresando: "Si nosotros considerasemos que
Lin cambio de circunstancias y un clima de positivas
garantias constitucionales exigiesen un. carnbio de
tactica en la lucha, lo hariamos solo como acata-
miento a los intereses y anhelos de la nacion, pero
jamas en virtud de un compromiso que seria cobarde
y vergonzoso, con el gobierno. Y si ese compromiso
se nos exige para concedernos la libertad decimos
rotundamente que no. Y no ya la amnistia, ni si-
quiera pediremos que nos mejoren el sistema de pri-
sian por donde el regimen ha demostrado todo su
odio y su sana hacia nosotros".
COMO era natural dadas las caracteristicas per-
sonales de los hombres que se habian aduenado de la
gobernacion del pais, esta digna y valiente actitud
no influy6 nada en sus determinaciones, y al mismo
tiempo que se proclamaba la amnistia, los miembros
del Servicio de Intelig-encia Regional de Oriente le
daban un palmacristazo a dos locutores de la estacion
de radio C.M.K.C. que produjo indignaciOn popular
y rnotivo energicas protestas de la prensa del pais.
11011.0?4
. Annrnved for Release
FIDEL CASTRO RUZ 107
La Concurrencia de estos dos hechos, es decir,
de la proclamaciOn de la amnistia y de la brutal agre-
sion a los locutores orientates, produjo dos declara-
ciones publicas, que contrastaban rudamente tanto
por su origen como por su alcance. En efecto, al.
mismo tiempo que se conociO la replica del coronel
del Rio Chaviano a las censuras de la revista Bohe-
mia por la brutal agresiOn hecha a los locutores de la
C.M.K.C., en la que cal-umniosamente Audio a Fidel
Castro, este formulaba elevadaS declaraciones al ser
.entrevistado por un redactor de la propia revista con.
motivo de su reciente libertad.
?Soy un combatiente sin odios ni resentimien-
tos ?dijo al periodista.? A continuaciOn le anade:
?Los cubanos queremos la paz; pero solo a traves
del camino de la libertad podemos alcanzarla.?La
paz no puede convertirse en tin parentesis para que
el despotismO consolide el privilegio y la opresion con
un apaciguamiento .que permita disfrutar en calma
los gajes del poder ustirpado. Para que haya una paz
tvi c o
Ia
erds.
adera es indispensable que cesen el. atropello a
ciudadania y la violacion de los derechos democra-
Durante Li entrevista- le anunciaron la llegada
'de una huerfanita hija de uno de los asaltantes del
cuartel de Santiago deCuba.- En seguida la trae junto
a el Y Ja acaricia con paternal sonrisa. La expresion
de la nina tambien evidencia carino y satisfaccion
nor verb. La amnistia habia hecho posible esta elo-
euente escena? y quiza el que el lo pensara asi, fue lo
que Jo determin6 a decirle a su interlocutor en rela-
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108 G. RoDRIGuEZ moREjON
.cion con ella: amnistia es el resultado de la extra-
ordinaria ? MovilizaciOn popular., -secundada magis-
tralmente por la prensa cubana, que ha ganado la
naas hermosa de las batallas. Nuestro mensaje de graL
titud, por tanto, para el pueblo y los periodistas, a
los que estarenaos siempre hon.damente agradecidos.
Como puede el gobierno atribuirse generosidad al-
guna con la ley de amnistia si se negO a e.11o tozuda-
men.te, hasta el instante en que la presion de la opi-
nien publica produjo una verdadera grieta en ;us
rnaltrechas filas?
En lo fundamental de su ideologia el ex dirigente
estudiantil se muestra exactamente igual que antes de
haber sufrido dos atios de prision. Su firmeza ideo-
lOgica y su tenacidad en la acciOn paracen inalterables.
Ni las naturales amarguras de la derrota; ni los rigores
de los castig-,os a que se le sometio en el Presidio Modelo,
ni aian los ingentes sufrimientos de los suyos, que han
enfermado seriamente, a su padre, han lOgrado ,alte-
? rar en lo- m?minima su decision. con respect? a la
problemacica cubana. Su sinceridad no solo con-
firma este extremo, sino que ? deja entrever que en
este aspecto seguir4 siendo el mismo de siempre.
La sagacidad del periodista Alles Soberon logr6
que fijara sus puntos de vista acerca de una formula de
sOluciOn pacifica:----Las elecciones para una asamblea
constituyente solo sirven para prorrogar al gobierno,
actual mediante la reelecciOn del ? general Batista.
Las elecciones parciales no resuelven nada; no inte-
resan a la nacion, sino a un grupito de oportunistas
que pretenden instalarse en las alcaldias y el Con-
ef?-?
FIDEL CAsmo Ruz 109
greso. No hay mas formula ni soluciOn nacional que
las elecciones:generales. en el menor plazo de tiempo,
con garantias para todos. En esas condiciones la li-
quidaciOn de la dictadura seria un hecho incontro-
vertible.
El fornido mocetOn que gusta de saborear grue-
sos tabaCos, parece hecho de una sola pieza. Su per-
sonalidac.1 se proyecta siempre igual, pues a mars de
In invariabili dad de su pensamiento politico, conserva
hasta algunos habitps de su infancia. En consecuencia,
no se pudo contener y, riendo francamente, le dijo
a los numerosos amigos que lo visitaban para congra-
tularlo por su reciente libertad.
----Estoy agotado, Ilevamos muchos dias de im-
paciencia; ustedes me perdonan, pero quiero sentirme
comodo, sin zapatos, como hace muchos meses
no
podia hacerlo.
Descalzo, como le gustaba andar en su ninez, le
pone fin a esta, su primera manifestaciOn pUblica
desnues de amnistiado, diciendole a su entrevistador.
---Ahora que estamos libres, ratificambs sin reticencias
de n.inguna clase, porque somos perturbadores de
que Si un canabio de circunstancias y un re-
gimen de positivas garantias exigiese un cambio de
tictica en la lucha, lo hariamos en acatamiento a los
supremos intereses de la naciOn, aunque nunca en
virtud de un compromiso que no aceptariamos jamas
con quienes detentan el poder por encima de la vo-
luntad soberana del pueblo. Corresponde ahora a !os
hombres del regimen demostrar que esas gara. ntias
son ciertas y no, como hasta hoy, prornesas mentirosas.
?
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110 G. RODRIGUEZ /vIOREJON
"iMientes, Chaviano!" He 'aqui el titulo del
articulo con que el recio luchador recien libertado,
respondiO a la calumniosa alusion del mal reputado
coronel. Como todos los suyos, es un articulo de prosa
ligera, ameno y convincente, en el que con resaltante
sinceridad y destacando elocuentes contrastes, citan-
do testimonios oficiales y fijando cifras, precisa con
hidalguia las distintas conductas de los participantes
en los sucesos del 26 de julio de 1953.
Valiente al fin, no se oculta para admirar Q.1 va-
lor de los militares que desafiaron la muerte en cum-
plimiento de lo que estimaban su deber, y expresa
sus "respetos" para los pudonorosos oficiales que como
Sarria, Camps, Tamayo, Roger Perez Diaz y el co-
mandante Izquierdo, jefe de la Policia de Santiago de
Cuba, defendieron con su proceder el honor de nues-
tras fuerzas armadas que tanto atacaron con el suyo
Chaviano y Perez Chaumont.
Por Ultimo, despues que con datos incontrover-
tibles aclara todo lo relacionado con la expugnacion
del cuartel Moncada, emplaza al coronel Chaviano
advirtiendole que si lo que quiere es "que narre los
crimenes espeluznantes que se cometieron con los
prisioneros, que hable de los ojos arrancados y de los
hombres enterrados vivos, que seriale por su nombre
a cad a uno de los asesinos y de cada uno de los res-
ponsables, grandes o pequerios", esti "dispuesto a
discutir con el por la prensa, la radio, la television,
por donde quiera, aquellos hechos en todos sus de-
talks".
_
.1,00
4
14:Ziet.... S.:4 ?
FIDEL CASTRO RUZ 111
La firmeza y la ?decisiOn del joven rebelde que
lucia predestinado a- revivir la fe del pueblo cubano,
son indeclinables. Todo en el denota que es un con-
sagraclo a la causa de la restituciOn .de la libertad y
hi decencia en su pais. El pueblo empezaba a verbo
asi, y decepcionado por los repetidos fracasos de los
propugnadores de formulas pacifistas, comenzO a
creer que, efectivamente? su camino era el indicado.
Pero, podria ese muchacho, que ni contaba con re-
cursos para ello, ni parecia dispueStO a aceptarlos de
nadie que pudiera empariar su ideal, llegar a hacer
una reveluciOn triunfante en Cuba? LOgicamente,
una gran mayorialo dudaba.
Por esos dias se iniciO un nuevo empeno con.cilia-
torio. La Sociedad de Amigos de la Republica que
presidia el doctor Cosme de la Torriente, hizo pUblicO
un Manifiesto en ese se.ntido. Los cuerpos de repre-
siOn eyidenciaron el. .desden. con que miraban estos
propOsitos, asesinando en el Vedado al ex comandante
Jorge Agostini, y arreciando las persecuciones. Con
todo, la.S..A.R. persistiria en sus propositos y, consi-
deri.ndose por algunos .amigos que .seria conveniente
la presencia en el pais de Carlos .Prio, se comenzO a
hacer ,preparativos para su regreso.
Ni las gestiones- de la S.A.R., ni el regreso de
Prio, despiertan el interes del valiente joven a quien
ya el periodista Ichazo. consideraba "un competidor
demasiadO peligroso". .En tal virtud,- se limit6 a co-
mentar en.relaciOn con lo segundo: "Si Carlos Prio
puede regresar a. Cuba e instalarse tranquilamente en
".La Chata", ;Dor que estin presos entonces en el ins-
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112 G. RODRIGUEZ MOREJON
? tante ?en- que hago estos pronunciamie.ntos,, Juan Pe-
dro Carb6, Manuel Carbonell Duque,. Jose . Machado
y otros,, acusados en la misma causa de Prio? Mi pro-
pio hermano tuyo que tomar -el camino. del exilic),
acusado en 'Clicha causa,- por baber puesto una bomba
en un cine de La Habana, cuando se encontraba a
mil kil6Metros de distancia, junto a mi padre enter-
mo, en la provincia de Oriente".
"Despues de seis Semanas en la calle y ver las
intenciones de la camarilla gobernante, dispuesta
permanecer en el..poder veinte atios, como piden los
adulones y apro-vechados sin conciencia, ya no creo
ni en elecciones generales. Cerradas al pueblo todas
las puertas para la lucha ciyica, no queda m?solu-
cion que la del 68 y la del 95".
Sin producir reaccian- popular el ex Presidente
Carlos Prio abandon6 el exilio y regres6 a su patria.
A la sazon el doctor Cosme de la Torriente solicitaba
una atidiencia del Presidente Batista y por este se invo-
caban Pretextos failes para eludirla. Naturalmente,
el desencanto popular creci6 y los lideres de las so-
hiciones pacificas se desconcertaron. Todas las ges-
tiones encaminadas a deyolverie al pais su ritmo
constitucion.al ..parecian paralizadas, y se acrecentaba
la inquietud general en _merit? del estancamiento
politico.
Sin embargo, Fidel Castro yivia nuevamente
momentos agitados. Se le yigilaba y se le perseguia
tan tenazmente, que le era de todo punto imposible
normalizar su vida. Todo indicaba que las autori-
clades estaban a caza del menor pretext? para vol-
FIDEL CASTRO R.UZ 113
verb o a encarcelar o sabe Dios si para eliminarlo fi-
sicamente. Por esos dias tambien se dictaba la sen-
tencia de su divorcio, todo lo cual determin6 que
decidiera su salida subrepticia del pais y se dirigiera
coma exilado hacia los Estados Unidos.
La adusta expresion del Fiscal .imponia un sello de solemnidad
su
Estaba yisto que Unicamente la muerte podria
poner punto final a sus luchas por el mejoramiento
politico y social de Cuba. Mientras .viviera conti-
nuaria entregado por entero a ellas. Consecuente-
mente tan pronto como llego a Nueva York, las re-
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114 G. RODRiGUEZ MOREJUN
novot organizando un mitin en el Palm Garden.
Los asistentes al mismo le oyeron decir en su vibrante
discurso: "Puedo informarles con toda responsabi-
lidad que el alio 1956 seremos libres o martires. Nos-
otros somos hoy en Cuba, los unicos que sabemos
hacia donde varnos y no dependemos de la -Ultima
palabra del Dictador".
En su patria la generalidad de la ciudadania in-
terpret6 sus palabras como una nueva exaltacion ;u-
yen ii. Hubiera sido necesario conocerlo muy bien,
saber de su tenacidad y de lo obligado que se siente
a cumplir lo que ofrece, para haber aceptado sin
dudas sus palabras en el mitin de Palm Garden. De
todos modos, la juventud, creyendo o no en sus pro-
mesas, seguia dando rienda suelta a sus rebeldias;
y el alio 1955 concluy6 con la disolucion por la fuer-
za publica en Santiago de Cuba de una manifesta-
ci6n estudiantil, y con la ocurrencia de varios dis-
turbios m?de la misma indole en distintas pobla-
ciones de la Isla.
El Movirniento 26 de Julio ya es algo con lo que
hay que contar en el pais, y su maxim() lider se ha
hecho una figura a la que no se puede desconocer.
Esto, precisamente, es lo que hace que muchos se
empenen en no concederle mas importancia que la
que puede corresponderle a un joven yaliente y exal-
tado. Pero como a el nada de esto le preocupa, sigue
en lo suyo sin prestarle atencion a cosas que consi-
dera mimisculas, y que su Clara inteligencia le habia
perrnitido prever. En concordancia, despues que or-
FIDEL CASTRO RU Z 11.5
ganiz& en Nueva *York a sus parciales, parte para
Mexico a continuar alli sus labores conspirativas.
Al mismo tiempo en Cuba la situaciOn politica,
por lo menos en lo fundamental, seguia siendo la
misma. La SA.R. persisti6 en sus gestiones y logrO
al fin que Don Cosme se entrevistara con Batista.
?Indudablemente, el pueblo anhelaba que cesara de
una vez la terrible situaciOn de fuerza que padecia,
y probablemente fue este gran deseo lo que hizo po-
sible que muchos ingenuamente creyeran en la po-
sibilidad de un entendimiento politico que pusiera
termino a sus angustias. En contraste con su opti-
mism& persistian los indicios de prOximas rebeldias,
y para colmo de incertidumbres, por esos mismos dias
se comenzaba a hablar en los corrillos callejeros de la
posibilidad de que el dictador Trujillo agrediera a
Cuba.
De todos modos resultaba imprescindible pensar
en Fidel Castro, pues a mas de que se habia mante-
nido al margen de las gestiones conciliatorias, era no-
torio que continuaba conspirando. Bajo los titulos
"Fidel no le prestes un servicio A Batista", "Respuesta
a Fidel", y "La Patria no es de Fidel", vieron la luz
sendos articulos en los que Sc enjuiciaba su conducta.
Su, respuesta fue precisa. En un trabajo que tituld
`Trente a todos", en el que se?ala que cuatro- anos
atras nadie se ocupaba de su persona, y relaciona SUS
16 meses de conspiraCi6n; sus dos alias de prision y
SUS .seis meses de destierro, asi como sus renuncia-
mientos a relevantes posiciones politicas -y a yenta-
losos empleos, fija su pOstura revolucionaria des-
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116 G. RODRIGUEZ NI OREJON
taca su independencia en este aspecto, .consig.nando:
"El dinero robado a la RepUblica no sirve para hacer
revolucion. Tocarernos a sus puertas despues de la
RevoluciOn ..."
Mientras se bacen los preparativos para las reu-
niones de los representantes del Gobierno y de la Opo-
siciOn que ha aceptado lo que se ha dado en Hamar
el Dialog? Civico, se producen hechos que auguraban
el fracas? del nuevo empeno de solucion pacifica: la
celebraciOn del aniversario del nacimiento de Marti
da lugar a cruentos disturbios estudiantiles; la bege-
monia de Mujal en la ConfederaciOn de Trabaja-
dores determina a varios lideres obreros a apelar aI
desesperado recurso de la huelga de hambre, y ocu-
rren desOrdenes en la residencia del doctor Dorta
Duque con nioti-vo de la celebraciOn de una reunion
politica.
La creciente relevancia politica del integro Jo-
yen ortodox? incita las prevenciones de algunos que,
por supu.esto, aspiran a detenerla. Pero, Epor donde
atacarlo? La rectitud de su conducta resultaba un
valladar inexpugnable. Quizas algunos pensaron que
la opinion pUblica se preocuparia por el radicalism?
y la exaltaciOn que su juventud y su valor personal
permitian presurnir, y. haciendo hincapie en esto, Sc
llego.'hasta sugerir que habia sido el inductor de los
desOrdenes ocurridos en la resiciencia del doctor Dor-
ta Duque.
La maxima figura de la frustrada expugnaciOn
del cuartel Moncada no acosturnbra a dejar sin res-
FIDEL CASTRO R UZ 117
puesta ninguna acusacion, por lo que desde Mexico
rechazO con elocuente claridad las falsas impugna-
? cones, precisando que llevaba "cuatro afios tratando
de reconstruir lo que se derrumbO en una noche",
y. aclarando que el Movimiento 26 de Julio era una
crganizacion "de los humildes, por los hurnildes y
para los liumildes". Y como detalle revelador del
alcance de su sincericlad y de su ciyismo, manifiesta
su sorpresa ante el hecho de que los rnismos senores
de. la S.A.R. que repudian la amnistia com-dn, no
tengan escru.pulos en sentarse a dialogar sobre solu-
ciones politicas con los representantes del Gobierno.
A raiz de estos hechos, los asuntos politicos del
pais volvieron a tomar el curs? a que los obligaba el
nefasto propOsito de los hombres que se habian apo-
clerado de los poderes del Estado. Tras cuatro sesio-
nes en la Casa Continental de la Cultura, en las que
abundaron los discursos energicos, fracas6 el Dialog?
Civico; fue descubierta una conspiraciOn militar que
encabezaban el coronel Barquin y el corriandante
B6rbonet, cuyo esclarecirniento le merecio la simpa-
tia popular; Salas Canizares allanO la Universidad
y evidencia su odio a la docencia y el saber tirando
al suelo el birrete del Rector y otros atributos de la
cultura, IT' Santiago Rey en su caracter de Ministro
de GobernaciOn, impuso fuerte censura a la prensa.
La fuerza y la violencia desplazaron una vez
mas, a las gestiones pacifistas. Despues de todo, era
natural que asi fuera, ya que no era posible que los
marcistas que sabian bien que dos no podian contar
m?que con los fusiles, como 'dijera River? Agiiero,
\
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118 G. RODRIGUEZ MOREJON
aceptaran ningith arreglo que al privarlos del em-
pleo del factor fuerza acabara con sus negocios, sus
granjerias y su poder. Era evidente por tanto, que
a ellos no les convenia mets que aquello de "fuego a
la lata hasta que suelte el fondo" que a
Taberniila.
De esto estaba convencido desde hacia tiempo
Fidel Castro. A Batista y sus secuaces habia que obli-
garlos por la fuerza, pues era obvio que ni las razones
de ningun tipo, ni los estados de opinion, ni la res-
ponsabilidad histOrica, ni nada que no fuera la fuerza
los haria cejar en su insaciable afin de riqueza y
poder. Ahora, el logro de este propOsito requeria
accion y sacrificios mucho m?arduos y grandes que
los que se necesitaban para los empefios pacifistas.
El estaba decidido a luchar sin descanso en ese sentido
y a correr todos los riesgos que le acarreara el empefio;
y era en su acertada y valiente postura, donde radi-
caba el secreto del constante robustecimiento de su
personalidad.
En Mexico, a muchas millas de distancia de la
Patria y de sus afectos, labora con entusiasmo y te-
.nacidad en su. proy-ecto revolucionario. Como no es
alardoso ni fan farrOn, no tiene la menor duda de que
cumpliri su promesa de ser libre o martir en ese mis-
mo afio 1956, y para ello tiene que sustituir con in-
gentes esfuerzos su carencia de recursos. Pero esti
decidido a hacerlo, v su fe en si mismo le da seguri-
dades de que lo har?Mientras, en Cuba contimian
las violencias: un grupo de jOvenes exaltados son
ametrallados por los hombres del coronel Pilar Gar-
T77"-T7r17--,?-?
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FIDEL CASTRO R UZ 119
eia al mtentar un asalto al cuartel Goicuria; Carlos
Prio se ye obligado a volverse a exilar; se ocupan
armas en el reparto La Sierra y, como no podia faltar
la nota caracteristica de la terrible situaciOn de fuer-
za en que se vivia, se produjeron dos muertes miste-
riosas en Santiago de Cuba.
La obsesiOn ideolOgica domina la nostalgia del
rebelde exilado. Aunque sabe que el sufrimiento que
al padre le proporcionan las azarosas vidas de el y de
su hermano Raid le agravan por dia su enfermedad,
guarda para Si su pena y no exterioriza el natural
pesar. Nadie que lo viera en constante actividad,
tratando a diario con los jefes de las distintas resi-
dencias donde se alojaban los miembros de la agru-
pacion, ocupindose con el coronel espafiol Alberto
Bayo del entrenamiento de sus hombres y procurin-
dose armas, hubiera -podido adivinar su dolor.
A su vez Batista, que por conocer sus arrestos
le temia, vigilaba sus actividades con verdadero celo.
En consecuencia, no tardO el dia en que en la capital
azteca fueran detenidos e inconiunicados por tenen-
cia ilicita de armas, 23 jOvenes cubanos. El coronel
Leandro Castillo Venegas, jefe de la Division Fede-
ral de Seguridad de Mexico, mostrO a los periodistas
el armament? clue dijo haberles ocupado, y les in-
formO que eran integrantes del Grupo Liberal Cu-
ban?, que vivian disciplinadamente en vanas resi-
dencias, y que tenian el cuartel general en el rancho
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120 G. RODRIGUEZ MOREJON
Santo Rosa, en Ayapango, Distrito de Chalco, donde
habia sido detenio el jefe, Fidel Castro.
Como era logic?, en seguida intervinieron las
autoridades judiciales; el coronel Bayo asumi6 la res-
ponsabilidad de todo; la prensa defendiO a los encau-
sados recalcando que no tenian nada que ver con los
comunistas, y Fidel Castro publicO un articulo ti-
tulado "Basta ya de Mentiras", en el que desmentia
las versiones de la policia; serialaba la intervenciOn
delictuosa que en el asunto habia tenido un sujeto
denominado Arturo el jarocho; afirmaba que desde
hacia algin tiempo estaba amenazado de muerte, y
aseguraba que no habia sido detenido en el rancho,
sino en la calle, y en circunstancias en que hubiera
podido surgir un grave incidente de no haberse iden-
tificado pronto los agentes que lo arrestaron.
Pese a su precaria situaciOn y a las ingentes difi-
cultades que tendria Que superar, este muchacho y
el grupo de jovenes idealistas que lo siguen consti-
tuyen quizas, la maxima preocupaciOn de Batista y
sus adeptos. jPor que? .Cual era la causa del gran
temor que le inspiraban? El analisis de las realidacles
conducia a la conclusion de que la misma no podia
ser otra que la de su incontrastable fuerza moral.
Y en efecto, nada representaba mayor peligro para
ellos que el que lOgicamente se derivaria de la actua-
ciOn de ese nucleo de patriotas que por la limpieza
de su conducta, su valor v su disposicion al sacrificio,
seria capaz de devolver la fe al pueblo, levantar su
espiritu v conducirlo a iniciar la era de las grandes
rectificaciones nacionales.
?
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122 G. RODRIGUEZ MOREJON
La mas elemental prudencia aconsejaba, pues,
la eliminacion cuanto antes del peligroso lider en
cierne. Obcecados por la .vanidad y en desorbitado
afan de riquezas, se dieron a activar inUtilmente las
gestiones encaminadas a librarse del amenazante pe-
ligro, 31 fracasado el complot de Mexico, no se les
ocurri6 otra cosa que la estupidez de acusar a Fidel
Castro de estar en complicidad con el dictador Tru-
jillo. Aunque nadie le presto la menor atenciOn
tal patralia, el jefe del 26 de Julio no la dej6 sin
respuesta.
El mismo dia 26 de agosto de 1956 redact6 el
articulo que bajo el titulo "Carta sobre Trujillo"
public6 la revista "Bohemia", y en el que se lee:
'y leo la denuncia del senor 'Saks Canizares donde
tiene el descaro, el cinismo y la desvergiienza de unir
mi nombre que es el de un incansable luchador con-
tra la tirania que oprime a su pueblo, al del tirano
despreciable que hace veinticinco alios ?prime al pue-
blo de Santo Domingo. La carnpana de infamias y
calumnias tend.ra un dia no rnuy lejano su cabal
respuesta en el cumplimiento de la promesa que he-
mos hechro de que qen 19)-6 seremos fibres o mdrtires?.
"La ratifico aqui serenamente, y con plena con-
ciencia de lo que implica esta afirmacion a los cuatro
meses y seis dias del 31 de diciembre".
iMenudos comentarios provoc6 este articulo
suyo! Nadie protest6 de los duros calificativos clue
le dio a Saks Canizares, pero todo el mundo se sor-
prendi6 de la firmeza con que su autor anunciaba
el inicio de una revoluciOn a una fecha fija y, sobre
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FIDEL CASTRO ',KUL 123
todo, tan prOxima. Los gubernamentales Inas op-
timistas ridiculizaban el anuncio; la generalidad de
los oposicionistas no decia nada, pero en su fuero
interno tampoco creia en su verificacion. Y a ma-
yor abundamiento, los matones del regimen reitera-
ban sus alardes de fuerza con la perpetracion de nue-
vos crimenes. Ahora le toc6 en turno al horripilante
asesinato de Arsenio Escalona Aguilera, cuyo cadaver
apareci6 maniatado flotando en las aguas de la Ba-
hia de Santiago de Cuba.
Despues de la Ultima ratificacion de su promesa
insurreccional, apenas si se supo algo mas sobre las
actividades del infatigable joven que, a no dudarlo,
habia movilizado un movimiento de juventudes que
muy posiblemente pudiera constituir una esperanza
de la Patria. Su nombre no se oia mental. en ningUn
mentidero politico, pero esto no Ramo la atencion,
y hasta es probable que naclie atribuyera su aisla-
miento a las exigencias del peculiar secreto en que
tienen que desenvolverse las actividades conspirati-
vas. Su aparente retrairniento era tan absoluto, que
solo un grupo de intimos conoci6 el fallecimiento de
su padre clue, abatido por los constantes peligros que
lo amenazaban a el y a su hermano Raul, fue yen-
cido por la enfermedad que lo llev6 a la t-umba.
Una nueva conmocion a la que seguirian otras
m? sacudi6 las fibras sentimentales de la sociedad
cubana: Horacio Parra, vigilante de la Policia Ma-
ritima de Santiago de Cuba, acus6 formalrnente al
capitin de ese cuerpo Alejandro Garcia Olay6n, de
haber sido el autor del horrendo asesinato de Escalona,
aIItI
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124 G. RODRIGUEZ MOREJON
y? otros mas que habian quedado en el misterio.
A esta escandalosa revelacian siguieron ?trios hechos
espeluznantes: el coronel Blanco Rico, a la saz6n jefe
del Servicio de Inteligencia Militar, fue muerto
tiros en el cabaret Montmartre. Salas Caiiizares asal-
to la Embajada de Haiti y dio muerte a 10 jovenes
oposicionistas, seis de los cuales se encontraban asi-
lados en esa sede diplomtica. En el tiroteo que se
produjo fueron heridos de gravedad dos tenientes y
el propio Salas Canizares que falleci6 horas despues.
Y, finalmente, el flamante general Garcia Tunon,
uno de los autores del 10 de Marzo, se vio obligado
a exilarse en virtud de la gran persecucion de que se
le hacia objeto.
El pueblo cubano vivia en constante sobresalto.
Nadie podia presumir lo que iba a ocurrir al dia
siguiente. Las > estaban de boca en boca, y, so-
bre todo, se hablaba mucho de que el tirano Trujillo, a
quien el argot popular llamaba qChapito , no tardaria
en agredir la Isla. Los voceros del Gobierno se afa-
naban en mezclar en la supuesta agresion trujillista
a elementos de la Oposicion, particularmente, al
irreductible Fidel Castro. La gratuita e infamante
acusacion provoc6 su inmediata reaccion, y la re-
vista "Bohemia" consider6 oportuno informar a sus
lectores de las razones por las que no daba a la pu-
blicidad un articulo suyo sobre este asunto, en el
que formulaba acusaciones concretas y adjuntaba
pruebas incontrovertibles. Despues de esto, el te-
mido exilado volvi6 a sustraerse a la actualidad pe-
riodistica.
?
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CAPITULO QUINT()
EPOPEYA
F INALIZABA el alio 1956. Ya no faltaba mis
que un mes para que expirara el plazo fijado
por Fidel Castro para producir la revolucion que li-
beraria a Cuba o lo haria martin No obstante, bien
debido a que se sabia lo dificil que resultaba la em-
presa, o quizas si porque no se tenia en cuenta lo que
puede una poderosa voluntad puesta al servicio de
una causa noble, lo cierto es que el pueblo cubano
no le habia concedido mucho credit? a su reiterada
promesa. En cambio, si hacia conjeturas sobre el su-
puesto cornplot trujillista.
De toda suerte, el complejo de culpabilidad in-
quietaba a las autoridades, y el general Tabernilla
exterioriz6 sus temores declarando con su insepara-
ble altaneria: "Guerra avisada no ma.ta soldado. Las
medidas son un secreto militar, pero puedo afirrnar
que tanto el Ejercito como las dernis fuerzas arma-
das ?Marina y Policia? estan alertas en todo el te-
rritorio nacional"
Aiin no se habia extinguido el eco de sus pala-
bras, cuando el fragor de numerosos disparos, y los
gritos de "i Viva Fidel Castro. . y "i Viva la Re-
? , .
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G. RODRIGUEZ MOREJON
voluciOn. ..!", anunciaban al pais desde Santiago de
Cuba, el inicio de la guerra civil. El heroic()
que ofrecian aquellos, jOvenes que 'vestian el 'uni-
forme Verde olivo y llevaban el brazalete? del 2.6 de
Julio, permitia pensar que el heroe del Moncacia ha-
bia cumplido su palabra; pero, a pesar de ello, la con-
fusion y la alarma de los prirneros rnomentos, impe-
.dian el cabal reconocimiento del historico hecho..
Desde las 5 y 45 de la madrugada de ese 30 de
Noviembre, la ciudad natal ,de Antonio MaCeo vivia
en estado de guerra. La valiente juventud san.tiague-
ra parecia decidida a emular los heroismos mambises,
y con decision y arrojo admirables, aguellos mucha-
chos, entre los que abundaban los estudiantes y no
faltaban ex-combatientes del 26 de julio de 1953,
se lanzaban impetuosos sobre los objetivos cuyo asal-
to habian planeado con antelaciOn.
Distintas circunstancias, sobre todo la identifi-
caciOn de algunos combatientes, fueron convencien-
do a todos de que, efectivamente, se trataba de la in-
surrecciOn fidelista a pesar de clue no sabian que pa-
ra cumplir su promesa, Fidel Castro liabia dedicado
por entero sus dias de exilio a trabajar ardorosamen-
te en la Organizacion de una revoluciOn de juventu-
,des Aue, por su pureza democratica, par su desvin-
culaCion con el pasado politico, y por la elevacion de
sus propositos, fuera capaz de realizar las rectifica-
ciones .necesarias para que en el futuro la patria Co-
rnina pudiera 7.narchar de acuerdo con los principios
de los forjadores .de la nacio.nalidad.
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FIDEL CASTRO RUZ 127
Que a esos fines, logrO reunir con los esponta-
neos aportes de modestos ciudadanos, unos 80,000
pesos que invirtiO en aprestos? belicos; que organiz6
una acciOn conjunta que debia comenzar, precisa-
mente, con los hechos que tenian lugar en Santiago,
y que para cumplir su parte en la ?lucha armada, se
habia ausentado de Mexico d.esde el 23 del propio
mes, no sin antes circular -Un manifiesto en el que
despues de decir que estaba en Cuba dirigiendo "la
lucha hasta la muerte del -Ultimo combatiente contra
el dictador cubano", afiadia que al cumplir su pro-
mesa de hacer la revolucion o morir en el intento,
tuvo muy en cuen.ta la "inminente amenaza" de
agresiOn a Cuba hecha por el tirano dominicano,
pues el Movimeinto 26 de Julio era tan enemigo de
Batista como de Trujillo.
Todo esto se sabria dias m?tarde, ya que por
de pronto, lo que monopolizaba la atencion
piThlica
era la asngrienta lucha que se desarrollaba en la po-
blaciOn. Distintos grupos de jOvenes pertenecientes
a las mejores familias de Santiago, atacaban e incen-
diaban los edificios de las policias Nacional y Mari-
tima; 'Jorge Sons y otros valientes no menos distin-
guidos, impugnaron con exito la Aduana; los tiroteos
ocurridos en la carcel de Boniato, en el Mercado Mu-
nicipal, en la Loma de Cake, en la carretera del aero-
puerto, y en el parq-ue de Cespedes, ocasionaron mu-
chos muertos y heridos; y en resumen, podia decir-
se que en la hospitalaria ciudad se vivia en plena ba-
talla campal.
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128 G. RODRIGUEZ .1VIOREJ6N
FIDEL CASTRO RUZ 129
de 400 hombres, y aviones militares escrutaban el
cuadro belico volando a 11.110S 300 metros de altura.
Al declinar el dia los santiagueros reflejaban en
sus rostros la dramatica irnpresiOn que les habian pro-
ducido aquellas horas tragicas. A?n resonaban en sus
oidos las rafagas de ametralladoras y los disparos de
fusiles con que se inici6 la acciOn, y les parecia se-
guir viendo los incendios y los afanes de bomberos
y policias por dominar las llamas. Pero lo que m?
recordaban era aquel impresionante momento en que
mien.tras por las calles desiertas de peatones solo cir-
Los lentes de la Columbia Broadcasting System registraton para los
televidentes el moment() en que Raill Castro palanqueaba su rifle
con mira telescOpica.
En medio de aquella voragine que habia dado
lugar a que se suspendieran los vuelos y se paraliza-
ran el transporte interurbano y las actividades co-
rnerciales, empezaron a conocerse algunas noticias
con.cretas. En la zona del Central Chaparra unos re-
beldes asaltaron Un polvorin y se llevaron las armas;
la fragata Maceo habia sido tiroteada con arnetralln-
doras 50 desde una casa situada en la calle Santa Lu-
cia; de la camel de Boniato se fugaron 65 reclusos;
de La Habana se habia enviado un refuerzo militar
La r)rueba grafica de la realidad de la Sierra que ofreci6 la Colum-
bia Broadcasting System, nos muestra escenas comb esta.
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130 G. RODRIGUEZ MOREJoN
culaban vehiculos militares y ambulancias, un gru-
po de estudiantes se parapetO en el Instituto y los sol-
dados rodearon el recinto. No era para menos, pues
todos sabian que fue ese el moment() en que la ten-
sion palica lleg6 al maxim?, ya que cualquier des-
man .hubiera podido precipitar una hecatombe de
imprevisibles consecuencias.
No cabe la menor duda de que el 30 de noviem-
bre, los jovenes orientales evidenciaron que los ase-
sinatos y la era de terror que creara Chaviano, no
los amedrent6. La heroica muchachada actuo en to
do momento con evidente desprecio por la vida. Aho-
ra, asimismo eF, de serialar, que en todos sus actos se
produjeron con verdadera elevaciOn moral.
Su decision y su coraje marcharon siempre pa-
reps con la correcciOn y la nobleza. Su proceder ha-
blaba muy alto en favor de los propOsitos del 26 de
Julio. Demostraron plena disposiciOn a la realizacion
de cualquier sacrificio para devolver a Cuba el im-
perio del los principios d.emocraticos; pero, eso si, na-
da de bajezas; nada de mezquindades, ni nada de na-
da que pudiera menguar el sano ideal de la Revolu-
ciOn que de acuerdo con las instrucciones de Fidel
Castro acababan de iniciar.
La llegada de la noche iniciO una tregua en la
cruenta lucha. Un impresionante silencio sucedi6 al
fragor de los disparos y al peculiar ruido de los ca-
rros militares. Nadie dorrnia. En las calles, las pa-
minas de soldados caminaban sin cesar; y en las ca-
sas, las familias, angustiadas y recogidas, sufrian v
at-I.ifir1 in Part - Sanitized Coov A
ove
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FIDEL CASTRO RUZ 131
esperaban. Todavia no se tenian noticias del lider;
del valiente jefe por el que todos sentian devocion.
Mas, aunque lo imico rruevo que de Mexico cono-
clan, era la detencion de Pedro Miret, Emilio Leyva
y Tete Casuso, todos tenian la seguridad de que de
un moment() a otro Fidel Castro arribaria a Cuba.
Al amanecer se rean.udaron los ataques aunque
con menor intensidld. 'Nadie sabia en que iba a pa-
rar aqu.ello. Nurnerosos francotiradores a_gredian a
los soldados desde las azoteas, y estos tiroteaban los
edificios y practicaban numerosos registros. Las de-
tenciones de politicos opuestos al regimen y de j6-
venes sospechosos, se repetian ininterrumpidamente.
El cuadro no podia ser m?alarmante, sobre todo,
porque no era posible vislumbrar cuando y en que
forma terminaria aquello. A todas estas, habia ocu-
rrido algo inesperado que cambiaria el curso de la
revoluciOn recien iniciada: Por causas fortuitas, el
maximo inspirador del Movimiento 26 de Julio no
pudo arribar a Cuba ni por el lugar, ni en la oportu-
nidad que pens6, y esto, naturalmente, determinO
cambios en la acciOn que pusieron termino a la he-
roica acometida de los combatientes del 30 de No-
viernbre.
Al tiempo que tenian lugar estos hechos en San-
tiago, Crescencio Perez, el veterano de la Sierra
Maestra, se habia dirigido con camiones y an-11as a
Niquero, a esperar la expediciOn con que llegaria Fi-
del Castro. Como hombre avezado a la lucha, pronto
se percatO de que his cosas se presentaban mal, ya que,
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G. RODRIGUEZ /VIOREJON
casualmente, un guardacosta de la Marina de Gue-
rra habia llegado al puerto para abastecerse de agua
y viveres. Pero esto no era lo Unico que se oponia
al proyectado desembarco de los expedicionarios.
Tambien habian sucedido otras contrariedades im-
previstas, que hacian imposible de todo punto el des-
arrollo del plan preparado. No obstante, decidi6 es-
perar un tiempo. Mientras tanto, a bordo de un pe-
guano yate blanco y verde, que solo tenia 62 pies de
eslora y que carecia de lista de navegacion, habian sa-
lido del puerto de Tuxpan con rumbo a Cuba en la
madrugada del 25 de noviembre, Fidel Castro y 82
expedicionarios m? Hacinados en la nave que en
sus costados de proa exhibia en destacados caracteres
el nombre de Gramma, les decididos navegantes pa-
decieron durante siete dias los mareos, v6mitos y
otros inconvenientes de la arriesgada travesia.
La disciplina era rigida; no se podia hablar m?
que lo necesario. Fidel Castro, que naturalmente fi-
guraba como jefe maxim? del pequerio contingente,
habia marcado las pautas que todos debian seguir du-
rante el azaroso viaje; y desde la comida, consistente
en naranjas, jamon, galletas y pastillas de vitaminas,
hasta los m?pequelios detalles, habian sido precisa-
dos por el. Lo seguian en jerarquia, su bermano Raial
y Juan Manuel Marquez, v el aspecto tecnico de la
navegacion se lo habia confiado al ex-comandante de
la Marina, Ladislao Ondino Pino, que tenia las fun-
ciones de Comodoro; al ex-teniente Roberto Roque
que desemperiaba el cargo de Segundo, y a Norberto
Collado que actuaba de timonel.
Apenas sin pegar los ojos, los expedicionarios se
maritenian firrnes en sus puestos y los jefes se alter-
naban para ?tear' el mar con el pequerio anteojo que
llevaban. El fuerte oleaje aumentaba las molestias del
viaje y retardaba el avance del yate. Pero, aparte es-
tos inconvenientes, todo parecia marchar bien, pues,
entre otras razones, no se habia divisado ningim
guardacosta ni obsticulo alguno que pudiera &rear
una seria dificultad.
Castro se mostraba tranquilo; pero es posible
que un observador acucioso hubiera advertido en el
cierta inquietud; alga asi, como una impaciencia que
tal vez fuera debida al contenido deseo de combatir.
Con todo, se mostraba afable con sus comparieros,
y unas veces con el Dr. Guevara, y otras con Reinal-
do Benitez, Antonio Lopez o Jose Fuentes, comen-
taba algo relacionado con el audaz emperio en que
estaban comprometidos.
Mexico habia quedado atris, y los ocupantes del
Gramma pasaban las horas aislados en el mar, como
Si vivieran en un mundo aparte. Sus afectos estaban
lejos y muy probablemente ajenos a su odisea. A pe-
sar de todo, el poder taumatUrgico del ideal que los
impulsaba y la creciente influencia personal del jo-
yen y robust() jefe, los mantenia anirnosos. De cuan-
do en cuando, entre bandazo y bandazo, se cruzaban
algun cornentario, y las voces juveniles de Humber-
to Lamota, de Jose Diaz o de Mario Fuentes se de-
jaban oir.
na, cc! la - Sanitized Copy AriDrov
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? ?
G. RODRIGUEZ MOREJON
Por fin, todos experimentaron la singular im-
presion que les proporcion6 divisar en la lejania
las
imprecisas siluetas de Las cordilleras orientales.
poderosa atraccian de la patria desplaz6 en todos los
demis sentimientos, y ninguno siquiera pens6 en la
inminencia de los ingentes peligros que Io i aguarda-
ban. Instintivamente Rene Bedio, Echevarria, \Ten-
tosa, Smith, Moran., Cabrera Gonzalez y otros alas,
se apoyaron sobrecogidos en la borda para contem-
plar ensimismados la primera vision de Cuba que
tras muchos meses de exiiio podian disfrutar.
FIDEL CASTRO RUZ 135
Los-s tupidos rnontes de la Sierra Maestra s.irven de fond? al grupo
de rebel des que acornpaFian a Jos tres jovenecitos estadounidenses
que se les acFiba.bon de incorporar.
Otra de las vistas que se aprecian en la sensacional
En seguida, Fidel dispuso lo pertinente para pre-
parar el alijo. Con la actividad del caso, los expedi-
cionarios se dieron a la ardua tarea y, gracias al in-
tensivo entrenamiento que habian tenido en Mexi-
co, pudieron poner pronto en condiciones de ser des-
embarcados los dos caliones antitanques, las cuatro
ametralladoras, los 30 fusiles y las provisiones. Todo
parecia indicar que las cosas rnarchaban a pedir de
boca; mas, no era asi. Distintas contrariedades como
La de la presencia casual de un guardacosta en la ba-
hia de Niquero; ligeras interrupciones del motor del
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136 G. RODRIGUEZ MOREJON
Gramma, y la probabilidad de haber sido -vistos por
algtin avion de la Marina de Guerra, forzaban a in-
troducir cambios en Ia maniobra del desembarco.
Asimisrno, sin que ellos lo supieran, habia ocu-
,
rrido algo que alteraba fundamentalmente los planes
que tenian.: circunstancias que nunca faltan en estas
actividades, habian forzado a Crescendo Perez a dar
se a la fuga con los camiones y las armas con que es-
peraba a los expedicionarios en Niquero. La situa-
clan, pues, era muy distinta a la que pensaron encon-
trar a su Ilegada. Pero, no por eso, cejarian en el em-
pen?. Fidel Castro no es hombre al que atrae nada
facil; por el contrario, corno todos los predestinados
a superarse ante la adversidad, prefiere lo dificil, lo
mis peligroso.
"iA tierra!", orden6 Ilegado el moment() que
consider6 oportuno. A poco, el Gramma encallaba a
unos 50 metros de la desenabocadura del rio Belic.
Acto continuo, sus tripulantes se lanzaron al agua
portando sus arrnamentos y calzando botas de me-
dia caria de fabricaciOn mexicana. Con las dificulta-
des naturales los expedicionarios avanzaron hasta ga-
nar la solitaria costa, y una vez en ella, y despues de
exprimirse las empapadas ropas y prepararse como
rnejor pudieron para iniciar la marcha a tierra aden-
tro, se congregaron en derredor del Jefe que les pro-
nuncio una inflamada y patriOtica arenga.
Todo lo relacionado con el desembarco qued6
concluido a las 5 de la tarde del dia 2 de diciembre
de 1956. Frente a ellos se alzaban, imponentes, las
imcifind in Part - Raniti7ed COM/ Approved for Release
FIDEL CASTRO RUZ 137
inhOspitas y abruptas montaii.as. Sin m?guia que
su indeclinable decision, Fidel Castro y sus acompa-
hantes se internaron en un camino completamente
desconocido para ellos5 que los cond.uciria a la pri-
mera de :las naturales barreras que hacen impenetra-
ble la agreste cordillera: una extensa cienaga que se
vieron precisados a bordea.r.
Al misrno tiempo, la noticia del desembarco co-
menzaba a difundirse en distintas formas por el pais
y por el extranjero. El periodista norteamericano,
Francis L. Mc Carthy, afirmO que fuerzas de la
?AviaciOn y de la Marina habian interceptado a los
expedicionarios en el Golfo de Guacanayabo, y que
en la acciOn habian muerto el propio Fidel Castro,
su hermano Ral, y 38 de sus acompariantes.
Por su parte el comandante Chaviano dio un
parte oficial del Estado Mayor del Ejercito, infor-
mando que bornbarderos de la Marina habian forza-
do al Gramma a encallar en Cabo Cruz, y a sus tri-
pula.ntes a lanzarse a tierra donde fuerzas del Escua-
drOn 12 los obligaron a dispersarse por los campos.
Otros aseguraban que Fidel Castro no habia salido
de. Mexico; Batista negaba que hubiera rnuerto, y
MaxiMiliano Herrera, que decia haber presenciado el
desembarco, afirrnO que habian llegado sanos y sal-
vos a la casa de Angel Perez, al que pidieron corn'-
da para todos y quien solo les pudo facilitar un puer-
co porque era lo Unico que tenia.
Ahora, a despecho de los interesados rumores,
la verdad se iba abriendo paso, precisarnente, a tra-
50-Yr 2
5 ? CIA RDP81-01043R003100200006-5
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/3S G. RODRIGUEZ 2sIOREJoN
yes de las versiones oficiales. EAcaso no la dejaban
entrever los partes coma esos en los que se decia que
al mando del general Diaz Tamayo se habian des-
plazado por la Sierra Maestra 1,000 hombres del Re-
tzimiento Maceo en busca de los rebeldes. Que un
guardacosta de la Marina de Guerra apres6 un yate
cerca de Cabo Cruz en el que se encontraron perte-
nencias al parecer del Dr. Castro, y que una patrulla
aerea habia localizado al grupo rebelde en un punto
entre Niquero y Manzanillo?
Razonadamente no se podia dudar la realidad
del desembarco, pero ademas, personas que recorrie-
ron Rio Nuevo., Agua Firm y Platanito, repetian,
una y mil veces, que habian visto en Casimba, al-
morzando en plena manigua, a 40 6 50 hombres cu-
yo iefe parecia ser el; y tampoco falt6 quien jurara
que Ic habia oido decirle a un comerciante: ?Usred
no nene nada que temer. ?Si alguien le pregunta.
no megue que nos ha visto. Y diga que vo so v Fi-
del Castro.
Era innegable que el fiel cumplimiento que ha-
bia dado a su promesa, situaba al valiente ;oven en
una posickm relevante que, por supuesto, provoca-
ria los ataques a St2 creciente personalidad. Pero esto
era cosa que no parecia preocuparle en lo mas mini-
m?. El perseguia un alto ideal, para cuvo logro se
habia trazado un camLlo dcl cual solo la victoria o
la muerte pcdrian apartarlo, V. consecuentemente,
ninguna humana mezquindad interesaria su aten-
cion.
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.74
FIDEL CASTRO RUZ 139
La Naturaleza lo habia dotado del talento y las
condiciones morales y fisicas que se requieren para
Los grandes empenos, y ?habia puesto todas sus fa-
cultades al servicio del derrocamiento de la dictadu-
ra de Batista y la superaciOn de su patria. Esta era
su obsesion. Lo dernis no parecia interesarle mucho,
pues su gran aspiraciOn no era otra que la de obtener
la gloria de haberlo hecho. Por eso, a raiz del desem-
barco, y acabado de realizar el azaroso bordeo de la
cienaga, cuando el que mas y el que menos de stis
compalieros mostraba las huellas de la fatiga, a el se
le veia erguido y arrogante frente a ellos, como una
estampa de la salud y la firmeza.
?
Hacia tres dias de su desembarco en Belic. Los
rebeldes se encontraban bastante lejos de los cena-
gosos terrenos que la Marina y el Ejercitos bombar-
dearan intensarnente cuando ya ellos no se encontra-
ban all1. Los rodeaba una calma absoluta. Y como
nada hacia presumir la inminencia de ningian peli-
gro, se dieron al descanso. Sentados en un cayo de
manigua comentaban los incidentes de la travesia y
las penalidades del desembarco, mientras su jefe, en-
simismado en sus pensamientos, estructuraba men-
talmente, nuevos planes.
Horas antes, a su regreso del monte despues de
15 dias de ausencia, el carbonero de Pilon, Juan So-
sa Vazquez, fue requerido por las fuerzas del co-
mand ante Juan Gonzalez para que les prestara sus
servicios como practico. Siendo buen conocedor de
la zona, no tuvo mayores dificultades en encaminar-
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G. RODRiGUEZ .1140REJoN
las por un sender? con direcciOn a Rio Nuevo, por
el cual, despues de caminar unas 10 leguas, Ilegaron
a las siembras de calla de La Alegria del Pio y se in-
ternaron en ellas por las colonias de Pepe Seruto.
Breves momentos despues, un nutrido tiroteo
sorprendia a los expedicionarios que en ese momento
estaban sentados y descalzos comiendo galletas con
chorizo. A despecho de los funestos efectos de la sor-
presa, reaccionaron con energia y, aunque en muy
desfavorables condiciones, trabaron combate con Los
asaltantes y sostuvieron el fuego coma mejor pudie-
ron durante algtin tiempo. Los canaverales colindan-
yes ardian y sus amenazantes llamas envolvian el
campo de la accion. Todo parecia baberse conjurado
contra ellos. La realidad no ofrecia alternativas. Ha-
pues, que internarse en el monte para superar
la situaciOn.
Como era de esperar, los informadores oficia-
les exageraron a su favor el resultado del encuentro
de La Alegria del Pio. Pero esto no fue obice para
que se conocieran detalles veridicos que delineaban
la verdad. Efectivamente los fideristas tuvieron muer-
tos como el manzanillero Andres Luizin 1%Tizquez at
que par su exaltaciOn ortodoxa sus amigos llama-
ban "Chibas", y heridos graves v prisioneros coma
Jose Ponce Diaz y Mario Fuentes. Pero tambien ci
Ejercito tuvo muerros que no pudo ocultar, corno
ci soldado Jos?ntonio Espinosa, v distintos her idos
que todo mundo vio conducir apresuradamente a
los hospirales y ctinicas particulares de las cercanias.
? ? ci in rt
PP
d for Release
FIDEL CASTRO RUZ 141
Lo que por elmomento no se supo, fue que ci mismo
dia del encuentro ci jefe de los insurgentes tom6 me-.
.didas a tono con las circimstancias, y confiO misio-
neS 'secretas a Rolando Santana Reyes y a Arturo
Chaumont Portocarrero.
,Por esos mismos dias los cubanos tuvieron la
pena de .la muerte del ultimo paladin de las solucio-
nes paci:ristas. Vencido por los anos, el Dr. Cosme
de la Torriente abandon6 la vida. Su deceso coinci-
dia con el micio de la luoira fracticida provocada por
Batista y que ?tanto trat?. de evitar.'. Por eso fue
que a manera de lugubre coincidencia, en los mo-
mentos en que su teretro descendia a la tumba,
en Oriente, un grupo de patriotas jOvenes hacia es-
fuerzos par reagruparse para continuar la lucha en
defensa de los principios democraticos que lo impul-
saron a el a participar en la contienda emancipadora.
La apariciOn en la zona insurreccional de Gui-
llermo Garcia, fue u.na bendicien para, los rebeldes.
.Experto conocedor de todos los vericuetos y rincones
de la intrincada region, pudo ir recogiendo a los dis-
gregados y; conduciendolos uno a uno o -en grupos
de- dos o tres, volverlos a reunir. Ya se habian rein-
corpora& algo, cuarido hiCieron Contact() con Cres-,
cenciO -Perez. Rapidamente Fidel Castro se percato
de la necesidad de poner su superior intehgencia al
.servicio de una nueva disciplina mental: la de com-
binar idoneos planes estrat,..:gicos de acuerdo con las
especiales circunstancias en que se ,encontraban. Pe-
ro para su temperamento hecho para enfrentarse
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I
las grandes dificultades, la necesidad de superar la
adversidad era. sOlo un estithUlo. Habi6 con Crescen
cio; se dOcumentO -bien sobre las peculiarides .to-
pograficas y se trazO la linea de -conducta .a?seguir.
Por supuesto que todo -esto, asi cOmo los mal-
tratos y los crimenes que secometian con los Prisio-
neros, era desconocido-Por el pueblo que, aunque des-
confiado? permanecia ignorante de' la realidad de las
cosas. Por eso los manzanilleros se sorprendieron al
ver que los militares se daban a la tarea de req uisar
sueros y plasma y de localizar a los medicos Angel
Escalante? Humberto Guido, Manuel Fajardo Rive-
r? y Pedro Rodriguez Casal, para enviarlos urgen-
temente a Niquero. dA que podia haber ? obedecido
aquello a no ser a que en Otros encuentros el Ejer-
cito hubiera tenido un buen nurnero de bajas?
Asi era en efecto. La resistencia que ofrecia
aquel grupo de jOvenes no se presentaba 'tan facil de
veneer coma tal vez pensaron militares y gUberna-
mentales. Por eso comenzaban a preocuparse y ha-
bian destinado al coronel RamOn Cruz Vidal para
que se, pusiera al frente de las .oPeraciones de "Nique7,
ro. No se' trataba de que Fidel y sus pocoS seguidores
contaran con el -armament? que La imaginaciOn? po-
pular !labia 'hiperbolizado. No;, se trataba. -unicarnen-
te? de que si tenian esa. indeclinable decision de pe-
Jear, hasta -morir, clue genera las heroicidades de los ?
? patriotas y de los idealistas. Con ella conabatieron en
Los Plata.nitos yen Ojo del Toro, .y Pudieron ocasio-
ingenicro Roberto Agrarnonte ecucha sonriente a SII
pailero de las aulas universitarias,
narle al Ejercito, en buena lid, las bajas que rnotiva-
ron la movilizaciOn rnedica. de Manzanillo.
Eii menos de 10 dias Fidel Castro alarmO tanto
al Gobierno, que Batista prescindiO de su habitual
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144 G. RODRIGUEZ _NIOREJON
soberbia, y dispuso que un avion provisto de un alto-
parlante volara sobre hi zona en que se encontraba
COQ sus hombres y les notificara que se habia conce-
clido una tregua para que depusieran las armas en la
seguridad de que sus vidas serian debidamen.te res-
petadas. Su respuesta rto pudo ser ms eloc-uente: ti-
rotearon el aviOn.
Es posible que el gesto gubernamental fuera
bien visto por alguien que no conociera bien las rea-
&fades cubanas del moment?. Pero, qu'e _hubieran
podido pensar acerca de cud] era el estado de cosas
imperante en Cuba, los que conocieran que a despe-
ciao de la formal tregua ofrecida por el Presidente
de la Repiablica, Laurent, un mero teniente de la
Marina de Guerra, asesin6 a los prisioneros Felix
Almusa Algis, Andres Luian Vazquez, Santiago Li-
berato Hirzel, Luis Arcos, Armando Mestres y otros
que no fueron identificados?
De todas maneras, la decantada tregua no paso,
de ser un burdo ardid al que nadie dio credit?, y la
lucha siguuO y con ella los rumores populares. El ul-
timo fue el referente ai cerco que se le habia puesto
aPio los rebeldes entre Oio del Toro v La Alegria del
y que elks habian burlado clividiendose en dos
grupos, uno de los cuales, precisarnente el mandado
por el Dr. Castro, se dirig-ia a El Cobre.
En fin de cuentas, habia un hecho cierto que
hasta entonces se tenia como de imposible realiza-
cion: Los rebeldes llevaban Lin tries en la Sierra sin
que ci Eiercito los hubiera podido riquidar. Esto de
?
_
FIDEL CASTRO RUZ 145
por Si solo era grave para el Ejercito, pues nadie ig-
noraba qUe Jos regimenes de fuerza vienen obliga-
dos .a vencer rapidamente las protestas armadas so
peli.gro de perecer mas tarde o mas temprano Si no
lo hacen.
En otro orden de cosas, se advertia tambien
algo realme_nte extraordinario: Fidel Castro y sus
compaiieros habian demostrado la falsedad del gene-
ralizado criterio de que despues de la existencia de
las armas automaticas, los- gobiernos no podian ser
derrocados m?que por golpes de Estado, ya que era
claro que dadas nuestras circunstancias, una revolu-
ciOn que se sostuviera algun tiempo iria creciendo
por dias hasta acabar con el funesto tinglado guber-
namental.
Pero lo mas importante de todo; lo que en el
orden de la moral ciudadana resultaba de mayor sig-
nificaciOn, eran la alentadora re-velaciOn de Fidel
Castro y el prometedor resurgimiento de la juyentud
cubana que habia viabilizado. El ejemplarizante pro-
ceder de este abogado de 30 linos, con talent?, valor
y posibilidades de todo tipo, que enfocando bien el
moment? politico y economic? de su patria, y ad-
virtiendo las responsabilidades del pasado ominoso y
los peligros del comunismo, Sc lanz6 heroicamente a
librarlo del ahogador cerco en que se encontraba sin
contar con m?apoyo que el de la juventud sana
del pais, tenia que producin. Opimos frutos y ya los
habia producido al lograr que et pueblo cubano vol-
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146 G. RODRIGUEZ MOREJON
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viera a teller fe en alguien, ya que desde los albores
del aliO 1957 la tenia en Fidel Castro.
. Dias en extremo angustiosos, eran los que pa-
.saban los familiares mas ?cercanos de los jOvenes Cas--
tro Ruz. En la finca de Biran no se encontraban ma's
que su mama Y- sus hermanos Ramon y Angelita;
plies Emma, Agustina, y su media bermana Lidia
Castro Argota, .babian tenido que exilarse desde
mes de octubte del ano anterior; y Juanita estaba
en el central MarCane, reponiendose de una opera-
cion en la vesicula.
La falsa noticia de la muerte de los valientes
muchachos, les pro dujo naturalmente, horas terri-
bles. Angelita fue la primera que la oy6 por radio,
pero Como intuitivamente no la crey6, fue la unica
que no se (166 arrastrar por la desesperaciOn. A par-
' tir de ese moments, para ellas, Como para muchisi-
Inas familias cubanas mis, no volveria a haber tran-
quilidad en algun tienapo. La realidad les inaponia,
resignaciOn. El propio Raul les habia escrito
con, anterioridad, diciendoles que se hicieran la idea
que ellos habian muerto, por 1 que dona Una, es-
timando ,que Unicamente Dios podia ayudarla, se
concreta.a orar con fervor, por la vida de sus.hijos
y la de sus companeros.
En ese, (lima de afliccion y de zozobras pas6 el
pueblo cubano los .postreros dias de 1956: Luego, la
exptosion de 10 petardos Via apariciOn de los cada-
veres de tres javenes misteriosamente asesinados, te-
vistieran de dramatismo ci comienzo del nuevo ano,
FIDEL CASTRO RIJZ 147
en Santiago de Cuba. En La Habana, en cambio, las
gestiones con.ciliatorias .del Moque Cubano de Pren-
sa alentaban.las esperanzas .de paz de algunos. que pe-
se a su buen deseo, pronto se convencieron tambien,
de la inutilidad de todos los esfuerzos que con ese
fin se hicieran. Por lo menOs, eso era lo que podia
declucirse de la reiteracion de los crimenes y la con-
secuente repeticiOn. de las rebeldias populares, ya que
no pasaron muchas horas sin que en el mismo San-
tiago se conociera de otras dos victimas de la furia
de los esbirros del Gobierno, y en La Habana de la
explosion de una bomba en el cabaret Tropicana, que
hiri6 gravemente a dos senoritas.
En relacion con los expedicionarios no se habia
vuelto a tener noticias. Lo imico que se conoci6 fue
hi categOrica desmentida que al rumor de que Fidel
se encontraba en Mexico, diera una hermana suya;
y que las autoridades navales habian remolcado el
yate Gramma hasta el Distrito Naval de Santiago
de Cuba. Sin embargo, a- juzgar por los hechos, pa-
recta que el Gobierno tenia serios temores, pues pre-
textando que era conveniente para la mayor segu-
ridad del desenvolvimiento de las labores de la zafra,
decretO la suspension de las garantias constituciona-
les en todo el territorio. de 'la Repithlica.
En realidad lo que pasaba era que claramente
se- Adveitia -un creciente movimiento de opinion a
favor de los insurgentes de la Sierra. Las formulas
pacifistas,,y las protestas civicas habian caido.en des-
credit?. Fidel, Castro comenzaba a aduenarse. de las
simpatias populares, y era frecuente oir decir por
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14$ G. RODRiGUEZ MOREJON
doquier, que "el -tithe? que habia hecho algo efecti-
. vo, era .61". En.tal virtud, la rebeldia se generaliza-
ba, 'y? los periOdicos informaban de nuevos heridos
por explosiones en 'La Habana y en otros lugares de
la Isla.
A su Vez, en el aislamiento de los empinados pi-
cos de las montafias orientales, los escasos hombres
del Dr. Castro se aprestaban constantemente para
combatir. Las desfavorables condiciones en que se
? encontraban? n rezaba -para ellos que parecian sen.-
tirse capaces de superar todos los obstaculos. Por de
pronto, hablan comenzado a tratar de adaptarse al
quebrado y peligroso terreno en. que tenian que ac-
tuar. Crescencio Perez se encargO de ensefiar a los
m?inexpertos a caminar por las rocas sin lastimarse
los pies, y a aprovechar las protecciones naturales que
brindaba el monte; y el mismo Fidel dirigia las lar-
gas marchas, las practicas de tiro, y todo lo relativo
al entrenamiento militar..
Durante las silenciosas y muy oscuras noches,
cuando con excepcion de los centinelas, todos dor-
mian bajo las bOvedas del tupido follaje, el Jefe me-
ditabay cOncebia planes de acciOn..En su fuero in-
terno se agitaba un ferviente deseo de combatir. Pe-
ro, cOmo?, 'Claro que no sabia cOmo, ni
ctOndo, pero estaba seguro de que pronto lo haria.
Marchas V mis.marchas, realizaban a diario, mien-
tras lejos de donde estaban, volaban los aviones mi-
litares y evolucionaban, con dificultad las tropas de
Batista.
--T
Sanitized Coov Arprov
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FIDEL CA.STRO RUZ 149
En la Capital y en el resto de la Repalica se
continuaba sin noticias del grupo de jOvenes patrio-
tas que se habian pronunciado en armas en la Sierra
Maestra. Los rumores populares eran muy variados,
y los gubernamentales y los escepticos, y, sobre todo
los agoreros por temperamento, persistian en profe-
tizar su proximo y total aniquilamiento. Fue un la-
cOrlico parte del Ejercito en el que se informaba de
una accion en La Plata, lo que vino a romper el si-
lencio en que se guardaban las actividades de los re-
beldes.
Con solo 20 hombres, el valiente predestinado
atacO el pequeflo cuartel de La Plata; y los soldados
que lo ocupaban, pudieron apreciar de cerca su arro-
jo y su acometividad. Fueron ellos, por tanto, los pri-
meros rnilitares al servicio del Dictador, que tuvieron
constancia de que la cosa no era como se decia. Ague-
lbs muchachos peleaban de verdad, y no eran
les de vencer. Acaso no lo demostraba el hecho de
que sin sufrir ni una sag baja, hubieran podido ex-
pugnarlos y llevarse el armamento que tenian?
Pero las victorias militares, solo eran parte del
carnino que tenia que recorrer un hombre de las su-
periores aspiraciones de Fidel Castro. Mucho m?te-
nia que hacer; pero el se sentia con capacidad para
hacerlo. Antes que todo, necesitaba informar a la
opinion pitblica cubana de la verdad de la Sierra, y
del verdadero alcance de sus propOsitos, para neutra-
lizar la campaiia tendenciosa que se le hacia. Pero,
cOrno poder hacerlo, si el Gobierno tenia el control
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150 G. RODRIGUEZ MOREJON
? de todos los Organos de publicidad del pais? De to-
dos modos, resultaba innegable que tenia que haber
alguna forma de lograrlo, y era necesario encon-
traria.
El asunto constituia una de sus mayores preocu-
paciones del momento; pero como hombre capaz de
atender con idoneidad varias cosas a la vez, la mis-
ma no le mermaba la debida atencion a las cuestio-
nes propias de la accion armada. De alai que al rnis-
mo tiempo que se ocupaba de la organizacion rniti-
tar y del progresivo adiestramiento de sus hombres,
pudiera seguir pensando en la rnanera de resolver el
problema que tanto lo preocupaba. Por fin, se le
ocurri6 una soluci6n: confiar la importante misiOn
a un periodista extranjero.
Si dificil habia sido encontrar el modo de via-
bilizar el propOsito en cuestion, rnucho m?lo era,
sin duda alguna, convertirlo en realidad. La primera
dificultad estaba en seleccionar la persona de abso-
luta confianza que fuera capaz de realizar con acier-
to, las delicadas y riesgosas gestiones que la empresa
implicaba. Pero el novel abogado que ya se delinea-
ba como la maxima figura de la oposiciOn al regi-
men de Batista, contaba con las facultades pensantes
y la tenacidad necesarias para enfrentarse con exito
a las dificultades. En consecuencia, no tard6 mucho
en escoger con verdadero acierto, al mejor hombre
con que podia contar para Ilevar a cabo la delicada
empresa, al Dr. Felipe Pazos.
na, cc! la - Sanitized Coov AriDrov
FIDEL CASTRO RUZ 1 5 1
Sin demora?procedi6 a enviar un emisario a La
Habana para que estableciera contacto con el pres-
tigioso ex-Presiclente del Banco Nacional, y lo im-
pusiera con detalles de lo que pretendia. Iniciada asi,
la gestion publicitaria que destruiria las leyendas de
su fah() fracaso y de su decantado coniunismo, pro-
sigui6 sus faenas de combatiente incansable. Fue en-
tonces cuando tuvo lugar la emboscada del Infierno
de Palma Mocha, en la clue le ocasion6 ocho bajas al
Ejercito sin que los suyos experimentaran ninguna;
le ocup6 algun armamento, y lo oblig6 no solo a re-
plegarse, sino a permanecer dos dias sin saber que ha-
cer, hasta que el oficial Sanchez Mosquera se decidi6
a retirarse pot un camino extraviado con et consi-
guiente quebranto para su tropa.
? A la sazon sus pequerias fuerzas no se encon-
traban nada bien ni de parque, ni de armamento; y
para cOlmo de desventuras, comenzaba a sospechar
de un sujeto que se habia infiltrado entre sus hom-
bres, pues, como si sus movimientos fueran de ante-
mano conocid.os por el enemigo, era constantemente
perseguido. Con todo, .su espiritu de justicia le im-
pedia .actuar por meras sospechas, lo que lo obligaba
limitar sus actividades a tomar precauciones y se-
guir observando hasta que pudiera cornprobar la
vet-dad. Al q-uedar esta comprobada, el malvado se
confes6 con sorprendente serenidad y, desde luego,
fue fusilado.
Las decepciones no matan los verdaderos idea-
les. El caso del Dr. Felipe. Pazos por ejemplo, asi lo
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152 G. RODRiGUEZ MOREJON
demuestra. En su epoca de estudiante fue un buen
revolucionario contra la dictadura de Machado. Des-
pu? lejos de interesarse en el asalto de posiciones bu-
rocraticas o politicas, se dedico por entero al estudio
serio y profundo de las ciencias econ6micas que tan-
to lo apasionan; y siendo ya nuestro m?alto valor
en la rnateria, plane6 y organiz6 la creacion del Ban-
co Nacional.
En el desenvolvimiento de la mas fecunda eta-
pa de su vida, lo sorprendi6 el 10 de Marzo. Con el
consiguiente dolor se percat6 de la gran desgracia que
se cernia sobre el pais en general, y muy particular-
rnente, sobre su obra, sobre el fruto de sus desvelos
y sus esfuerzos por el mejoramiento cientifico de la
eco.nomia cubana. Se le pidi6 reiteradamente por
Batista y sus secuaces, que no abandonara su elevada
posicion oficial; pero como lo que siempre prevale-
ci6 en el fueron los principios, desatendi6 todos los
requerimientos que se le forrnularon y no se presto
a cohonestar con su reputaciOn la desvergilenza po-
litica que acababan de consumar.
Solo con un desconocimiento absoluto acerca del
m.odo de pensar y de producirse del doctor Pazos, po-
dia suponerse que en el pudiera haber un posible co-
laborador de Batista y el grupo de ambiciosos que ha-
bian subvertido el orden institucional del pais. Lo que
si debia pensarse, era precisamente lo contrario; es
decir, que fuera, como en efecto, fue, un decidido
opositor m? que estaba dispuesto a hacer cuanto pu-
diera para desplazar de las posiciones oficiales a los
que tan alevosamente las habian usurpado.
FIDEL CASTRO ItiJZ 153
Asi lo demostr6 con su actuacion posterior, en hi
que Dego a contrariar sus pruritos recabandO dinero
de algunos amigos para engrosar .los escasos fondos
de la RevoluciOn. Y a mayor abundarniento, desde los
primeros mornentos su hijo Javier, joven de releva.ntes
dotes intelectuales, se babia in.corporado al movimien-
to de rebeldia contra el 10 de Marzo. Con ei y con
el medico Faustino Perez fue con quienes primer()
habl6 Rene Rodriguez sabre lo del corresponsal ex-
tranjero. Luego informaron al doctor Pazos, y este se
hizo cargo de la realizacion de las gestiones que habia
que llevar a cabo para lograr lo que se deseaba.
Con su peculiar idoneidad estudio el asunto y
encamin6 sus pasos hacia la senora viuda de Phillips,
quien desde la muerte de su esposo habia quedado a
cargo de la corresponsalia en La Habana, de The New
York Times. Informada de lo que se pretendia, la
senora Phillips le manifesto que ella estirnaba que po-
dia tratarse la cuestion con Herbert L. Matthews,
editorialista de su periodic?, que llegaba al dia si-
guiente. Asi se hizo, y tan pronto como Matthews
v el se entrevistaron y convinieron en 'lacer el sensa-
cional reportaje, se ernpez6 a preparar la ida a la Sie-
rra del destacado periodista norteamericano.
Mientras en La Habana se le presentaba al pe-
riodista del Times el medico Faustino Perez, el joven
Javier Pazos Vea y a la Sra. Liliam Mesa, que serian sus
acompanan.tes; y en la Sierra, Fidel Castro se entre-
vistaba en el. Purial de jicabacoa con el valiente e in-
fortunado Frank Pais -y Garcia, para facilitar la en-
tre-vista pactada, los hechos de violencia continuaban
\ /
acc.fir1 in P2rt d C
prov
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154 G. RODRIGUEZ MOREJON
produciendose en distintas partes de la Isla. En el Ma-
riel un incendio destruyo 60,000 sacos de azacar del
central San Ramon, y en el Vedado una bornba oca-
sionaba danos en una residencia ?de la calle 21 entre
14 y 16.
Concluidos los preparatiyos para el viaje. a Orien-
te,- el .periodista norteamericano Matthews y sus es-
cogidos acompanantes iniciaron la partida. La co-
mitiva la integraban, su senora Nancie; la diligente
y entusiasta senorita Liliam Mesa; el entusiasta me-
dico Faustino Perez, y el .joven Javier Pazos, el que
por hablar un perfecto ingles, se haria pasar por hijo
de los esposos Matthews. Aunque el turismo brillaba
Por su ausencia, todos estaban esperan.zados en que
los guardias que encontraran por el camino los to-
marian por arnericanos ingenuos y alegres, que iban
de excursiOn; y con esa seguridad, iniciaro_n la marcha.
? 'El 15. de febrero, a los seis dias de su llega.da a
Cuba, Herbert Matthews piso tierras de Oriente.
En seguida estableciO contaCto con Frank Pais y otros
jovenes que le comunicaron "que el encuentro estaba
preparado para esa misma noche en la Sierra y que
todo el Estado Mayor rebelde se .arriesgaria a acercarse
al borde de la cordillera .de manera que no tuviera que
ascender. dernasiado". Ya no ,faltaba m?que ponerse
en camino. hacia las montanas. Con guias y acompa-
nantes el audaz y talentoso editorialista emprendi6 la
march en un jeep abierto. Abajo, al cuidado de Ips
cordiales Pedro- y Ena Sa-umel,. qued6 la esposa. Duran-
te horas avanzaron cautelosamente por extensas, plan-
taciones de cana y de arroz hasta Ilegar al punto .con-
FIDEL? CASTRO RUZ 155
venido. El guia hizo la singular serial sonora y, por
fin, quedo hecho el ultimo contacto: el doctor Castro
estaria con ellos al arnanecer.
"Su personalidad es abrumadora". He aqui las
palabras con que cornenz6 Maatthews a expresar la
impresion que le hizo el jefe rebelde. A renglon se-
guido, consign6: "Es facil convencernos de que sus
hombres lo adoran y comprenden por que es el ins-
pirador de la juventud de Cuba. Estaba frente a un
fanatic?, un hombre de ideales, de coraje y de cuali-
dades para el liderazgo". Esto era bastante para ex-
plicarse la proeza de la Sierra Maestra; pero si se tiene
en cuenta que esa rnisma noche del 17 de febrero de
1957; en una fuente de soda de la Base Naval de Guan-
tanamo, tres jOvenes norteamericanos que nunca ha-
bian experimentado los efectos de la personalidad de
Fidel Castro, se conjuraban para rnarchar a la Sierra
a cornbatir, se cornprende tambie.n la gran influencia
que en la juventud tenian los ideales que el repre-
sentaba.
Durante la conversaciOn Castro le dijo a su in-
terlocutor que a pesar de los 79 dias .que llevaban pe-
lea.ndo, se sentian "ms fuertes que .nunca". Que los
soldados peleaban mal; que su moral era baja y que-
la de ellos no podia ser superior. Que mataban mu-
chos, y que cuando los hacian prisioneros nunca los
mataban, pues se limitaban a interrogarlos, a hablarles
cordialrnente v, despues de quitarles las arrnas, los
dejaban en libertad. Tambien le dijo que "todo dic-
tador debe demostrar que es poderoso, pues de lo
contrario se cae"; y que ellos estaban demostran.do
na-Inecifiarl in Pa - Sanitized Com/ Approve or e
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G. RODRIGUEZ MOREJON
que Batista era impotente para liquidar el estado de
guerra en que se encontraba Cuba.
El principal objetivo de la entrevista estaba lo-
grado. Dentro de muy pocos dl as, The New York
Times informaria al mundo: "Fidel Castro, el lider
rebelde de la juventud cubana, est?ivo y peleando
con exito en la intrincada Sierra Maestra, en el ex-
tremo sur de la Isla". No habia .necesid.ad, por tanto,
*de prolongarla much? m? No obstante, el habil pe-
riodista insiste en sus exploraciones Lasta cerciorarse
de la sinceridad de las convicciones democraticas de
su entrevistado. Luego, convencido asimismo de que,
al menos por el momento, "luce casi invulnerable",
se dispone a terminarla: Se toman las fotos de rigor
y, con los n.aturales cumplidos se procede a la cordial
despedida. Previamente se habian becho los prepa-
rativos para el retorno, el cual, por cierto, no se inicio
sin que antes el doctor Castro hiciera gala de la fir-
meza de su posicicin diciendole a su distinguido vi-
sitante: "Usted se arriesg6 en venir, pero nosotros
tenemos toda el area ocupada y podra satir con se-
guridad".
La sensacional visita de Matthews a la Sierra no
era conocida m?que por las muy pocas personas que
intervinieron en su preparacion. Para el gran pu-
blico no habia, por tanto, nada nuevo. Todo seguia
igual: rumores, bolas, detenciones y ocupaciones de
armas y bombas, incertidumbres, y malestar general.
Mas, con el natural secreto, no se dejaba de actuar;
y al regreso a La Habana del audaz periodista, Gon-
Con un efusio abrazo sellaron 'su endue n tro en la Sierra, el Pre-
te de los Ortodoxos Rai)] Chibas y el jefe del \4oviftT-
26de Julio.
zalo de Varona y otros jOvenes distinguidos se en-
cargaron de completar lo hech.o, poniendolo en con-
tact? con los dirigentes estudiantiles y con varios re-
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158 C. RODRIGUEZ MOREJON
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,presentativos de las altas capas sOciales, para que pu-
diera conocer bien, el caracter y el alcance del estado
de opinion contra Batista, 'que habia en el pais.
A su vez; las actividades. propiamente insurrec-
cionales, no se quedaban a la zaga. Con frecuencia
arribaban al imponente macizo jovenes que no por
mal armados, clejaban de correr todos los riesgos para
incorporarse a las fuerzas del capital.' del Gramma.
Asimismo, en distintas oportunidades se habian becho
llegar a los rebeldes ,pequerios equipos que a mag de
servir para sus fun.ciones provias, contribuian a ro-
bustecer la fe en su obra, del.lider. Por otra pane,
eran cada vez m?los muchachos dignos y decididos
que se afanaban en .prepararse para marchar a la
Sierra. :forge Sotits, el valiente combatiente que fi-
guraba al frente de los asaltantes de la jefatura de la
Policia Maritima el 30 de noviembre, Rego a orga-
nizar, 37 mal que bien pudo armar, a 70 orientales
a los que lueg-o lo,grO conducir, sanos y salvos, hasta
las cumbres de la vigilada cordillera.
Precisamente el dia .que se curnplian 62 ailos del
inicio de la Guerra de Independencia, se entrevist6
con Fidel Castro. Este le pidi6 informaciones por-
menorizadas de todo, y seguidamente desp-ues, lo
Pus? prolijamente, de cuanto consider6 necesario.
Corno le sucedia en todos los casos, sin excepcion al-
guna, a los que hablaban con el, tambien Souls- ex-
periment6 los efectOs del impact() de su poderosa
persona lidad. Al misrno tiernpo, Batista, que por su-
puesto ignoraba el gradual robustecimiento de las
FIDEL CASTRO RUZ 159
fuerzas insurrectas; y a quien, adernis, le interesaba
sobrernanera dare la sensacion al pueblo de que lo
de la Sierra estaba en proceso de rapida liquidacion,
a los dos dias de verificada la entrevista de referencia,
disponia el cese de la censura de prensa que estable-
ciera Poco antes.
La publicaciOn por The New York Times el 24
de febrero, del trabajo de Matthews, y su reproduc-
ciOn en Bohemia el 3 de marzo, sac6 de quicio a los
kombres del Gobierno. El doctor Santiago Verdeja,
que tenia a su cargo el Ministerio de Defensa, no
pudo contener sus irnpulsos, y prescindiendo de la
ponderaciOn que le imponian sus arios y su jerarquia
=)ficial, nego piiblicame.nte su certeza, lo que en bue-
na logica provoc6 que el repvtado periodista none-
americano le respondiera aportandole las pruebas fo-
Lograficas que evidenciaban la falsedad de su im-
putaciOn.
Desde ese moment? la preocupaciOn que los mu-
chachos de la Sierra Maestra le habian creado, au-
ment6 considerablemente. Todas sus ilusiones en re-
laciOn con este asunto se desmoronaban como por
encanto. La realidad parecia ser muy distinta de lo
clue se imaginaban; y pot ariadidura, las cosas ame-
nazaban con agravarse ya que resultaba imposible
nrecisar hasta que punto la famosa entrevista podria
influir en la opinion publica estadounidense. ,Que
utilidad podrian obtener ya, del empleo del por si
gastado recurso de acusar de comunistas a los oposi-
tores del Gob ierno, o de la propalaciOn de la calum-
acci ri
prov
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160 G. RODRIGUEZ MOREJON
niosa especie de quc Fidel Castro actuaba de acuerdo
con. Trujillo?
Las luchas internas del Dictador no pociian ser
mas terribles. Su vanidad y su instinto de 'conserva-
cion chocaban. con las realidades -que constataba, y
que le hacian admitir la posibilidad del acaecimiento
de nechos que podrian ocasionarle dias muy negros
en un futuro inmediato. El propia desenvolvimiento
de los hechos justificaba sus fundados temores, .pues
su conducta tenia que agravarle -progresivamente la
situacion. Lo Ultimo que habia sucedido, era la in-
corporacl(in a las fuerzas rebeldes de Michael Garvey,
Victor ijuel-itman y Charles Ryan, tres jovencitos
norteamericanos que residian en la Base Naval de
Guantanamo.
Lo que se decia del adalidad que peleaba en las
rnontalias los entusiasmo hasta el extremo de deci-
dirlos a correr la aventura idealista. Estrecharon los
contactos necesarios, lo prepararon todo, y abando-
naron subrepticiamente sus hogares. Los periOdicos
de Cuba y de Estados Unidos difundian la noticia de
su desapariciOn cuando aiin ellos deambulaban. por
Santiago .de Cuba y Manzanillo. Dias mas tarde,
fueron conducidos a un punto de las, estribaciones de
las.montarias en el que encontrarOn dos camiones con
hombres y armas para los rebeldes. El gesto de los
americanitos, que,para el pueblo constituia un rriotivo
de agradecimiento para Batista resulta,ba una nueva
contrariedad, ya que aunque el mismo no significaba
ningun aporte belico de importancia, era indudable
que rnarcaba un fiel exponente de la influencia que
Dar+ - aniti7Rd Cony Approved for Release
FIDEL CASTRO RUZ 161
en .1a juventud en general, ejercia su m?temible
opositor.
A todo esto se unia el que las contradicciones
del Gobierno no -podia.n ser mas evidentes: El Ejer-
cito inforthaba al pais que la rebeliOn estaba d.omi-
? nada, pues los rebeldes no pasaban de 20 hombres
disgregados. en grupitos de dos o tres; y a las pocas
horas, daba cuenta de que los insurgentes habian dado
muerte a 11 soldados prevaleciendose de una supues-
ta tregua, y detenia a varios ciudadanos acusados de
terroristas. Por esos mismos dias, y coincidiendo con
1.a convocatoria del Congreso para que ratificara una
nuev a suspension de las garantias constitucionales,
volvia el. general Tabernilla a hacer declaraciones ase-
gurando que solo quedaban 12 hombres en la Sierra,
a pesar de que al mismo tiempo disponia que el co-
ronet Barreras Sc trasladara a Oriente y se pusiera al
frente de las operaciones militares. Y por su parte, el
Presidente, queriendo demostrar que se disfrutaba de
normalidad a despecho de que acababan de explotar
dos potentes bomba.s en Moron, y se hablaba del po-
sible secuestro del Embajador Gardner, le aseguraba
a los periodistas Martinez Marquez y Jules Dubois,
que no dispondria una nueva censura de prensa.
Subitamente un nutrido tiroteo Ileno de alarnia
a la poblaciOn de La Habana. Como era lOgico, en,
,sus principios nadie sabia de que se trataba, pero a
los pocos minutos el fragor do las :rafagas de las ame-
tralladoras y los estampidos de .las granadas indicaban
que el tiroteo tenia lugar en el Palacio Presidencial,
oue sorpresivamente habia sido asaltado. Una yoz
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FIDEL CASTRO RUZ
_desconocida para sus oyentes, dijo por los micrOfonos
de Radio Reloj que el Presidente ?habia sido muerto
v el general Tabernilla estaba preso. Era la voz de
Juan Antonio Echevarria, presidente de la. Federa-
cion Estudiantil Universitaria, que pistola en mano
apoder6 de la estaciOn para arengar al pueblo.
Como si se tratara de una ciudad sitiada, la Capital
naraliz6 todas sus actividades y sus preocupados ha-
bitantes reunian presurosos a los suyos y se retira ban
a sus hogares.
La cruenta lucha continuo por algun tiempo
durante el cual la residencia oficial del Poder Eiecu-
rivo estuvo con vertida en un campo de batalla. En
su interior resonaban las explosiones de las granadas
v del incesante tiroteo de los fusiles y las ametralla-
doras. En las calles tambien disparaban los tanques
v los carros militares que se habian enviado desde
Columbia para reforzar la guardia palatina; y des&
Palacio de Bellas Artes un grupo de rsonjurados
rarticipaba en la contienda haciendo fuego Conti-
nuamente sobre los refuerzos que Ilegaban a la man-
=ion presidencial.
El asalto a Palacio habia sido un hecho herotco
oue COMO IOS que continuaban llevando a cabo Fidel
Castro v sus seguidores, pintaba bien a las clans
decision de acabar por la fuerz-a con el nefasto
que tenian los oposicionistas que, por haber
orobado ?que de 3,-erdad estaban clispuestos a sacrifi-
earse, podian contar plenamente con la admiraciOn
v el res peto de las masas populares. Al iniciarse el
creptisculo babia concluido la tragedia del 13 de
Marzo que tuvo un saldo de 40 muertos y 18 mill-
tares heridos, pues las ,bajas de los asaltantes fueron
todas de muertos. Entre ellas aparecian el ex Repre-
sentante Menelao Mora y el dirigente estudi.,zntil
.Juan Antonio Echevarria, que resultO muerto al
abandonar la citada estaciOn de radio.
M?tarde, como sucediO cuando la expugna-
c'tan del Moncada, comenzaron las feroces represa-
lias de los asesinos a 'sueldo del Gobierno. En El La-.
guito del Country Club fue hallado el cadaver del
ex. Senador Pelayo Cuervo Navarro que, ? aunque
oposicionista Dor honrada convicciOn, no habia par-
ticipado en los hechos de ese dIa. Asimismo, otros
m?fueron asesinados en distintos lugares de la ciu-
dad y reportados como muertos en el combate; y se
completO el cuadro de terror con infinidad de deten-
Hones y sus corrcspondientes torturas y vejamenes.
La euforia de Batista pot.haber salido con vida
del raliente ataqUe que se le habia hecho en el mistho
Palacio Presidencial, .lo desOrbitO una vez mas. Sc
oresentaba a los suyes como un ser superior que po-
veneer cuanto obstaculo se presentara en su
ca-
mina. Sin.embargo,.en. su fuero interno ?sabia que
no en a. De todos moclos, tenia que seguir la co-
Ahora necesitaba hacer:ver que lo ocurrido
solo fue obra de unos ambiciOsos, pues el pueblo lo
queria. Para ello usaria los recursos del .Poder y or-
ganizaria una concentraciOn frente a Palacio. Pero,
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164 G. RODRIGUEZ IVIOREjoN
Fidel Castro? Que podria hacer para que la?opi-
nion ptiblica diera por liquidado lo de la Sierra Macs-
tra, aunque la sustitucion por Rodriguez Avila de
Diaz Tamavo y otros cambios militares, denotaran lo
contrario? Lo que se le ocurriO no podia ser na.s in-
genuo: Afirmar que el heroic() adalida.d de la juven-
tud no estaba va en la cordillera.
Para tsar visos de verd-ad a su infundio, destac6
la afirmacion de que no se habia efeetuado
nuevo desembarco que hiciera el general Diaz Ta-
mayo, v aprovecho ht circunstancia de que las insti-
tuciones ci-vicas habian iniciado gestiones concilia-
torias, para invitar a un grupo de periodistas a que
se trasladaran a ta Sierra en aviones militares, y com-
probaran que ya alli no liabia focos rebeldes. El que
los periodistas despues de haber visto lo que le ,2n-
sefiaron? dijeran que no quedaban rebeldes en la Sie-
rra Maestra, parece que le bast-6 para restituir las
arantias cortstitucionales; pero, en cambio, esta me-
dida no fue obice para que la Policia allanara Iacasa
de Humboldt ntimero 7, y asesinara a Fructuoso R,)-
dri,g'uez. al dc torJuan Pedro Carbo Ser IL a Tose
Machado Roriguz v a Eugenio Perez Cowley.
A estos.iii el qu la explositin de ocho bomb.1
en La Habana, marcara el intermedio entre la con-
eentracion de empleados v obreros del Gobierno cue
Dictador se hizo organi:ear, v el inicio del
orai que en Santiago de Cuba celebro el Tribunal ele
L-rgencia con morivo de los sucesos del 30 de no-
v,iernbres v el desembarco de los expedicionarios
Gramma. tral V.CZ r7/?as marcharon de acuerdo Fidc
A
FIDEL CASTRO RUZ 1.65
Castro y la gran mayoria del pueblo cubano, pues
ni ella ni 61 le prestaron la menor atenciOn al bullan-
guero cspectaculo capitalino, y en cambio, Si
siguic-
ron con marcado interes el desenvolvimiento de las
sesiones de la importante vista.
Bajo las bocas de los cariones de tres =clues
ligeros, entraron en el Palacio de justicia cantando
el Himno Nacional, los 81 acusacios que se encon-
traban en prisiOn. Los 22 expedicionarios del Gram-
ma llevaban corbatas negras; y todos, al mismo tiem-
po, y una vez que se encontraron en presencia del
tribunal, dieron con exaltacion, un viva a Cuba Li-
bre. Seguiciamente, y una vez zanjado el pequeno
incidente que surgio entre el Presidente de la Sala
el ,fefe de las fuerzas por no querer permitir este
el acceso al local del publico, se dio comienzo a? la pri
mera sesiOn del juicio.
Poco pudo avanzarse en esta primera etapa, pues
lo avanzado de la bora.,.forzO a su suspension cuando
solo habian prestado declaraciOn 39 de los acusados.
Al igual que en la inicial, en las sucesivas se oyeron
rnanifestaciones sincera's y valientes de los acusad.os,
V preguntas concretas de los letrados defensores; que
facilitaron el que se pusieran de manifiesto el pro-
ceder correcto de algunos militares como el temente
Chinea, y la rimy cond.enable conducta de (Arcs,
corno el capitan. Ulloa,. y los tenientes 'Laurent y
Naum. Pero los aspectos mAs relevantes de este pro-
ceso judicial, fueron sin duda alguna, el informe del
Fiscal; el fallo que en definitiva se diet& y el voto
_
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'particular formulado? por el -Presidente. del Tribunal,
doctor Manuel Urrutia Lleo..
. .'En su -emotiva oracion, el fiscal Mendieta- He-
chevarria no solicit6 'penas, y dijo que los. -acusados
actuaron impulsados por amor a Cuba y por -dark
un ObiernO que la baga feliz y'la libre de la angus-
riosa situacion en que se. encuentra". El fallo solo
condeno a 40 ?de -los encartados .y absolvici a 154; y el
Presidente Urrutia Lle6 formulo un trascendental
voto particular en el que sostenia que todos los acu-
sados debian ser absueltos, porque .no podia negarsc
que dadas las circunstancias imperantes en el pai,s,
su conducta habia sido legitima, y estaba amparada
por lo establecido en el inciso lo. del articulo 36 del
Codigo de Defensa Social y en el articulo 40 de la
Constitu'cion.
Una estruendosa ovacion del publico que se
apretujaba en el local, imparti6 la aprobacion popu-
lar al voto del integro Magistrado. A continuaciOn,
todos los presentes revistieron de solern.nidad su cle-
mostracion entonando el Himno Nacional; y exal-
tadas exclamaciones de "iViva. Cuba Libre!", evi-
denciaron el estado de animo de aquella valerosa mul-
titud. Al poner nuevamente sobre el tapete la CQ-
nocida frase de "a-dn hay jueces en Berlin", el doctor
Urrutia enfrentaba al Poder judicial con -la tragica
problematiica cubana; pero . 'Horror!: La perse-
cuciOn contra el y el Fiscal que ernprendieron Ca-
macho Covani, Ministro de justicia ?y oriental a ma-
yor abundarniento, y los doctores Rosell, y Garcia
Tuduri, Presidente y Fiscal, respectivamente, del
Tribunal Supremo no podia ser m?desalentadora.
Con Su conducta estos maximos representativos
de la justicia, Ic dabanHla razon al probo funcionario
judicial que considero justificado el proceder..de los
rebeldes. Enos lo sabian tambien, Pero lo que les in-
teresaba era congraciarse con el jefe del Estado y
continuar en el disfrute del Poder. Por eso m?que
lo acaecido en el Tribunal de Urgencia de Santiago
de Cuba, lo que de verdad les preocupaba, era que al
regresar a sus casas por sugerencias del propio Fidel
Castro, los dos americanitos menores de edad, decla-
raran que este estaba en la Sierra Maestra y tenia
mucha gente; que de rnodo tan subito se le hubiera
aceptado por su Gobierno la renuncia al Embajador
Gardner, y designado para sustituirlo a Earle E. T.
Smith, y que continuaran las explosiones de bombas
y petardcs.
Pero la razon de toda indole que asistia a los
insurreccionales, su valor, y Ia firmeza y la inteligen-
ca de su maxirno jefe,..tenian que.reservarles nuevas
y m?temi,bles .cOntrariedades. Ellos no se daban un
minuto de tregua. Ni Ia Penetrante hUmedad, ni la
:6Iemperancia 'del clinia ? de .las escarpadas montanas
en que se Velan forzados a realizar sus hazalias, conte-
nian sus impetus belicds..Asi, tan .pronto como el in-
cansable jefe recibio inlormacien sobre el lugar en.
que podria encontrar a las fuerzas enernigas, movili-
z? a sus/ hombres e inicio la marcha. Durante toda
Ia
prima noche y las prin-ieras floras de la madrugada
orlaccifitnri Pa - Sanitized CoDy ADprOved tor e e
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del 28 de mayo de 1957, aquellos j6venes armados,
marcharon sin cesar por los peligrosos desriscaderos;
y despues de haber andado 28 kilOmetros, pudieron
comprobar que las informaciones que les babian da-
do no se ajustaban en todo a la verdad.
Esta circunstancia los forth a cambiar los pla-
nes de ataque que babian concebido, y prevaleciendo-
se de la absoluta oscuridad que los rodeaba, se prepa-
raron cautelosamente para obrar de acuerdo con las
nuevas instrucciones que les dio Fidel. Eran exacta-
mente las cuatro de la madrugada cuando, localiza-
das las posiciones de los militares, los fidelistas inicia-
ron el ataque del Uvero. Fidel Castro atac6 por el nor-
te; Crescencion Perez los bloque6 por el Este; y por la
parte Sur del cuartel, que lindaba con el mar, se lan-
zaron en audaz acometida sobre el objetivo, Jorge So-
ttis y los muchachos recien llegados, casi todos ex-
combatientes del 30 de Noviernbre.
Por primera vez, los soldados respondieron con
verdadero coraje. Luego se supo que se les h.abia he-
cho creer que los revolucionarios asesinaban a todos
los prisioneros. Pero, por una causa o por otra, lo cier-
to era que el del Uvero fue un verdadero combate que
dur6 2 horas y 45 minutos. Y probablemente hubiera
durado m?tiempo, a no ser el que con derroche de
heroismo, Jorge Sottis se apoder6 del riido de ametra-
lladoras. Ante el a-vance general ordenado poor Fidel
Castro, los soldados se vieron precisados a abandonar
el cuartel y protegerse detras de un parapeto desde el
.cual, poco mis tarde, se rendian exclamando: "iTo-
FIDEL CASTRO RUZ
dos somos cubanos!" iTenemos familia!"
N os
mandan a pelear!".
El resultado del encuentro no pudo ser peor pa-
ra los defensores del regimen usurpador: Sufrieron 45
En las curnbres orientales Ra1 Chibas y Roberto Agramonte del
Rio. se reunen con Fidel Castro y su Estado Mayor.
- r,
rilny Annroved for Release 50-Yr 2014/03/25 CIA-RDP81-01043R 310020
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170 G. RODRIGUEZ MOREJON
bajas y 14 prisioneros que se lIevaron los rebeldes que
solo tuvieron 12, de las cuales dejaron dos en poder
del enemigo por el estado de maxima gravedad en que
se encontraban. Ahora, probablemente lo m?signi-
ficativo de este encuentro lo ofreci6 la conducta de
los soldados presos. En primer lugar, todos dernostra-
ron sentir admiracison y respeto por el jefe insurgen-
te. Pero esto, con ser bastante, no fue precisamente lo
que podia tener mayor trascendencia. Fue su reacciOn
al comprobar el sincero interes de el porque se aten.-
diera igualmente a los heridos de ambas partes, pues
se les babia asegurado que asesinaba a los prisioneros.
Ademas, en lo que respecta a la tecnica militar, hasta
el propio Teniente, que tambien figuraba entre los
heridos, reconoci6 la correcta organizacion que tenian
al observar la forma disciplin.ada en que se retiraron
en los camiones de una comparlia mad.erera, tan pron-
to como ultimaron la provisional ocupacion de la
plaza.
Es bien conocido que en definitiva, la verdad
siempre se abre paso; por eso nadie debi6 sorprenderse
de que a despecho de las maquinaciones gubernamen-
tales y de las impropias posturas del Embajador Gard-
ner, los .hechos f-ueran poco a poco evidenciando no
solo que lo de la Sierra no era un fracas?, sino tam-
bien que no se trataba de una revuelta politica de
tipo comun, sin? de ago mucho ma's serio: de un mo-
vimiento que aspiraba al logro de rectificaciones tan
fundamentales como necesarias, y que era orientado
por un joven capaz e idoneo, en el que en nada influi-
ria el clima de los bastardos intereses creados.
FIDEL CASTRO IkUZ
Primeramente, fue la Columbia Broadcasting
System. la que se encarg6 de desmentir con una peli-
cula tomada en la misma. Sierra, y trasmitida por las
estaciones de television de Estados Unidos, las aSeve-
raciones de Batista y de Tabernilla en relaciOn con la
situaciOn alli existente. Y, a continua.ciOn, fue la in-
tensa camparia de persecucian emprendida por el
Ejercito, la que dandose de cachetes con las falsas
afirmaciones de su jefe, completaba el afianzamiento
de la verdad.
Ciertaniente, con este proceder los soldados obli-
garon a los valientes muchachos a emprender gran-
des marchas por lugares tan inaccesibles, que algunos
enfermos no pudieron resistir; pero tarnbien esto mis-
mo demostraba que la RevoluciOn continuaba su cur-
so. Los trucos para hacer creer a las gentes que Fidel
Castro era comunista, caian en el vacio; y la reitera-
cion de los asesinatos, y de las espeluznantes aparicio-
nes de cadaveres, pintaban bien a las claras, la intensi-
dad del estado de convulsion irnperante. A renglon
seguido, y alternativarne.nte con la batida que los re-
beldes dieron a las fuerzas gubern.amentales en las in-
mediaciones del Pico Turquino, y la evacuaciC>n
en
masa de m?de 5,000 campesinos de aquellas zonas,
I-a explosion de una potente bornba dej6 sin fl-dido
electric? d.urante cuatro dias a una parte de La Ha-
bana y el asesinato de Calixto Sanchez White y de 15
detenidos m?que habian Ilegado con el en la e-xpe-
diciOn del Corintia, y que ordenara el coronel Cow-
iIiieeyr,al.conmovi6 intensamente a la poblacion en ge-
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172 G. RODRiGUEZ MOREJ6N
Alga alentador se advertia, empero, en el som-
brio panorama cubano: La decision de redimir al pue-
blo de sus endemicos males politicos a morir en el
ernpefio, que denotaba el joven adalid que combatia
en las montarias. Su firmeza ideologica se sobreponi
a todo. Y ni la aza.rosa vida entre peligrosos acantila-
dos, durmiendo a la intemperie y sufriendo la hum.e-
dad, las frecuentes lluvias y el intenso frio de ague-
Has alturas; ni aun J;v dura realidad de los escasos me-
dios para combatir con que podia contar, lo bacian
vacilar. El se matenia firme frente a todas las adver-
sidades, como se mantienen los que experimentan la
intuicion de los predestinados. SOlo un hombre asi
podia despertar nuevamente la fe de un pueblo que,
como el cubano, estaba ahito de defraudaciones, de
convencionalismos, y de las debiles actitudes que no
iban mas alla de las pomposas e ineficaces protestas
piablicas.
Por descontado queda que la destruccion de los
sistemas creados al calor de rnezquinos apetitos reque-
ria una labor mucho mas ardua que la que se nece-
sitaba para derrocar la tirania de Batista, pero indu-
dablemente habia que llevarla a cabo aunque solo
fuera para asegurar que no tendrian repeticion, al-
gunas catistrofes ptiblicas coma las del 4 de septiem-
bre de 1933 via del 10 de marzo de 1952, Mas, como
el que una cosa sea dificil no quiere decir que no pue-
da lograrse, lo que se necesitaba para la verificacion
de un empeno de esta indole, era estar realmente de-
cidido a Ilev-ar la accion en todos senticlos, hasta el
extremo que fuera necesario lievarla. Todo indicaba
FIDEL CASTRO RU
173
clue Fidel Castro estaba en esa clisposiciOn; y como su
personalidad se robustecia dia a dia, se acentuaban
sus posibilidades d?riunfo. De vez en cuando, Frank
Pais, Lester Rodriguez, y otros jovenes que trabaja-
ban para la causa fuera de la Sierra, le hacian llegar
algunos equipos belicos; y en ocasiones, distinguidos
profesionales se incorporaban a sus huestes. tltima-
rnente lo hizo el ingeniero Roberto Agramonr del
Rio, el que fiel a su abolengo patriotic?, renuncie la
posicion que tenia en una empresa particular, para
n-iarchar a combatir a su lad?.
El primer obstaculo que tenian que veneer los
rebeldes era, desde luego, la dictadura gobernante, la
que adernas, representaba la mas completa negaciOn
de sus elevad.os propositos. La sin razOn de su existen-
cia y los impactog de los revolucionarios, la amenaza-.
ban de continuo, y naturalmente, su jefe, al que no
escapaba el terrible alcance de sus responsabilidades,
se afanaba en mantenerse a cualquier precio La ocul-
taciOn de la verdad y el uso de la mentira como sis-
tema, constituian los medios que habitualrnente em-
pleaba como complemento de sus desrnanes y de sus
asesina.tos. Por eso nego el encuentro de Cana Brava,
en Bueycito, que tan aclverso fue para sus fuerzas; y
en cambio, anunci6 a bombos y platillos, el proximo
inicio de un ataque que segim el clicho oficial, acaba-
ria con los insurgentes.
Por otra parte, algunos quisieron ver en la sithita
renuncia del E,mbajador Gardner, un indicio de que
el Gobierno de Washington comenzaba a preocupar-
"
r
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174 G. RODRIGUEZ MOREJ N
se. por la situacion politica de Cuba; y el Canciller
Gonzalo Giiell, se sintio obligado a liegar la po-
sibilidad de una ingerencia americana en los asun.-
tos cubanos. De todas rnaneras, las a-Utoridades' con-
sideraban- la conveniencia de Ofrecer la sensacion de
que habia, normalidad en el pais. Para ello actuarian
como siernpre, sin la menor serieclad, por lo que sin
tener en cuen.ta que la admisiOn por el coronet Cruz
Vidal de la llegada de soldados heridos a Manzanillo,
y la adopcion de medidas de emergencia conio la de
la unificacion de los mandos militares en las zonas ck
operaciones, indicaban bien a las claras que continua--
ba la lucha armada, acordaron una refornia constitu-
cional y dispusieron que los partidos que les eran adic-
tos celebraran un mitin politico en Santiago de Cuba.
supuesto que Fidel Castro, hombre en quien
se aunan maravillosamente el pensamiento y la accion,
se encargaba de destruir con hechos las patrafias ofi-
ciales. Buena prueba de esto podia ofrecerla el co-
mandante Ceferino Rodriguez Diaz, que mandaba
el EscuadrOn 14, que tuvo un encuentro con el en 12
finca Cauchal, ubicada en el barrio Palmarito del
Cauto, en Palma Soriano. Pero, es el caso, clue no eran
solo los heChos concretos como este. Era que la accion
rebelde de la Sierra Maestra.apasionaba tanto a la ciu-
dadania, que resultaba frecuente. que los exaltaclos
propalaran como algo cierto, lo que no pasaba de ser
una.suposiciOn 0 un deseo de dins. De ahi que los je-
fes .militares se encontraran enfrascados en desmentir
el insistente rumor relativo a que el coronel Barreras
habia sido hecho prisionero por los rebeldes, al tiern-
FIDEL CP-LSTRO RUZ 175
po que dos relevantes figuras m?escalaban las ernpi-
nadas cuestas para sumarse a los insurgentes: Indepen-
clientemente, el Dr. Felipe Pazos y el Sr. Raid Chibas
habian rnarchado a la Sierra.
La publicaciOn de la noticia produjo sensaciOn.
Hasta los alas indiferentes se iban convenciendo de
que'et movimiento de la juventud cuban.a que enca-
bezaba el excepcional Fidel Castro, era, efectivamen-
te, bastante m?seri? de lo que muchos pensaron
cuando se inici6 siete meses atras. No podia ser de
oro modo, pues se trataba de un movimiento prod,u-
cido por esa energia juvenil que crea la grandeza mo-
ral de los pueblos. Por eso el sereno y ponderado Pre-
sidente del Partido del Pueblo Cuban?, y el talentoso
y bien reputado ex Presidente del Banco Nacional
se habian surnado a el.
Con un cordial abrazo recibia el Heroe a su an-
tiguo companero en las luchas politicas del Particlo
Ortodox?, y al probo banq-uuero que viabilizara su
entrevista con Matthews. Alguien se ocupo de regis-
trar fotograficamente el acontecimiento, y a traves
de la revista. Bohemia todo el pueblo cubano
pudo
apreciar la reproduCcion de distintas escenas de los
primeros momentos, en una de las cuates puede ver-
sele con lentes y tocado con una gorra de campaiia,
riendo frente a un aparato trasmisor de radio. Por su
parte, el Dr. Pazos nos sintetiza con posterioridad,.sus
ernociones de aquel pasaje de su vida, diciend@nos:
"Experimente dos grand.es impresiones. Una, que nau-y
posiblemente hubiera rnuerto sin e-sperimentarb, fue
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176 _ G. RODRIGUEZ MOREJ ON
la que me prod* la Sierra en Si; y hi otra, Ia que me
proporcion6 la extraordinaria personalidad de Fidel
Castro".
Era de esper-ar que de esta reunion saliera algo
para la posteridad, y justamente a los dos dias de ha-
berse producido el exilio de otro lider ortodox?, el
profesor Roberto Agramonte, se conoci6 el documen-
to que se dio en llamar el Manifiesto de la Sierra
Maestra. La Ultima de las tres firmas que lo calzaban
era la de Fidel Castro, de quien no en 12alde habla di-
cho el periodista Wendel L. Hoffman, que le lucia
"un muchacho penoso". Se trataba de una declara-
cion contentiva de la proyecciOn y los propOsitos in-
mediatos de una juventud incontaminada con las fla-
quezas del pasado.
En el se proclama la necesidad de la celebraciOn
de unas elecciones "verdaderamente libres, democrati-
cas, imparciales", para conducir al pais a la normali-
dad constitucional. A ese fin, proponen a "todos los
partidos politicos oposicionistas, todas las institucio-
nes civicas y todos los sectores revolucion.arios", la
formaciOn de "un Frente Civico-Revolucionario" cpc
propenda ala formaciOn de un Gobierno Provisional
que en el termino de un afio y bajo las normas de la
ConstituciOn del 40 y el COdigo Electoral del 43, con-
vogue a Elecciones Generales y entreg-ue el Poder al
candidato que resulte elect? en ellas".
Adernas, en el referido document? se serial:a que
en prenda de desinteres por parte de los lideres opo-
sicionistas", dejan a cargo de las instituciones civicas
.--.7..-="7" ? ?
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FIDEL CASTRO R
177
la clesignaciO de la persona que ocupara la Presiden-
cia Provisional de la RepUblica; que tel Frente Ci-
vico-Revolucionario, por tradiciOn republicana e ;n-
dependentista no aceptaria que gobernara, provisio-
nalmente la RepUblica ningtn tipo de junta IvIilitar,
que asirnismo, "no invoca ni acepta la mediaciOn o
intervencion de alguna otra naciOn en los asuntos in-
ternos de Cuba", y que en cambio, "respalda las de-
nuncias que por violaciOn de los clerechos humanos
han hecho los ernigrados cubanos ante los organisrnos
internacionales y pide al gobierno de los Estados
Uni-
dos, que en tanto persista el actual regimen de te-
rror y dictactura, suspenda todos los envios de armas
a Cuba".
Y finalmente, despues que se relacionan las rec-
tificaciones previas a realiz-ar, se insiste en que se pro-
. ceda de inmediato a designar la persona que presidira
el Gobierno Provisional, y en que por todas las insti-
tuciones que integren el organismo que se propone,
"se le niegue todo respaldo a la componend.a electo-
rera del regimen" y se declare "paladinarnente ante el
pais, ante los Institutos Arrnados y ante la opinion pia-
blica internacional; que despues de cinco anos de mu-
til esfuerzo, de continuos engafios y de rios de sangre,
en Cuba no hay or que la renuncia de Ba-
tista, que i ha gravitado en dos etapas durante cliez
y seis ailos en los destines del pais, y Cuba no esta dis-
ptiesta a caer en la situaciOn de Nicaragua o Santo
Domingo".
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178 G. RODRIG U EZ MOREJ oN
Rudos, muy rudos contrastes ofrecia la vida pu-
blica de Cuba al comienzo de la segunda mitad del
alio 1957. En las empinadas montaxias orientales con-
tinuaba vibrando como una alentadora esperanza, la
voz firme y limpia de una juventud renovadora. En
oposicion a ella resistia tenaz, el tradicional contu-
bernio de los ambiciosos y los debiles. Y el empleo por
cada una de las parte g de sus peculiares medios de lu-
cha, ponia de manifiesto las fundamentales diferen-
cias de procedimientos empleados por los que perse-
guian ideales de libertad y de justicia, y los empeci-
nados en mantenerse en las posiciones usurpadas.
Los unos, al mimic) tiempo que invitaban a las
instituciones civicas a declarar que en Cuba no habia
otra salida que Ia renuncia de Batista, 17 les otorgaban
a las mismas la facultad de designar a la persona que
debia presidir el Gobierno Provisional de la Repall-
ca, combatian de frente, con hidalguia v con coraje,
en el central Estrada Palma y en Alto de Miramar,
En cambio, los otros, indignaban al pueblo asesinan-
do al puro Frank Pais conjuntamente con el comer-
ciante Raul Pujol, v montaban en cOlera porque co-
mentando el hecho, el Embajador estadounidense de-
(-taro que cualquier manifestacion de exceso
policia-
co le resultaba repugnante.
.A.si rambien, como secuela de estos hechos, en
hi soledad de los rupidos montes de la Sierra los va-
lientes soldados de hi Libertad lloraban, como loran
los hombres, la muerte del insustituible compariero,
mientras en la ciudad toda la poblacion marchaba
adolorida en el corteio funebre del valioso ioven. Y
"ADEL CASTRO KU Z 179
en el campo de los detentadores de las posiciones ofi-
ciales, el coronel Salas Caiiizares aumentaba la ira p0-
pular declarando que en el-condenable hecho el habia
actuado en d.efensa propia; se hable., aunque por su-
puesto, sin pasar del lirnite- de las intenciones, de de-
&war persona no grata al- diplomatico arnericano, y
no se cansaban de repetir ciue tenian dominada la Re-
voluci?n, a pesar de que no cesaban de transportar
lieridos, de efectuar prudentes movirnientos como el
traslado para las inmediaciones de Maffo del cuartel
del coronel Barreras, y de hacer frecuentes cambios
de personas ea las iefaturas de las fuerzas en opera-
La continuaci6n de .1a contienda alteraria los
ciones.
procedirnientos de las partes. Los que sentian las in-
quietudes de 'Dienes venideros, seguirian combatiendo
en la Sierra Maestra, como acababan de hacerlo en
Palma Mocha, o ayudando a la lucha desde el exilio o
en 'la misma patria, amparados en la clandestinidad.
Y los benefic.iarios del abismo de inmoralid.ad y de -vio-
lencia en que se encontraba el pais, persiguiendo, coac-
cionanclo,: aSesinando, y tratando de desorientar a la
opinion. palica con la propalaciOn de mentiras y ca-
lumnias, cotno la concerniente a que Rail Chibas y
Roberto Agramonte del Rio se habian presentado vo-
luntariamente a la Policia. Nacional, cuando lo cierto
es que habian sido detenidos en la residencia en ,que
se?ocultaban para marchar al extraniero en cumpli-
miento de misiones revolucionarias.
En otro aSpecto, se observaba tambien un mar-
cado coatraste:: el clue oftecian el progresivo ,aumento
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FIDE , CA s-riw RU
ve.A5m'
de la hostilidad general que inspiraba el regimen mar-
cista, y el ininterrurnpido robustecimiento de la ad-
miracion y la sim.patias que las masas populares dis-
pensaban a los heroes de la Sierra Maestra. Los sue-
fios de gloria de su lider se tornaban realidad. Su nom-
bre comenzaba a tener jerarquia de simbolo de reno-
vac-ion nacional, y co.nsecuentemente, se afianzaba la
fe en las reservas morales de la nacion.
El pirblico malestar Rego a infiltrarse en las fuer-
zas armadas, y una mafiana la poblaciein cienfuegue-
ra fue despertada por el fragor de los combates que
siguieron al asalto del Distrito Naval Sur. Sorpresivo
y tragic() fue para ella el amanecer del jueves 5 de
septiembre de 1957. Desde las cinco de la ma-
fiana nurnerosos jOvenes pertenecientes al Movi-
miento 26 de julio se habian congregado en el litoral
para participar en el ataque al Distrito Naval que ha-
bian preparado el ex teniente de la Marina, Dionisio
Roman, el vigilante de la Policia Maritima, Maxin
Toledo, 37 otros cornplotados m? El mismo fue lle-
vado a cabo con completo exito, 37 tan pronto como
el cuartel de Cayo Loco qued6 en su poder, los asal-
tantes se trasladaron a la ciudad. Asaltaron v tomaron
el local de la Policia Nacional; ametrallaron a los
hombres del tercio tactic() de Snta Clara que se en-
vi6 como refuerzo; y completaron su accion ocupan-
do tarnbien el local de la Policia Maritima y otros
edificios. El Estado Mayor del Ejercito se vio obliga-
do a enviar con urgencia grandes refuerzos de hom-
bres, tanques y a.viones, y por fin pudo ser dorninado
el brote insurreccional de la Perla del Sur.
turat) a
,Went.cs compancro 1 lidcurebeldiina c
Lrastnis16p. radial,
Ni lo clue para el tenia que representar el pro-
nunciarniento de una buena parte de la Marina de
Guerra; ni mucho menos que por su insaciable afan
de lucro y poder, aumentara en progresiOn g,eonie-
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182 G. RODRiGUEZ MOREJUN
trica, el niTmero de cubanos inuertos, hicieron cam-
bial- la conducta del irresponsable Dictador. Sus es-
birros continuaron su obra de, persecuciOn, torturas
y muartes. Nurnerosos .oficiales fueron arrestados y
maltratado.s en las prisiones; se ocup6 por las autori-
dadeS una estacion de radio pirata; se rnultiplicaron
los registros de dOmicilios en horas de la rnadrugada
y, en medio de aquella ola de terror que agravaban
las continuadas explosiones de bombas y petal-dos en
distintas ciudades, Batista, con una inconsciencia in-
concebible, se hizo entrevistar por un periodista de la
National Broadcasting para tratar de hacer creer a
sus oyentes que en Cuba viviarnos en el mejor de los
mundos.
Bien mira.do, no podia producirse de otro mod?.
Sus grandes culpas tenian que acarrearle terribles
consecuencias que el sabia que no podria eludir rns
que mientras se sostuviera en el Poder. Por eso era
obvio que -anicamente por la fuerza lo abandonaria.
Asi lo considerO con veraadero acierto, Fidel Castro;
y como?contaba con la inteligencia, el espiritu de sa-
crificio y las dotes- de, coraje necesa*rias para organi-
zar una acciOn armada y lanzarse a. ella, pudo mono-
polizar con su.conducta las esperanzas de superacion
de su crisis, del pueblo, Cubano.r Abora, podria Ilegar
conseguirlo con los escasos medios de lucha de que
podia disp-oner? Solarnente el futuro podia dar res-
puesta a esta pregunta; pero aun en el peor de los ca-
,sos, ya el mismo habia apuntado como estimaba que
lo enjuiciaria la posteridad, exclamando at conduit.
su formidable alegato de defensa err el ju,icio por los
FIDEL CASTRO RUZ 183
sucesos del Moncada: "Condenadme, no importa, la
Historia me absolvera".
Asimismo, el proceso de la desigual lucha ponia
de manifiesto el contraste que ofrecian los ingentes
esfuerzos que por reconquistar sus mas inalienables
derechos realizaba un pueblo oprirnid.o, y b preca-
rio de los procedimientos que para impedirselo, em-
pleaba su opresor. En el breve lapso de 30 dias, los
cubanos pudieron contemplar una sucesiOn de hechos
demostrativos de ello: el irritante batistiano Luis
Manuel Martinez fue objeto de un atentado; al tor-
turador Ventura se le ascendio a Inspector del 3er.
Distrito policiaco; los muchachos de la Sierra Maes-
tra volvieron a batirse con el Ejercito en Purial de
Paoli y en El Oro; Batista manifesto at Bloque Cu-
ban? de Prensa y a la SLP. que mantendr_la la cen-
sura previa; Tabernilla inspeccion6 el puesto de man-
do de las operaciones de Oriente; se prod-ujeron nu-
merosos atentados dinamiteros que ocasionaron la de-
tendon de Armando Cubria y otros javenes m? la
S.I.P. cleclar6 que el Gobierno de Cuba no era demo-
cratic?, y el Consejo de Ministros ratifico la censura
cle prensa.
En el patetico cuadro se apreciaba, ernpero, no
solo que el Gobierno no habia podido vencer a los re-
volucionarios; sino algo much? ins alentador; que
ya no podria lograrlo, dado el que su descredito se
acentuaba en razon directa al aumento del prestigio
de los rebeldes. Es sabido que Batista nunca pudo con-
tar con la confianza y la simpatia del pueblo, ya que
;-Dr4 - cminiti7p(1 r.onv Approved for Release @ 50-Yr 2014/0
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r !"
184 G. 1ZODR1GLJEZ MOREJ ON
'a mas. de .otros factores negativos de. su personalidad,
el hech.a-de que toda su actuacion piiblica se. apoyara
?en bastardas 'maquinaciones. castrenses, .bastaba por
si 'solo para .justificar la repulsa popular que inspi-
raba. Pero ahora, tenia -ademas, en su contra, ei. clue
ai frente de la revoluciOn clue lo combatia, figuraba
un hombre joven y lirnpio y dotado de condiciones
excepcionales, como indudablemente 16 era el funda-
dor del 26 de Julio.
Como si el Destino hubiera querido ?rcservarle el
privilegio de que fuera el quien pusiera termin.o a la
obra de peculado y crimen de Batista, naciO con Ia
antelaciOn precisa para que en el momento oportnno
para ello, pudiera encontrarse en la plenitud de todas
sus facultades. De ahi? que Ic bubiera sido posible cap-
tar con clan vision las realidades cubanas, v compe-
netraise con los. anhelos del pueblo ;.y de 1ilii tambien,
el que le hubiera sido?poSible alcanzar con su conduc-
ta inteligente v beroica, la mas gra nde popularidad
lograda en Cuba, en. el menor espacio de tienipb.
A no dudarlo, ?representaba un conjunto tan
completo ? de las aspiraciOnes? de la: familia cubana, y
?
personificaba tan. cabalmente ci .valor; Ia. abnegaciOn
y la eleVaciOn de miras exigibles a los pala dines de las?
. grandes causas, que de San Antonio a Maisi se le te-
riIa por el de la causa cubana. Un hombre 'asi, .tenia
..que ser.considerada coma una imagen de la Victoria.
Sus proyecciones perdurarian despues- de su muerte.
11-1.1? EL CASTRO RUz 185
En tal virtud, la derrota definitiva de Batista, estaba
inapelablemente decretada. La deseada sentencia ha-
bin sido rubricada por Fidel Castro.
.No faltaba mas que un rues para que se cum-
pliera un ano dcl desembarco en Belic de los expedi-
cionarios del Gramma. Para el Gobierno era un. vet-
dadero bochorno que .su costoso Ejercito no hubiera
podido liquidar en tanto tiempo el brote insurreccio-
nal, lo que Ic obligaba a redoblar sus esfuerzos para
ver Si lo? dominaba de .una vez. Intatil a todas luces
resultaba el empeno? pues los insurgentes se habian
robusteCido y adiestrado lo bastante corno-para hacer
fracasar los ataques que pudieran intentar las y a muy
desalentadas fuerzas Aubernamentales. Y a m?de es-
ca realidad indiscutible, los